Capítulo 24

Observo su rostro empapado en sudor mientras se quita los auriculares y los guarda en el bolsillo.

—¡Vaya! Últimamente no hacemos más que encontrarnos —exclama tan sorprendido como yo —. ¿Todo bien?

—¡Em, sí! Vengo de... —Por un momento estoy a punto de decir "Mikael" pero luego recuerdo que no le tolera y prefiero obviar el detalle—. De casa de un amigo. No me había dado cuenta de lo tarde que se había hecho.

Mira a su alrededor como si no fuera consciente de la hora ni de lo desierta que está la calle.

—Lo cierto es que apenas hay gente. ¿Vas a casa?

Asiento y él me hace un gesto para tomar esa dirección.

—¿Sueles salir a correr a estas horas?

Sería capaz de salir todos los días con alguna excusa con tal de coincidir. Al momento, me arrepiento de tener un pensamiento así. ¿Qué me está pasando? Ya ni siquiera hace falta que me afecte su olor para que me esté planteando tonterías. Este chico me afecta más de lo que debería.

—Lo intento. Durante el día suelo andar bastante liado así que este es el único momento que tengo para hacer algo de ejercicio. Además, me ayuda a despejar la mente.

—Lo dices como si estuvieras saturado —indago.

—¿Y quién no? Los estudios, el trabajo, el periódico... y mil cosas más. A veces, es difícil que la cabeza pare.

—Olvidaba lo ocupado que estás —reconozco. Normal que no le quede tiempo para nada.

—¿Has vuelto a ver a Mikael? —me pregunta de repente.

Me pilla tan a contrapié que incluso me detengo.

—¿A qué viene esa pregunta?

Se encoge de hombros y desvía la mirada, escudriñando la oscuridad, como si buscara ahí la respuesta.

—No sé. Es que me intriga. Nadie sabe de dónde ha salido. De un día para otro, estaba matriculado en nuestro instituto y se comporta como si llevara aquí desde siempre. ¿Sabes si tiene familia?

Pues sí que tiene interés.

—Ni idea —miento—. Apenas sé nada de él.

—Mejor. Ese tío esconde algo.

—¿Acaso no escondemos todos cosas a los demás? —protesto. Yo soy la primera que engaño a todo el mundo con lo que soy en realidad. Y seguro que él también tiene más de un secreto. Nadie es totalmente sincero.

Luca se acerca a mí. Escudriña mi rostro y cuando estoy a punto de preguntar qué es lo que está pensando, suelta:

—¿No decías que sin gafas no veías nada?

Mi mano se mueve de forma instintiva hacia mis ojos y entonces recuerdo que me las quité después de estar llorando como una idiota con mis amigos. Y no me di cuenta de ponérmelas para ir a casa de Mikael. Mierda.

—Eh... yo... precisamente por eso he chocado contigo —me invento mientras suelto una risa nerviosa.

Su ceño ligeramente fruncido ratifica que no me cree del todo. ¿Será muy tarde para decir que llevo lentillas?

—Vamos —vuelve a ponerse en marcha y yo agradezco que no insista.

—No hace falta que me acompañes.

Sé que lo va a hacer de todas formas, pero me veo en la obligación de decirlo. Me gustaría saber si lo hace por educación o por pasar un rato conmigo. Sin embargo no pienso preguntarle y ponerle en ese aprieto.

—¿Sabes que han aparecido tres cuerpos en el bosque?

Al momento me pongo tiesa como si me hubieran metido un palo por el culo. Mi mente va a mil y ni siquiera sé cómo disimular.

—¿Tres cuerpos? —Mi voz ha sonado más aguda de lo que debería, aunque eso no parece llamar la atención de Luca.

—Sí, bueno... los restos más bien. Al parecer han sido atacados por algún animal pero en esta zona no hay ninguno del tamaño necesario para hacer semejante masacre. Los cuerpos estaban irreconocibles.

Trago saliva con dificultad. En un solo instante se me ha secado la garganta por completo.

—¿Cómo sabes todo eso?

—Mi padre es policía. Sé que él no debería hablar de estas cosas en casa pero siempre hemos tenido esa confianza.

—Pues no creo que a tu padre le guste que yo sepa lo que te cuenta.

Me lanza una mirada de soslayo, como si le hubiera pillado cometiendo una falta.

—Tienes razón, pero yo... solo quiero que estés alerta. Ten cuidado, ¿de acuerdo?

—Siempre preocupado por mí, Luca —digo con un suspiro—. Soy más fuerte de lo que piensas.

De nuevo me enfrenta y me pilla tan de sorpresa que aguanto la respiración.

—Lo sé. Pero tú también puedes meterte en problemas.

No sé por qué pero tengo la sensación de que Luca sabe más de mí de lo que debería. Lo que no soy capaz de entender es por qué. He sido lo suficientemente cuidadosa como para que nadie me descubra. Lo de Martín y Vanesa fue circunstancial y si no llega a ser por esos tipos, ellos nunca hubieran sabido qué somos Mikael y yo. Pero ¿Luca? No creo que observándome desde la otra punta del patio pueda averiguar algo. ¿Entonces? ¿Qué me estoy perdiendo?

—No sabes nada de mí...

Un paso más cerca.

—Puede...

Otro paso más. Levanto la vista e intento mantenerme firme aunque me tiemblan las rodillas. Su boca está a escasos centímetros de la mía...

Siento esa electricidad que se genera justo antes de un beso. Como si la atracción de los cuerpos fuera inevitable. Estoy a punto de cerrar los ojos al sentir que la distancia desaparece, cuando de pronto él se detiene.

—Yo... lo siento. Tú y yo... no podemos... —Da un paso atrás y mira hacia los lados como si de golpe hubiera despertado de un sueño y no supiera dónde está. Se revuelve el pelo, nervioso y apenas hace un gesto con la barbilla —. Ya has llegado a casa. Me voy, se me hace tarde.

Sin dignarse siquiera a mirarme, se da la vuelta dispuesto a alejarse de mí. Huyendo de lo que ha estado a punto de pasar. Me quedo mirando cómo su silueta se pierde en la oscuridad. No sé qué ha pasado pero me siento más idiota que nunca.

Buenooooooo... ¡Cómo que no pueden! ¡¡¡¡Cómo que no pueden!!! Jajajaja ¿Qué está pasando aquí?

Por partes. ¿Os habéis dado cuenta de que Luca es el único que está mosca con lo de las gafas de Olivia? Este chico está atento a todo...

Y bueno, qué casualidad que saque el tema de los cuerpos encontrados en el bosque y justo su padre es policía. Vamos que tenemos mucha información, pero ahora hay que encontrar como encaja todo esto. ¿Alguna teoría por ahí? Sé que hay varias personas que apuestan porque es un hombre lobo. ¿Será eso? Que se haya echado atrás con el beso en el último momento, deja claro que quiere pero no puede. ¿Por qué no puede?

Pues de momento, no se sabrá. Falta un poquito para que ese detalle se desvele. Mientras, podéis contarme qué pensáis de todo lo que está pasando...

Pronto nuevo capítulo. Besitosss

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