Capitulo Único
(Artes oficiales)
Kensuke se sentía mal por ver a sus dos amigos pelear y creía que todo había sido por su causa aunque en realidad no era así.
Ikari y él habían ido a acampar juntos lejos de la ciudad, el pasado fin de semana, y aunque el plan fue ir junto con Toji y Shinji, al final solamente el chico castaño pudo, ya que Suzuhara debía quedarse en casa a cuidar a su hermanita.
Sin embargo, todo indicaba que al joven moreno no le gustó para nada la idea de que su novio hubiera ido exclusivamente con el pecoso a estar internados en el bosque solos durante dos días y no dudó en expresarlo.
Y por supuesto que a Shinji tampoco le gustó escuchar reclamos, ya que si bien se sentía feliz a lado de Toji no entendía por qué a veces se ponía demasiado celoso, podía tolerarle que lo fuera con otros chicos, pero con Kensuke la cosa cambiaba porque era su amigo desde la infancia.
—¿Aún no arreglas las cosas con Toji, Ikari? —Kensuke trataba de mantenerse al margen.
—No. Esta vez no le pienso tolerar sus escenitas... ¡Él ya sabía que tú y yo íbamos a acampar juntos y no tenía por qué ponerse así!. —Exclamó Shinji cansado.
—Es cierto que exageró las cosas, pero, entiéndelo, para él no fue fácil aceptar que le gustaban los chicos y mucho menos que le gustabas tú. Todo este proceso le fue muy difícil, especialmente porque desde que éramos niños juraba que le gustaban las chicas. Incluso el año pasado fue novio de la delegada.
—Lo recuerdo muy bien, con Hikari no era celoso por lo que me puse dar cuenta. Así que si no sabe cómo controlar sus emociones, ahora que es novio de un chico, no tiene caso seguir con esto. —Volvió a responder Shinji con notable molestia.
—¿Entonces, piensas terminar con él, Ikari?.
El chico miró por un instante al pecoso. Quiso responderle que sí, pero en realidad sabía perfectamente que no quería eso.
Pese a que en sus inicios no se llevó bien con Toji, conforme pasaron los días juntos como compañeros de salón ambos se dieron cuenta de la conexión especial que tenían.
—Necesito pensar las cosas, Kensuke —Respondió Shinji al fin— Tú sabes que yo puedo aguantarle a Toji muchas veces que sea celoso, pero esta vez es diferente, y no quiero que la amistad que tienen ustedes dos se termine.
—No, no va a terminar. Yo lo conozco más que nadie y sé que se dará cuenta de su error. Iré a hablar con él de una vez. ¿Estás seguro que no participarás en la clase de deportes?
—No, no quiero. Pedí permiso para hacer servicio en la enfermería y no tuve ningún problema, por el momento prefiero quedarme aquí.
—De acuerdo. Disfruta tu día en la enfermería —Kensuke se rió tratando de burlarse pero sabía que para Shinji era preferible estar en enfermería que haciendo deportes porque eso nunca había sido lo suyo.
Al poco rato, desde la ventana de la enfermería, Shinji puso ver cómo sus compañeros y compañeras salían a la cancha para finalmente comenzar con su clase de deportes correspondiente.
Pudo ver a Suzuhara a lo lejos y el alma se le removió por completo.
El uniforme de deportes le asentaba tan bien al muchacho moreno y a Shinji sin duda le gustaba muchísimo, sobretodo porque mantenía un buen aspecto atlético y justamente el uniforme deportivo se lo hacía resaltar más.
En las clases de deportes Toji destacaba de entre la mayoría, sobretodo en baloncesto y cada que él ganaba junto con su equipo y le sonreía feliz a Shinji, este no podía evitar sentirse sonrojado y que se le acelerara el corazón.
No solo logró enamorarse de Toji, si no que también le tenía una gran admiración; sabía lo difícil que era la vida del joven Suzuhara, pues tenía que llegar a su casa enseguida para hacerse cargo de su hermanita menor Sakura quien aún era una niña, mientras su madre salía a trabajar como enfermera en turno nocturno.
Muchas veces Shinji fue a su casa y pudo ver como Toji se esmeraba por ser un excelente hermano mayor y lo lograba; para Sakura, Toji era prácticamente su héroe.
El muchacho castaño también lo veía de esa forma, pues en muchas ocasiones, Toji lo defendió de otros chicos que lo molestaron cuando recién comenzaban a ser amigos.
Suzuhara nunca dudaba en romperle la cara a quién quisiera pasarse de listo con Shinji.
Otro de los detalles que fortalecieron más esos sentimientos fue el hecho de que Toji se la pasara abrazando al castaño cada que había la oportunidad; ya fuera cuando lo encontraba al entrar a la escuela o si celebraban que ganara en baloncesto.
También la mayoría de las fotografías que tenía era ya su costumbre abrazarlo más que a Kensuke.
Los brazos de Suzuhara hacían sentir a Shinji protegido y sobretodo muy querido, por lo que fue inevitable para él sentir que le gustaba más que como un amigo pero no podía arriesgarse sobretodo porque no quería perderlo.
Para su sorpresa el mismo Toji acabó confesándose y eso hizo más que acrecentar más sus sentimientos hacia ese chico moreno pues había vuelto a comprobar lo audaz y valiente que era al atreverse a decirle lo que en verdad sentía por él.
Claro que también sin querer había descubierto un lado de Toji que el mismo chico moreno desconocía por igual: sentirse celoso si algún otro muchacho cualquiera se acercaba a Shinji.
A veces Suzuhara se contenía y no decía nada, pero Ikari podía darse cuenta a través de su mirada y no dudaba en confrontarlo.
Muchas veces Kensuke tuvo que hacerla de mediador para hacerle saber a cada uno sus errores y al final los aceptaban con facilidad reconciliándose sin problema.
Pero en esta ocasión era diferente y ahora Toji estaba celoso hasta de ese mediador que también era su mejor amigo.
Kensuke se dió cuenta de que Shinji observaba a Toji desde la ventana de la enfermería y pronto se acercó al joven Suzuhara para trata de hablar con él antes de que iniciaran con los ejercicios de calentamiento.
Sin pensarlo le dió un fuerte zape en la cabeza a Toji, quien por supuesto reaccionó de forma algo violenta pero Kensuke ni se inmutó.
—¡Eso dolió, animal! —Le reprochó
—Como si no te lo merecieras. ¿En serio te enojaste porque llevé a Ikari a acampar el fin de semana?
Toji no respondió y, ante eso, el de lentes continuó con su regaño
—Sabías perfectamente que la invitación de acampar conmigo era para los dos, pero tú enseguida te excusaste con que ibas a cuidar a tu hermanita. Si creías que Ikari iba a decir que no, solo porque no podías ir, te equivocaste.
—¡Lo sé, maldita sea!, claro que lo sé.... Después de que les dije que no podía acampar con ustedes me arrepentí como no tienes idea —Suzuhara comenzó a sincerarse— Me sentí como un idiota al rechazar tu invitación, sobretodo porque Shinji siempre me dijo que nunca había acampado antes en su vida. ¿Te das cuenta?, ¡Me perdí la oportunidad de disfrutar el primer campamento de Shinji!.
Kensuke miró a su amigo con algo de lastima, y también con un poco de ternura. Acarició su cabeza justo donde le había pegado.
—Yo creo que sí le explicas, exactamente esto que me acabas de decir a Ikari, ten por seguro que va a perdonarte.
—A veces creo que lo mejor es que no me perdone. —Respondió Suzuhara pasándose ambas manos por la cara.
—No te estoy entendiendo, Toji.
—Shinji me ha perdonado muchas veces que yo me ponga ridículamente celoso. No es justo que le siga haciendo pasar de nuevo un mal rato por lo mismo... Si termina conmigo será lo mejor, así se va a librar de mí y posiblemente encuentre a otro chico mejor que yo.
Kensuke no podía creer lo que acababa de escuchar. Era la primera vez que oía a Toji aceptar posibles derrotas.
Quiso responderle pero no pudo porque el profesor de educación física enseguida puso a todos los alumnos varones del grupo a realizar la calistenia.
¿En verdad Toji sería capaz de renunciar a Shinji? Kensuke no podía creer que en verdad Suzuhara diera a entender eso
"Necesito pensar las cosas, Kensuke. Tú sabes que yo puedo aguantarle a Toji muchas veces que sea así, pero esta vez es diferente"
También el mismo Shinji dijo que necesitaba reflexionar todo. Tal vez el fin del noviazgo que habían logrado formar estaba llegando a su final. Era una verdadera lastima, pues ambos chicos a pesar de todo sí se querían.
Esta vez el profesor decidió que los muchachos hicieran carreras de relevos y Toji fue de los primeros en ser elegido para realizarlas.
Desde su sitio en la cancha, el joven moreno miró hacia las gradas, todas las veces ahí estaba sentado Shinji sonriéndole dulcemente como señal de apoyo, pero esta vez no estaba ahí y sintió como la tristeza le invadía.
El silbato del maestro sonó indicándo que los relevos habían comenzado, Toji se sentía demasiado ofuscado y creyó que corriendo con todas sus fuerzas lograría despejar su mente, pero para su desgracia no fue así, ya que a unos cuantos metros tropezó cayendo estrepitosamente.
Pronto el profesor y varios compañeros, entre ellos Kensuke corrieron a auxiliarlo.
—¿Estás bien, Suzuhara?.
Al intentar responder, Toji sintió un pinchazo de dolor en la rodilla y pronto vió que tenía una fea herida en ella que sangraba, la cual hizo alarmar a los presentes.
—Aida, Toshikazu, lleven a Suzuhara a la enfermería —Ordenó el docente y ambos chicos obedecieron.
Kensuke sonrió en sus adentros, pues Toji no sabía que Shinji estaba en la enfermería. Tenía la esperanza de que sus amigos arreglarían las cosas. Rogaba por ello.
.....
Ajeno a lo que pasaba, Ikari estaba acomodando ciertos utensilios cuando la puerta de la enfermería se abrió dando paso a Kensuke con otro chico, ambos traían a Toji quien venía con la rodilla bañada en sangre.
Suzuhara no pudo evitar sentirse avergonzado al estar en esas condiciones ante el que aún era su novio y esquivó la mirada, sin embargo a pesar de sentirse asustado, Shinji buscó rápidamente alcohol y algo de algodón para tratar la herida de Toji.
—La doctora Akagi no se encuentra —Respondió mientras buscaba en el botiquín nerviosamente— Pero no se preocupen, sé cómo lidiar con esto.
—Si, lo sé, y te lo agradecemos mucho, Ikari —Kensuke sabía perfectamente cómo se sentía Shinji— Te lo encargo mucho. Debemos regresar a la clase.
—S-si... No te preocupes, Kensuke.
En cuanto los muchachos se marcharon y el castaño se quedó solo con Suzuhara, se dispuso a lavarse las manos y a colocarse unos guantes desechables para tratar la herida de Toji.
El moreno lo veía totalmente embelesado, sabía muy bien que Shinji era demasiado consciente de la higiene que debía tener al momento de curar heridas, ya que no era la primera vez que se quedaba en enfermería a ayudar a la doctora Akagi.
—Muy bien, Toji —Dijo con el botiquín listo— Déjame ver esa herida.
Bañó con alcohol un poco de algodón que tenía y se dispuso con ellos a desinfectar la herida de Toji, en primer lugar. Al contacto con su herida, Suzuhara no pudo evitar dar un ligero respingo por el ardor que le estaba causando.
Aún así no se atrevió a quejarse ni decirle a Shinji que le dolía.
Ikari, por su parte, tampoco dijo ni media palabra mientras trataba a Toji. Se veía bastante enfrascado en su labor aunque en realidad aún estaba nervioso.
Cuando terminó de desinfectar la herida del que aún era su novio enseguida le colocó una gasa y para mayor seguridad cubrió con una venda que tenía en el botiquín.
—Listo... —Dijo al fin mientras se quitaba los guantes y por fin los tiraba al cubo de basura— Tendrás un poco de problemas al caminar, pero es que la herida fue algo profunda... Y... Bueno, debes tener más cuidado para la próxima.
Al ver que Shinji no le dirigía la mirada para nada ahora que había terminado de curarle la rodilla, Toji se armó de valor hablarle al castaño y sincerarse con él.
Si bien le dijo a Kensuke que consideraba mejor que Shinji no lo perdonara, el volver a estar cerca suyo, mientras este le trataba su herida lo hizo darse cuenta que aún no quería perderlo.
—Shinji... —Comenzó a decir sintiéndose nervioso— yo... en verdad lo lamento... Tienes toda la razón al estar enojado conmigo. Es más, yo también estoy bastante molesto conmigo mismo por ser así, pero no puedo evitarlo; desde que te conocí despertaste muchas cosas en mí.
Shinji seguía sin voltear a ver a Toji, sabía que le costaba mucho decirle abiertamente que lo quería pero aún así estaba tratando de expresarlo a su manera.
Al no tener respuesta de aquel chico, Suzuhara continúo con su disculpa llena de sinceridad.
—Soy un tonto, no debí enojarme ni sentirme celoso porque fuiste a acampar con Kensuke, pero, el hecho de no haber disfrutado de tu primer campamento me agobió mucho. Siempre me dijiste que jamás habías ido a acampar antes y yo en lugar de comprenderte me dejé llevar por mis impulsos.
Al ver que Shinji seguía sin responder, Suzuhara trató de levantarse para caminar hacia él, pero el hecho de tener la rodilla vendada le dificultó el equilibrio, por suerte Ikari estaba ahí y reaccionó rápido deteniendo a Toji para evitar que se cayera.
Al quedar frente a frente ambos jóvenes pronto sintieron ligero ardor en su rostro sonrojándose al instante.
Los ojos azules de Shinji se veían más intensos y brillantes que otros días.
Suzuhara, por su parte seguía sin dejar de mirar el delicado rostro ajeno y el como estaba tiernamente sonrojado.
Siempre se había dado cuenta de lo bonito que era el rostro del castaño, incluso antes de darse cuenta que le gustaba, pero simplemente no quería admitirlo porque "no era cosa de hombres"
Aún así el hecho de abrazar a Shinji y estar cerca de él le hacía caer en la conclusión de que Ikari era un chico bonito, especialmente cuando éste sonreía.
Sobretodo cuando le sonreía a él.
Poco a poco la distancia entre ambos era cada vez menos y ambos sentían como sus corazones se aceleraban ante eso.
Para su mala suerte, la puerta de la enfermería se abrió enseguida dando paso a la doctora Akagi, que por fin regresaba y eso los hizo reponerse enseguida.
Shinji tuvo que fingir que examinaba el rostro de Toji como si estuviera asegurándose de que no tenía ningún tipo de herida ahí.
—Veo que haz tenido trabajo en mi ausencia, Shinji —Dijo ella.
—Si... Bueno... No es algo de gravedad, lo mismo de siempre. —Respondió el joven, tratando de sonar natural.
Pronto la doctora se fijó en la rodilla de Suzuhara, y si, ya era costumbre que ese muchacho moreno se lastimara así.
Se dispuso a revisarlo, y al comprobar que Shinji había hecho un buen trabajo al respecto lo felicitó por ello.
A los pocos minutos tanto Shinji, como Toji abandonaron la enfermería. Ya que al terminar la clase de deportes Ikari debía regresar a retomar sus actividades.
Al ver que a Suzuhara le costaba un poco caminar lo tomó del brazo para que el joven moreno pudiera sostenerse, eso lo hizo sonrojarse enseguida de nuevo, al sentir a Shinji otra vez tan cerca de él.
—Shinji...
—Te dije que tendrías dificultades para caminar, así que déjame ayudarte, ¿Si?.
Superado por la situación, Suzuhara aceptó.
Como iban a paso lento, Toji tomó la palabra.
—¿Sabes una cosa, Shinji?, ya lo decidí: cuando salga de la preparatoria voy a estudiar la carrera de medicina.
—¿En serio?, ¿A qué se debe esa repentina decisión ahora? —Ikari lo miró sorprendido pero sin dejar de sonreírle.
—B-bueno... No es la primera vez que me curas una herida —Toji nuevamente volvía a ponerse rojo— Así que se podrá decir que me has inspirado a decidir eso para mi futuro... Así de simple.
Shinji sonrió gentilmente ante esa respuesta, y sin que Suzuhara lo viera venir, Ikari le dió un repentino beso en la mejilla, aprovechando que no había nadie alrededor.
El corazón de Toji latió de forma acelerada por la felicidad que estaba experimentando. Así que en sus adentros se prometió a sí mismo que ya no le haría pasar malos ratos a Shinji si quería seguir conservando más momentos bonitos así con él.
Días después, cuando Toji logró sanar completamente de su rodilla le propuso a Shinji que tuvieran una cita, el joven castaño aceptó gustoso.
Por suerte Kensuke se ofreció a cuidar a la pequeña hermana de Suzuhara. Así él junto con Ikari podrían disfrutar de aquel momento al fin juntos.
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