Capítulo 36

—¿Qué sabes de Luca?

La cara de Hugo es un poema y creo que lo último que esperaba es que le abordara así. Aprovecho que vamos camino de la misma clase, una de las pocas que no comparto con Irantzu, para hablar con él.

—Vaya, vaya... no te tomaba por una acosadora...

—No es eso. Hay algo raro y él no me lo va a contar así que no me queda otra que averiguarlo por mi cuenta.

Entramos en el aula y nos sentamos al fondo. Por suerte, durante esta hora tenemos que continuar con un trabajo compartido, así que es la excusa perfecta para poder seguir hablando sin miradas acusatorias de la profesora Arteta.

—Cuando dices raro...

¿Qué le cuento a Hugo sin entrar en detalles?

—Pues no sé. Algo sobrenatural... pero no es como yo. Eso seguro.

—Vamos a ver... tampoco es que sepa mucho. Es hijo único y vive en una casa en la ladera del Manzanal. Su padre es policía y su madre es técnica medioambiental.

—Vaya... —No sé qué esperaba oír. Parecen una familia de lo más normal.

—Y cuando dices "algo sobrenatural". ¿A qué te refieres? En plan... no sé... ¿hombre lobo?

Doy un respingo ante su razonamiento. ¿Lo dice en serio?

—Sí, venga... ¿cómo has llegado a esa conclusión?

—Joder, yo que sé... será porque desprende ese olor como a tierra o madera.

En eso tiene razón, sin embargo...

—Los hombres lobo no existen —afirmo con rotundidad.

—Ya, los vampiros tampoco —suelta como si nada mientras teclea en su portátil. No sé cómo es capaz de mantener esta conversación mientras busca información para el trabajo.

Nunca me he planteado si había más seres sobrenaturales aparte de nosotros. Ya me parecía que nuestra existencia era algo absurdo, pero ¿hombres lobo? ¿En serio?

Tomo el móvil y tecleo a toda velocidad. Sé de sobra quién podrá contestar mi pregunta.

"¿Existen los hombres lobo?".

Mikael contesta casi al instante.

"¿A qué viene esa pregunta, Olivia? ¿Aún estás intentando averiguar qué esconde Luca?".

¡Qué odioso es a veces!

"No me has contestado".

"De verdad. ¿Dónde has estado metida durante tus cincuenta años de vampira? ¿Escondida en una madriguera? Claro que existen, al igual que otras evoluciones que la naturaleza se ha empeñado en preservar".

Le tiendo mi móvil a Hugo que lee a toda velocidad lo que aparece. Una sonrisa triunfal se dibuja en su cara mientras asiente.

—Cualquiera diría que te gusta la idea —le recrimino.

—Siempre he pensado que este era un pueblo de mierda pero últimamente se está volviendo de lo más entretenido.

Veo que Mikael ha escrito un nuevo mensaje y cuando lo leo me dan ganas de maldecir en voz alta.

"Pero Luca no es un hombre lobo. Aunque estás un paso más cerca".

Se lo enseño a Hugo y este no oculta su asombro.

—Deberíamos hacer una lista e ir descartando.

Como si fuera tan fácil enumerar seres sobrenaturales. ¿Qué hay más allá de vampiros y hombres lobo? Ni idea.

—Mejor nos centramos en hacer el trabajo. Al menos en esto podremos sacar buena nota.

Dedicamos un rato a organizar la información pero Hugo sigue pensando en ello y en cuanto habla, confirma que es así.

—Quizás en la fiesta del sábado podamos averiguar algo más. Seguro que va. Le vigilaremos.

—¿Qué fiesta?

No tengo idea de lo que habla. Su cara de espanto me asusta.

—Menos mal que no te ha oído Irantzu. Si no te mata. ¿Cómo que qué fiesta? Se pasó toda la comida de ayer hablando de ella...

—Va a ser que tenía la cabeza en otra parte —reconozco—. Soy una mala amiga.

—¡Qué va! Irantzu habla tanto que todos desconectamos en algún momento de su conversación. Así que te entiendo, pero esto no se lo diremos nunca.

Me dan ganas de abrazarlo. Hugo es genial, no hay duda.

—Cuéntame lo de la fiesta. No quiero que descubra que no me he enterado de nada.

—En el monte junto a la ermita de Santa Lucía. Habrá verbena y esas cosas. Irantzu dice que hay que celebrar que empezamos las vacaciones de Semana Santa. Ya la conoces. Cualquier ocasión le vale.

Fiesta. En el monte. Por la noche. Pienso en el vampiro que me atacó y me pregunto si habrá abandonado el pueblo o si aún continuará acechando. Mis amigos no saben nada de lo ocurrido y no deben saberlo, pero el sábado por si acaso, tendré que andar con mil ojos.

—Genial...

—¿Qué te preocupa?

—Nada. Todo. No sé, no me hagas caso. ¿Por cierto? ¿Habéis hablado Irantzu y tú?

Hugo se encoge de hombros y se centra de nuevo en el ordenador.

—¿Hablar para qué? Creo que no se enteraría de lo que siento ni aunque se lo soltara a la cara. ¿Y sabes por qué? Porque no se quiere enterar.

—Hugo...

Me apena que lo vea imposible.

—No me mires con esa carita, Olivia. Soy un pringado.

—Bienvenido al club —le animo. Le tiendo mi meñique y él me mira extrañado—. Hagamos un trato. Este sábado nos lo pasaremos genial y no dejaremos que ni Luca ni Irantzu nos amarguen la fiesta.

Duda durante un instante y finalmente entrelaza su dedo con el mío.

—¡Hecho!

¡Hola, hola! ¿Qué tal estáis por ahí? Aquí en España justo hemos hecho el cambio de hora para el horario de invierno (ya sabéis que atrasamos una hora, a las 3 las 2 y así vuelve a amanecer antes) y aunque este es el cambio bueno (el de primavera al revés es criminal), esta vez lo llevo como el culo. Jajjajaja Pero ¡aquí estoy! Aguantando el tipo... y bostezando a las siete y media.

Me encanta Hugo. Tengo que decirlo. Me fastidia un poco que la historia me está llevando a que no tenga mucho protagonismo pero me parece un amigo genial y encima es muy divertido. Cuando le contesta a Olivia "Ya, los vampiros tampoco" es el mejor. Me sigo riendo con esa contestación cada vez que leo este capítulo.

Y el próximo capítulo ¡fiesta! ¡Cómo no! Y ya sabéis lo que pasa en las fiestas... siempre hay lío. Así que os podéis ir mentalizando porque a partir del próximo capítulo viene jaleo. ¿Tenéis ganas? Espero que sí... si no engañadme y decidme que sí para que me quede contenta (es broma, jajjaaja).

Dejadme votos y comentarios, please. Pronto más. Besitosssss

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