Capítulo 53
Iniciaba una llamada que había quedado pendiente entre Kai y MinHa.
— ¿No tienes nada que hacer? —. MinHa enredaba en un dedo dos mechones de su cabello.
— Estaba revisando un paciente y quise llamarte —.
— ¿Cual es el caso? —.
— Ligero trastorno mental —.
— ¿Pensaste en mi con ese caso?—.
— Chica lista —. Kai noto lo ofendida que se sintió.
— Juegas con tu estomago —.
— Sabes que se cocinar, eso no es problema para mi —.
— Recogeré mis cosas del apartamento —.
— ¿A donde irás, con tu tío? ¿Veras a Baekhyun? ¿Con que vivirás, si el dinero de tus padres sigue en proceso?—.
MinHa zapateo y bajo el brazo contra sus caderas, lo que él decía era su realidad.
— Acéptalo en este tiempo dependes de mi. Solo aferrate con todas tus fuerzas—. A Kai no le molestaba si ella lo hacía.
— Lo hago porque te necesito, no te hagas ideas tontas —. Entre su nerviosismo MinHa quería seguir siendo orgullosa.
Ambos rieron después de escucharse torpemente hablando, eran como dos niños mostrando quien tenía mas fuerza en el juego.
— ¿Como te fue?—.
— Firme el contrato. Estoy esperando a que venga el jefe de personal para que me presente con los demás. Me duele el estomago—.
— Son nervios ... Me alegra que estés trabajando, que estuvieras en el apartamento todo el tiempo me preocupaba mucho. Se que estás afanada con lo de tus padres, pero es mejor ir lento y no corres riesgos innecesarios—.
— Soy un asco —. MinHa se daba golpes de pecho escuchando a Kai preocupado, con mas veras no podía contarle la verdad.
— Aló, aló ... ¿Hola? ... ¿Se cortó?—.
La voz de él la hizo hablar otra vez.
— Es que la señal aquí es pésima. Ya viene el jefe de personal, te hablare cuando salga. Concéntrate en tu trabajo no gastes tiempo en otras cosas —.
— Depende de ti. ¡Kim MinHa, ánimo! —.
— Estas enfermo. Voy a colgar —. Se despidió riendo.
El peor ser humano que haya pisado la tierra; no había otra descripción de como ella se veía, fuera de sus pensamientos egoístas y la idea de querer hacer justicia para sus padres, no podía dejar la culpa cada vez que miraba los ojos de Kai. Mantenerlo al margen le costaba mucho, si él confiaba en ella tanto como lo decía; la sensación de traición ante esa confianza llevaba torturandola días atrás.
Respiro profundamente llenando sus pulmones de todos los quimicos que se sentían en el aire de aquella sala de espera. Soltó lentamente sus culpas dejándolas mezclarse con el ambiente de la planta. ¿Que podía hacer cuando ya estaba en marcha? Retractarse era llamar la atención y decir la verdad sería detonar una bomba, asumir sus decisiones con valentía era todo lo que podía hacer.
— Lamento la espera, tenía un par de asuntos que solucionar —. El representante sudaba como si hubiera corrido desde la entrada.
— No se preocupe, meditaba un poco —.
— Que bueno. Acompáñeme por favor, le enseñare su puesto de trabajo —. Le mostró el camino apuntando con sus brazos por el pasillo de la derecha.
En la torre donde estaba el silencio era tal que si caía una alfiler podría escucharse con toda claridad el retumbar contra el suelo. Las paredes estaban pintadas de blanco hueso, las ventanas de cada sala estaban recubiertas en caso de emergencia, cada treinta metros había una sala y para entrar debían dar una clave por usuario, lo que mostraba la seguridad que manejaban. habían cámaras de seguridad cada cinco metros una muy estricta vigilancia en toda la zona.
Metros mas adelante frente a una puerta de acero de una siete metros de alto sellada, con un monitor y teclado, la pantalla de color azul tenía un par de letras conformado la palabra "Acceso". Estaban detenidos frente a la puerta que sería abierta desde adentro, por extrema seguridad; mas bien falta de confianza, nadie a excepción del personal que trabajaba en esa sala tenia la clave de acceso.
Tras la puerta de acero apareció un hombre de corbata, de unos 32 años, colgado del bolsillo en su saco de tela fina estaba el carnet de identificación que lo presentaba por si mismo, llevaba el cabello peinado hacia atrás y los lentes lo hacían ver muy intelectual.
— Señor Kwon, es raro verlo por aquí —. Dijo el hombre con las manos en los bolsillos.
— Son asuntos especiales. Ella es la nueva recluta, estará trabajando en esta área —.
— Es un gusto conocerlo, señor Rae, soy Kim MinHa y estoy encanta de trabajar aquí —. Muy formal y sutil para el primer día.
— Espero diga lo mismo en una semana. Ahorrese las molestias, hagamos esto rápido —. Con eso mostró su mal carácter en base a un estrés por el trabajo.
La sala en su interior tenia un aspecto de antiguo, grandes maquinas como computadoras gigantes, lectores de movimiento, maquinas que hacían estadística constante, todo un artilugio de la prehistoria; pero con un toque de modernidad al tener puestos de trabajo oficinistas.
MinHa fue dejada hay y el jefe de personal salio. Su trabajo era dejarla con el equipo y eso seria todo. Nada de recorridos, presentarse con los demás, esa era el área que debía interesarle nada más.
— Kim MinHa, ¿cierto? —. Dijo el hombre mientras sacaba un cigarrillo del cajón de su escritorio y lo llevaba a su boca. — Escuche que fue capaz de entrar a la planta vecina. Envíe tres personas pero ninguna lo logro, debe sentirse orgullosa —.
— Si usted lo dice asi —. MinHa tenia cierta sensación de querer salir corriendo.
— Como ya debió darse cuenta, nuestro trabajo es distinto al de los demás. Nos dan una orden y actuamos sin preguntar. Quiero que tenga en su cabeza que aquí no es bien visto las bromas o querer ser listo, ¿entiende? —. Tenia el cigarrillo en la boca sin encender, lo pasaba de lado a lado pero no sacaba la mechera.
Habían mas personas en la sala, eran un total de seis, ella era la segunda mujer en el equipo. Todos oían pero hacían caso omiso a la platica, se veían desinteresados y muy concentrados en las pantallas de sus computadoras.
— Así debe ser. No pierda cuidado —.
— La de allá es tu estación ya tienes el primer trabajo —. Saco la mechera del bolsillo y al dar dos toques prendió fuego al cigarrillo, se dio la vuelta y fue a su estacion.
MinHa tenia la zona izquierda en el ultimo rincón, callada mirando de reojo fue y tomo su lugar. El silencio solo se interrumpía con la respiración de sus compañeros y los golpes de teclado nada mas. Se veía opaco el sitio, aun siendo iluminado con luz blanca se veía gris a los ojos de MinHa.
Movió el mouse de su pc y un mensaje estaba abierto. Era del presidente Hwang haciendo una petición. MinHa con su sentido de justicia ardiendo se molesto un poco por la petición del presidente, quería que estuviera tras la rejas, anhelaba el día que pudiese verlo de rodillas arruinado por su ambición. Le toco mantener la postura, ya estaba adentro y eso era mucho.
Estiro sus brazos y sacudió sus manos, era la hora de poner en practica sus intensas clases sobre programación y seguridad virtual. Cada vez que oprimía una tecla una parte de ella moría, estaba cometiendo un delito, siendo esa la única forma de ganar la confianza de alguien como Hwang, si era o no la solución solo el tiempo se lo haría saber.
Ese día salio con tiempo del trabajo, le pesaba el alma y caminaba haciendo sonar el tacón de sus zapatos bajos. Balanceba el maletín que tenia del lado derecho y caminaba en zig zag, su cabeza iba a explotar pero sabia que era mas por el sentido de culpa que tenia. Llegó a la estación y tomo un bus al apartamento, la cama la estaba esperando.
Se dio cuenta en las escaleras del edificio que ni tenia las llaves del apartamento, debía probar si Kai ya había llegado o tener que esperar a que lo hiciera. Antes de que tocara el timbre la puerta se abrió y el joven de bella sonrisa apareció para ella. La tomo de la mano y la entró, le quito el abrigo y le sirvió té, se llevo el bolso y lo colgó en el perchero. MinHa lo miraba eztrañada pero no le decía nada.
Kai llevó galletas a la mesa y se sentó a su lado.
— Cuentame. ¿Como es? ¿Tienes de jefe un hombre o una mujer? ¿que tal tus compañeros? —.
MinHa río y un poco del te se derramo, limpio su boca y borro la risa de su rostro.
— Todo es normal. Haces muchas preguntas —.
— Hace mucho no trabajas en una oficina, quería estar seguro que las cosas van bien —.
— ¿Que quieres ser mi hermano mayor, o algo así? —. MinHa tomo una galleta y comió la mitad de un mordisco.
— Si te digo que quiero algo más, ¿ me lo darás? —.
— Conociéndote es algo pervertido así que evitemonos problemas. Quiero llevar las cosas en paz —. Hizo cruces con sus brazos en símbolo de rechazo total.
— Si fuera como antes te me hubieras hechado encima —. Kai hablaba desilusionado.
— ¿De quien es la culpa? —. MinHa tomo dos galletas y fue a su habitación. —Iré a ducharme, me duelen los pies —.
— Ve Cruela. Descansa tus ideas malévolas —. Kai hizo un movimiento con la mano despidiéndola.
Finalmente se habían adaptado a vivir juntos. Molestar con cosas de ese tipo era natural cada vez que se encontraban, así estaban fortaleciendo el lazo que los unía. Aunque ya no hablaban por largas horas mantenían el mismo ambiente estando los dos, se estaban volviendo inseparables, una relación mas allá de un noviazgo o una amistad, una unión mística que estaba destinada a ser así siempre.
......
Un mes había pasado desde la ultima vez que Chanyeol vio a MinHa después de que se fuera de su casa espantada al despertar de su borrachera. Hablar con Kai le proporciono una tranquilidad innata, cabía la posibilidad de que ella siguiera enamorada igual que él, el problema estaba en hallar esa razón.
— ¿Estaría bien preguntarle? ¿Que es eso tan importante? ¿Me mintió sobre separarnos? —.
A diario se cuestionaba por las posibles respuestas, lo que si tenia claro era que no andaba con Kai pero si tenían que ver. Eso le molestaba pero por otro lado le daba confianza que la cuidara, era alguien en quien ella confiaba a pesar de lo que había pasado.
En la empresa las cosas iban mejor que nunca. La compañía Q&Q manejada por Smith el prometido de la amiga de MinHa se había convertido en un potente inversionista, y había originado una muy fuerte amistad, aunque Yi Ah dejo de visitar la empresa porque MinHa no estaba. Manteniendo una linea entre lo profesional y lo personal fue que se llego a buenos términos laborales a pesar del descontento de la futura esposa de Smith.
Chanyeol había decido esperar el tiempo del que hablaba Kai, había cometido muchos errores por sus tonterías, no quería volver a ese circulo interfiriendo en asuntos especiales para MinHa, sus razones tenia ella para no haber hablado directamente de lo que iba a hacer. La paciencia no era su don pero por ella lo trabajaría.
Otra de las cosas que mejoraron fue su relación familiar. Los periódicos hablan de los hermanos maravilla y su excelente trabajo en equipo. No era de competir por el puesto de heredero si no hacer crecer el imperio sin importar quien quede a cargo al final. También para sorpresa de muchos la relación tio - sobrinos sufrió un cambio drástico, salían almorzar juntos, se reunían en la casa Park, hasta hacían salidas en familia.
Fue una vez que se dieron un tiempo para hablar de cosas diferentes al trabajo en un bar de calidad. Una mesa especial fue el epicentro de la conversación; temas como el pasado de hermanos, peleas por la herencia fueron los principales esa noche de luces y música relajante. Por mutuo acuerdo y gracias a que se aclararon muchos mal entendidos, acordaron dejar las discordias de lado; no valía la pena perder momentos en familia por circunstancias triviales y cargadas de simples sospechas.
Se respiraba paz, armonía y tranquilidad en el entorno. Pese a su afligido corazón, podía decirse que pasaba por una buena época en la mayoría de los aspectos. Muchas veces Kris compaginado con SeHun lo arrastraban a las citas a ciegas para que tuviera otros horizontes, no contaban con que Chanyeol fuera tan rudo para conocer chicas y los hacia quedar una que otra vez en ridículo.
Era Domingo aquel día. No había trabajo y se acostumbraba a estar todos en la habitación del señor Park, compartían historias y una que otra lectura. Los muchachos limpiaban la cama y a su padre de pies a cabeza, querían que siempre se viera bien por si llegaba una visita a saludarlo. Se mantenían como familia y estaban seguros que los días de luz regresarían y estarían todos en la mesa a la espera de algún buen platillo.
Mientras la señora Park leía para la familia un poema de la época antigua, que relataba una historia de amor que perduro cada estación del año y que cuando era invierno era mas intenso y cálido que en verano. Kang los acompañaba en silencio como siempre, observaba el bello cuadro y sonreía de ver una familia tan unida.
— ¿Porque te gusta ese poema? —. SeHun la miraba pensando que relación había con el poema y la expresión en sus ojos.
— Fue el primer poema que me dio tu padre —.
— Has dicho tantas cosas de papá que me cuesta creer que es la misma persona —. Chanyeol acomodaba los pies de su padre.
— Tu padre es muy tímido y se sonroja por estas cosas muy rápido. Por eso ustedes no lo saben —. Dijo su madre viendo al hombre que descansaba.
— Desearía poder preguntarle —. SeHun lo tomo de la mano.
Todos callaron y seguido suspiraron viendo las circunstancias y lo mucho que habían esperado pero aquel hombre parecía muy plácido en otro mundo.
En un momento el señor Park movió la mano que SeHun sostenía, haciéndolo brincar de la impresión.
— ¡La movió! ... ¡Papá movió la mano! —. Asombrado señalaba la mano tendida en la cama.
— No juegues con esas cosas —. Chanyeol se molesto al ver a su padre tal cual.
— Cariño, se que me escuchas. Por favor despierta...—. La señora Park se recosto en el pecho de su esposo aferrándose a él.
SeHun vio el rostro de tristeza en su madre y capto el error que había cometido al alterarse por un reflejo de su mente. Si su padre hubiera movido la mano despertaría ante las suplicas de la pobre mujer .
— ... Mamá... Yo ... —.
Una quejido hizo que todos se acercaran a la cama, la respiración sonaba voluntaria, un chirrido de la cama decía que la persona se movía. Las manos, los pies, luego la cabeza y por ultimo los ojos. El señor Park estaba regresando en si después de muchos meses de ausencia.
El gesto de alegría y las largas de felicidad no se hicieron esperar, fueron días duros en su ausencia pero que estuviera luchando con todas fuerzas hasta finalmente despertar los llenaba de orgullo y de una felicidad difícil de describir. SeHun cayo de rodillas al lado de la cama, mientras su madre lloraba sobre el pecho del señor Park besando continuamente su mano, Chanyeol se limpiaba las lágrimas pero no podía dejar de llorar.
Kang corrió para avisar al medico de confianza la gran noticia, estaba tan feliz que no sabia como mostrar sus sentimientos, simplemente no dejaba de sonreír y de agradecer al cielo.
Después de mover sus extremidades y estirar sus músculos el señor Park lentamente abría sus ojos al mundo del cual se despidió por un tiempo. Miro con los ojos entre cerrados en donde y con quien estaba. Identifico un cuarto distinto al que compartía con su esposa, el pitido de las maquinas que lo rodeaban, y a su esposa e hijos. Parpadeo un par de vez esforzándose para que los ojos no se le cerraran.
Escuchaba las personas que lo acompañaban pero no entendía bien, sus oídos parecían tapados y su visión era un poco borrosa, sin embargo pudo mostrarles una enorme sonrisa agradeciendo que los tenia cerca.
— Bienvenido papá, no sabes la falta que nos haz hecho? —. Con el rostro empapado en lágrimas y una gran sonrisa lo recibía su hijo mayor.
Su padre asintió y una lágrima rebelde se le escapo del lado derecho en un gesto de emoción por ver a su familia tan conmovida y llena de sentimiento.
— ... Los ... Amo ... —. Fueron sus primeras palabras las que desataron el llanto en los tres que los rodeaban.
— ¡Nosotros a ti también, cariño! —. La señora Park lo beso y no paraba de llorar.
En la casa Park era el inicio de la primavera, el sol de Domingo inundo con su luz hasta el ultimo rincón de la casa. Empezaron a escucharse por estaciones el grito de gloria por el despertar de su jefe. Las mujeres de mas edad se pusieron de rodillas con la mirada y las manos hacía el cielo, lloraban en jubilo por el milagro que tanto habían pedido en sus suplicas antes de dormir.
Kang llamaba al medico de confianza para que a la brevedad llegara a la casa y revisara como estaba el señor Park. El medico no lo creía y le repitió mas de tres veces a Kang —¿Estás seguro? ¿No se trata de un reflejo?—.
Era muy difícil de creer, habían pasado muchos meses sin ninguna respuesta, pese a los tratamientos y los fármacos suministrados nada parecía funcionar, el señor Park estaba tan sumido en sus sueño que daba la impresión que no quería regresar a la realidad.
— ¿Debería contarle? ... —. Kang miraba en su celular uno de sus contactos favoritos. — Puede que este trabajando. Mejor le envió un mensaje —.
Escribió no mas de tres frases y dio enviar. Estaba tan feliz que quería compartir esa dicha con los demás. Siguió a la cocina y pidió que hicieran un menú especial, se trataría que alimentos ligeros y bajos en sal, saludable y que proporcionara energía, los cocineros acataron la orden con tal emoción que corrían buscando un buen menú.
La familia Park continuo llorando por varios minutos, no se decían nada solo se miraban entre ellos riendo y llorando a la vez. Los hijos rodearon la cama y tomaron la mano de su padre, sintiendo el calor que hace mucho tiempo su cuerpo había perdido.
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¡Gloria a Dios por los milagros!
Aquí esta para ustedes con mucho amor (lamento la tardanza) y esfuerzo, este su nuevo capítulo especial. Como verán las cosas apuntan a que vamos acercándonos a un final.
No se me preocupen, aún faltan capítulos pero si estamos a puertas de un END. Les agradezco el apoyo y el amor que siempre le dan a cada capítulo, los quiero mucho y recuerden dejar sus comentarios bellos y sus lindas estrellitas.
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