Tengo la sensación de que alguien me está siguiendo desde hace un par de días. Mis sentidos de vampira me deberían ayudar a descubrir quién es sin embargo, o es muy inteligente y sabe ocultarse a ojos de todo el mundo, o es alguien como yo.

Camino hacia el trabajo con la sensación cosquilleando mi nuca y me pregunto si hubiera sido buena idea contárselo a Mikael. Quizás él pudiera ayudarme a descubrir de quién se trata y nunca viene mal tener a otro vampiro a mano. Por si acaso.

Me vuelvo varias veces y escudriño a mi alrededor aunque estoy convencida de que, quien sea, no se va a dejar ver.

"Pásate por la cafetería" escribo sin dejar de caminar. Tampoco quiero que mi paranoia me haga llegar tarde al curro.

Apenas llevo veinte minutos de turno cuando un sonriente Mikael se sienta frente a mí y tamborilea con los dedos sobre la barra.

—Y dime bonita, ¿a qué viene ese mensaje? Ni que fuera tu esclavo...

—Y sin embargo, aquí estás —respondo con sorna—. ¿Un refresco?

No espero a que me conteste y dedico unos minutos a preparar su bebida. Cuando la coloco frente a él, me sujeta de la muñeca impaciente.

—¿Y bien? ¿Qué pasa?

—Creo que alguien me está siguiendo —le informo sin rodeos.

No contesta al instante y le observo mientras parece dar vueltas a lo que le acabo de decir.

—Y no es tu amigo el rarito, dices.

—¿Mi amigo el rarito?

Arquea las cejas como si fuera evidente.

—Luca. Me refiero a Luca.

—Tú eres idiota. ¡Luca no tiene motivos para seguirme!

—Eso lo dirás tú, muchas veces está cerca, observándote...

De verdad que a este chico le gusta cabrearme.

—Bueno, pues ¡olvídate! No me refiero a Luca. Hay alguien más... lo llevo notando varios días. ¿Te has fijado? No sé...

Se encoge de hombros aunque su ceño fruncido me deja claro que está pensando en ello.

—¿Y qué motivo tendría para acecharte?

—¡Yo qué sé! Si te siguiera a ti lo entendería, pero ¿a mí? Se supone que soy una chica de lo más normal, con una vida aburrida...

—No te preocupes. Estaré atento de ahora en adelante, ¿de acuerdo? Últimamente está todo muy tranquilo, no me vendrá mal un poco de entretenimiento.

Eso me ha sonado a "me apetece cargarme a alguien".

—No hagas ninguna tontería ¿vale? Solo... si ves a alguien extraño me lo dices. ¡Pero nada de matar al primero que pilles!

—¿Quién yo? Hablas de mí como si fuera un monstruo.

Suelta una carcajada y da un trago a su refresco.

—Un monstruo no, pero que tienes costumbre de actuar sin pensar... eso sin duda.

—Vale, dejémoslo. ¿Alguna novedad más?

Pienso en los últimos días que han sido la mar de tranquilos y lo único que viene a mi mente son los whatsapp que he intercambiado con Luca hablando de mil y una cosas. En cuanto a uno de los dos se le ocurre una pregunta, la hacemos y el otro contesta cuando tiene tiempo. A día de hoy, Luca sabe de mí más que cualquier otra persona y aun así, desconoce lo más importante: que soy una vampira. He pensado un montón de veces en soltarlo, de buenas a primeras, camuflado dentro de cualquier frase, pero en el último momento siempre me echo atrás. Si ya hay algo que le impide ir más allá conmigo, ¿qué pasaría si supiera que soy una vampira? Sería un desastre total, estoy segura.

—Pues sí que te lo estás pensando.

Mikael me saca de mis pensamientos y me doy cuenta de que no le he contestado.

—Nada en realidad. Además, si quieres informarte de cualquier cosa solo tienes que leer el whatsapp, ya sabes que radio cotilla se encarga de tenernos al día de todo.

—¿Irantzu siempre ha hablado tanto o es que vosotros no le dejabais y ahora se está desahogando?

¡Qué gracioso!

—Hasta ahora era Hugo el que se veía obligado a seguirle la conversación pero estoy segura de que para él ha sido un alivio que Vanesa le siga el rollo todo el rato. Parece que ninguna de las dos tiene nada mejor que hacer que hablar y hablar.

—¿Y le has preguntado a ella?

—Que si le he preguntado a ella ¿qué? —No entiendo a qué se refiere.

—Pues eso, a ver si ha visto a alguien nuevo...

Tiene razón. ¿Cómo no me he dado cuenta? He pensado en Mikael cuando la persona más perspicaz es Irantzu. Puede estar muy despistada para otras cosas, pero controla todos los rumores. No sé cómo no nos descubrió a nosotros, la verdad.

—Pues ahora que lo dices... Ella sabía tu nombre casi el mismo día que llegaste a este pueblo...

—Eso tampoco era muy difícil. Es fácil fijarse en mí.

—Te gusta sacar a relucir tu ego, ¿verdad? —le pincho.

—No estoy diciendo nada que no sea cierto. —Deja el dinero sobre la barra y se levanta con intención de irse. —De todas formas, indagaré un poco por ahí a ver si descubrimos quién te está poniendo nerviosa. Aun así, hasta que no encuentres cabezas de caballo entre tus sábanas, no creo que haya de qué preocuparse.

Me río de su ocurrencia cinéfila pero estoy segura de que no he hecho nada que pueda cabrear a alguien. Y he descartado la posibilidad del acosador. Así que, o mis instintos me fallan o me estoy perdiendo algo.

—Gracias Mikael.

—Para eso están los amigos.

El resto del turno transcurre en la más absoluta calma y ya de vuelta a casa, no puedo evitar pensar si me estaré obsesionando y todo son tonterías mías. Aun así, cuando llegue a casa le enviaré un mensaje a Irantzu y veremos qué pasa.

Giro en la siguiente calle y me engulle la oscuridad. Las farolas de toda la calle permanecen apagadas y en estos momentos me alegro de disfrutar de una vista privilegiada.

Una figura cruza frente a mí, tan rápido que apenas distingo una mancha borrosa. Lo siguiente que noto es un fuerte golpe y ahora, sí que me sumerjo en el negro más absoluto.

¡Aaaaaaahhhhh! Perdón por el final del capítulo. Sé que ahora mismo habrá quien esté echando pestes de esta humilde escritora.

Pero a ver, antes de nada... ¡Hola! ¿Qué tal estáis?

Y ahora sí, ¿qué ha pasaaaaadooooo? Va a ser que Olivia tenía razón y hay alguien acechando. ¿Quién? ¿Con qué intenciones? Vienen capítulos moviditos...

Un apunte, me encanta que Mikael diga que no es su esclavo pero no ha tardado nada en acudir a su llamada, jajaja

Bueno, pronto más. Tengo intención de que esta semana caiga otro y así no os hago esperar mucho.

Por cierto, curiosamente, aunque esta historia no tiene muchas lecturas el otro día estuvo en el puesto #11 de romance. Y es gracias a quienes la leéis, votáis y comentáis. Mil gracias por esto. ¡Os adoro! Besitossss