Capítulo 14
—¿Qué ha sido eso?
—Algo malo.
Nos miramos como decidiendo qué hacer y casi a la vez echamos a correr en dirección al bosque. Por una vez no me preocupo en mantener una velocidad normal, pues creo que la situación nos obliga a ser rápidos.
Sigo a Mikael que parece tener claro de dónde venía el grito y no tardamos en salir de nuevo a la carretera principal. Nos detenemos un momento y guardamos silencio para intentar detectar cualquier sonido que nos indique hacia dónde ir.
Escuchamos un ruido a pocos metros, mezclado con varias voces y Mikael me hace un gesto, señalando la maleza más allá de la cuneta. No tengo tiempo de frenarle. Sale corriendo en esa dirección y no me queda otra que ir tras él.
Ni siquiera se detiene a evaluar la situación, se abalanza sobre un tipo gigantesco con cara de malas pulgas y lo derriba sin esfuerzo. Me freno al llegar y no puedo creer lo que veo: Otros dos tipos de aspecto amenazador increpan a Martín que permanece entre ellos y Vanesa, en actitud de defensa. Agita una enorme rama frente a los dos hombres mientras la chica en el suelo, recula asustada. Mikael ha sido tan rápido que no se han dado cuenta de que han perdido a uno de sus compañeros y siguen intentando atacar a Martín que poco puede hacer contra ellos.
Me agacho junto a Vanesa y veo que tiene la falda rota y ha perdido una zapatilla.
—¿Estás bien?
Su primera reacción es de miedo, hasta que se da cuenta de que soy yo.
—Yo... no... —solloza.
—Tranquila.
Me levanto con intención de ir a ayudar, pero ella tira de mi manga para que no me aleje. Me gustaría quedarme a su lado, sin embargo me preocupa dejar a Mikael actuar por su cuenta. Le dedico una sonrisa tranquilizadora y consigo que me suelte.
Me detengo junto a Martín y este, al notar mi presencia me mira con asombro sin dejar de mantener la rama en alto.
—¿Qué haces tú aquí?
—Ayudar. Lleva a Vanesa a casa.
—¿Estás loca? ¡No te voy a dejar aquí con estos tíos!
Justo en ese momento uno de los aludidos decide sumarse a la conversación.
—¿Y tú de dónde has salido preciosa? —escupe.
Está borracho, de eso no hay duda.
—¡Qué bien! Otra chica más. Doble diversión —añade el otro.
Mikael aparece junto a este último y le pasa el brazo por los hombros, como si fuera uno más de su grupo. El tipo le mira sin entender quién es ni de dónde ha salido y la expresión le cambia cuando ve que tiene gran parte de la cara manchada de sangre. Para darle un aire más dramático al momento, comienza a chuparse los dedos, como si acabara de disfrutar de un gran festín.
—Está claro que alguien sí se va a divertir aquí, pero creo que no vais a ser vosotros...
A mi lado Martín suelta la rama horrorizado y no es para menos. Necesito que deje de mirar a Mikael y me preste atención así que me interpongo en su campo de visión.
—Martín, llévate a Vanesa ya. Nosotros nos ocupamos.
Me mira aún confuso, sin embargo al final, asiente.
Espero hasta ver cómo se alejan. Ella le va diciendo algo de la zapatilla que ha perdido, el estado de shock no le deja pensar más allá de ese pequeño detalle. Mañana será otra historia.
Cuando ya han desaparecido de nuestra vista, me giro hacia Mikael. Ninguno de los tres se ha movido ni un ápice.
—¿Qué has hecho con el otro? —pregunto, ya conociendo la respuesta.
—Está ahí detrás. —Señala unos arbustos—. Ese no creo que nos dé mucho la lata.
—En serio. ¿No podías haberle dado un par de golpes y ya está?
Suelta al tipo que estaba agarrando y se encoge de hombros, aburrido.
—Se me fue de las manos...
—¿Y ahora?
No sé qué pretendo que me diga. Ni yo misma sé qué hacer. Si les dejamos ir, no se mantendrán callados. Y la otra opción...
—Sabes lo que toca.
Esboza una sonrisa que me hace creer que para él todo esto resulta divertido. Y a mi no me hace ni puñetera gracia.
No espera a que le diga que sí, se lanza al cuello del que permanece a su lado y el tipo suelta un grito desgarrador. Caen al suelo y durante un instante, Mikael me recuerda a una fiera alimentándose de su pieza recién cazada. El otro hombre comienza a recular al darse cuenta de lo que está ocurriendo y para cuando me quiero dar cuenta ha echado a correr por la carretera.
El vampiro levanta la cabeza y me lanza una mirada que no me gusta nada.
—No dejes que se escape.
Y maldita sea, tiene razón. No puedo dejar que huya. Salgo tras él y en unos segundos, le alcanzo. Apenas me hace falta un golpe para derribarle y le mantengo inmovilizado con un pie. El hombre intenta moverse y lloriquea, algo que me pone muy nerviosa.
Mikael aparece a mi lado y suelta una carcajada.
—¿Aún no lo has matado?
—No soy una asesina —protesto.
No me discute. Agarra al hombre del pelo y se lo lleva a rastras al lugar donde ha dejado los otros dos cuerpos. Cuando llega allí, ni siquiera duda y con un rápido movimiento le parte el cuello.
—Ya he bebido suficiente sangre —me explica.
—¿Y ahora qué? No tardarán en encontrar los cadáveres.
—No te preocupes, los despedazaré para que parezca que han sido atacados por un animal. Nunca sospecharán de nosotros.
Me alejo del lugar mientras se afana en dejar la escena del crimen a su gusto. No le lleva mucho tiempo y cuando regresa a mi lado veo que ahora su ropa también está salpicada de sangre. Intento que el olor no me afecte, sin embargo es demasiado fuerte.
—Será mejor que no te vea nadie con esas pintas o tu coartada desaparecerá de inmediato.
—Tranquila, cuando quiero soy invisible.
De pronto se dobla sobre la mitad y protesta de dolor.
—¿Qué te ocurre?
—No lo sé. No me encuentro bien...
Cae a mis pies inconsciente y creo que esto era lo único que le faltaba a mi tranquila noche.
¿Y ahoraaaaa? ¿Qué le pasa a Mikael????
¡Hola, hola! Se me olvidaba saludar... ¿Qué tal por ahí?
Ya veis la que se ha liado. En fin, gente indeseable hay en todas partes y en el fondo me alegro de que Olivia y Mikael hayan encontrado a Martín y Vanesa. ¿Qué hubiera sido de ellos si no llegan a aparecer?
Pero lo más importante ¿qué le ha pasado a Mikael? ¿Será Olivia capaz de ayudarle?
¿Y qué harán con Martín y Vanesa? Porque algo tendrán que contarle ¿no?
Se abren muchas incógnitas y como siempre me encantaría saber qué opináis. ¡Os leo!
Pronto más. Besitossss
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