Solo amigos.
—Entonces, ¿Las prácticas con Ikari están yendo favorablemente?.
Nuevamente Sakura y Kaworu se habían quedado tarde en la escuela por asuntos del consejo estudiantil.
Ahora ya iban de salida caminando por los pasillos del plantel, que ya estaba, por demás, vacío.
—Asi es, Sakura. Shinji es demasiado talentoso a mi parecer. A veces no quiere admitirlo pero sé que al final se da cuenta de su enorme potencial.
—Ya veo, esas son buenas noticias. Eso quiere decir que ya muy pronto acabarás de enseñarle todo lo que ssbes, ¿Cierto?.
Kaworu se puso un poco serio al escuchar eso. No había pensado en esa posibilidad. Sin embargo, luego de unos escasos segundos, volvió a sonreír, como si hubiera encontrado la solución a un posible problema.
—Para lograr la perfección en el piano y en cualquier otro instrumento. —. Dijo al fin. —nunca se acaba de practicar. Si quieres ser perfecto en algo nunca vas a dejar de practicar en ello.
Mogami rió un poco
—Suenas a alguien demasiado estricto, ¿Sabes?.
Kaworu no pudo evitar reírse también ante ese comentario de su compañera.
—No se trata de ser estricto. Te daré un ejemplo sencillo: cuando quieres lograr algún objetivo en específico, no lo consigues de la noche a la mañana, ¿O si?, Para realmente lograrlo debes intentar e intentar una otra vez hasta que finalmente veas que todos tus esfuerzos han dado frutos.
La joven no respondió, siguió escuchando más de lo que seguía diciendo el albino.
—En todos estos meses que he estado conociendo y tratando a Shinji Ikari, estoy seguro que él es de esas personas que, a pesar de tener temor, sigue luchando. —. Suspiró. —Por lo que me comentó, la música es el único recuerdo que tiene de sus papás, y desea con toda su alma conservar ese recuerdo.
—¿Eso quiere decir que Ikari es huérfano?. —. Ella no esperaba recibir esa clase de información sobre Shinji.
Nagisa asintió.
—Al parecer sus padres murieron en un accidente automovilístico, cuando él era un niño.
Tras recibir esa información Sakura no pudo evitar sentir un poco de lastima hacia el castaño. No imaginaba que el chico ya hubiera pasado por cosas así de tristes.
—Entonces, ¿Quién se hace cargo de Ikari ahora?.
—Tiene una tutora llamada Misato Katsuragi. Era íntima amiga de la familia Ikari. Él dice que a veces esa mujer le saca dolores de cabeza, pero que en el fondo es una buena persona y lo cuida a su manera. Shinji la aprecia y está muy agradecido con ella.
La forma en que Kaworu se hacía amigos fácilmente aún dejaba boquiabierta a Sakura. Ahora Shinji era tan amigo cercano a Nagisa, al grado de que ya le había contado acerca de su vida y posibles desgracias.
Quizás Sakura debía darle la razón al castaño cuando momentos antes, en el salón de música, éste dijo que Nagisa era alguien realmente sorprendente.
Cuando por fin salieron del plantel Kaworu se sorprendió un poco al ver que un elegante automóvil de su familia lo estaba esperando para llevarlo por fin a casa.
No se atrevió a preguntarle al chófer el por qué estaba ahí esperándolo cuando era más que obvio.
Se sintió un poco mortificado. A Nagisa jamás le gustaba la idea de ser llevado siempre a la escuela y a su casa por el chófer, porque sentía que llamaba de más la atención.
Aunque claro, tampoco era su culpa. Él solo cumplía con su trabajo.
—Si gustas podría llevarte a tu casa, Sakura. —. Le ofreció con amabilidad al verla que seguía ahí de pie.
—Te lo agradezco mucho, pero aún necesito pasar a casa de Kaede, y mi papá me recogerá ahí después.
—Ya veo. En ese caso, nos vemos mañana. Adiós, y cuídate.
El rostro de Mogami se sonrojó un poco al ver como el muchacho le sonreía. Ella correspondió igual y le hizo "adiós" a Kaworu con la mano.
Finalmente el albino se subió a aquel elegante automóvil que lo llevaría a casa.
Mogami se quedó ahí observando como el lujoso automóvil de Nagisa cruzaba la esquina y finalmente desaparecía.
Las palabras de Kaworu habían quedado demasiado grabadas en su cabeza:
"Cuando quieres lograr algún objetivo; para hacerlo debes intentar e intentar una otra vez hasta que finalmente veas que todos tus esfuerzos han dado frutos".
Pronto dió pasos apresurados hacia dirección contraria, mientras marcaba con desesperación un número telefónico. Esperaba que no le negaran ese favor tan especial y urgente que estaba a punto de pedir.
..........
El resto de la tarde/noche se había vuelto un caos para Shinji.
Ahora estaba por de más arrepentido de hablar de Kaworu con Mari Makinami.
"Tú estás enamorado del Príncipe Nagisa, cachorrito".
Eso fue lo que le dijo ella al escuchar a Shinji decir tan decidido quería se esforzaria por Kaworu.
Lo peor del caso es que el castaño no pudo defenderse bien y solo pudo huir de su amiga en ese momento.
Para su desgracia, sabía que cuando Mari tenía algo en la cabeza no había forma de hacerle creer lo contrario.
—¿Pero de dónde demonios sacó Mari esa conclusión?. —. Shinji observaba la comida que estaba en la estufa, le faltaba muy poco para estar lista.
—Yo solo... Yo solo creo que Kaworu es alguien admirable. Eso es todo...
De la nada, por su mente cruzó la imagen del albino. Sus ojos, su sonrisa, su candida voz mencionando su nombre del castaño. Precisamente la voz de Nagisa la tenía muy presente en su cabeza.
A ambos chicos ya se les había vuelto costumbre reunirse en los recesos para practicar. E incluso una que otra vez cuando finalizaban las clases.
Tampoco pudo evitar recordar que durante sus prácticas de piano y chelo con Nagisa, éste se le acercaba demasiado y en más de una ocasión le había tomado las manos para indicarle con exactitud que teclas del piano tocar.
"Las manos de Kaworu son muy suaves", pensó. "Me hacen sentir tan seguro y protegido. También me hacen creer que puedo lograr lo que sea mientras no me suelten".
Sintió su rostro arder avergonzado darse cuenta de lo que estaba pensando y movió la cabeza mientras negaba lo que acababa de pensar.
"Cachorrito, tú nunca has tenido pareja, y estoy segura que el príncipe Nagisa tampoco. Apuesto que a él no le eres indiferente".
Las palabras de su amiga volvieron a invadir su cabeza.
—Es una tontería ... -. Comenzó a decirse. —Incluso si Kaworu fuera una chica, jamás le pasaría por la mente enamorarse de alguien como yo. Y si yo fuera la chica, lo más seguro es que sería la menos interesante ante los ojos de Kaworu.
Suspiró con tristeza, aunque al poco tiempo reaccionó todo asustado por las cosas que acababa de decirse.
Se agarró la cabeza con ambas manos, como así quisiera suprimir sus "raros pensamientos".
—¡No!, No debería pensar en esa clase de cosas... Yo solo pienso que es genial... ¡Eso es todo!.
No escuchaba una voz que lo empezaba a llamar con insistencia conforme se acercaba a él.
"Él solo es mi amigo, y yo estoy conforme con eso".
-¡Shinji! ¡La comida se quema!.
Cuando por fin la voz de su tutora había logrado interrumpir sus pensamientos ya era demasiado tarde.
En cuanto apagó la estufa lo que había preparado para cenar ya desprendía un humo algo espeso y el olor a quemado en ello no se hizo esperar.
Eso hizo sentir al castaño más frustrado todavía. Por pensar en cosas que tal vez no debía, ahora se habían quedado sin cenar.
—Esto no podría ser peor. —. Chilló.
—Afortunadamente no es así. Menos mal le hice caso a mi intuición femenina. —. Dijo Misato bastante sonriente y pronto sacó de su bolsa cosas que había comprado del supermercado mostrándole al castaño con total orgullo.
—N-no puede ser... -. Murmuró él al ver todos los paquetes con comida instantánea que su tutora había comprado esa tarde.
—¡¡Taran!!, ¡¡Traje la cena!!. Tienes suerte de contar conmigo, pequeño Shinji. Anda, prepara el microondas, yo iré a ducharme y enseguida regreso para comer estas delicias juntos. ¡Date prisa!.
Momentos más tarde la comida instantánea estaba lista. Misato cenaba con mucha alegría al mismo tiempo que se tomaba su lata de cerveza.
"Corrección: las cosas si pueden ponerse peor, después de todo". -. Pensó el chico mientras observaba que su tutora ya estaba poniéndose alegre de más, gracias a los efectos del alcohol que ya había ingerido.
........
Al día siguiente...
El tren aún no marchaba, y dentro de él estaba Kaworu Nagisa hundido en sus pensamientos.
"Yo creo que lo que hace Kaworu es admirable. Preocuparse por los demás es algo que ya casi nadie hace. Y que realmente él ayude a los demás de forma desinteresada es admirable. Kaworu es alguien sorprendente".
El sonrojo al recordar esas dulces palabras por parte del castaño apareció en su cara, al igual que una sonrisa.
Si bien, era cierto que casi todos en la escuela le decían cosas así, escucharlo de Shinji Ikari era distinto.
A diferencia de otros compañeros que se lo decían por conveniencia, Shinji lo había dicho de corazón.
Recordar su voz era una tibia sensación que pronto causó que el corazón le empezara a latir.
¿En qué momento había empezado a sentirse así por Shinji Ikari?.
No lo sabía.
Al principio solo le había parecido interesante por su forma de ser. Cuando lo conoció más a fondo le pareció adorable.
"Últimamente practicamos juntos el piano muy seguido", comenzó a reflexionar el albino, "Cuando no puede ir me hace sentir triste".
Se sonrojó un poco al recordar cómo había conseguido tomarle la mano a Shinji en varias ocasiones, y acercarse más a él, con el pretexto de indicarle qué teclas con exactitud tocar.
Las manos de Ikari eran un poco más pequeñas, pero seguían encajando perfectamente con las manos de Nagisa.
A Kaworu no solo le gustaban esas manos, si no que además las admiraba.
Estaba perfectamente al tanto de todas las responsabilidades que Shinji tenía en su casa.
A veces tenía miedo de que el muchacho se llegara a incomodar por aquellos acercamientos tan impuestos, pero, el castaño siempre acababa actuando como alguien más profesional y se concentraba en la práctica.
¿Y si realmente estaba ya empezando a enamorarse de Shinji Ikari?
-Cuando estoy junto a él ya no me siento incompleto como antes. -. Volvió a decirse.
De una cosa si estaba seguro: no se había fijado en Shinji solo por ser un chico, ni estaba siguiendo alguna orientación. Se había fijado en Shinji por lo que le hacía sentir a él cada vez que estaban juntos.
E Ikari solo le hacía sentir cosas buenas.
Pronto el tren empezó a llenarse de más pasajeros que presurosos buscaban un sitio donde acomodarse mejor.
—Kaworu, buenos días...
Y fue esa dulce voz, precisamente, la que había estado momentos antes en sus pensamientos.
Se dispuso a mirarlo y ahí estaba, Shinji Ikari, quien había subido también a ese mismo tren. Se veía tan hermoso. Esta vez Shinji vestía el suéter que solían usar los estudiantes de primer grado: era de blanco cenizo, aunque tenía unas rayas grises oscuras que adornaban el cuello y las mangas.
Kaworu sintió que veía la cosa más adorable del mundo. Especialmente porque el suéter que él portaba tenía los mismos colores pero invertidos.
El suéter que tenía Nagisa, era el que solían usar los de grados superiores.
Y también lo diferenciaba del de Shinji que el del albino no tenía botones.
Lo primero que hizo al ver a ese chico fue sonreírle. Podía sentir lo contento que estaba su corazón por mirar a Shinji tan temprano.
—Buenos días, Shinji. —. Le saludó. —Siéntate aquí si gustas.
Pronto el albino se movió un poco para darle el espacio necesario a Ikari para que se sentara con él.
—Muchas gracias. —. Tomó asiento enseguida mientras le sonreía a Kaworu como agradecimiento.
Pronto un suave aroma invadió la nariz del albino. Sonrió más al reconocerlo. Era la fragancia de Shinji. Y Kaworu ya la conocía muy bien gracias a esos acercamientos que tenía con el muchacho de ojos azules cuando practicaban.
—Por cierto, Kaworu, —. Habló Shinji. —No sabía que tú también viajabas en tren.
—No lo hago. —. El albino seguía sonriente. —La verdad es que hoy no quería que mi padre me llevara a la escuela, así que me escapé.
—¡¿Eh?!... Y, ¿No estarás en problemas?. —. Shinji en verdad sonaba preocupado.
—Si, por supuesto. Pero, el que no arriesga no gana, y a veces, es más entretenido ponerle más pólvora a las bengalas. ¿No lo crees?.
Shinji se quedó anonadado, jamás imaginó que Kaworu fuera capaz de hacer esa clase de cosas, pero después le causó un poco de gracia verlo intentar jugar a ser un espíritu libre.
—Supongo que tienes razón. A veces mi amiga Mari dice algo parecido.
—Oh, ¿De casualidad no es la chica alta de dos coletas?.
—Si, ella.
—Ya veo. El otro día Sakura me preguntó si ustedes eran pareja. Yo le dije que no sabía nada y que tengo entendido que no sales con nadie.
Shinji se aguantó las ganas de reír con eso. Para empezar, su amiga Mari estaba enamorada de la pelirroja altanera llamada Asuka Soryu Shikinami. Quien era compañera de ellos dos.
—¿Por qué Mogami te preguntó eso?.
—Sakura suele ser un poco curiosa. —. Le explicó el albino. —Según me dijo, esa chica suele abrazarte mucho y le dió la impresión de que ustedes eran pareja.
Ikari solo se rió un poco más fuerte. Claro que no culpaba a Mogami si ésta llegaba a pensar esas cosas. Después de todo, su amiga de dos coletas y lentes era demasiado invasiva al espacio personal del castaño.
El solo imaginarse como pareja de Mari Makinami le causó bastante gracia. Ni en un millón de años algo así sucedería.
—Ella solo es mi amiga, bueno, mi mejor amiga, así que jamás podría verla con otros ojos. Además, está enamorada de alguien más. —. Confesó Shinji.
—Ya veo. —. Kaworu dentro de todo se sintió aliviado.
Observó un poco a su compañero de a lado. El perfil de Shinji se veía delicado pero muy bonito a la vez.
¿Era posible que alguien así de lindo como él no anduviera con nadie? Necesitaba averiguar más. Obviamente tenía que sonar bastante natural.
—¿Y tú, Shinji?, ¿Tú te has enamorado?.
Shinji se sobresaltó al escuchar esa pregunta.
"Tú estás enamorado del príncipe Nagisa, cachorro"
Al recordar las palabras de Makinami pronto se puso nervioso para tratar de responder.
—¿Y-yo?... Bueno... ¿Por qué lo preguntas?.
—Solo tenía curiosidad, ya que estamos tocando ese tema. Si no me quieres decir no hay problema. Es más, discúlpame por ser tan atrevido al preguntar.
—N-no, descuida... No pasa nada, Kaworu.
Shinji exhaló. Tenia que calmarse y no ser tan obvio. Ya era demasiado con que su mejor amiga lo hubiera descubierto como para que el albino también lo hiciera. No podía darse el lujo de cometer el mismo error dos veces seguidas.
Al bajar juntos del tren Kaworu decidió cambiar el tema de conversación con el castaño. De cierta forma intuyó que se había incomodado un poco con esa pregunta.
No podía darse el lujo de equivocarse y alejarlo de su lado por tonterías.
—¿Sabes, Shinji? Encontré unas partituras de una melodía que estoy seguro que podrías tocar muy bien en el piano. Es una canción sencilla pero es muy envolvente su sonido.
—Ohh... ¿Y realmente crees que pueda tocarlo?.
—Por supuesto que sí. —. Aseguró Kaworu sonriente de nuevo. —Shinji, ya me demostraste que eres increíble con el chelo. Estoy seguro que con el piano no será la excepción. Hasta el momento lo has hecho muy bien. Tienes talento y esa es una de las cosas que más me gustan de ti.
La palabra "gustar" lo hizo sonrojarse y exaltarse de nuevo.
No pudo responder más que un torpe "gracias" y siguieron su camino.
Cuando llegaron a la escuela, Kaworu le pidió a Shinji que lo acompañara a su casillero para que le entregara las partituras de las que estaba hablando.
Ikari no se negó.
Al momento de que Nagisa abrió la puerta de su casillero, algo cayó de ahí al piso.
Por educación y cortesía, Shinji lo levantó enseguida y al ver que era una rosa roja, se la entregó a Kaworu.
El corazón comenzó a latirle de forma nerviosa.
—Toma, Kaworu. —. Le dijo tratando de aparentar tranquilidad.
—Ah, si... G-gracias, Shinji... Tú también toma esto.
Después de intercambiar lo que tenían en las manos, ninguno de los dos se atrevía a decir algo. Hasta que Shinji el que decidió romper el hielo.
—Es... Es una linda rosa... —. No pudo evitar sentirse incómodo al pensar en las obvias razones por las que esa flor había aparecido en el casillero de Nagisa.
—Si... Es la primera vez que recibo una. —. Aclaró el albino enseguida, sintiéndose también incómodo con la situación.
—Ya veo... Entonces, esa persona está decidida a todo. Y está utilizando el lenguaje de las flores para demostrartelo.
—¿Tú conoces el lenguaje de las flores, Shinji?.
—Un poco. Mi madre llegó a explicarmelo cuando era niño. —. Shinji comenzó a alejarse de Kaworu instintivamente, y se dio media vuelta para marcharse. —B-bueno... Tengo que irme a mi salón. Nos vemos después.
Ikari dió unos cuantos pasos pero fue detenido por el albino.
—¡Shinji, espera!.
El castaño no pudo evitar detenerse, más no volteó para ver al de cabellos grises, quien dió unos cuantos pasos para acercarse a Ikari de nuevo.
—Shinji, ¿Te veré hoy en las prácticas?. —. Su voz sonaba llena de ansiedad.
Shinji, por su parte, se atrevió a mirarlo al fin, mostrando una escasa sonrisa pero que fuera convincente. —Eso depende... Quizás tenga hoy que hacer servicio con la doctora Akagi... No sabría decirte.
—Entiendo... Igual te estaré esperando. —. El albino trató de sonreír también.
—De acuerdo. —. Shinji volvió a retroceder. Necesitaba preguntarle al otro algo más. —Kaworu...
—¿Si?. —. Nagisa se acercó más a Shinji. Ahora estaba a escasos centímetros de él y eso lo ponía aún más nervioso.
—Yo quería saber... Bueno, tú que sientes, o más bien dicho, ¿Tú qué opinas de que te dejen esa clase de cosas en tu casillero?, ¿No te incomoda?.
Kaworu se puso a pensar unos cuantos segundos. Tenía que hablar con la verdad.
—Debo reconocer que si es algo extraño, como te lo dije hace un momento: es la primera vez que recibo una rosa roja. Pero, dentro de todo tengo curiosidad.
—¿Curiosidad?
—Asi es. Tengo curiosidad de saber quién es la persona que me dejó esta flor. ¿No te sentirías igual si alguien te dejara una rosa tan bonita como ésta igual en tu casillero?
Al escuchar eso, la escasa sonrisa que Shinji tenía en su cara se desvaneció por completo. Creyó lo que tristemente sospechaba. Era duro saber "la verdad", o al menos "reconocerla.
—Tal vez ... Tal vez si me sentiría igual. —. Respondió, ésta vez sin mirar a Kaworu a la cara. —No sabría decirtelo porque yo tampoco he recibido alguna. Aunque supongo que tienes razón.
Shinji volvió a darse la vuelta para irse definitivamente ésta vez. Ya no quería seguir tocando el tema. Le dolía
—Bien... Nos vemos después, Kaworu.
Y se marchó de ahí lo más rápido que pudo, ni siquiera le dió oportunidad a Nagisa para responderle algo más.
Cuando llegó a la puerta de su salón de clases no entró, solo se quedó ahí recargado a un lado viendo como otros compañeros suyos si pasaban.
"¿Y tú, Shinji?, ¿Tú te has enamorado?."
El chico suspiró con tristeza.
—En realidad me preguntó eso porque tal ves quería el consejo de un amigo. Si, eso es . . . Kaworu me ve como a un amigo, y yo... Yo también lo veo de la misma forma. Debo verlo de la misma manera, ¡Si!, Ambos somos muy buenos amigos...
CONTINUARÁ...
N/A: Finalmente después de mucho tiempo, por fin pude rellenar este capítulo. No fue sencillo pero me encantó el resultado.
Cómo detalle extra, decidí agregar que Shinji perdió a ambos padres. En un principio solo era la clásica de perder a su mamá, pero no tiene caso si Gendo ni va a aparecer XD así que mejor se quede desvivido como en el bendito canon 😎. En fin, si alguien esperaba un nuevo capítulo de este Fic, espero que sienta que ha valido la pena esperar tanto tiempo 😬.
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