Magia y Brujería.
Basado en un hecho "real" (cada quien tenga su teoría? ) Ambientado hace mucho, cuando se creía en brujas y magia,
En el folclore medieval es bastante oscuro el tema (caza de brujas) pero para esta parte me basare mas en como las brujas fueron tratadas en el folclore Mexicano después de la conquista.
Las brujas eran temidas y adoradas, no había quien quisiera meterse con ellas. Solo aclarar ese punto 💕
Capítulo Dedicado a PoioHam con todo el amor de mi corazón.
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Los pueblos pequeños tenían muchas ventajas; todos se conocían, siempre tenias las noticias al día, pocas veces había problemas y si los había los resolvían rápido, los pueblos pequeños eran buenos para vivir.
Pero también había sus desventajas, como que los chismes corrieran a velocidades impresionantes en misa, o que las tradiciones fueran demasiado arraigadas.
Eso era lo que no le gustaba a Shinsou, había estudiado por su cuenta, y ver tanta incredulidad e ignorancia junta le daba nauseas, pero tampoco tenía la solvencia económica como para irse a un lugar mejor.
Shinsou vivía en un pequeño pueblo entre montañas olvidado de la mano de dios, donde la gente era común, creía en la existencia de magia y brujería, y la mayoría del tiempo se la pasaban trabajando en los campos o chismeando fuera de la iglesia.
¿Su futuro en serio estaba truncado en ese pueblucho? Si, desafortunadamente si, porque era pobre y para colmo tenía un hermano enfermo, y por cuidarlo no podía aspirar a tener un mejor empleo y ahorrar para irse.
Su hermano menor, Izuku, había nacido con un mal en el corazón, sus padres habían fallecido hace mucho por lo que él debía hacerse cargo de todo.
— Si aceptaras a Hatsume tu hermano podría tener un mejor tratamiento —
— No me veo casado con ella —
Trabajaba arduamente como recolector de hierbas medicinales, que se vendían al mejor postor los domingos al medio día en la plaza central, allí había conocido a Hatsume Mei, una chica excéntrica y adinerada que se la pasaba experimentando con todo.
No era mala persona, al contrario, era una chica estudiosa, risueña y que incluso se había propuesto conseguir una cura para su hermano, pero eran amigos, no se veía de otra forma con ella.
Pero Izuku cada día estaba peor, cada día necesitaba mas medicinas, necesitaba dinero ¿Cuanto tiempo mas podría decir "no"?
Llevaba unos meses pensándolo, si no conseguía un mejor trabajo su única alternativa sería desposar a la chica pero era lo que menos quería.
Pero había algo que quería menos, y es que Izuku desposara al menor de los Todoroki, Shouto no le caía mal, al contrario, le gustaba que amara a su hermano sinceramente, pero si se casaban Izuku estaría expuesto a demasiadas críticas por su enfermedad, y además... No quería que su hermano se casara sintiendo que era por lastima.
Antes de todo eso, arriesgaría su vida para seguir comprando los medicamentos.
— ¿Y por que no tomas el trabajo de Ibara? — Le propuso una noche Sero, su vecino cuya esposa, Mina, constantemente cuidaba de Izuku mientras el salia a recolectar, el peli morado miro a su vecino intrigado, Ibara era una herbolaria poco habladora, y no sabia que buscara ayudante.
— ¿Que clase de trabajo? No había escuchado que pidiera ayudante o algo así —
— Recolector, al parecer necesita que recogían algunas hiervas valiosas que crecen en lo profundo del bosque bajo la montaña del este, no es muy lejos y la paga es buena pero el horario... Al parecer las propiedades de esa planta son mejores si se recolectan de noche y los demás no lo toman, sabes que la mayoría del pueblo teme... —
— A las brujas — Concluyó serio, no necesitaba ser un intelectual para saber que aquellas creencias eran estupideces, pero todos en el pueblo le temían a salir a vagar en el bosque de noche por ello.
Luces tintineantes en la cima de las montañas, bolas de fuego que ríen y cruzan los cielos sobre el bosque, hermosas voces que llaman a los incautos para no regresar los jamás, todos aquellos mitos eran pan de cada día.
Pero Hitoshi sabia que no existían, por lo que no titubeó al aceptar el empleo.
Dos semanas realizo su trabajo sin problemas, salia cuando el sol se escondía, recogía las plantas cerca de la falda de la montaña y regresaba a casa antes del alba para después entregarlas a Ibara quien le pagaba bien y podía costearse los medicamentos de Izuku.
Pero una noche, en un descuido un incautó travieso incendio el bosque, todo ardió, y por ende Shinsou no pudo seguir trabajando, los medicamentos subieron de precio, Izuku empeoro y el trabajo ya no era fructífero, allí fue cuando se vio arrinconado a aceptar casarse con Hatsume, a cambio de ayuda para su hermano.
Su vida estaba estancada en ese pueblucho y ya no había dudas, ya nada podía hacer.
Pero no quería rendirse, no sin luchar, por ello tomando uso de sus conocimientos botánicos arreglo sus cosas y se determinó a aventurarse a lo mas profundo de las montañas para buscar las plantas de Ibara.
Solo un puñado, uno solo lo libraría de casarse al día siguiente, con eso en mente fue que salio de casa cuando el sol se oculto.
La brillante luna llena fue su única compañera al salir de la casa cuando ya todo estaba apagado, con pasos sigilosos procuro no llamar la atención hasta llegar al bosque, donde apresuro el paso para tardarse lo menos posible. Camino horas, despejo el camino con fuerza y esperanza confiando en que mas adentro estarían las plantas.
Con su machete se deshacía de lo que estorbaba su camino mientras en la otra mano sostenía un recipiente de cristal que contenía el fuego de su guía.
Cuando pensó que todo estaba perdido fue que vio el lugar, un pequeño pastizal lleno de aquellas hiervas iluminadas por la luna llena, sonrió agradecido y no perdió tiempo para hacer su trabajo, cosecho hasta que sus maletas estuvieron llenas.
— ¿Te gustan esas plantas forastero? —
La inesperada voz lo asusto, y miro por reflejo de donde provenía, chocando con la mirada curiosa de su misterioso acompañante.
Sonreía cual niño pequeño, con un cabello rubio brillante algo largo, ojos dorados brillantes, una piel clara y vistiendo ropas negras que solo lo hacían resaltar más.
— No precisamente, solo es mi trabajo —
— Oh, ¿Necesitas muchas? —
— No, solo estas son suficientes — Respondió volviendo sus ojos al trabajo, tomando sus cosas sin prisa alguna mientras sentía la mirada ajena sobre su persona.
— Me llamo Kaminari Denki ¿Y tu? —
— Shin... Hitoshi, Hitoshi Shinsou — Respondió algo dudoso, pues por mas que se negara a pensar como el resto de los del pueblo, aun había cosas que procuraba no desobedecer.
— Que lindo nombre — El rubio sonrió alegre, despreocupado y libre como las flores, Shinsou admiro fugazmente eso — Shin, Shin ¿Para que necesitas estas plantas? —
— Son medicinales, ayudan a las personas, a mi me pagan por llevarlas, y si me pagan puedo ayudar a mi hermano — Shinsou se detuvo un momento, pensando contrariado porque le contestaba tan sinceramente, el no era así, sintió unos escalofríos en la espalda y al voltear los ojos dorados seguían fijos en su persona.
— Oh, ¿Que tiene tu hermano? — Preguntó el rubio con voz dulce, acercándose paso a paso sin que el mas alto pudiera moverse.
— Esta mal del corazón —
— Que trágico, y por eso vienes hasta aquí para buscar estas plantas — Denki sonrió de manera felina hasta llegar a quedar frente a frente, su suave mano toco la mejilla ajena.
Por primera vez en años, Shinsou creyó en las brujas, hermosas mujeres que hipnotizan a los desprevenidos y los atrapan hasta no dejar nada de ellos, y aunque Denki no era mujer, sentía que algo potente le impedía moverse.
— ¿Eres brujo? — La pregunta saco de onda al rubio quien dio un paso atrás sorprendido.
— Si fuera otra cosa no estaría aquí a media noche —
— Vaya, eso explica por que le dije todo eso a un desconocido —
Ambos se miraron fijamente, Shinsou de manera calmada mientras Denki trataba de entender que le sucedía al extraño sujeto.
— No me temes —
— Eres demasiado bonito para temerte — Bromeo el mas alto con una ligera sonrisa, Kaminari sintió sus orejas calientes ante el comentario y desvío la mirada.
Nunca había conocido a un humano común y corriente que no le temiera, la reputación de aquellos con pactos para tener poder no era muy buena, y menos cuando muchas de sus compañeras en verdad cometían actos repugnantes como comer carne humana o embrujar a los hombres para mantenerlos a su lado.
Bien, que Denki había usado un hechizo de sinceridad en Hitoshi, pero solamente fue para conocer sus intenciones al llevarse las plantas que con mucho cariño había cultivado, nada mas.
Pero era extraño, nunca había hablado con alguien mas de aquella manera, nadie había tratado de tener una charla con él, y eso le gusto, le gusto hablar, le gusto el que le hablaran bonito, el sentir un calor ajeno.
— Eres extraño —
— Supongo, bien señor brujo, sera mejor irme — Se colgó sus cosas a los hombros y empezó a caminar sin mirar atrás, algo inquieto pero sin mostrarlo, hasta que sintió un suave agarre que lo detenía.
— Oye... Quedate conmigo un poco mas, siempre estoy solo... — No quería dejarlo ir, al tocarlo, Shinsou desprendía un leve calor corporal que le era reconfortante, hace mucho que la temperatura de Denki era fría, helada.
Quería sentirlo, su calor, su toque, sus palabras hasta quedar satisfecho y poder dejarlo ir, después de todo, Shinsou se llevaría sus plantas como pago, era lo justo.
— Debo irme —
— Por favor, te mostraré mas plantas que podrían servirte —
— Lo siento debo... —
— Sólo un poco más —
¿Cuantos años había pasado solo? ¿Cuando perdió el recuerdo del calor humano? No lo sabía, pero estaba anhelante, anhelante de quedarse al lado del hombre con una temperatura cálida, un aroma dulce.
¿Esa era la razón por las que sus compañeras hechizaban a los hombres? Quizás, quizás por ello se les prohibía interactuar con humanos y caer en la tentación humana
¿Estar sedientos de calor ajeno era el pago por tener sus poderes? Eso no venia en el trato.
Pero era extraño, desear de manera tan instintiva tener a alguien, sentir su calor y su vida latente.
No lo sabia pero Denki se había condenado en cuanto sus dedos tocaron al extraño, y Shinsou, se condeno cuando al ver el rubor y los ojos deseosos ajenos no se alejo.
— Un poco mas... No estaría mal —
Denki sonrió triunfante, tomando la mano ajena mientras reía llevando al otro consigo por el bosque, el de cabellos lilas tenía nublada la vista, sin saber el tiempo o el entorno, solo podía tener la vista en aquella cabellera rubia.
Desde que Shinsou aceptó, Denki había usado un hechizo para retenerlo a su lado, por siempre, el tiempo que quisiera, jugueteando entre las flores.
Recolectando platas medicinales, riendo de tonterías pero cuando el hechizo tomo fuerza cuando finalmente lo beso.
No había vuelta atrás.
No recordaba nada, no sabia ni su nombre solo se sentía en un estupor ferviente de dulzura que no lo dejaba pensar con claridad, solo recordaba la luna, a veces llena, a veces menguante y otras veces no estaba.
¿Pero a quien le importaba?
Era feliz con solo tener al rubio bajo suyo, al tocar su piel y besar cada parte se sentía lleno, completo, sin necesidad de recordar ni su propio nombre.
El rubio en realidad no supo cuando pasaron de recoger flores al que Shinsou lo tomara cada noche, durante el día, cuando su magia era débil, Shinsou permanecía dormido profundamente mientras él iba a por alimentos y agua para mantenerse ambos, y cuando el sol se ocultaba y su magia crecía.
Shinsou despertaba, mirándolo solo a el, tocándolo con calidez, y cuando esa calidez dejaba de ser suficiente para el frío cuerpo de Kaminari, era cuando la temperatura subía, y el rubio se tendía en el pasto sobre las flores solo sintiendo como su cuerpo era tomado gentilmente.
Sabia las manías del contrario hasta el mas mínimo, al humano le gustaba empezar por el rostro, después el cuello y le gustaba dejar un par de marcas en la clavícula, después, sus manos jugaban con sus botones del pecho, mientras besaba cada pequeña parte hasta llegar a la pelvis, de allí, sus dedos recorrían con premura las piernas, en círculos hasta llegar la parte interna de los glúteos donde se detenía y le besaba en los labios con cariño.
Aunque el hechizado fuera Hitoshi, el que se derretía y jadeaba en caricias era Denki, su mente se nublaba y cuando el mas alto finalmente entraba con fuerza en su interior de un solo movimiento solo podía repetir su nombre y abrazarle hasta que finalmente ambos explotaran en un climax perfecto que dejaba exhausto al menor.
Así eran sus noches desde entonces, y por mas que Denki se repetía que lo dejaría ir cuando fuera suficiente, parecía que nunca lo era, nunca podía cansarse de estar en los brazos ajenos, nunca podía dejar de añorar los labios contrarios sobre los suyos.
Cuando la luna llena llego de nuevo, fue una espectadora silenciosa mas de los cuerpos fundiéndose en uno, durante luna llena sus poderes eran más fuertes por lo que Shinsou tenía mas vigor y Denki solo temblaba ante el placer.
— Hitoshi —
Ese era el nombre que gemía y gritaba el rubio cuando lo llenaba, pero el mas alto a veces dudaba ¿Era su nombre? No sabia cuanto tiempo había pasado, no sabia cuantas veces lo había tomado.
En realidad no sabia nada, y eso hacia que Shinsou se quedara pensativo a veces, pero sonreía al ver al rubio, cansado y pidiéndole un beso para acabar, fue cuando levemente un nombre cruzo su mente, y dudo, pero sabia que era el correcto.
— Te amo... Denki —
Al acabar y que Shinsou se recostara a su lado abrazandole, Denki no pudo dormir ni cerrar los ojos, recordando que el otro había dicho su nombre, le había sonreído y besado repitiéndolo mientras lo llenaba.
Y finalmente las lágrimas cruzaron sus mejillas y comprendió que había cometido el peor error de un brujo, se había enamorado de un humano, y no es que estuviera prohibido, pero no era real.
No eran reales los besos de Shinsou, no eran reales las caricias ni los te quiero, no era real el cariño.
Solo un hechizo, un hechizo que podía mantener y estar por siempre juntos pero... Al estar en verdad enamorado, dolía, dolía demasiado y sabia que debía hacer.
A la mañana siguiente Shinsou despertó recargado en una roca montañosa cerca del pueblo, sentía un dolor de cabeza terrible y ni siquiera recordaba como había llegado hasta allí.
Lo último que recordaba era despedirse del muchacho rubio y tomar sus plantas para ir a casa, pero pensarlo no le ayudaría, debía llegar a casa a ver como estaba Izuku y cancelar la boda con Mei.
Lo que le extraño fue que al llegar su hermano le abrazara llorando con fuerza, de la casa saliera Shouto y que finalmente lo llevaran a la iglesia a dar gracias al señor.
Shinsou no comprendió nada cuando le dijeron que había desaparecido 2 meses, ni que Mei ya se había casado con alguien mas y que incluso Izuku ya se había casado con Shouto, se sentía perdido, angustiado e... Impotente.
No sabia que había pasado, no sabia que pasaría ni que debía haber, estaba perdido.
— Fuiste hechizado por una bruja supongo — Fue lo que dijo Ibara cuando fue a venderle las plantas que tenia — De alguna manera saliste pero si no recuerdas nada debe ser por eso, creas en ellas o no, es peligroso adentrarse tanto en el bosque y... Oh —
— ¿Pasa algo? —
— No es importante solo... Había una flor entre las plantas, Shinsou, es una muy rara y especial — Sonrió la de cabellos verdes, entregándole una pequeña y delicada flor blanca con puntos de colores en medio.
— ¿Cuanto vale? —
— La vida de tu hermano — Contesto con franqueza, tomando un pequeño frasco con un liquido rosa — Si haces un te con esa flor y este aceite tu hermano estará curado definitivamente —
Shinsou abrió sus ojos, atónito y perplejo tomando el frasco y queriendo llorar mirando agradecido a la mujer.
— Gracias —
— Tienes suerte Shinsou, ¿Sabes? Aunque no creas en las brujas algunas somos buenas y ayudamos al resto —
El de cabellos morados ya no la escucho, solamente salio corriendo a casa a darle la buena noticia a su hermano.
Un mes después Izuku Todoroki era una persona mas del mundo, sano y fuerte y un astuto e inteligente joven en el que todos tenían esperanzas como la esposa del dueño del pueblo, mientras Shinsou trabajo lo suficiente para ir a estudiar botánica en la ciudad.
Con carruaje listo, maletas y provisiones, iba a partir en un viaje del que no se sabia si volvería, pues los del pueblo siempre supieron que Hitoshi era alguien con un brillante futuro, no destinado a vivir en un pueblo como el suyo.
Las despedidas fueron cortas, los sermones largos y las palabras de aliento muchas, y al fin partió.
Solo él y su destino esperándolo, pero al ver por última vez el paisaje donde creció sintió un dolor punzante en el pecho, al mirar aquella montaña del este, sintió que algo se le había olvidado y detuvo el carruaje.
No le importo dejar todo allí, solo corrió con fuerza en busca de... No sabia, pero debía ir allí, corrió y tropezó varias veces hasta que al mirarlo sus pasos se detuvieron solos.
Quizás nunca olvidaría aquella cabellera rubia, aquella figura esbelta y clara, pero lo que no reconocía eran los ojos, no eran luminosos y alegres como los recordaba, eran tristes y llorosos.
— Hi... Hitoshi —
— Denki tu... —
Y recordó, recordó la luna y los pastizales, las flores y el arrolló, y recordó los ojos, llenos de amor y deseo, el cuerpo temblando de placer y el rostro sonrojado y sonriente; inevitablemente el rojo le subió a las mejillas pero al tratar de acercarse las lágrimas ajenas bajaron.
— No debías haber vuelto, yo te libere tu no... Tu no deberías... —
— Me hechizaste —
— Si, odiame si gustas, por favor vete, yo solo quería... —
— No me iré hasta que me quites el hechizo —
— ¿Que? — Denki dejo de llorar tratando de entender, porque aquel hombre había regresado, porque le miraba tan dulce, porque le pedía lo imposible — Yo ya te quite el hechizo —
— Que extraño, porque ahora mismo siento... Que no puedo volver a estar lejos de ti —
Shinsou sonrió con calma, caminando a paso lento hasta llegar a un rubio sin palabras, y no había necesidad de ellas, pues en cuanto le rodeo con sus brazos y beso lo supo, no quería perderlo.
El beso fue largo, dulce y lleno de sentimientos que no necesitaban aclarar y Denki sonrió de nuevo, hasta que Shinsou rompió el beso y le tomo de las piernas cargándolo sin ningún esfuerzo.
— Oye Shinsou —
— Nada de quejas, nos vamos, tengo un carruaje listo para ir a la ciudad, iré a estudiar botánica y tu vienes conmigo, no te dejare de nuevo Denki —
— ¡Pero espera! No soy normal, nunca he vivido fuera de este bosque, es mas, si me preguntan por mi familia no sabré que decir — Aunque en lo mas hondo de su ser el rubio estuviera feliz por todo lo sucedido, no estaba mentalmente preparado para irse.
Alejarse de lo que conocía, donde sabía estaba a salvo, donde podía usar sus poderes sin miedo.
— Fácil, seras mi esposo y así yo seré tu familia, no necesitas más —
Pero contra las palabras de Shinsou no podía competir, se tapó el rostro rojo con ambas manos hasta que se sintió literalmente botado en un carruaje.
— A partir de ahora, somos tu y yo, no seré brujo pero procurare hacer que me ames cada día —
Denki sonrió ante esas palabras, abrazando a Hitoshi con fuerza besándole levemente la nariz.
— Tu eres un estudiado, y yo un brujo, seguramente sera algo divertido —
Ciencia y fantasía en una sola vida, Shinsou no sabia si podía creer en la magia, pero estaba seguro de que su esposo verdaderamente tenia poderes, pues quizás desde el momento en el que le miro ya se había enamorado de él.
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¡BUENAS! Es un placer estar de nuevo con ustedes uwu
Como ven este es un regalo para mi amado tulipán PoioHam
Ahora aclarare ¿Porque basado en la realidad? Pues fijen se que esta historia me la contaron, por mi casa hay una señora algo extraña, a la que todo mundo le tiene miedo y hace poco la ayude a cargar una bolsa y me invito un café.
Mi pecado es amar el café.
La cosa es que vi un "retrato" muy muy viejo, mas bien era la pintura de una silueta de un hombre muy guapo y delgado. Y se me ocurrió preguntar.
¡Nms! La seño le dijo que era una pintura hecha por su tatara abuelo.
Como lo oyen hace 5 generaciónes.
Los tatara abuelos de aquella mujer eran dos hermanos, ella es descendiente del menor de ellos, pero su familia guarda aquel cuadro como un recuerdo.
Se dice que el hermano mayor de los dos, buscando plantas medicinales se topo con el hombre guapo del cuadro, desapareció dos meses y cuando volvió a casa no recordaba nada por lo que asumieron lo rapto una bruja (en realidad brujo?) y poco a poco se acordó de él y pinto el cuadro para no olvidarlo.
Su historia acaba cuando el hermano menor le dejó al menor la pintura diciendo que había encontrado a ese brujo, y que aunque sabía no podría volver a verse con su hermano, había decidido irse para estar a su lado.
Y como tal, la familia guarda el cuadro como recuerdo y la historia de como el mayor de los hermanos se enamoro de un brujo y se fue con el y jamas lo volvieron a ver.
Me quede asi! :0
😯😮😲😵😳
Nms fue algo impactante y como no tenia que escribirlo (la señora me dijo que estaba bien xd) quiero una historia familiar asi :'v
En fin, espero les haya gustado!!! Esta algo extraña al final pero me gusto como quedó uwu
Espero sus comentarios :D
Cuidense mucho! Besos y abrazos uwu💕
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