capitulo 6

-¿Haru Sakurai?

Ino no se lo podía creer.

Al menos ya estaban fuera de las oficinas de Promociones Multimedia y nadie podía escucharla, pensó Sakura. Cuando llegaron al coche sabía que su amiga no se iba a contener mucho tiempo, pero ella no estaba preparada para responder. No le apetecía dar ninguna explicación.

¿Cómo se podían explicar los sentimientos?

-Has ido un poco lejos, ¿no crees?

El comentario crítico le dolió. Ino no podía entender que, si su verdadera identidad era descubierta, todo lo que había surgido entre ellos se fastidiaría. Simplemente, quería dejar pasar un tiempo; vivir la experiencia sin ninguna sombra del pasado.

En ese momento, el pasado de Sydney las rodeaba mientras conducían por e! centro de la ciudad.

El barrio donde Naruto tenía su empresa estaba en la parte antigua. La mayoría de las casas se habían convertido en restaurantes o en tiendas. Los tiempos y los lugares cambiaban y las personas también... o al menos, sus puntos de vista. Sin lugar a dudas, Naruto la veía de forma diferente ahora. De alguna manera quería que formara parte de su vida.

-Un nombre falso -la regañó Ino-. ¿Durante cuánto tiempo crees que vas a engañarlo?

-El suficiente -murmuró Sakura.

-¿El suficiente para qué?

-No importa.

-Si esto es una prolongación de la idea de venganza... tienes que saber que estás jugando con fuego y puedes quemarte -le advirtió Ino-. La actuación del sábado fue inofensiva; un bálsamo para tu orgullo. Pero si estás planeando un encuentro más íntimo...

-No se trata de venganza.

Esa afirmación quedó suspendida en el aire mientras Ino conducía sobre el puente Anzac.

Sakura quería suavizar las cosas con su amiga y para ello le ofreció la única prueba que tenía de que Naruto no era una rata materialista.

-Compró la tela para reparar las alas.

-Para tener una ventaja -respondió con escepticismo-. Supe que era capaz de hacer lo que fuera para conseguirte. Y lo ha hecho. Te apuesto a que no hace nada más por arreglar esas alas; ya tiene lo que quería.

No hubo respuesta al argumento. Solo el tiempo podría aclarar las cosas.

-¿Cuál es el siguiente paso? -continuó Ino sin perder el aliento-. ¿Cena, cama y desayuno?

Sakura sonrió al comentario. Llegados a ese punto, no le importaba lo que Ino pudiera pensar.

-Cena. Esta noche -contestó-. He quedado con él en el centro, así es que, si no te importa, voy a necesitar el coche.

-Cena -murmuró Ino mientras le lanzaba una mirada de advertencia-. No te engañes. Seguro que ese golfo tiene la cama y el desayuno anotados en su agenda.

Sakura levantó la barbilla desafiante.

-¿Y qué pasa si lo tiene? A lo mejor yo también quiero eso. Fuiste tú la que dijiste que debía quitarme esta espina.

-Pero no de esta manera.

-Insististe en que necesitábamos ese trabajo y ahora no me resulta fácil dar marcha atrás. Siempre lo he querido, Ino. Esa es la pura verdad.

-Estás persiguiendo un sueño.

-Sí. ¿Por qué no?

-¿Y empiezas con una mentira? Engañándolo sobre tu identidad.

-El nombre no importa nada, es la persona lo que cuenta.

-Si no importa, ¿por qué ocultarlo?

Sakura volvió a guardar silencio, no quería escuchar a su amiga. Era asunto suyo y de nadie más. Se trataba de su vida y gran parte de ella había estado marcada por Naruto. Si él supiera quién era, la ignoraría y dejaría que los sentimientos se desvanecieran. Sin embargo, si conectaban realmente bien como las personas que eran en la actualidad, quizá alcanzaran un punto en el que el pasado ya no importara.

-¿Esperas que te apoye?

Al oír el tono de desaprobación en la voz de Ino, Sakura no dudó en liberar a su amiga de cualquier responsabilidad sobre lo que pudiera ocurrir a partir de ese momento.

-No, no lo espero. Gracias por no haberme descubierto en la oficina de Naruto. De ahora en adelante, haré todo lo posible para que este asunto no te afecte.

-Un poco difícil: Shikamaru me ha pedido que salgamos.

-¿Qué? -preguntó Sakura sorprendida. En ningún momento se le ocurrió pensar que algo así pudiera suceder.

Ino se encogió de hombros.

-Me gusta. Es divertido y amable. Me ha invitado a una fiesta el próximo sábado.

Sakura se hundió en su asiento, cerró los ojos y se frotó la frente. Necesitaba aclarar las ideas.

Shikamaru Nara era amigo de Naruto desde la universidad y ahora compartían el mismo negocio. Probablemente se lo contaban todo. Pero no podía pedirle a Ino que lo dejara. No era justo si de verdad le gustaba.

-Tendremos que mantener nuestros líos separados -declaró-. Tú con Shikamaru y yo con Naruto.

-O tú podrías ser sincera con él y decirle toda la verdad.

-No, todavía no.

-No quiero tener que mentirle a Shikamaru, Sakura.

-No te preocupes. Haz lo que tengas que hacer que yo ya me las arreglaré. ¿De acuerdo?

Ino no respondió. No dijo nada más sobre el tema. Tampoco Sakura. Pero ambas eran conscientes de que tenían opiniones diferentes. De repente, en su larga y buena amistad aparecía un contratiempo inesperado.

¿Merecería Naruto tanto?

Sakura decidió que tendría que averiguarlo, debía estar absolutamente segura antes del sábado.

Naruto le contó a su amigo el asunto del ramo de flores mustias y como la había descubierto, pero a partir de ahí no le apeteció dar más explicaciones. Haru Sakurai era ahora asunto suyo, personal y exclusivo.

-Gracias por intentar echarme un cable con Ino. Espero que no te resultara embarazoso. A partir de ahora, Haru y yo podemos arreglárnoslas solos, ¿de acuerdo? ¿Nos ponemos a trabajar?

-No -respondió Shikamaru.

-Te recuerdo que fuiste tú el que al entrar en mi despacho dijo que deberíamos estar trabajando-señaló con dureza.

-Ino tenía razón. Estás embistiendo como un toro. Seguro que tienes a la chica enfilada para llevártela a la cama rápidamente.

Rápidamente no. Quería saborear cada minuto. Primero, disfrutar de la dulce espera y, después, ganarse cada instante de placer. Sabía que le esperaban grandes momentos con su hada encantada. Era imposible explicarle a Shikamaru lo que sentía por ella. .

-Por la noche no se trabaja. Así es que no es asunto tuyo.

-¿Que no es asunto mío? -replicó Shikamaru levantándose del asiento, gesticulando con los brazos y paseando de un lado para otro-. Entonces, se supone que no me tiene que afectar que te metas en otro lío con otra mujer. ¿Te acuerdas de Hinata? Te la llevaste a la cama la primera noche que la conociste y después te pasaste los siguientes meses descubriendo lo bruja que era.

Ahora era diferente. De ninguna manera, se podía comparar a Hinata y a Haru y tampoco le gustaba que Shikamaru las relacionara. Irritado por la crítica de su amigo, le lanzó una mirada desafiante.

-Mira quién va a hablar.

-De acuerdo, lo reconozco, yo también tomé lo que tenía a mano y luego cada uno por su lado. Pero la ruptura con Temari me enseñó algo: que incluso el sexo más fantástico se acaba si no tienes nada en común con la otra persona.

Naruto se acomodó en el sillón sorprendido por la nueva faceta de su socio.

-¿Desde cuándo eres tan quisquilloso? No noté nada en mi fiesta de cumpleaños. Además, creo recordar...

-Allí no había nadie que realmente importara-Shikamaru cortó tajante -. Sin embargo, dijiste que Haru Sakurai era importante para ti.

-¿Y?

-Pues que la trates bien, que intentes conocerla.

-Eso es lo que pretendo hacer.

-Eso no es lo que me pareció a mí cuando entramos en el despacho hace un rato -le recordó el pelinegro.

Naruto lo miró con el ceño fruncido. ¿Por qué no se metía en sus asuntos?

-Gracias por tu interés. Pero ahora... ¿podemos dejarlo?

Shikamaru paró de dar vueltas y lo miró con desaprobación

-Ino y ella son amigas y compañeras -afirmó cortante.

-Ya lo sé.

-Ino se muestra muy protectora con ella en lo concerniente a hombres.

-También lo sé.

-Me gusta Ino. Creo que hemos conectado

Por fin entendió; ¡a su amigo le gustaba la pequeña rubia!

-Muy bien, entonces cada cual a lo suyo, Shika.

Normalmente se entendían bien, pero esa vez no conseguían ponerse de acuerdo. Shikamaru no podía relajarse. Al contrario, la tensión que emanaba aumentaba por momentos. Tenía los puños apretados, como si fuese a dar un puñetazo.

Naruto estaba sorprendido y bastante incómodo por la actitud agresiva de su socio.

-Creo que tenemos intereses encontrados.

-Yo no veo el problema -aseguró Naruto-. Con Haru, solo he tenido buenas vibraciones.

-Piénsatelo bien -le advirtió Shikamaru, amonestándolo con un dedo-. Ino no se mostraría tan protectora si no hubiera una maldita razón. Me imagino que tiene que haber una mala historia por ahí escondida. Será mejor que te enteres antes de atacar, Naruto. O quizás nos encontremos con un problema mayor.

Salió del despacho con un portazo.

Debe de gustarle mucho, pensó al verlo salir tan airado.

Y tenía razón.

Un interés sexual muy grande podía acabar con las mejores amistades. Ya había pasado antes: mujeres que se interponían entre hombres; hombres, entre mujeres... Se ponían a prueba las mayores lealtades. Incluso podía estropear lazos familiares.

Obviamente, había una mala historia escondida, las señales eran claras. Sin embargo, no entendía por qué tenía que afectar a su amistad con Shikmaru.

Haru no le había parecido una mujer desengañada. Todo lo contrario, parecía que sabía muy bien lo que deseaba. Y lo había deseado a él. Recordó el contacto de su boca... desde luego, allí no había habido ningún titubeo.

No tenía ninguna duda.

Ella lo había buscado tanto como él.

Deseo mutuo.

¿Qué podía salir mal?

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