Capítulo 12
No veo a ningún crío -dijo mirando alrededor-. ¿Estás segura de que es aquí, Ino?
-Sí. Lo comprobé dos veces. Probablemente estén dentro esperando la gran sorpresa.
Sakura no estaba convencida. Estaban en una calle muy exclusiva en un barrio residencial que rezumaba dinero. No era el típico sitio para familias con niños pequeños.
-Me parece extraño. Sobre todo, porque el encargo nos lo hicieron ayer, no es normal que estas cosas se organicen con tan poco tiempo. Quizá se trate de una broma de mal gusto.
-¿A quién le importa? Ya nos han pagado. Estamos aquí y vamos a entrar -declaró Ino sin tener en cuenta las dudas de Sakura-. Son casi las once-dijo mirando el reloj-. Recoge los sombreros.
Ya llevaban puestas las mallas, las camisetas verdes y las faldas con pétalos.
-Mira, una mujer está saliendo de la casa -le informó Ino-. A lo mejor nos ha visto llegar. Date prisa, probablemente sea la señora. Parece tener la edad apropiada para ser madre de niños pequeños.
Sakura estaba tan ocupada preparando el equipo de música que iban a necesitar, que ni siquiera miró a la mujer que se acercaba. Estaba tranquila porque no había habido ningún malentendido y la llamada había sido verdadera.
Ino estaba fuera del coche para saludar a su cliente.
-¡Hola! Me alegro de que hayan llegado a tiempo -estaba diciendo la madre-. Tengo a los niños en el salón. Quería que fueseis una sorpresa.
-Usted debe de ser las señora Terumi -dijo Ino para cerciorarse.
-Así es. Soy Mei Terumi. Mis hijos son Ryuuji y Rei.
-Yo soy Ino Yamanaka y esta es mi compañera...
Sakura llegó al lado de Ino con una sonrisa preparada.
-...Sakura Haruno.
A Sakura se le heló la sonrisa en la cara al reconocer a la señora Terumi. ¡Se trataba de Mei Uzumaki! ¡La hermana de Naruto!
-¿Sakura Haruno? -repitió Mei con incredulidad-, ¿Tú no serás...? -dijo con los ojos verdes escudriñando la cara que surgía de los pétalos de girasol-... Sí, eres tú. Tienes unos ojos inconfundibles. Aunque han pasado muchos años -añadió meneando la cabeza sin podérselo creer del todo-, Yo soy Mei Uzumaki. ¿Te acuerdas? La hermana de Sasori y Naruto.
-Mei... -exclamo Sakura con el alma en los pies.
-¡Dios mío! ¡Cuánto tiempo! La última vez que te vi fue en el cumpleaños de Naruto. Parece que te has dedicado a cantar profesionalmente.
-Más o menos -murmuró Sakura incapaz de decir nada más por la sorpresa que se había llevado al encontrarse con un miembro de la familia de Naruto.
-¡Qué genial! -continuó Mei encantada y llena de curiosidad-. Tengo que decir que eres un girasol precioso -añadió riéndose por el aspecto de Sakura-- Las dos estáis preciosas- dijo mirando a INo.
-Gracias -contestó INo-. Esperemos que los niños opinen lo mismo. Si nos muestra el camino...
-Sí, claro -dijo y las acompañó a la puerta -. Ahora no hay mucho tiempo, pero quizás te quieras quedar a tomar un café después -añadió mirando a Sakura.
-Tenemos otra actuación esta tarde -mintió Sakura, desesperada por encontrar una salida airosa.
-De todas formas, no sería una buena idea, señora Terumi -intervino Ino-. Se rompería la magia para los niños.
-Ya entiendo -contestó la anfitriona un poco contrariada.
-No nos ha dicho de quién es el cumpleaños.
-No; no es un cumpleaños. Ryuuji tiene tres años y medio y Rei va a cumplir los dos. La razón por la que os hemos llamado es que Ryuuji se rompió el brazo el sábado y no ha podido ir a la guardería desde entonces. Pensé que sería una buena idea organizar una fiesta en casa para entretenerle un poco.
Eso explica por qué le avisaron con tan poco tiempo, pensó Sakura. Todavía se sentía un poco conmocionada por la terrible coincidencia.
La mirada de Mei volvió a centrarse en ella, lo que resultaba bastante incómodo.
-El accidente del niño nos impidió ir a la fiesta de cumpleaños de Naruto. Lo que me recuerda...
-Esas cosas pasan -intervino Ino y enseguida cambió de conversación-. Para que sea una verdadera sorpresa, nos gustaría que usted fuera por delante con el equipo de música y lo conectara. Así todo estaría listo para cuando nosotras entráramos.
Sakura estaba inmensamente agradecida por la distracción. Le dio el aparato a Mei e Ino le explicó lo que tenía que hacer.
-Bien. Podéis esperar en la entrada mientras lo conecto- Desde el salón no os pueden ver.
Las acompañó al interior de la casa. El recibidor tenía dos niveles separados por unos escalones y allí esperaron. Mientras, Mei se dirigió hacia el arco de la entrada del salón.
-Toma aliento, Sakura -le susurró Ino con cariño-. Yo no puedo hacer esto sola.
Sakura necesitaba oxigeno para aclarar su mente.
-Gracias por echarme una mano.
-Pareces una estatua de piedra. Olvídate de ella y concéntrate en los pequeños. El show debe continuar.
-No te decepcionaré.
-Mejor será. Si la carne está en el asador, tú eres la que tienes que hacerla; pero sin quemarme a mí. Si no actúas, te doy una patada.
-Estoy lista.
-Entonces vamos a acabar con esto y a salir de aquí.
Desde el momento en que asomaron sus caras de girasol por el arco, una docena de críos las miraron con ojos muy abiertos. Durante la actuación cantaron con ellas, bailaron, tocaron las palmas. En fin, durante toda la representación, se respiró un ambiente de diversión y alegría.
Con toda su energía canalizada en los pequeños, Sakura apenas se dio cuenta de las madres que estaban observándolo todo. Sin embargo, ayudaron mucho para que los niños no fueran tras ellas después de la actuación.
Mei las siguió con el equipo de música.
-Ha sido absolutamente maravilloso -dijo entusiasmada una vez fuera de la casa-. Y mis amigas opinan lo mismo que yo.
-Fantástico- respondió Ino y se sacó un pequeño taco de tarjetas de la manga-. Por favor, repártalas. Y muchas gracias por ayudarnos con la música. Si quiere, ya puede volver.
-Encantada de verte de nuevo, Mei -añadió Sakura con rapidez. Esperaba que la hermana de Naruto entendiera la indirecta y se marchara.
Pero la evasiva no funcionó.
-Os acompañaré hasta el coche- Entiendo que tengáis que marcharos. Sakura, estaba pensando...
« ¡No, por favor!»
Consiguió esbozar una sonrisa mientras caminaban por el sendero, pero le hubiese gustado que Mei estuviera en otro planeta.
-...mi madre cumple cincuenta años este fin de semana y vamos a celebrar una fiesta para ella el sábado. Incluso vendrá Sasori. Va a ser una gran reunión de familiares y amigos. Como en el veintiún cumpleaños de Naruto. Me encantaría que vinieras.
El recuerdo del veintiún cumpleaños de Naruto la revolvió por dentro.
-Lo siento. Neu, pero no puedo.
-¡Qué pena! Hubiese sido una agradable sorpresa que le cantaras el Cumpleaños Feliz a mamá. Siempre dijo que tenías una voz preciosa.
El comentario hizo Sakura apretara los dientes.
-Ahora me pagan por hacer eso.
De repente, Zoraida se puso tensa al darse cuenta de la metedura de pata.
-Lo siento si ha sonado... -suspiró mortificada pidiendo disculpas con la mirada-. Nuestras familias eran muy amigas. Solo pensé que podía ser agradable.
-Quizás en otra ocasión.
- Sakura. Te prometo que no estaba intentando obtener una actuación gratis. Quería tu compañía. Toda la familia estaría encantada de verte, estoy segura. Además habrá otros amigos de Wamberal con los que podrías ponerte al corriente.
Le costó un gran esfuerzo volver a sonreír, pero lo consiguió.
-Parece que tu madre va a tener un día muy bonito. Espero que disfrutéis mucho.
Al oír que Ino abría la puerta del conductor, Sakura oyó la señal para escapar, y despidiéndose con la mano, volvió a agradecerle la invitación.
-Tenemos que marcharnos -dijo Ino por la ventanilla del coche-. Permítame decirle que tiene unos hijos preciosos. Son fantásticos.
Lo cual era una salida perfecta. Ino arrancó el coche y se marcharon.
Mei seguía allí de pie con un gesto de preocupación en la cara. Sakura sacó la mano por la ventanilla para saludarla una vez más. Deseó no haberse ofendido por la desafortunada invitación.
Si volvían a encontrarse, probablemente se sentirían incomodas.
Una cosa estaba clara, ya no podía seguir con el tema de Haru Sakurai. Si los dos hermanos se ponían en contacto para la celebración del cumpleaños de su madre...
-Parece que Naruto no te ha invitado a ese gran evento familiar -dijo Ino con ironía.
-No, todavía no.
-¿Ni siquiera lo mencionó durante todas las horas de charla?
El énfasis burlón en la palabra «charla» hizo que Sakura saltara a la defensiva.
-No. ¿Por qué tenía que haberlo hecho? Sean cuales sean sus intenciones, acaba de conocerme. No va a invitarme a una reunión familiar el primer día que salimos.
-Probablemente te ha estado engatusando para conseguir lo que quería. Seguro que pasaste más tiempo en la cama que en ningún otro sitio.
-Eso es asunto mío -protestó Sakura disgustada por la actitud cínica de su amiga.
-Bueno, pues entonces quítate la venda de los ojos -le respondió Ino exasperada-. Seguro que al final de la noche no era a Haru Sakurai a la que tenía en mente o donde fuera que la tuviese. Sabe quién eres. O por lo menos lo sospecha. ¿Quién te crees que le habló a Mei de Fiestas en Casa?
Sakura se sentía abrumada por la certidumbre de INo.
-¿Qué quieres decir exactamente?
-Mei hizo la reserva justo una hora después de que hablaras con Naruto. Antes de que acabe el día, su hermana le confirmará que la compañera de Ino Yamanaka es Sakura Haruno.
-Podría ser una coincidencia -gritó Sakura intentando controlar la oleada de humillación que le provocó la interpretación de Ino.
-Y los cerdos vuelan.
-No es posible que Naruto le haya dicho nada. Mei no me esperaba. Fuiste tú la que dijo mi nombre y entonces me reconoció.
-Unos ojos inconfundibles. Fueron sus palabras. ¿Cuánto tiempo estuvo mirándolos Naruto durante la cena? Y no olvides que yo te llamé «Sakura» en su oficina, antes de que decidieras cambiar de identidad. ¿Crees que es tan tonto como para no saber sumar dos y dos?
A Sakura se le revolvió el estómago al recordar su comentario sobre los ojos que le recordaban a una niña que había conocido.
-Reconócelo. Ha utilizado a su hermana para comprobar quién eras y probablemente ahora esté al teléfono contándole el resultado. Así es que, por favor te lo pido, no sigas haciendo el idiota. Esta noche cuando lo veas no intentes seguir haciéndole pasar por otra.
Hacer el idiota.
Ino no sabía hasta qué punto lo había hecho. Las preguntas de Naruto, sus comentarios sobre ser una reproducción artificial, de mentira. Y luego ella pidiéndole que la besara, rasgándole la camisa... En ningún momento pensó que él supiera o sospechara que ella era la misma Sakura Haruno que él un día echó de su vida.
En ese momento, deseó que la tierra se la tragara.
-A lo mejor, esa fiesta de la que te ha hablado Mei es la fiesta a la que me ha invitado a mí Shikamaru -murmuró Ino-. Es el sábado por la noche -le dijo su amiga con gesto preocupado-. ¿Qué vas a hacer?
-No lo sé, Ino -contestó con desconsuelo.
-Me imagino que no querrás oír un «te lo dije». Al menos tienes el resto del día para idear algo.
Sakura cerró los ojos sintiéndose demasiado enferma como para pensar.
-Espero que se te ocurra una buena idea -dijo con dulzura.
La dulce venganza, pensó Sakura, se estaba convirtiendo en un camino de espinas.
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