Ironías de la vida
Enith:
El proceso por la custodia de Zack no estaba siendo fácil, Rachele no entendía porque no podía ver a su hermano a pesar de haberle dicho todo, ella decía que Zack era hijo de Adley como ella era hija de Amirov, había suspirado queriendo que todo fuese tan sencillo como ella lo planteaba, pero las cosas legales eran otra cosa.
Durante un mes ella no había visto a Zack fuera del colegio, habían hablado por video llamada pero eso era todo, ella estaba decaída ya qué no podían ir al parque o a comer helado, hablaba con Eni sobre lo injusto que era y mi pequeño balbuceaba y se removía inquieto, como si intentará animar a su hermana. Sonrío viéndolos en el jardín desde el despacho, Rach gateaba con él.
- Al fin –escucho la voz de Thesion detrás de mí, me gira, alza y me da vueltas emocionado, me aferro a sus hombros–, hoy por fin veo una luz, encontré un componente y al hacer algunas pruebas detecte dos casos de cáncer inicial –sonrío, sabía lo importante que era, lo beso suave y él corresponde gustoso.
- Felicidades, esto es un gran paso en tu carrera –me baja pero no deja de abrazarme, acaricio su mejilla.
- Me habría rendido de no ser por ti –vuelve a besarme, lo que al inicio eran besos tiernos y suaves, poco a poco se volvían más necesitados, mi cuerpo quemaba y la lava que había sentido al estar con Amirov, sentía como se solidificaba al contacto con Thesion, era algo absoluto y maravilloso que me hacía estremecer.
Lo atraigo más a mí, doy pasos torpes hasta toparme con un sofá, me siento haciendo que él quede encima, se separa un poco para recuperar aire, ni siquiera se cuestiona nada, yo tampoco quería hacerlo. Me acomoda en el sofá y siento su mano subir por mi vestido, jadeo en sus labios, era bastante sensible de esa zona; lo imito y meto mis manos bajo su camisa, su boca viaja a mi cuello y hacia abajo, hacia la piel expuesta de mis pechos, todo sentido estaba nublado por el deseo, desabrocho su camisa mientras lo beso con desesperación, jadeábamos mientras intentábamos tocar lo más que pudiéramos.
Un gemido alto escapo de mis labios cuando presiono mi clítoris por encima de mi ropa interior, apreté mis piernas.
- Thesion –mi voz sale ronca, me froto contra su mano, gemía en sus labios cuando escuche como llamaban a la puerta, con un poco de razón escuche la voz de la señora Caruso, con mucha fuerza de voluntad nos separamos jadeando, aclaro mi voz lo más que puedo y respondo.
- Ha venido el señor Desmond, ¿le digo que venga? –muerdo mi labio, mierda, lo había olvidado.
- Dile que en cinco minutos lo recibo –ella afirma antes de salirse.
- Lo siento Enith, esto –dice apenado mientras se abrocha la camisa, por mi parte arreglo mi vestido y cabello.
- Nada de lo siento, no me obligaste ni nada –hago que me mire–, no me arrepiento de lo que pasó, mas si de no escoger un buen lugar –sus ojos se abren con sorpresa–, me gustas Thesion, mucho, o quizás es más que gustar, es muy probable que ya este enamorada de ti, así que a partir de este momento, no habrá remordimientos para mí, ¿y para ti? –lo miro atenta, él sonríe y me besa.
- No, y por eso, Enith Dunne-Bianchi –dice serio, se hinca y toma mi mano–, ¿quieres ser la novia de este pobre y ocupado doctor de niños? –río bajito ante su propuesta, asiento y lo beso de nuevo.
- Claro que sí, sólo si aceptas ser el novio de una maniática del trabajo –me señalo sonriendo de lado, él ríe y asiente besándome.
- Mil veces sí –sentía una alegría inmensa, sin duda alguna, él era una gran elección, ahora creía que nuestro encuentro estaba destinado a suceder, quizás no fue la mejor manera, pero al final, el destino había cumplido su cometido, unir a dos seres que necesitaban sanarse.
Thesion:
Había salido de la casa de Enith con la sonrisa más estúpida de todas, había conducido de regreso al hospital cantando y bailando en el auto, saludaba a todos, me sentía en las nubes.
Tras cambiarme de nuevo voy a revisar a mis pacientes, todos estaban muy bien y eso aumentaba mi felicidad, los pequeños a los que se les había detectado en etapa temprana, siendo que algunos de ellos son difíciles de detectar hasta que es tarde; estaban en espera del resultado de la biopsia.
- Doctor, que feliz esta –dice Rose tras abrazarla–, no creo que sea sólo por el estudio, ¿me equivoco? –niego feliz.
- Una parte es eso, la otra es que Enith al fin accedió a ser mi novia, así que me siento más que feliz –beso la cabeza de la mujer–, y todo es gracias a esa sugerencia del baile de ser pareja, me permitió acercarme a ella de manera diferente que el doctor de sus hijos –ella ríe antes de volver a su puesto.
- Felicidades –Leian dice detrás de mí, la abrazo feliz.
- Gracias, me alegra compartir esta noticia contigo, eres como una hermana para mí, aunque mi madre no estará muy emocionada con la noticia –me encojo de hombros, mal por ella si no se alegraba por mí, no cambiaría esto porque a ella no le pareciera, era un adulto independiente.
- Abran paso, paciente de siete años con obstrucción de vías aéreas, se le administro ipratropio con respuesta baja –dice uno de los paramédicos, me acerco para revisarlo, grande es mi sorpresa al ver que es Zack, el hijo de Adley. Coloco el estetoscopio en sus pulmones, puedo escuchar sibilancias.
- ¿Saben si sufre de alergia?, ¿algún familiar? –miro alrededor, una mujer se acerca llorando.
- Él no tiene, pero estábamos comiendo comida china, tenía antojo y poco después de empezar, ya no podía respirar –dice alterada.
- ¿Comió algún marisco, camarón, cangrejo, langosta?, ¿algo que no suele consumir? –pregunto mientras se le coloca oxígeno–, 5 miligramos de levocetirizina intravenosa –la enfermera más cercana asiente y comienza a preparar el medicamento.
- Le puse soya al arroz –mira lo que hacemos, reviso si no tiene algún otro indicio de alergia, pero por sus síntomas, así era–, era la primera vez que comía eso, a mi sobrino no le gustaba que comiera eso, decía que podía darle alergia y pensé que exageraba –rompe a llorar.
- Sáquela de aquí enfermera –ella asiente y lleva a la mujer fuera, tras dos minutos veo que respira mejor, reviso su garganta y noto la inflamación, no era tan grave pero si lo suficiente para evitar que respirara–. Deben mantenerlo con oxígeno hasta que la inflamación pasé, también vigilen que el medicamento no haga reacción –un enfermero asiente, salgo de ahí, saco mi móvil y le marcó a Enith, ella debía avisarle a Adley de lo que ocurría, me parecía de lo más injusto que le restringieran las visitas a su hijo, era muy irónico, pero suponía que algunas situaciones en esta vida lo eran.
Lo siguiente que ocurrió tras esa llamada, fue la presencia de Adley y el abogado de Enith, se había puesto loco gritándole a la mujer.
- Fui muy especifico con lo que podía comer carajo, te di una maldita lista, ¿crees que me la saqué del culo? –gritaba histérico a pesar de que una enfermera le había notificado del estado de Zack–, me la dio un pediatra, justo para evitar este tipo de cosas, ¿crees que le niego cosas a MI HIJO porque sí? –la mujer lloraba con más fuerza–, esto lo presentaré ante el juez, verán que no eres capaz de cuidar a mi Zack, así como no supiste cuidar al maldito traidor de tu hijo, siempre lo trate como mi hermano, y el maldito se revolcaba con mi esposa y luego me hicieron creer que el niño era mío, pero adivina Lucille, ese niño es mío –se aleja a fuerzas ya que el abogado lo retira de ahí.
- Puedes pasar a verlo, ya despertó –digo tras llamar su atención.
- Gracias –susurra sincero, suponía que todos podían dejar sus diferencias a un lado cuando se trataba de niños.
- No ha sido nada –asiente y entra en la habitación, abraza al pequeño y este le devuelve el abrazo con fuerza, de todo corazón esperaba que se quedará con él, quizás era un idiota conmigo o Enith, pero se veía que amaba a sus hijos.
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