Capítulo 21
Me alegra poder estar comiendo en el patio. Es mucho más fácil pasar desapercibidos aquí que en el comedor interior y además disfrutaremos un rato de los perezosos rayos de sol invernales.
—¡No tienes razón!
—¿Cómo que no? —Irantzu replica a Hugo más enfadada de lo que debiera. Últimamente sus discusiones son cada vez más acaloradas.
—Haya paz... ¿otra vez a vueltas con las Kardasian? —pregunto no más posar la bandeja en la mesa.
—No, hoy estamos hablando de música. Bueno, discutiendo más bien —me explica mi amiga.
—Es que no acepta que no adore a Taylor Swift. Pero no todos somos swifties con pulseritas de colores. A algunos nos gusta otra música —protesta Hugo—. A mí me gusta más Billie Eilish.
En serio, lo de estos dos no tiene remedio.
—De acuerdo, desempatemos —Ambas miradas se ciernen sobre mí—. ¿Taylor Swift o Billie Eilish?
Estoy pensando cómo no herir los sentimientos de ninguno de los dos ya que mi respuesta sería Dua Lipa, cuando alguien contesta a mis espaldas.
—Billie Eilish, por supuesto.
Vanesa llega a nosotros y de nuevo se sienta junto a Hugo. Este para colmo al escuchar su respuesta, le dedica una enorme sonrisa.
—¿Veis? Hay más gente con buen gusto en este instituto.
Le lanzo una mirada furibunda a Vanesa pero esta ni siquiera me mira. En serio, ¿dónde quedó lo que hablamos ayer de comportarnos como siempre?
—No tengo nada en contra de las swifties que conste —aclara—, pero es que Billie... me llega al corazón. Soy capaz de escucharla durante horas. En bucle total.
—¿De qué habláis? —pregunta Martín cuando llega a nuestra mesa.
Le hace un gesto a Vanesa para que le haga sitio y ella se arrima más a Hugo para hacerle espacio. Acto seguido, le hace un rápido resumen y yo estoy demasiado estupefacta como para reaccionar. Sin embargo, ya lo hace Irantzu por mi.
—¿Qué está pasando aquí? —interroga claramente molesta mientras señala a ambos—. ¿Soy la única que no ve normal esta situación?
Intento salir al paso, aunque esto es raro de narices.
—Bueno, ya os dije que estamos juntos en un trabajo de...
—De inglés —se adelanta Martín.
—De literatura —digo yo.
—Eso sí, de literatura —intenta corregir Martín.
Esto de disimular se nos da como el culo. Irantzu arquea las cejas dejando claro que no se cree nada de lo que le hemos contado y al ver que nadie está dispuesto a añadir nada más, coge su bandeja y se levanta.
—¿A dónde vas? —pregunto, preocupada.
—Tengo cosas que hacer. Un trabajo de... no sé, de algo.
Se aleja sin que pueda hacer nada por detenerla y me doy cuenta de que ocultarles a mis amigos lo ocurrido, me va a suponer más de un problema.. Y lo último que quiero es perderles.
Martín se sienta a mi lado y me dedica una mirada de comprensión. Gesticula un "lo siento" y eso me hace que ni siquiera pueda culparles a ellos de esta situación.
Hugo en cambio, está la mar de tranquilo hablando con Vanesa y esta parece divertirse con él. Quizás después de todo, no haya tanta diferencia entre nosotros. Puede que solo sean las circunstancias las que nos han hecho tratar con unos u otros, nada más.
—¿Qué tal estás? —pregunto a Martín en voz baja.
Se encoge de hombros como si no lo tuviera muy claro.
—Mis amigos dicen que estoy raro. Es que no sé comportarme normal con ellos después de lo ocurrido, después de lo que sé. Es como si de pronto hubiera abierto los ojos a una nueva realidad y ahora ya no encajara en la otra.
—No es lo que pretendíamos cuando os ayudamos —me justifico.
—No lo dudo. Y nunca dejaré de estaros agradecido por lo que hicisteis. Es solo que... ahora no sé dónde encajo.
—Date tiempo. Mientras, eres bienvenido a esta mesa.
Martín toma mi mano con la suya y su gesto me hace sentir bien. De pronto me doy cuenta de que ya no me siento nerviosa a su lado. Ahora que le conozco un poco más, siento que podemos ser buenos amigos sin mayores aspiraciones.
Mi móvil vibra y miro la pantalla con curiosidad.
"¿Estás intentando ponerme celoso con Martín?".
Escruto a mi alrededor, en busca de Mikael y no tardo en localizarle en otra mesa a unos metros de distancia.
—Ahora vuelvo —aviso.
Me acerco a él y tomo asiento. Por una vez, está solo, algo raro teniendo en cuenta que siempre suele estar rodeado de gente dispuesta a complacerle.
—Tienes que dejar de hacer eso.
—¿El qué? ¿Dejar libros sobre tu almohada?
Poco ha tardado en hacer referencia a ese detalle.
—Eso también. No puedes entrar en mi casa cuando te venga en gana.
—Vale —concede.
—Ni mandarme mensajes.
—De acuerdo.
—Ni besarme.
—Eso deberíamos discutirlo un poco más —replica molesto.
No esperaba que fuera fácil.
—En serio, nada de besarme.
—¿Qué pasa? Que ahora que ese de ahí te hace caso ¿ya no quieres saber nada de mí?
—Entre Martín y yo no hay nada, Hoy me he dado cuenta de que solo vamos a ser buenos amigos.
—Ya... entre otras cosas... porque es gay.
—¿Qué dices? Martín no es gay.
La sonrisa que esboza el vampiro, me hace dudar.
—¿Con cuántas chicas le has visto?
—Con ninguna, pero tampoco con chicos. Así que eso no significa nada.
—Créeme, sé de lo que hablo. Sería más fácil que se acostara conmigo que contigo.
Y por algún motivo le creo. Será que tiene un sexto sentido vampírico que yo no he sabido desarrollar.
—Bueno, lo dicho, si aprendes a comportarte quizás me replantee lo de nuestra amistad.
El rostro de Mikael se ilumina como si le hubiera dado la mejor de las noticias.
—¿Estás dispuesta a ser mi amiga? ¿Lo dices en serio?
Su entusiasmo me descubre una gran verdad sobre él: realmente se siente muy solo. Y vale que es un tocapelotas de cuidado y un vampiro peligroso y no sé cuántas cosas más, pero también es alguien que necesita ver que forma parte de algo.
—Pero con unas normas.
—De acuerdo.
—Te comportarás. Nada de matar a gente del pueblo, ni de dominar a nadie, ni aprovecharte con tus "encantos". Y tú y yo, seremos solo amigos, nada más. A los amigos no se les besa.
—Eso lo dirás tú...
Me levanto dispuesta a marcharme. Si no quiere aceptar, él se lo pierde.
—¡Espera! —Me sujeta del brazo, pero no es un gesto brusco. Desliza la mano hasta sostener la mía y la aprieta ligeramente—. Tenemos un trato.
No sé qué me hace más gracia, si que Martín y Vanesa se acoplen como si fueran parte del grupo y no resultara de lo más raro o el mosqueo que tiene Irantzu con todo esto, jajaja. Empieza a ser un poco surrealista el asunto.
¿Y lo que ha dicho Mikael? ¿Creéis que es cierto eso de que Martín es gay? Me encanta la frase de "sería más fácil que sea acostara conmigo que contigo". Ahí es nada...
Y para terminar, un trato. ¿Serán capaces de ser amigos Olivia y Mikael? Lo veremos...
Espero que hayáis disfrutado del capítulo.
Si os está gustando la historia, dejadme votos y comentarios para que crezca y llegue a más gente. Dadle un poquito de amor a mis personajes...
Pronto más. Besitossss
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