Capítulo 28

Tengo una tremenda sensación de déjà vu cuando sigo a Mikael hacia el final del jardín, donde hemos perdido de vista a Martín. La única diferencia es que esta vez nos acompaña Vanesa, aunque después de lo vivido en el bosque, no duda en sujetarse de mi brazo, un poco escondida tras de mí.

Cuando le encontramos, queda claro que el vampiro tenía razón. Cinco tíos se le encaran y en cuanto me fijo en la ropa del que parece el cabecilla, sé que se trata de los jugadores del otro equipo. Y parece que tienen ganas de bronca.

—¿Qué pasa? ¿Aquí no eres tan gallito como en la cancha? —le escupe uno de ellos desde atrás.

—¿Qué ocurre?

Mikael no duda en interponerse entre ellos, dejando a Martín tras su espalda y me sorprende lo sobreprotector de su gesto. Quizás el chico le caiga bien después de todo.

—Vaya, ¿a qué vienes tú? ¿A echarle una mano? —suelta el jefazo del grupo, que tiene pinta de ser además el capitán del equipo.

—¡Nunca mejor dicho! —de la misma le agarra la mano y comienza a retorcerle la muñeca. El chico aúlla de dolor y no tarda en caer de rodillas —. ¿Qué mano es más importante para ti? ¿La izquierda o la derecha? Porque creo que vas a perder una de ellas...

Al darme cuenta de que Mikael no entiende la diferencia entre amenaza y cumplir su palabra, doy un paso hacia él y le susurro al oído.

—No te pases. No queremos que se líe como la última vez. Y necesita las dos manos.

Afloja un poco su agarre pero no le suelta.

—Es que... no soporto a los imbéciles como él...

Justo entonces, Hugo llega hasta nosotros acompañado de Luca.

—¿Algún problema? —pregunta mi amigo cruzándose de brazos frente a otro de los chicos. Hasta ahora no me había dado cuenta de lo mucho que puede imponer si se lo propone.

Varios de ellos reculan un par de pasos y me sorprende lo rápido que pueden cambiar sus intenciones.

—Ninguno —contesta el más bajito de todos—. Oriol nos invitó a tomar algo, pero creo que será mejor que nos vayamos. ¿Verdad chicos?

Se miran unos a otros y asienten con excesivo ímpetu. Vemos cómo se alejan y entonces me doy cuenta de que Mikael aún no ha liberado a su presa.

—Deja que se vaya —le apremio.

Le suelta de mala gana y se da la vuelta molesto. Estoy segura de que le hubiera gustado darle su merecido.

—¿Estás bien? —le pregunta a Martín.

—Sí, gracias por... enfrentarte a ellos —responde un tanto cohibido.

Hay un momentáneo silencio y tengo la sensación de que me estoy perdiendo algo. Hugo le da una palmada a Martín en la espalda y señala hacia la casa.

—Venga, vamos a por otra cerveza.

Vanesa, que hasta el momento ha permanecido agarrada a mí, me suelta y comienza a caminar con ellos y yo, me quedo varios pasos por detrás. Antes de que me dé cuenta, Luca se sitúa a mi lado.

Aunque le había visto llegar con Hugo, me había olvidado completamente de él. Intento no mirarle y espero pacientemente a que hable. Al fin y al cabo, él es quien permanece junto a mí.

—¿Podemos hablar?

Miro al grupo que avanza algunos pasos por delante y decido ser un poco puñetera.

—Ya lo estamos haciendo.

—Me refiero a hablar de lo del otro día —me aclara.

Le lanzo un rápido vistazo y pongo mi carita más inocente.

—¿Del otro día? No sé a qué te refieres.

Suelta un resoplido y sé que le estoy tocando las narices. Pues no me da ninguna pena.

Me sujeta del brazo para que me detenga antes de llegar a la casa y no tengo más remedio que enfrentarle.

—Siento lo que pasó... —comienza.

—Querrás decir lo que no pasó —puntualizo.

—Me lo vas a poner difícil ¿verdad?

Baja la cabeza para buscar mi mirada y yo le rehuyo. Odio sentirme así con Luca. Porque ahora mismo estoy deseando que me bese, cuando sé que él no quiere hacerlo.

—Es lo que hay. Además, el otro día me ignoraste en los pasillos.

—Me lo merezco, pero... es que no es fácil...

—Sí, sí es fácil —le encaro—. Besarse es lo más fácil del mundo cuando las dos personas se gustan. El problema es que en este caso no es así, lo dejaste muy claro. Pero no te preocupes, no pasa nada. Eso sí, no pretendas que me comporte como si nada.

Me giro con intención de escapar y beberme, no sé, una docena de cervezas, sin embargo, él se interpone en mi camino y me sujeta por los brazos.

—Te equivocas, Olivia. No quiero que pienses que no me gustas porque no es así. Me gustas y mucho. Más que cualquier otra persona. Pero no se trata de eso. Es solo que... no puedo. Es más difícil de lo que te imaginas... y se me está haciendo cuesta arriba verte y mantener las distancias. —Se acerca más a mí y esta vez sí le miro, embobada con sus palabras—. Ahora mismo, no puedo pensar en otra cosa que no sea besarte... pero si lo hago empezaré algo que no puede ser. Lo siento de verdad...

Irantzu se detiene a nuestro lado y me pregunto si es consciente de la energía que fluye entre ambos o es solo cosa mía.

Luca me suelta y sin decir nada más se va. Me quedo viendo cómo se aleja y deseando entender qué acaba de pasar.

—¿Qué ha sido eso?

—No tengo ni idea. —Y lo digo de verdad.

—¡Madre mía, yo lo llamo tensión sexual no resuelta!

Y sin posibilidades de que se resuelva, por lo visto. Totalmente derrotada y con el cosquilleo por la cercanía de Luca bailando en mis tripas, cojo a mi amiga del brazo.

—Vamos a por otra cerveza y te cuento, que mientras has ido al baño, han pasado un montón de cosas.

¡Holaaaaa! ¿Teníais ganas de nuevo capítulo?

¡Ay, Mikael! Decidme que por un momento no habéis pensado que se iba a cargar a todo el equipo de baloncesto, jajaja. Si algo tengo claro es que Mikael es muy amigo de sus amigos y los defiende a toda costa y a estas alturas a ese grupito los considera sus amigos, así que... si tiene que cargarse a alguien... ¡lo hará!

Y buenooooo... ese momento Olivia-Luca... Sufro con ese "quiero pero no puedo" , tiene que ser horrible que haya atracción por ambas partes pero que uno de los implicados se frene por algo que encima no puede contar. Buaaaaa, qué mal. 

Y lo mejor Irantzu. Se pierde todo el follón por ir a mear y llega justo para fastidiarles a Olivia y Luca "su momento", jajaja como amiga no tiene precio...

Espero que os haya gustado el capítulo. Si os apetece, dejadme votos y comentarios sabéis que me encanta charlar.

Pronto, nuevo capítulo. Os adoro. Besitossss.

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