14

Es ahora o nunca, ese era mi pensamiento continuo al ver pasar mi vida frente a mis ojos.
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Capítulo 14
Fifi.

Papá se posicionó a mi lado regalándome una sonrisa incómoda.

Yo también estaría así, papá.

Pensé porque realmente era algo incómodo, no podía negarme a confirmar que esta casa, mis disculpas, mansión, no era bonita, estaba algo alejada de dónde vivíamos realmente, pero no me preocupaba, por lo menos el instituto quedaba a unos treinta o veinticinco minutos.

—Adelante chicos, pasen. —pidió la azabache con una sonrisa mirándonos a todos. Mis hermanos pasaron despreocupados junto a Clary después de mí.

Me había quedado observando todos los detalles de la casa gris con detalles dorados, era al estilo victoriano pero moderna, y aunque fuese lujosa a simple vista conservaba ese poco toque familiar.

En la puerta nos esperaba una señora que suponía era la que trabajaba aquí, después que papá entrará y Danessa se despidiera de nosotros para ir de nuevo al auto, ella nos hablaba de lo emocionada que estaba de qué estuviéramos aquí.

—Buenas tardes. —le dijimos todos a la señora que ahora nos sonreía y nos devolvía el saludo, papá ahora estaba algo tenso eso lo había notado de inmediato.

Desde ya admito que me siento algo incomoda con esta idea de vivir en un lugar tan... es como sí cada decoración en este lugar gritará;

Dinero.

Me encogí de hombros suspirando y mis hermanos pararon cuando los mayores se miraron como siempre lo habían hecho.

Con frialdad.

—Drew, hablaremos en mi oficina, sí no es una molestia para ti. —recalcó el "molestia" y me sentí más incómoda, se giró hacía nosotros con una sonrisa y luego a la mujer que estaba detrás de nosotras.— Rosa los llevará a sus habitaciones para que se instalen, adelante, están en su casa.

Quién la entiende.

Los dos adultos desaparecieron detrás de unas puertas de caoba, la cuál suponía era su oficina, Clary iba sonriente observando todo mientras Chase y yo sólo le pedíamos a la señora Rosa que nos enseñará nuestras habitaciones sintiendo aún la tensión en el ambiente.

—Por aquí, pequeños, y no se preocupen, la señora Hazel suele ser así de seria casi siempre cuando son negocios. —explicó amablemente la señora canosa con una sonrisa ladina sincera.

Más puntos para la incomodidad.

...

Chase y Adam compartirían habitación, menos mi hermana y yo, cada una tenía una habitación propia por orden de Hazel quién pidió que tuviésemos privacidad.

Por otro lado no podía decir lo mismo de mis hermanos, el pobre Adam se vería envuelto en el mal humor de Chase cada mañana.

Mi madre había dicho que la cuarta habitación era el gimnasio, por lo tanto ambos podrían hacer su amado ejercicio todos los días.

Apenas abrí la puerta de la que sería mi habitación mi boca se formó en una perfecta "o", era simplemente agradable, no podía siquiera dejar de mirar fascinada aquellos tonos rosados suaves en la colcha de la cama, al igual que el resto de la habitación aunque las paredes eran de un tono crema.

Había un televisor pantalla plana en la pared y un gran ventanal con un pequeño banco del lado izquierdo de mi cama, al otro lado de este le seguía un escritorio de caoba, y más ese armario que estaba con las cajas pequeñas de mi ropa.

Estaba perfectamente iluminado por los grandes ventanales.

—Vaya... creo que quería atraparme más con la cama que con la habitación. —murmuré lanzándome a esta respirando suavemente.

Santo cielo.

Es demasiado cómoda.

Suspiré extasiada por el olor delicioso a lavanda que desprendían la sábanas.

—¡Barbara! —escuché la voz de mi padre, como sí tuviese un resorte incorporado en mi cuerpo me levanté rápidamente y bajé corriendo las escaleras.

Papá estaba al piel de las escaleras de caracol con una sonrisa al ver que estaba tranquila, le sonreí de lado y salté a abrazarlo.

—Voy a extrañarte, papá. —confesé sintiendo mis ojos picar cuando caí en toda la realidad.

Papá no estaría en las mañanas para regañarme al estar tan tarde leyendo, no lo escucharía bromear sobre su trabajo o peor, tampoco podría darle una paliza en tenis.

Es broma, ese viejo me haría muchísima falta.

—Yo también voy a extrañarte, pequeña. —beso mi cabeza con suavidad suspirando y me despeino el cabello.— pero te llamaré todos los días, ¿bien?, cualquier cosa que necesites te comunicas con...

—Los gorilas. —bromee haciéndole reír.— los hombres de la seguridad favoritos. —complete sonriente asintiendo.

—Nada de fiestas hasta tan tarde, ni chicos, hazle caso a tu mamá y cálmate con Chase, no bromas pesadas y cuida de que nada se descontrole mientras no estoy. —reí asintiendo y le saqué la lengua.— y pórtate bien, ¿lo prometes?

—Tranquilo, señor controlador. —reí con suavidad.— todo estará bien... y sí, lo prometo.

—Ya sabes cariño, cualquier cosa llamas, ¿sí? —asentí con tristeza.

Le di un último abrazo como sí fuese la última vez que lo viese y le deseé un buen viaje.

—Cuídate mucho papá, te quiero. Promete que volverás.

—Yo también, Barb. Lo prometo, hija. —sonrió paternalmente y luego mis hermanos se quedaron un poco más hablando con él.

Me aparté observando la escena, Adam y Chase bromearon con él mientras Clary sólo lloraba porqué no quería que se fuera.

Nunca supe que fue lo que hablaron papá y Hazel, pero sí tenía razón en que había sido algo muy serio por la expresión de él cuando se despidió.

Lo vimos irse en su auto y suspiramos al unísono, Danessa anteriormente se había retirado cuando se despidió de nosotros y así terminar de arreglar todo lo del viaje.

...

—Esto... es, aburrido. —dijo Clarisse con la cabeza fuera de la cama mirando hacía el televisor después de unos segundos atrás haberse lanzado sobre esta.

Yo permanecía en el escritorio cerrando el libro de física con el que me había ayudado a estudiar y terminar mis deberes.

—¿Y qué quieres que haga? —pregunté girándome en la misma silla del escritorio dándole una mirada divertida.

—Hagamos algo. —pidió suspirando con dramatismo.

—Eh, yo pasó, aún debo desempacar algunas cosas más. —reí acurrucándome contra mi cama apenas me senté.— y creo que sí cierro los ojos me dormiré completamente.

—Eres una aburrida. —me miró mal con un puchero formándose en sus labios y luego sonrió ampliamente, eso no es bueno.—¡Ya sé!, vamos a comer helado o vamos al cine.

Miré la hora en reloj que estaba sobre la pared, alzando una ceja, pensé que era más tarde pero me equivocaba puesto que apenas eran las cinco y cuarenta de la tarde.

Negué no deseando salir de la preciada cama haciéndome más lugar en esta misma.

—Oh vamos, Carson podría llevarnos.

—No quiero salir realmente, Clarisse. Estoy muy cómoda aquí. —definitivamente mis padres fueron conejos porqué en este caso yo me llevó un año con mi hermana, luego dos con Chase y tres con Adam.

Todos somos contemporáneos.

—¡Oye! —me quejé apenas sentí como la azabache me quitaba el libro que recién había empezado a leer y perdía la página en la que estaba.

Dónde puedo poner el botón de "morir lentamente"?, no recuerdo el número de la página que leía.

—Vamos, Barb. Siempre te la pasas encerrada entre tantos libros y nunca sales.

—¡Sí salgo!

—En todas las vacaciones sólo saliste por obligación.

—Mentira.

A mi tan corta edad, ya mis padres me habían moldeado con la mentalidad de que tenía que asistir a todos los eventos u actividades que nos dijeran, hasta Danessa que llevaba más de dos años con nosotros nos había intentado sacar más de casa para hacer cosas de adolescentes normales.

Yo no era la única que se aburría con tantas de las responsabilidades con las que habíamos crecido.

Salí de mis pensamientos cuando ella movió su mano frente a mis ojos.

Catorce años de vida son preciosos para leer.

—Anda, nunca sales con tu hermosa hermana. —se señaló con indignación fingida haciendo pucheros. —¿Vamos?

—No.

—Sí.

—No.

—Sí.

—No.

—No.

—Sí. —me tape la boca indignada por la respuesta que había salido de mis labios.— ¡Clarisse!

—Vístete porque tendremos lo que resta de tarde divertida. —sonrió ampliamente empezando a caminar fuera de la habitación.—iré a avisarle a los chicos.

Apenas salió de la habitación cerré mis ojos con fuerza, mi hermana era experta para sacarnos de la casa así no quisiéramos, en eso se parecía un montón a Danessa, quien siempre la llevaba a sitios acordes a su edad por toda las pesadas actividades que mi padre también le ponía encima.

Camine hasta el armario con paso perezoso suspirando largamente al verme aburrida y desganada, saqué un jean pegado, una blusa blanca de tiras suelta y mi amada chaqueta de cuero sumándole mis vans blancas.

Una vez en la sala ya lista le sonreí a mi reflejo en el espejo con un pequeño suspiro, me hice una coleta desordenada y escuché la voz de mis hermanos en la escalera.

Adam fue el primero en llegar hasta mi chocando su mano conmigo.

—Hoy luces con estilo, diva. —bromeó divertido aplaudiendo.

—Gracias, hermano loco. —reí suave escuchando la voz de Chase.

—Acabamos de hablar con Hazel, dijo que está bien, podemos salir.

—Todo un rompe momentos de glamour. —dijo divertida mi hermana menor.

—Hoy estamos hermosas. —le dije sonriendo de lado y ella asintió haciendo una pose diva, Adam abrió la puerta de la casa riendo y salimos. —y también combinadas. —bromee cuando noté que traía una ropa similar a la mía sólo que en vez de una chaqueta de cuero la de ella era de mezclilla.

—Y que se les llegué a acercar cualquier idiota. —dijo Adam protector.— sí se pasa de listo, conocerá a mis bebés. —levantó sus puños y nosotras rodamos los ojos saludando a Carson apenas lo vimos.

—No le hagas caso, Cas. Parece que tomó mucha agua salada. —Se burló Chase entrando por el lado de Clary haciéndonos reír.

—Calla teñido. —le sacó la lengua el azabache riéndose divertido.

Parece que la salida va a estar interesante.

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