Kasimoto Yusushima.
Atención: Este capítulo puede contener escenas y lenguaje inapropiado para algunos lectores. Se recomienda discreción.
La fiesta acabó a eso de las 11:00 de la noche. Los chicos se encontraban ayudando a limpiar aquel lugar.
Aún se sentían eufóricos,con la adrenalina recorriendo su ser. Todos se encontraban compartiendo sus experiencias,su sentir,la emoción que sintieron.
— Fue tan genial que quiero repetirlo alguna vez. — comentó Yoshida,mientras se encontraba limpiando el suelo.
— Después de todo,las ideas de Kou no son tan malas. — siguió Kaido,soltando una risa después de decir aquello.
— Al fin lo reconocen. Me necesitan y lo saben. — dijo Kou con una enorme sonrisa ,mientras acomodaba algunas sillas.
— Bueno,si. ¿Qué tipo de familia seríamos si no tuviéramos un chico otaku,amante del rock y con ideas locas?
— ¡Eso fue un golpe bajo! ¡No es justo!
Yoshida y Yusushima se mantuvieron ajenos a aquella pelea que se estaba armando entre sus otros dos amigos. Yoshida se acercó a Yusushima y pasó uno de sus brazos por los hombros del albino.
— Estuviste genial,Yuu. Te veías como una verdadera estrella.
Aquel comentario solo hizo sonrojar escandalosamente a Yusushima,mostrando una ligera sonrisa.
— Muchas gracias,Yosh. A decir verdad,me gustó mucho. . . Estar en el escenario. . . Me sentí libre. . . — dijo aquel chico,con la mirada baja y volviendo a aquel momento en el que se encontraba sobre el escenario.
— Te sacaremos de ese lugar,Yuu.
Su conversación fue interrumpida por los otros chicos restantes,quiénes se acercaron después de haber acabado su guerra.
— ¿Vamos a una tienda? Necesito recuperar líquidos.
Los tres asintieron,se despidieron de Kana,le agradecieron y salieron de aquel hogar a su nuevo destino: Una tienda de 24 horas.
Llegaron,después de caminar por minutos eternos.
Se detuvieron justo frente a las puertas de aquel establecimiento. Se miraron entre sí,echaron un vistazo a sus pertenencias y volvieron a mirarse.
— No podemos entrar si tenemos tantas cosas.
— El encargado pensara que vamos a robar.
— Tenemos que dejar a alguien. . .
Volvieron a mirarse. Después miraron a Yusushima y asintieron.
— Ey,ángel de nuestras sonrisas,¿Puedes quedarte aquí a cuidar las cosas? — decía Kaido,al mismo tiempo que dejaba sus pertenencias sobre el suelo,al igual que Yoshida y Kou.
— No tardaremos.
— Si sucede algo,gritas. ¡Te compensaremos,Yuss!
Había sonreído por unos momentos,los despidió con las manos,viendo como entraban en aquel establecimiento. Confiaba en ellos, además,estaba frente a la puerta de aquel lugar,confiaba en que no sucedería nada.
Sacó su teléfono y se dispuso a ver sus redes sociales. Luego pensó y buscó el número de Henry,para que los fuera a recoger.
Cuando se disponía a marcar,sintió una mano posarse sobre su hombro. Creyó que era uno de sus amigos que se apiadó de él y fue a hacerle compañía. Levantó la vista.
Su semblante cambió a uno de miedo. Ese no era uno de sus amigos.
Aquel sujeto lo sostuvo de los brazos y cubrió su boca cuando quiso gritar. El miedo lo invadió. Hizo lo que pudo para intentar huir.
Pero no lo logró.
Ahora estaba siendo arrastrado a un callejón oscuro,en dónde pudo apreciar a otros dos tipos.
— ¿A quien trajiste ahora? ¿Un chico?
— Al parecer. Se ve como una chica,por sus facciones. — dijo uno de ellos,mientras tocaba y veía el rostro de Yusushima. — Muy bien. ¿Comenzamos? Ya no puedo contenerme.
Lo colocaron contra la pared,no podía moverse por la fuerza de aquel hombre. Sintió como amarraban sus manos y cubrían su boca.
No sabía que hacer,estaba atrapado. ¿Qué irían a hacer aquellos hombres? Se había quedado estático,sin saber que pensar. Todo sucedía tan rápido.
Las manos de aquellos hombres se encontraban sobre su cuerpo,le estaban quitando la ropa.
Entonces reaccionó y quiso escapar. Pero recibió un golpe sobre su rostro que lo hizo caer al suelo.
— Tranquilo. Si cooperas,será rápido.
Un escalofrío recorrió su cuerpo,ya lo había comprendido.
Un primer hombre se acercó a él,besando y lamiendo su cuello. Después bajó hacia su pecho y su abdomen,haciendo lo mismo y dejando ligeras mordidas.
Le quitó lo que restaba de ropa y colocó sus piernas sobre su pecho,haciendo presión en estás.
Sintió tan claramente como el dolor se hizo presente sobre su cuerpo,cómo aquel hombre había entrado en él.
Estaba siendo abusado sexualmente.
Las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.
«Duele. Duele. . . ¡Duele! ¡Basta! Por favor. . .»
Lanzaba varias quejas,había cerrado sus ojos con fuerza. Le dolía. El dolor era insoportable. Las lágrimas seguían recorriendo sobre sus mejillas.
Pronto terminó el primero,y le siguió el segundo y el tercero.
— Vámonos. Dejémoslo ahí. No puede levantarse.
Y lo dejaron ahí,tirado sobre el suelo. Sintió aquellos pasos tan lejanos.
Se sentía patético. Tan débil,tan indefenso. Su cuerpo dolía,las lágrimas seguían presentes. Aquellos amarres le habían provocado marcas sobre sus muñecas,no se imaginaba como estaría lo demás de su cuerpo.
Su mente se quedó en blanco. Nunca había sentido tan cómodo el suelo,y tan larga la noche.
No supo cuánto tiempo pasó,pero al final decidió levantarse y vestirse. Aún seguía débil,aún dolía,aún podía sentir todo lo ocurrido. Sintió como comenzaron a caer pequeñas gotas de lluvia que pronto se hicieron en una tormenta.
Le dió igual. Comenzó a caminar hacia su hogar. Se tambaleaba. No podía mantenerse de pie durante mucho tiempo,y aún así,decidió seguir caminando en aquella tormenta.
Tampoco supo cuánto tiempo tardó en llegar a su hogar,pero llegó a su puerta y la abrió con la llave que tenía.
Al llegar a la sala,pudo observar a su padre con un semblante de preocupación. Su padre,al verlo,se acercó a él y se sorprendió de su estado.
Su ropa sucia,el cabello desordenado,sus ojos hinchados,una marca de golpe sobre su rostro,mordidas sobre su cuello y sobretodo, empapado por la lluvia.
— Yusushima. ¿Qué sucedió?
Pasó de largo. No sentía ganas de nada. No quería responder. No quería causar problemas.
— ¡¡Yusushima!!
Escuchó una última vez la voz de su padre,antes de alejarse completamente y entrar a su habitación.
Se tiró sobre el colchón,sin importarle nada,sin importarle que estaba mojado por la lluvia.
«Aún duele. . .»
Fue lo último que pensó antes de perder el conocimiento.
Pero está historia es como una moneda. Tiene dos lados.
Cuando aquellos chicos salieron,no encontraron a su amigo.
Lo buscaron por los alrededores,pero no lo encontraron. Solo estaban sus cosas,tal y como las habían dejado.
— Miren. — dijo Kaido al agacharse y tomar algo sobre su mano. — Es el teléfono de Yuss.
Estaba roto. La pantalla estaba destrozada. Ya no tenía salvación.
— ¿Habrá pasado algo?
— Yusushima no es el tipo de persona que dejaría todo así,cómo si nada. Tengo un mal presentimiento.
— Tenemos que buscarlo.
Los tres asintieron,tomaron sus cosas y comenzaron su búsqueda.
Gritaron su nombre,buscaron por las calles de los alrededores. No hubo respuesta,no estaba,había desaparecido.
— Se está haciendo tarde. Lo buscaremos después.
— Hay que ir a casa.
Los tres se tomaron de la mano y se fueron a sus hogares. Preocupados por aquel chico,por su ángel.
Al día siguiente,todo parecía normal para todos,menos para aquellos cuatro chicos.
Del lado de Yusushima, él despertó con la temperatura alta. Se encontraba enfermo por haber caminado debajo de la lluvia,sin sudadera y en frío. Estaba en la misma posición que la noche anterior. De repente,todo lo ocurrido se le vino a la cabeza de golpe.
Se levantó de su cama y fue al baño. Comenzó a vomitar sobre la taza del inodoro.
Cuando hubo acabado,se limpió y se miró al espejo: estaba hecho un desastre. Suspiró y de nuevo volvió a vomitar.
Escuchó algunos toques a su puerta,por lo que tuvo que regresar y cambiarse de ropa,fingir que estaba bien. Que nada había ocurrido. Decidió cubrir todo su cuerpo,no dejar que las marcas de los golpes y mordidas se vieran. Arregló su cabello, trató de cubrir el moretón que permanecía sobre su rostro y la hinchazón en sus ojos. Después fue a abrir,en un segundo toque a la puerta.
— Yusushima,¿Estás bien?
Era su padre quien estaba a la puerta,con un semblante de preocupación.
— Si,padre. Estoy. . . Estoy bien. — Sonrió,queriendo mostrar que de verdad estaba bien.
Se aferró a la puerta cómo si su vida dependiera de ello,se sentía mareado y débil. El dolor en su cuerpo aún permanecía.
— No te ves así,Yuss. ¿No quieres ir al médico?
El chico negó. No quería hacer gastos innecesarios. No quería preocuparlo. No quería que perdieran el tiempo en él.
— Estoy bien. Hoy quiero descansar un poco,papá. ¿Le podrías decir a. . . Madre que hoy no podré ir a ninguna clase?
Aquella sonrisa no le daba buena espina,pero simplemente aceptó.
Kano fue a ver a su esposa a su oficina,dónde se encontraba la mayor parte del día. Tocó a la puerta y entró.
— Aiko. Yusushima no podrá asistir a ninguna de sus clases.
Aiko levantó la vista,con el ceño fruncido.
— ¿Por qué?
— Está enfermo. Por favor,te pido que lo dejes descansar. ¿No crees que le estás exigiendo mucho?
— Kano. No lo entenderías,cariño. Dile a Yusushima que lo quiero ver ahora.
— Aiko,amor. Él se encuentra en mal estado. . .
— No es mi problema. Se tiene que hacer responsable.
Aquel hombre se quejó en silencio y salió de la oficina. Obedecer o no. Suspiró y nuevamente se encontraba en la puerta de la habitación de su hijo. Entró sin previo aviso y no lo vió en ningún lado.
Se adentró más y escuchó algunos ruidos provenientes del baño.
— ¿Yusushima?
Aquel chico se levantó de golpe,causando un dolor punzante sobre su cabeza. No hizo caso. Se limpió,jalo la palanca y abrió la puerta.
— ¿Qué necesitas, papá?
— Tu madre quiere verte,ahora. . . Pero,¿De verdad tú-. . .
— ¡Estoy bien! — le interrumpió,gritando molesto. Suspiró y lo miró directamente. — Estoy bien. . . Iré enseguida.
No muy convencido,Kano posó una de sus manos sobre el hombro de su hijo,pero no esperó la reacción tan agresiva de aquel chico.
Yusushima tomó la mano de su padre con fuerza y la alejó de él,en un movimiento rápido. Por reflejo también lo había empujado y golpeado sobre su pecho.
— ¡¡No me toques!! ¡Te dije que estoy bien!
Anteriormente,el menor no se hubiera molestado de esa forma,no le hubiera gritado. Eso preocupó a aquel padre,quién le miró desconcertado. Después pareció que el menor reaccionó y observó a su padre preocupado,viendo como éste se tocaba el pecho por el golpe antes recibido.
— ¿Q-que sucedió, papá?. . . ¿Te duele?
El chico se acercó a su padre,pero éste se alejó de él.
— No pasa nada,no te preocupes. Aiko te llama.
— ¿A-ah si? Yo. . . Enseguida voy. . .
El comportamiento de su hijo menor le preocupó,por lo que tan pronto salió de aquella habitación,fue a la suya y se dispuso a investigar.
Yusushima vómito por quinta vez,lo que causó que los mareos fueran mayores. La temperatura de su cuerpo iba en aumento. Fingió estar bien y salió camino a la oficina de su madre.
— ¿Me llamó,madre?
— Si,toma asiento. Quiero hablar contigo.
Yusushima obedeció. Se sentó donde siempre y esperó a que su madre hablara.
— Quiero que tomes el cargo de gerente en la empresa. Aún no puedes ser presidente,pero quiero que vayas tomando práctica en la empresa.
Eso sorprendió a Yusushima.
— ¿Yo? ¿No cree que. . . Es demasiado pronto? Quiero decir. . . El colegio y las clases particulares me mantienen ocupado. . .
— Oh,mi pequeño cordero. ¿No te lo dije? Tienes que ser obediente. Yo te guiaré al camino que yo misma tracé.
El albino sintió un escalofrío ante la mirada penetrante de su madre. Se encogió de hombros y apretó su pantalón.
— Lo siento. Me negaré.
— ¿¡Qué!? ¡Yusushima! ¡Te estoy dando la oportunidad de tu vida!
Aiko se levantó de su asiento y fue a confrontar a aquel chico,tomándolo por el cuello de su camisa. Yusushima se asustó,quiso alejarse,pero lo sostenía con fuerza. Sentía miedo.
— N-no me siento preparado. . .
Un golpe sobre su rostro se hizo presente. ¿Su madrastra lo había golpeado?
— ¡Te he estado criando todo este tiempo! ¡Te he dado lo mejor! ¿¡Así me lo vas a agradecer!? ¿¡No te dije que solo tenías que obedecerme!?
Aquello sacó de sus casillas a Yusushima. Aunque no la quería golpear,y él lo sabía.
Tomó del brazo a su madrastra. La miró a los ojos,con una sonrisa plasmada sobre su rostro.
— ¿Aún hay verdad detrás de esa máscara que está llena de mentiras?
La apartó con sutileza,aún él sabía que no debía ser brusco. Aún ese lado sabía que no debía golpear a una dama. Y aún así,también se atrevió a tomarla del cuello de aquella camisa turquesa y ampliar su sonrisa,cómo queriendo burlarse de ella. Queriendo decirle que,en realidad,los roles habían cambiado y que ahora el león era él.
Aiko se sorprendió. Yusushima nunca le había contestado,nunca se había comportado de esa forma tan brusca.
— Mira bien a la persona que pisoteó tu esperanza.
Aquellas palabras se quedaron incrustadas en la mente de Aiko. Y sabía que había cometido un error. Criar a un niño con la inteligencia suficiente,pero sin medir las consecuencias,sin tomar en cuenta que,en cierto punto,aquel niño crecería y tomaría su propia fuerza.
La dejó ir, recobró sus sentidos,pero sólo observó a su madre con el ceño fruncido.
— Vete a tu habitación.
Obedeció,aún sin recordar que había pasado. Al llegar,se recostó sobre el colchón y cerró los ojos.
Despertó por unos toques sobre su puerta,se incorporó y fue a abrir.
— Yusushima. Tus amigos vinieron a verte.
Era otra vez su padre,pero en compañía de Kaido,Kou y Yoshida,quiénes al verlo,lo abrazaron con fuerza.
Se desconcertó un poco y después le sonrió a su padre.
— Gracias,yo me encargo.
Se adentraron a la habitación de Yusushima. Tomaron asiento sobre el colchón del chico. Nadie habló. Un silencio y una tensión se hicieron presentes. Ni siquiera Kou se atrevía a hablar.
— ¿A dónde te fuiste? ¿Por qué no fuiste a clases? Estábamos preocupados. — comenzó diciendo Yoshida,con tristeza y preocupación.
— Lo siento. . . Perdí mi teléfono. . . Y yo. . . Bueno. . .
Jugó con sus manos,nervioso. Sabía que podía ser sincero,pero aún así sentía miedo.
Cuando menos lo esperaron,y cuando menos lo sintió,aquel chico de cabellos albinos comenzó a llorar,lo que asustó a sus amigos y fueron a abrazarlo.
— Está bien. Bebé,mi niño,estarás bien.
— Aquí estaremos para ti. . .
— No pasa nada. . . Tómate tu tiempo.
Aquel abrazo fue tan reconfortante,tan cargado de amor y cariño,justo lo que le hacía falta en aquel lugar.
— Yo. . . — comenzó a decir,limpiando las lágrimas de su rostro una vez que sus amigos se apartaron. Guardó silencio por unos minutos,era tan difícil. — Yo fuí. . . Y-yo. . .
Las náuseas pronto se hicieron presentes,así que corrió hacia el baño ante la atenta mirada de sus amigos,quiénes lo siguieron,preocupados.
— Yuss. ¿Te sientes bien?
Se incorporó. Esa pregunta le estaba cansando,pero no podía mentir cuando sus amigos ya habían visto aquella escena tan asquerosa.
Se dió media vuelta. Frunció el ceño. No los veía bien,se sentía mareado. Trató de apoyarse del marco y bajó la mirada.
— N-no. . . No me siento. . .
El cuerpo de Yusushima le cobró facturas. Pronto aquel chico se desmayó,a lo que los otros tres lo atraparon entre sus brazos. Era un alivio que estuvieran ahí.
— Kou,ve a llamar a su padre. ¡Ahora!
Kou asintió y fue rápido en busca del padre de su amigo. Mientras que Yoshida cargaba a Yuss entre sus brazos y lo recostaba sobre su cama. Lo comenzó a revisar y se asustó del estado en el que se encontraba su amigo.
— Este chico. . . Tiene una temperatura alta terrible. Tiene un moretón sobre su rostro. Sus brazos. . . ¿El. . .?
Negó con la cabeza. Los brazos de Yusushima también poseían moretones. Y aunque no quería revisarlo sin consentimiento alguno,tuvo que hacerlo para asegurarse de que no fuera más grave de lo que imaginaban.
Levantó un poco la camisa de Yusushima,dándose cuenta de algunos otros moretones y marcas de mordidas. Frunció el ceño y revisó su parte superior. Su cuello,sus brazos,su pecho,incluido su abdomen. Todo de aquel chico estaba repleto de marcas de mordidas y moretones. Era peor de lo que pensaban.
Llegó el padre de Yusushima y,sin perder más tiempo,lo llevaron al hospital. De una forma lamentable,Kaido,Kou ni Yoshida pudieron acompañar a su amigo. Le rogaron a su padre que,si llegaba a tener noticias,les informara en seguida.
Llevaron a Yusushima a urgencias. Su padre no supo nada de su hijo durante las siguientes tres horas.
El doctor salió con los análisis en manos y se acercó al padre de aquel chico.
— Su hijo está en pésimas condiciones. Le encontramos distintos moretones y. . . Mordidas por todo su cuerpo. Dos moretones sobre su rostro. También descubrimos marcas de soga sobre sus muñecas y un rastro de semen,por lo tanto, deducimos que su hijo fue. . . Abusado sexualmente. — el doctor se tuvo que tomar un respiro antes de seguir con las malas noticias. — Su desmayo fue provocado por la alta temperatura que posee y también esto ha causado que su hijo haya sentido mareos y náuseas,lo que lo ha llevado al vómito. Su cuerpo está demasiado débil. Tendrá que estar en el hospital en observación.
Aquellas palabras destrozaron a aquel padre. Su hijo menor,el único tesoro que verdaderamente se parecía a su madre. . . Lo había descuidado tanto,había dejado que Aiko hiciera lo que ella quisiera. Había dejado a su hijo menor en manos de un depredador violento. Y sobretodo,lo había descuidado a tal punto que fue abusado.
«Sakura. . . Estoy seguro de que estarías decepcionada de mí. . . Perdóname por descuidar tanto a nuestro pequeño Yuss. . .»
— Me sorprende que su hijo haya soportado tanto.
— Lo sé. . . Gracias,doctor.
Estuvo en aquel hospital durante una larga semana. Una semana en donde Aiko,ni siquiera sus hijas,se presentaron. Al parecer, él era el único que se preocupaba por Yusushima. Y aún así,no lo logró proteger.
Los amigos de su hijo se presentaban todos los días,preguntando por su amigo. Recibieron todas las malas noticias y,de igual forma,se desconcertaron al escuchar que su pequeño ángel había sido abusado. No lo pudieron proteger. Eso no debió ser así. Se sintieron tan mal,sumamente mal. Y aún así,no lo dejaron ver para no preocupar al padre de su amigo,quién suponían estaba más roto que ellos.
Pasada aquella semana,el doctor le informó de los cambios.
— Parece ya estar estable. — comenzó diciendo,con una pequeña esperanza. — Pero solo por si acaso, tendrá que quedarse unos días más. Ya puede entrar a verlo.
Kano se levantó en seguida y le agradeció enormemente al doctor.
Pronto se encontraba frente a la camilla de Yusushima,quién se encontraba recostado. Tan pálido,con los ojos mirando a la nada misma y con una bata de hospital.
— Yuss. . . Lo lamento. . . Perdóname. . .
— Está bien,papá. . . No fue tu culpa. . . Nada de esto fue tu culpa. . .
Al escuchar a su hijo con aquel pequeño hilo de voz lo hicieron quebrarse,tomando la mano de su hijo menor entre las suyas y acariciándolo con delicadeza.
— ¿Crees que mamá también se sentía así?. . . — preguntó de repente. Su vista seguía hacia al frente. — ¿Tan débil? ¿Tan patética por no poder hacer nada?. . . — Yusushima había comenzado a llorar,lanzando varios sollozos en el proceso. — ¿Tú también crees que no debí haber nacido? ¿También crees que si yo no estuviera aquí,mamá estaría viva?
Aquellas preguntas fueron como un cuchillo a su corazón. También sentía la necesidad de descargar sus sentimientos,pero no podía dejarlos salir frente a su hijo,quien estaba aún más roto.
— Mi pequeño Yuss. . . No es así. No es tu culpa. Mamá seguramente. . . Ella estaría feliz de ver lo que puedes hacer. . . De ver en el joven en qué te haz convertido. . . Ella estaría orgullosa de ti. . .
Después de esa plática,de un silencio abrumador,el padre salió. Salió del hospital y comenzó a llorar. De verdad toda esa situación le estaba doliendo.
Pasaron un par de días, repentinamente se escuchaban gritos de la habitación en dónde se encontraba su hijo,gritos de Yusushima pidiendo ayuda o de un llanto incontrolable.
El estado de Yusushima estaba peor.
— ¿Qué sucede con mi hijo,doctor?
Aquel doctor bajó la mirada y suspiró. Tener que ser la persona que se encargue de dar las malas noticias a veces era pesado.
— Su hijo desarrolló un evento traumático. Y debido a que algunas veces se comporta de una forma brusca. . . Y después no recuerda nada. . . Un psicólogo lo ha revisado.
Tragó en seco,¿Un psicólogo? Está bien. . . Estaba seguro de que no iba a ser tan malo. Estaba seguro de que está vez lo llevaría bien.
— Ha llegado a la conclusión de que su hijo desarrolló el síndrome de personalidad múltiple.
Suspiró. Definitivamente,ya no sabía que podría hacer.
«Sakura. . . ¿Que se supone que debo hacer?»
— Le recomiendo que lleve a su hijo al psicólogo,eso podría ayudarle a su hijo.
— Si. . . Muchas gracias.
— Yusushima ya puede ir a casa. Pero,por favor,cuide a su hijo.
Asintió. Fue a la habitación de su hijo,quién se encontraba sentado sobre la camilla,con su ropa ya puesta y con la mirada baja.
— Yusu. Vamos a casa,hijo.
Suspiró. Se levantó de aquella camilla y tomó por el brazo a su padre,lo que sorprendió a éste. Su hijo tendría que llevar una larga recuperación de todo eso.
Llegaron a su hogar,que parecía más una zona abandonada. Sus hijas mayores y su esposa no salieron. Ellas estaban en su propio mundo,hasta que una cabeza se asomó sobre la sala,al cruzar por ella. Era Aoi,su otra hija.
— ¡Yuu! ¡Papá! ¿Están bien?
Aquella chica de cabellos rojizos se acercó a ellos,con un semblante de preocupación. No sabía si era correcto abrazar a su hermano después de no haberse presentado en el hospital,por temor a que su madrastra se enfadara.
— Yuu tiene que descansar,cariño.
— Ya veo. . . — bajó la mirada y jugueteó con sus manos.
Yusushima se acercó a ella y,sin dudarlo,la abrazó,diciéndole algo en el proceso.
— Sé que querías hacerlo. . . No te preocupes. Estoy bien,Aoi.
Aquella chica correspondió el abrazo,lo apretó y le besó la mejilla. Lamentaba no hacer algo más,lamentaba no tener las palabras correctas para ayudar a su hermano menor.
Se separaron y se despidieron. Yusushima fue a su habitación a encerrarse.
Aiko pronto se enteró de la llegada de su esposo y de su hijo,a lo que fue a la habitación del chico. Abrió la puerta y se encontró al chico recostado sobre su cama. Con una expresión pacífica,calmada.
— ¿No te dije tu destino,Yuss? — comenzó diciendo,cuando ya se encontraba cerca del cuerpo del chico. — Tenías dos caminos. El que yo tracé,obedecerme y ser mi corderito. . . — decía,mientras acariciaba con delicadeza el rostro del menor. — O convertirte en lo que eres ahora. Cambiar roles y ser el león en tu propia vida. — Mostró una sonrisa,llevando la misma mano con la que había acariciando su rostro,hasta el cuello del chico. Sin poner presión,solo como signo de dominancia. — Pero lo curioso es que. . . Ambos te llevan al mismo destino. . . — se levantó y volvió a apreciar a aquel chico desde arriba,desde su posición. — El camino al infierno. — Se alejó del cuerpo del chico,hacia la salida. Antes de salir,se dió la vuelta. — Yo fuí la culpable de todo,Yusushima. Yo tenía todo planeado para tu sufrimiento. Porque en este mundo tan cruel,¿Cómo planeabas sobrevivir tú solo y en tranquilidad? Eso no me lo podía permitir. . . Tenías que sufrir lo mismo que yo.
Y salió de la habitación,dejando en oscuridad a aquel chico.
Se sentó sobre el colchón,con la mirada baja. Su cerebro aún estaba procesando. En su mente aún quedaron esas palabras.
Yusushima no estaba dormido cuando Aiko entró,solo fingió por temor a que volviera a golpearlo. Pero,entonces,le dijo todo aquello.
Ella fue la culpable de su sufrimiento. Ella era la culpable del estado en que se encontraba.
Pasaron los días como normalmente eran. Tranquilos,sin mucha diferencia. Cuando ya se recuperó, regresó al colegio,a sus clases particulares,a sus clases con su madrastra. En este último era un poco más tenso el ambiente,después de todo lo sucedido,después de que aquel chico supiera la verdad. La actitud de Aiko cambió después de que Yusushima hubiera rechazado el cargo. Lo cargaba con más responsabilidades,le gritaba e incluso,en algunas ocasiones,le insultaba. También tuvo que soportar ir al psicólogo dos veces a la semana. Se sentía fuera de sí mismo por estar en ese estado,tan anormal.
Soportó unos meses más,cumplió los 16 años. Pero ese día no la pasó en su hogar,sino con sus amigos,su familia. Esos chicos le habían preparado una sorpresa en el aula de música,su punto de reunión.
Estaba una mesa mediana,con un pastel de chocolate y fresas en el medio. A su alrededor,pequeños pastelitos de diversos colores y con una decoración curiosa. De igual forma,unos regalos que ellos mismos habían preparado.
— ¡Feliz cumpleaños,ángel de nuestras sonrisas!
Recuerda que Kou lo abrazó tan fuerte que sentía que le faltaba el oxígeno. A veces le sorprendía la fuerza que aquel diminuto chico poseía.
Los cuatro chicos tocaron,dejaron a Yusushima cantar y ser la estrella en esa ocasión. Porque ellos nunca se iban a cansar de escucharlo.
En el auto de Henry, éste lo felicitó con un abrazo,le entregó una libreta de un grosor considerable,una carta,un nuevo reloj en color blanco y una nueva computadora. Sintió que fue demasiado,le había dicho que no se hubiera molestado y con el simple abrazo y la carta se hubiese conformado.
— ¿Si? Pero eres mi chico,lo sentí necesario. Eres como mi hijo.
Recuerda esas palabras. Llegaron a su hogar,y al pasar por el pasillo y llegar a la sala,se encontraban su padre y Aoi. Con un pastel sobre la mesa. Con distintos regalos en diversos tamaños y,sobretodo,lo que le llamó la atención: Un teclado que siempre había querido,patrocinado por su hermana Aoi. Solo ellos se molestaron en celebrar su cumpleaños con él.
Más tarde,al ver a Henry,le entregó una enorme rebanada de pastel. Le ordenó que lo comiera,porque si se enteraba que no lo hacía,no viajaría con él nunca más.
Por obvias razones,Henry tuvo que comerse aquel trozo de pastel.
Estaba en su habitación,ordenando los regalos de todos a los que él quería. Colocó su nueva computadora sobre su escritorio,al igual que aquella enorme libreta. Consideró en colocarse el reloj en color blanco,así que lo hizo. Colocó su nuevo teclado a un lado del piano de cola. De igual forma, colocó las cartas de Henry,Yoshida,Kou y Kaido sobre uno de los cajones de su escritorio.
Ese día fue uno de los más felices. Fue uno de sus mejores cumpleaños. De todos modos,tenía que asistir a sus clases.
Su rutina le estaba cansando,los días de gritos,órdenes y golpes no cesaban,los días con el psicólogo eran rutinarios,siempre con lo mismo. Se estaba cansando de todo eso. Optó por lo más viable.
En una noche oscura se podía apreciar que,en aquel lugar,solo había una luz encendida,y era la de su lámpara de noche. Estaba armando una maleta.
Era consciente de que no podría llevar todo lo que quisiera,así que se resignó.
Ropa suficiente,su cargador,audífonos y el teléfono celular,algo de dinero que él mismo había juntado a escondidas gracias a su padre,las cartas de sus amigos,las libretas,un bolígrafo. . . ¿Y por qué no? La computadora que le había dado Henry.
Lo único que faltaba era de lo peor,por qué tenía que ser muy cuidadoso: sus papeles.
Sabía dónde los escondían. Salió con sumo cuidado de su habitación,a oscuras trataba de guiarse por las paredes. Llegó a una habitación. Buscó a sus alrededores, encontró la llave que se mantenía oculta detrás de un cuadro y abrió.
Era una habitación repleta y especialmente para los archivos de trabajo de su madrastra.
Estuvo buscando durante una hora,hasta que los encontró. Se trajo consigo la carpeta entera, dejó todo en su lugar y salió.
Volvió a su habitación y guardó la carpeta en su mochila.
Tomó un bolígrafo y un papel,escribiendo sobre el y dejándolo sobre su tan amado escritorio.
“Quiero vivir mi propia vida a partir de ahora,espero que puedan entender eso.
Yusushima Sengu.”
Se podía leer en aquella nota.
Salió de su habitación. Dió un suspiro y también salió de aquella mansión. Dejaría todo atrás.
Iba a comenzar de cero.
Trató de que los guardias no se dieran cuenta de su presencia y,cuando ya se encontraba a punto de salir completamente de aquellos lugares,una voz interrumpió sus pasos.
— ¿Yusushima? ¿Eres tú?
Era una voz tan familiar. Era Henry. Pidió por qué no dijera nada,pidió para que lo ayudara y no lo regresara a dormir.
Se dió media vuelta y le sonrió.
— ¿Ta-da?
— ¿Que crees que haces? ¿Por qué estás con una. . .? — después sus neuronas se conectaron y lo miró con molestia. — No. No lo harás.
— No te estoy pidiendo permiso,Henry.
— Y yo no te estoy preguntando.
Ambos se miraron con molestia,hasta que Henry soltó una risa que contagió a Yusushima.
— Bien. Te ayudaré. Vamos al coche.
Y así lo hicieron. Caminaron al auto.
— ¿Por qué estás despierto a esta hora?
— Tengo que dar un informe de mi trabajo. Solo tengo tiempo hasta la noche,porque tal vez tengo que llevar a un cierto chico al colegio y a sus clases particulares.
Sintió como Henry lo miraba,se encogió de hombros.
— Eso ya no será un problema
Henry suspiró. Llegaron al coche,pero antes de que ambos entraran en él,Henry detuvo a Yusushima y lo miró a los ojos, observó por última vez a aquellos orbes rosados.
— ¿Estás seguro?
Recuerda que preguntó,con un tono de tristeza y con temor.
— Si,estoy seguro.
Y también recuerda que aquel chico respondió con tanta frialdad,con tanta confianza,que no tuvo más remedio que aceptar eso.
Se adentraron al auto y Henry lo encendió. Recuerda que aquel chico de cabellos rubios le dió órdenes detalladas de cómo esconderse. Porque tenían que pasar por el encargado de la entrada y salida de vehículos.
Recuerda que fue difícil para Henry encontrar una buena mentira,pero al final lograron salir.
— ¿A dónde lo llevo, Yusushima?
— A cualquier lugar. . . No me interesa. . .
Dió un suspiro y siguió manejando. Lo dejó en un hotel.
Bajó del auto con maleta en mano. Se dió vuelta y notó el semblante triste de de su chófer,amigo y confidente: Henry. Aquel chico que,desde la primera vez,pudo entablar una verdadera amistad.
— Estaré bien. Buscaré un departamento dónde vivir.
— Y harás tu propia vida. Prométeme que me olvidarás,que olvidarás a la familia Sengu,a tu padre,tus hermanas,a Aiko. Que olvidarás a Yoshida,Kaido y Kou.
El tono que utilizó fue uno autoritario,se sorprendió por escuchar de ese modo a Henry,se mantenía con un rostro de seriedad y entonces comprendió que está vez iba en serio.
— Sabes que yo. . .
— Debes prometerlo.
Bajó la mirada,se mordió el labio inferior y cerró los ojos por un momento.
— Si lo hago,prométeme que no dirás nada. Que incluso cuando pasen años,no me buscarás.
— Lo prometo. No te buscaré,no te conoceré.
Era su turno. Sabía que no debía de jugar con fuego porque podría salir herido. Y aún así,se atrevió a acercarse por un momento a aquella llama que ardía en la oscuridad.
— Y yo prometo que los olvidaré.
Y ambos suspiraron. Yusushima al final se dió la vuelta y lo despidió con su diestra,cuando ya estaba a punto de entrar en aquel hotel.
Los dos tomaron sus rumbos distintos. El lazo que una vez hicieron se rompió en ese instante.
Yusushima se hospedó esa noche en aquel hotel,al día siguiente se enfocó en buscar un departamento.
Lo encontró,alejado del mundo. Se estableció ahí,y después fue a buscar trabajo.
Ese día faltó a clases,el siguiente,y el siguiente también.
Lo dieron de baja en aquella institución,por lo que tuvo que buscar un nuevo colegio. Su economía no daba para mucho,así que se conformó con una pública,en donde nadie le conocía.
Tenía que respetar la promesa de Henry,no recordar a nadie,a lo que bloqueó los números de Yoshida,Kaido,Kou,su padre,sus hermanas,su madrastra y hasta el mismo Henry. Borró sus contactos y no volvió a saber de ellos.
Pronto el rumor de que el heredero de las empresas Sengu había desaparecido,gracias a un anuncio que hizo Aiko Sengu.
«Buenas tardes. Sé que nuestras empresas aún no han recuperado la reputación suficiente,y que he dejado en ridículo a mi familia. Aún así,me atrevo a pedir un favor.
Lo siento por todo lo que ha pasado. Trataré de dar mi mejor esfuerzo para recuperar el orgullo de mi familia. Pero en estos momentos quiero pedir su ayuda. Un hijo mío,el menor y heredero a presidente,ha escapado de casa y no sabemos nada de él desde hace una semana. Les pido de su ayuda para recuperarlo,por favor.
Si lo encuentran,pueden llevarlo a una de nuestras empresas,se los agradecería mucho.
Habrá una ligera recompensa.
Muchas gracias por su atención.»
La ciudad entera se movilizó para encontrar a aquel hijo perdido,y ahora el rostro de Yusushima era visible en cualquier lado. Y eso fue algo que complicó un poco la vida de aquel chico.
Cierto día fue a una peluquería. Tuvo que cubrir su cabello con un gorro,y lo recuerda bien. Al llegar, esperó su turno,y hasta eso,estuvo en el teléfono.
Pasado un rato, llegó su turno y descubrió su cabello. Albino,rizado y de él sobresalía un mechón rebelde en forma de antena. Aquel chico encajaba bien con las características del anuncio de aquella empresa.
Los empleados se miraron entre sí,después miraron el anuncio en sus teléfonos y a aquel chico que esperaba que lo atendieran de una maldita vez.
Una chica tuvo que ir y atender a aquel chico,con una sonrisa se acercó y preguntó que era lo que necesitaba.
— Quiero que me recorten el cabello y. . . Que me puedan teñir las puntas en color marrón.
Porque ese es el color de cabello de su madrastra,hacia ella iba dirigido todo su odio desde el momento que descubrió su secreto.
Y así comenzaron su tarea los empleados.
— ¿Cuál es tu nombre? — preguntó curiosa aquella chica,corroborando la información para saber si era aquel chico que tanto buscaban.
Hubo un silencio de unos segundos,y después aquel chico mostró una sonrisa.
— Yuu. — dijo por fin,con una mentira.
Los empleados suspiraron. Sus esperanzas se esfumaron y acabaron de hacer su trabajo.
Pagó y salió de aquel establecimiento con su nuevo cambio de imagen. No fue mucho,pero al menos ya tenía un recordatorio.
Rehizo su vida en aquella nueva escuela,dónde era el más destacado de su clase y por eso lo odiaban. A excepción de un chico tímido que se juntaba con el,que le recordaba mucho a Kou,exceptuando por su timidez. A aquel chico también le gustaba el anime,manga,los videojuegos y,por supuesto,el rock. Todo encajaba.
Aún recuerda que,para conseguir trabajo,tuvo que cambiar su apellido. Recuerda que eso fue un problema,porque pedían la presencia de sus padres. Se las ingenió,diciendo que no podían ir y que se llevaría la hoja para que ellos la firmaran. No supo porqué,pero el empleado accedió.
Llegó a su casa,y recuerda que falsificó la firma de su padre y de su madrastra. Solo así pudo descansar tranquilo y buscar un trabajo en paz
En su trabajo apenas si le pagaban lo correspondiente,muchas veces le robaban diciendo que no había hecho lo que debía. Se molestaba,trataba de controlarse,pero nunca decía nada. Fingía estar bien,mostrar una sonrisa y simplemente aceptar su escaso pago.
Tuvo que repetir esa rutina durante 10 meses.
Hubo un momento en el que ya no podía soportar más. Trabajar y estudiar era muy pesado para él. Fingir que todo estaba bien,mostrar una sonrisa,esconderse del mundo. Toda esa situación lo estaba acabando.
Cierto día,al no soportar más,ató una soga a un lugar alto.
Era de mañana. Muy de mañana. Recuerda que tenía que ir a trabajar,pero se sentía mal.
Procuraba que su suicidio sería rápido,que nadie se diera cuenta. De todos modos,nadie lo conocía. A nadie le importaba.
Recuerda que ya estaba a punto de cometer aquel acto,hasta que un mensaje en su teléfono lo arruinó todo.
Era un mensaje de Yohan,aquel chico rarito que se había juntado con él. Nuevamente le estaba recomendando un anime.
«¡Mira! Lo acabo de encontrar,parece que es de idols.»
«Se llama IDOLiSH7. ¿Crees que puedas verlo?»
Lo que le llamó la atención era la imagen que acompañaba a esos mensajes. Eran 16 chicos,¿Todos ellos eran idols? Lo que le llamó más la atención es que ciertos chicos los había visto ya en algún lugar.
Lo recordó. Eran aquellos chicos de los que cantó sus canciones en la fiesta de cumpleaños de Kana.
Y por ellos es que dejó de lado lo que tenía planeado y se dispuso a ver aquel anime enseguida.
Aquellos chicos sirvieron de ayuda a Yusushima para no cometer aquel acto.
Pasaron varios días hasta que terminó la serie. Se tuvo que escabullir hasta Akihabara para conseguir mercancía de aquel anime.
Sonrió con emoción al llegar a su hogar,con su nueva mercancía.
Era su dinero y él sabía en qué se lo gastaba.
Esa noche,Yusushima regresó de su trabajo. Tan agotado y adolorido,se tiró sobre el colchón y buscó su teléfono en uno de sus bolsillos.
Se dispuso a ver,por tercera vez,aquel anime. IDOLiSH7 lo había dejado atrapado.
Recuerda que,cuando terminó de verlo,y cuando ya estaba en su escuela,Yohan le preguntó que le había parecido.
— Acabó con mi estabilidad emocional. Pero está bien. Necesitaba una luz en mi vida.
Sonrió y se colocó sus audífonos.
Realmente no recuerda cuánto pasó,pero se quedó dormido. Lo único que recordaba era la pantalla de su teléfono encendida.
[• • •]
Ya se encontraba en aquel automóvil tan familiar,con sus pertenencias en una maleta,justo a su lado.
Recostó su cabeza en aquella maleta y observó al frente. Estaba siendo llevado a aquel lugar y por la peor persona del mundo.
— ¿Sucede algo,señorito? — preguntó aquel rubio,al sentir la mirada sobre él.
Un dejá vu. Sonrió y ladeó la cabeza. No quería responder. No quería recordar nada innecesario.
No recibió respuesta alguna. Sabía que tal vez aquel chico estaba molesto porque había roto su promesa,pero era una orden. . .
— Te dije que me llamaras Yusushima cuando estuviéramos solos. . . Henry.
Aquella respuesta le hizo sonreír,podía escuchar de nuevo su nombre salir de aquellos labios. Esa respuesta no le molestó,solo hizo que se sorprendiera un poco,por qué parecía que no recibiría respuesta.
— ¿Estás bien?. . .
Pudo ver cómo aquel chico lanzaba un quejido y se abrazaba a sí mismo.
— No. . . ¡No estoy bien! Me quitaron lo que más amaba,me alejaron de las personas a las cuales admiraba. Me arrebataron mis sueños,me hicieron sentir prisionero,miserable y patético. Me hicieron sentir tan débil,y aún así,seguían buscándome. ¡Y aquí estoy,Henry! ¡¡Estoy aquí,en tu auto,cómo si no hubiera pasado nada!! A ellos. . . A Sengu-san no le importa lo que me haya pasado. . . Ella solo quiere que sea el nuevo presidente,que cumpla su estúpido sueño.
Apretó sus puños. Trató de contenerse y suspiró. Después volvió la vista al frente.
Los orbes de aquel chico no mostraban el brillo que años atrás aún poseía. Éstos eran distintos,llenos de miedo,de odio,de rencor,sin brillo alguno. Su chico había cambiado durante el tiempo que estuvo lejos. Y si lo que dijo era cierto, él de verdad había rehecho su vida,tal y como había dicho.
— Déjame dormir,¿Bien? Avísame cuando estemos cerca de la mansión.
— Entendido,Yusushima. . .
[• • •]
Perdonen por la extensión. Por ello es que lo dividí en dos partes.
La vida completa de Yusushima. Regresamos al presente.
¿Que sucederá? Cómo dije antes,esta es una historia que tiene dos lados,cómo una moneda.
— Q.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top