Capítulo 4

Cuando Camille y yo elegimos como nuevo destino Valle Alto, decidí que en esta ocasión tendría un perfil bajo. Nada de llamar la atención, nada de ser popular, y nada de ser la novia del capitán del club de baloncesto. Todo eso ya lo había vivido y no salía bien. Era fácil cometer errores y difícil taparlos.

Por eso esta vez sería invisible. Una chica anodina, del montón, esa en la que nadie se fija. Excepto un igual, claro.

Llego a casa desesperada por hablar con Camille. Recorro las estancias pero no hay rastro, así que la llamo al móvil. Este asunto no puede esperar.

—¿Ocurre algo querida? —pregunta dejando resbalar las sílabas.

A veces a Camille le sale el acento francés, una reminiscencia de su pasado.

—Hay un vampiro en el pueblo.

—¿En serio? —dice sin un mínimo de preocupación en su voz.

—¡Sí! ¡Va a mi instituto!

Hasta ahora, en contadas ocasiones hemos interactuado con otro igual. Alguno de los escasos amigos de Camille y poco más. Cuando hemos reconocido a otro en el mismo lugar, siempre hemos mantenido las distancias. En esta ocasión eso se me antoja difícil.

—Este es un pueblo pequeño ¡seguro que resulta un problema! —Me giro y ahogo un grito. El tal Mikael está apoyado en el marco de la puerta de la cocina, escuchando nuestra conversación como si nada—. Tengo que dejarte. Luego hablamos.

—Así que no me conoces y ya me consideras un problema...

Aunque permanece de brazos cruzados, la desvergonzada sonrisa que se dibuja en su rostro deja claro que todo esto le resulta divertido.

—¿Me has seguido?

Estoy segura de que hasta hoy él no conocía mi existencia igual que yo tampoco la suya.

—Por supuesto. No sabía que había más como yo en este pueblo. Me han dicho que te mudaste con tu "madre" hace cosa de un año. Realmente os lo habéis montado muy bien. Pero no te preocupes por mí, no voy a ser ninguna molestia.

—¿Vas a quedarte mucho por aquí? —insisto, deseando que la respuesta sea un no.

—Lo cierto es que me gusta bastante este pueblo, así que no lo sé. Vayamos sobre la marcha.

De todos los lugares posibles, tenía que acabar justo aquí.

—Pueblos como este hay muchos. ¿Qué tal si simplemente eliges otro y este lo dejas para nosotras?

Se acerca a mí hasta que estoy arrinconada contra la encimera. ¿Qué pretende? ¿Ponerme nerviosa? Sabe que está frente a un igual y que por tanto no cuenta con ninguna ventaja.

—Venga... no seas así. Hace mucho que no trato con alguien de mi misma naturaleza y no sé, podríamos llevarnos bien.

El corazón me bombea a toda velocidad y sé que él puede notarlo. En estos momentos me gustaría ser como los vampiros originales que no podían sufrir taquicardia.

—A mi madre y a mí nos gusta pasar desapercibidas. No creo que tú sepas ser tan discreto.

Su mano sube hasta mis gafas y me las quita, sin dejar de mirarme a los ojos.

—Ya veo. Incluso escondes tu verdadera apariencia para parecer alguien más corriente. ¿Por qué? ¿No os resulta divertido hacer uso de vuestras ventajas?

—¿Como hacías hoy tú en el comedor? ¿Atrayendo a todas esas pobres chicas como abejas a la miel?

La carcajada que suelta hace que se separe un poco de mí y yo agradezco poder mantener cierta distancia.

—Esos eran mis encantos naturales, chica. Ahí no estaba haciendo uso de nada...

Y me doy cuenta de que tiene razón. Un vampiro puede encandilar a quien tiene a su alrededor pero Mikael resulta suficientemente atractivo como para atraer a todas esas chicas sin ningún esfuerzo por su parte.

—Vale, si tú lo dices.

—Y... ¿cuál es tu historia? —pregunta con interés.

Como si se la fuera a contar.

—¿Y la tuya?

Se acerca a la pequeña mesa y toma asiento en una de las sillas, me hace un gesto para que me acerque y aunque de primeras pretendo negarme, al final obedezco. No me voy a engañar a mí misma, tengo interés en saber más.

—No creas que se trata de una gran historia. Nací en 1913, llevé una vida miserable durante diecisiete años y en 1930 me crucé con una vampira llamada Adeline. Yo era más pobre que una rata y no tenía absolutamente nada. Cuando la conocí, tenía tanta hambre que me daba igual morir con tal de dejar de sentir ese vacío en el estómago. Me dijo que ella podía solucionar ese problema. Y yo acepté. Lo que no sabía en ese momento era que iba a cambiar una necesidad por otra. Mi estómago dejó de rugir, pero el ansia por la sangre era aún peor que el hambre. Ya sabes de lo que hablo.

Una evidente emoción en su rostro deja claro que no fue consciente de su decisión. Hasta que ya era tarde. Hago un cálculo rápido: noventa y tres años como vampiro, o casi.

—¿Te quedaste con ella?

—Solo durante los primeros años. Yo era como un cachorro dependiente. No sabía cómo funcionaba nuestro mundo y había mucho que aprender. Pero cuanto más sabes, mayor es la necesidad de libertad. ¿Por qué estar atado a sus demandas? ¿Por qué obedecerla como un esclavo? Así que me fui y desde entonces... distintos lugares, distintas ocupaciones y distintas amistades. No he parado demasiado en ningún sitio. Imagino que eso es algo que tenemos en común.

¿Acaso tenemos otra alternativa?

—Si queremos hacer vida junto a la gente no nos queda otra que estar con ellos por un tiempo limitado, ¿no?

—¿Cuántos años tienes? Como vampira, digo.

—Cincuenta —digo en voz baja un poco acomplejada de la cifra.

Mikael abre los ojos sorprendido y una traviesa sonrisa aparece.

—Vaya... casi se te puede considerar una neófita —Se levanta y apoya las manos en los reposabrazos de la silla. Evalúa mi rostro en busca de algo, aunque no sé el qué—. Si quieres, puedo enseñarte un par de cosas que igual desconoces.

—¿Por ejemplo? —suelto un poco chula, intentando hacerme la interesante aunque me estén temblando las piernas.

—Por ejemplo... seguro que nunca has besado a un vampiro.

No tengo opción a réplica. Me besa con un hambre voraz y yo, en vez de apartarle, respondo. Mi mente no deja de pensar "tienes que quitártelo de encima" sin embargo, mi cuerpo está empeñado en llevarme la contraria. Sus labios son demandantes y su lengua entra en mi boca sin reparos, como si en vez de ser este nuestro primer beso, lleváramos siglos practicando.

Por fin la razón se impone y consigo darle un empujón. Mikael me mira extrañado, como si en ningún momento hubiera valorado la posibilidad de que yo le rechazara. Vale que he tardado un poco, pero voy a obviar ese pequeño detalle.

—¿Vas besando por ahí a la primera que se te cruza en el camino?

—Más o menos —responde divertido.

Se lo está pasando genial con todo esto.

—Pues que sea la última vez, al menos conmigo.

—No parecía que lo estuvieras pasando mal...

Me pongo en pie de un salto y miro a mi alrededor con intención de lanzarle algo a la cabeza. Seguramente no le haría ningún daño pero a mí me serviría de desahogo.

—¡Qué sabrás tú! Lo que está claro es que no entiendes que a las mujeres no se las aborda de esa manera.

—Lo siento. —me hace una absurda reverencia—. No he podido resistirme. Y algo me dice que esta no será la única vez que pase.

Con un gesto de la mano a modo de despedida se va, dejándome plantada en mitad de la cocina con un cabreo monumental.

—Mierda —protesto.

Mikael me va a traer más de un problema. De eso no hay duda.

Algo me dice que sí va a ser un problema.

¡Hola! ¿Qué opináis? ¿Mikael va a ser un problema? Para empezar ya se ha plantado en su casa... ¡y la ha besado! Este no pierde el tiempo... Bueno yo diré que no viene mal un vampiro caradura, seguro que hace la vida de Olivia más interesante.

Y ya veis que no tiene problema para hablar de sí mismo pues no ha tardado nada en contarle su historia, como si se conocieran de toda la vida. ¿Sabéis lo que creo? Que en el fondo está muy solo y anda desesperado por tener amigos (otra cosa es que se le de bien tenerlos y mantenerlos, jajaja).

Por lo pronto para Olivia es un dolor de cabeza extra y no la va a dejar en paz fácilmente. Lo comprobaréis en el siguiente capítulo...

Dejadme comentarios, quiero saber qué opináis. ¿Os están gustando los personajes? Sé que aún estamos muy al principio de la historia pero seguro que ya pensáis algo de ellos.

Gracias por estar ahí. Pronto más. Besitosssss

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top