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Capítulo 30
—•—
Noche.
—¡Oh sí! —esta vez todos empezamos a seguir el ritmo de Queen con another one bites the dust; Kristine pareció tomar más energía porque empezó a meterse en el centro de la pista moviéndose al mismo ritmo del beat con pasos sincronizados.
—¡Kris, Kris, Kris! —la apoyábamos y notamos cómo ella tomaba una especie de micrófono adentrándose en su papel de cantante no cantante.
Los presentes la siguieron aplaudiendo y tratando de seguir sus pasos, Adam por otro lado se reía y bailaba al mismo tiempo con sus propios pasos.
—Hola bonita. —escuché a alguien susurrar en mi oído y me giré confundida, era uno de esos chicos que había visto anteriormente pero era guapo, muy guapo. —¿quieres bailar?
—Noë... ¡Noah!, ¿qué estás haciendo? —Connor llegó con una expresión muy seria en su rostro viéndolo mal ahora.
—Invitando a bailar a esta bonita señorita. —dijo el tal Noah con descaro manteniendo su mano extendida hacía mí para que aceptara.— ¿cómo te llamas?
—Eh... Barbara, supongo que eres amigo de Connor.
—Acertaste, muñeca. —sonríe coquetamente ignorando al castaño quien se queja de que ha usado un apodo muy gastado.— ¿quieres bailar?
—Veamos sí logras seguirme. —bromeé alejándome para empezar a bailar ahora con Michael Jackson de fondo.
—Ey, me caes bien. —Connor vuelve a quejarse al verlo bailar al mismo ritmo que yo caminando hasta donde estaban los otros chicos que habíamos visto mucho antes.
Así que esos chicos eran sus amigos.
Pero algo estuvo mal, me sujeté la cabeza cerrando los ojos unos segundos jadeando por el repentino dolor que sentí, parecía que iba a desvanecerme.
—No me siento bien... —murmuré llamando la atención de Ailam quien rápidamente me sujeto cuando todo se oscureció.
•••
—¿Qué piensas, Barb? —la voz de Clary me saco de mis pensamientos logrando que la mirara ahora.
No tenía ni la menor idea de que estaba hablando pero ya estamos en camino a casa de nuevo.
—¿De qué estás hablando?
—Parece que no dormiste bien, Barb. —comentó ella y miró a Kris quien se encogió de hombros recogiendo su rojizo cabello en una coleta.— decía que sí ibas a comer galletas de las que preparamos antes de salir.
—Ah. No gracias, Clar, no tengo hambre. —ella me miró unos segundos pero lo pasó de largo concentrándose en la libreta que tenía en sus manos ahora.
Kristen siguió en silencio todo el trayecto a casa, no quería hablar de lo que había pasado anoche, porque después de haberme desmayado lloré al ver a Chase cerca, ella se preocupó y me hizo decirle toda la verdad.
La promesa fue que ella no diría nada y tampoco iba a perder el tiempo con quién no lo valía.
Era un silencio incómodo el que envolvía el auto, pues ni siquiera Hazel hablaba.
•••
—Vamos a ver sí entendí, esto lleva desde que tío se fue?
—En parte.
—Agh. —La pelirroja golpea una de las almohadas de mi cama con fuerza y me mira de nuevo, pero en sus ojos se refleja la preocupación.— voy a cumplir mi promesa... pero vamos a hacer algo, ve a ducharte y te pones lo que deje sobre tu cama, vamos a salir a despejarnos la mente.
Sale de la habitación sin mirar de nuevo y yo me quedo pensando en todo lo de la noche anterior, el dolor, la ira, mis palmas sin las marcas de mis uñas esta mañana, los amigos de Connor agradables, quiénes se presentaron antes de que nos fuéramos de las cabañas, Kristine evitando salir a golpear a mi otro hermano, Adam insistiendo en los dibujos que había hecho distraídamente apenas desperté después de ese desmayo.
Mi fuerza repentina, esos sueños donde ahora sólo la luna me cubría con su luz y tenía un vestido blanco del mismo color de su luz.
Evak.
Ese había sido el nombre que escuché antes de desvanecerme.
Alguien lo mencionó, y no logró recordar nada de ese extraño sueño, pero sé que no fue nada agradable.
Sin pensarlo más me dirigí al baño a tomar una ducha.
Necesito mi mente despejada.
•••
—Kristine. —La llamé mirándome en el espejo de cuerpo completo en mi habitación, ella había escogido un short de corte alto, una blusa de algodón algo corta de un color pálido manga larga y mis converses blancas.— ¿a dónde se supone que vamos a ir? —ella deja de intentar recogerse sus rebeldes mechones para mirarme con una sonrisa.— eso no me gusta.
—Sólo ten en cuenta que vamos a divertirnos. —aseguró con una sonrisa ladina rindiéndose con su cabello, se colocó una chaqueta de cuero roja y me pasó un otra chaqueta del mismo material, sólo que de color negra.—Vamos Barb, ya Hazel nos dio permiso, así que disfrutemos de la diversión fuera de la mente con muchos pensamientos.
—Sí tú lo dices...
—No seas negativa, Barby.
•••
—Cas, créeme que no quería venir. —el recién nombrado me ve divertido sin decir ni una palabra, tenía mucho haciendo drama porque no quería salir del auto.
—Ahora sí, ven. Gracias por traernos, Cas. —él nos regala una sonrisa y asiente, miró mi celular cuando me bajo por mi propia voluntad leyendo el mensaje de Danessa.
Espero estes teniendo un buen tiempo con la sorpresa que tu papá envió princesa, te queremos mucho, recuérdale a tus hermanos que también los queremos y bueno, don ocupado estará de regreso después de mí. 😂 Me escribes qué tal te va en la pista de patinaje y los videojuegos.
"3:20
Sonrió al terminar de leer el mensaje y una risa se escapa de mis labios al escuchar el apodo de papá, es cierto.
Hola Nessa, hasta los momentos parece que con ciencias yo soy la "mala influencia". 😂
"3:23
Los queremos mucho y esperamos que vuelvan, se va a arrugar como una pasa en cómo siga de amargado también, después te digo que tanto me obligaron a bailar en la máquina esa de la sala de videojuegos. :p
"3:25
Un mensaje de Finn me llama la atención.
Barb, ¿estás ocupada?
"3:21
—Ya Barby, deja el celular. —Kris me quita el celular de las manos y señala frente a mí, a los primeros que veo son Jean, Ailam y Connor quienes sonríen alegres.— nuestros primos se van a quedar hasta noche buena. —respondió antes que yo tuviese la oportunidad de preguntar.— sabía que ibas a decir algo así.
—Estoy llegando a creer que eres una bruja o algo así. —bromee haciéndola reír para acercarme a los chicos saludándolos alegre.— ¡chicos!
—¿Y para mí no hay saludo, muñeca?
—¡Macarena! —abrazo a Noah riéndome y él me sonríe divertido guiñándome un ojo para luego apartarse al ver algo detrás de mí.— Bájale a dos a tus celos, teñido. —se burló él y Connor dijo que no era ningún teñido.
Me carcajeé notando que recién estaban llegando los demás chicos.
Shane, Jona y Nathanaël.
Los cuatro mejores amigos de Connor, quienes eran demasiado graciosos, bueno, el último, rubio casi albino era el más serio en parte.
—¿Y qué dicen?, jugamos o no?
—Sí no pisas el hielo que te haré tragar cuando llegue a la meta. —La pelirroja poso tal cual modelo sonriendo divertida hacía Shane quien le respondía con el mismo gesto.
—Ya veremos, rojita. Carrera hasta la taquilla, ¿vale? —ella se rió y salió corriendo sin darle tiempo a contar.— ¡eso es trampa, tomate!
—Sigo diciendo que parecen niños.—el moreno, Jona, se burló y los siguió corriendo.— pero yo les ganaré.
—No lo creoooo. —Está vez el que habló fue el castaño de Noah, quien les piso los talones al casi alcanzarlos con mis primos detrás de él.
—Yo pensaba que era la única con ganas de bailar sobre el hielo.
—Te acabas de dar cuenta que no, pequeña Barb. —Nathanaël me regaló una sonrisa divertida y se adelantó caminando dejándome a solas con Connor quién se veía muy alegre a tal punto que parecía un niño emocionado.
—¿Entonces vamos? —me sonrojé cuando me ofreció su mano pero igual la tomé, asentí tímidamente sintiendo una corriente recorrer mi cuerpo, y el reconocido mariposas en el estómago.
Minutos después estábamos en la pista los chicos haciendo carreras y yo de nuevo a solas con Connor intentando hacer algo a lo patinadora profesional, sólo que me caía mucho y agradecía haberme puesto medias largas antes de haber salido de casa.
En ese momento mi corazón latió con fuerza cuando Connor tomó mi mano de nuevo, empezó a bailar conmigo al son de la canción suave, claramente yo no podía dejar mi torpeza de lado pues me resbalé y antes de tocar el hielo él me había sujetado impidiendo mi caída.
Cómo si de un flashback se tratará cuando lo vi a los ojos, me pareció estar en otro lugar, la familiaridad que sentía en ese momento me hizo vernos en una especie de sala, yo usando un vestido largo tal cual los del siglo victoriano, y él una especie de traje.
La conexión se rompió cuando él me alejó de él y sonrió nervioso antes de irse, dejándome sola en la pista.
¿Qué había sido eso?
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