Epílogo
Al final, se había llevado a cabo una pequeña boda, nada más que la familia, Thesion había ido un año a la especialidad, Enith solía ir de vez en cuando o viceversa.
Tras ese año, Thesion había vuelto al hospital como jefe del área de pediatría, y tras mucha dedicación, había conseguido lo que tanto quería, ser reconocido en el área, las personas solían llevar a sus hijos ahí desde muy lejos.
- Adelante con lo de África –le sonríe su esposa, amaba esa palabra–, no es necesario que el hospital financie eso, lo haré yo –chilla cuando la abraza, llena su rostro de besos–, me gusta ayudar –susurra contra sus labios, tanto había ocurrido en un año, Eni estaba por cumplir 2 años, Rach ya tenía 11 y Zack 10.
- Es la mejor señora Solon –ambos sonríen cual idiotas, Enith se sentía flotar cuando la llamaban así. La relación con su nueva suegra iba mejorando de a poco, aunque estaba segura que se le pasaría al tener a su primer nieto.
- Me gusta ser la mejor, señor Solon –le pega más a él y le besa lento, después, más necesitado–, mi vida –se estremece cuando besa su cuello, estaban en su oficina, debía decirle algo importante, algo que olvidó en cuanto su boca atrapó su pezón por encima de la ropa, la verdad es que era demasiado excitante hacerlo en su oficina, le gustaba esa sensación de peligro.
- Nos perdimos la hora de la comida –susurra mientras acomodan su ropa.
- Yo creo que comimos muy bien –dice coqueta, le pega de nuevo, le gustaba ese pequeño juego de seducción y coquetería.
- No me tientes esposa mía –ella muerde su labio, quería seguir tentándolo, pero debía darle la buena nueva.
- Quizás cambies de parecer después de esto –se estira y abre un cajón de su escritorio, le entrega la pequeña caja, Thesion observa todo intrigado, toma la caja y rompe la envoltura.
- Busca el tomo XVII de la enciclopedia –ella ríe divertida ante la cara de desconcierto de él, sin embargo hace como dice la nota. Una vez que busca en el libro, encuentra otra nota–, abre la computadora y hay otra nota–, adivina adivinador –él ríe ante el juego–, ¿qué hay en la carpeta negra? Me imagino que documentos, ¿no? –toma la carpeta, y cuando la abre, se queda mudo de la impresión–. Aquí –había una foto del vientre de Enith– hay un bebé, ¿quieres verme mañana a las 10 de la mañana? –su voz temblaba mientras leía en voz alta, deja la carpeta y le alza dando vueltas, ríe aferrándose a su cuello.
- Tengo un retraso de un mes, y siento cosas que había sentido en mis otros embarazos, así que –deja que las palabras mueran cuando él la besa con amor.
- Creí que no podía ser más feliz, pero tú me demuestras que siempre se puede ser mucho, mucho más feliz –ella sostiene su rostro, lo amaba tanto. Esa lava hace tiempo se había solidificado, era dura y permanente.
Al día siguiente, Torres había confirmado el embarazo, cerca del tercer mes había tenido un sangrado, por lo que la doctora le había dicho que debía guardar reposo, así que Thesion se había encargado de eso, aunque exageraban en su cuidado, ni bañarse sola podía, no se quejaba porque entendía que estuvieran angustiados, ella misma lo estaba, y creo que todo el cuidado aumentó cuando la doctora dijo que eran gemelos, así que, evitando una discusión con su amado esposo, había aceptado la ayuda de una enfermera, su humor cambió cuando le dijo que era Rose.
- Eres de mis mejores pacientes –dice Rose tras terminar de bañarla, a sus 7 meses era complicado hacerlo sola, podía sentir como pateaban y se movían todo el día, aunque ese en particular habían estado muy quietos.
- Rose, siento que algo no va bien, dile a Preston que prepare el auto en lo que llamo a Torres –ella asiente y sale, le marco a la doctora y acepta recibirme. Leo entra y me ayuda a sentarme en la silla, por el momento nos quedamos en la primera planta.
Durante el camino le escribo a Thesion, sabía que estaba en una operación importante, cuando terminara lo vería, igual no lo asustaría.
Tras llegar al hospital, Torres ya me esperaba, me hizo pasar como una urgencia, algo que agradecí.
Ella preparó todo para comenzar la revisión, su cara al encontrar a mi bebé fue todo lo que necesite para entrar en pánico.
- Necesito hacerte una cesárea de emergencia, uno de ellos tiene estenosis aórtica, es una anomalía en la válvula aórtica, pero se puede reparar con una operación, hacerlo dentro de ti sería complicado y bueno, esta su hermano, que al compartir el mismo saco, no podríamos sacar sólo a uno –intentaba no entrar en pánico, pensar en lo mejor para mis bebés–, te aplicaremos corticoesteroides para que ayuden a madurar los pulmones, te aseguro que con sus siete meses, estarán bien –asiento.
- Adelante doctora, haga lo que sea necesario, pero sálvelos –mi labio temblaba, ella asiente y comienza a dar órdenes a las enfermeras, llamo a mamma y le explico todo, ahora sólo quería que viniera y me abrazara, pero ese pequeño lo necesitaba ahora.
Tras una hora que me pareció una eternidad, al fin iba a entrar a cirugía, mamma estaba aquí así que estaba más tranquila.
- Vamos Enith –asiento, me pasan a una camilla y me sacan del cuarto, no me sedarían completa, quería verlos, así que sólo había una tela cubriendo mi vientre. Me colocan la anestesia, esperan a que haga efecto y proceden, oía el ruido de los metales, las órdenes, mi corazón iba a mil, pero se detuvo cuando escuche un suave llanto, vi como lo tomo una enfermera y lo colocan en una incubadora, lo acercaron a mí para para tocar su mano.
- Hola mi amor –le susurro suave, las lágrimas ya caían. La enfermera me sonríe y entiendo que debe llevárselo.
- Neo, preparados para comenzar con la operación –escucho la respuesta y siento que el mundo se me viene encima, rezaba en que todo estaría bien, a eso debía aferrarme.
Lo veo cuando lo colocan en una mesa, comienzan a conectarle cosas y lo sacan de ahí, la doctora que lo operaría había sido entrenada por Thesion, así que estaba más que capacitada.
Tras cerrarme, me llevan a piso, una enfermera me coloca analgésicos, justo cuando comenzaba a quedarme dormida, él entró con el uniforme, le sonrío y lloro cuando se acomoda a mi lado, de a poco me quedo dormida.
Cuando abre los ojos luce desorientada.
- ¿Cómo están?, ¿qué hay de Jack? –el segundo bebé casi tendría el nombre de mi padre, nuestro primer bebé tenía por nombre Kentin.
- Jack salió muy bien de la cirugía, lo estaré vigilando, Ken esta muy bien, pronto podrás verlo –ella suspira de alivio–, son tan hermosos –susurro con amor.
- Lo son, los vi –la beso con amor, ella lloraba, eran demasiados sentimientos.
Me ausente para ir a verlos, estaría con ellos noche y día hasta que les dieran el alta.
Enith no se había querido mover de ahí tampoco, podía verlos en la incubadora, incluso había podido alimentarlos.
- Pobre bebé –escucha decir a una de las enfermeras mientras alimenta a Ken, Jack recién había comido–, su madre murió y el padre la abandonó, según sé, no tiene más familia, pronto vendrá servicio social para ver su caso –muerdo mi labio, la veo de reojo, era muy pequeña, seguro iría a dar a un orfanato hasta quien sabe cuando.
- No quiere comer –dice un enfermero dejando la mamila de lado.
- Quizás quiera leche materna, puedo alimentarla –digo lo bastante alto para que me escuchen, se giran a verme con sorpresa, el enfermero asiente y la acerca a mí, era una preciosa niña afroamericana, era tan pequeña. Con cuidado la colocan en mis brazos, toman a Ken que había terminado de comer y lo dejan en la incubadora, la pego suave, ella casi no se mueve, coloco mi pezón en su boquita y tras unos segundos empieza a mamar, sonrío cuando la veo comenzar a comer, los enfermeros sonríen, la veo comer y entonces lo siento.
- Vaya –dice él con sorpresa, le sonrío.
- ¿Qué pensarías de tener una tercera bebé? –lo miro con calma, abre los ojos con sorpresa, me imaginaba que estaba enterado del caso.
- Sólo quiero saber quien escogió a quien –sonríe, podía ver en sus ojos que nada le haría cambiar de idea.
- Quizás ella –acaricia su mejilla, me acerco y beso su cabeza.
- Bienvenida pequeña mía –susurro suave, Enith sonríe con emoción, ahora nuestra familia era mucho más grande que antes.
No había sido fácil la adopción, se había buscado algún familiar, al padre para que firmara la renuncia y tras largos meses, Allie al fin estaba en casa, era de la edad de los gemelos, Rachele estaba emocionada con su nueva hermana, se había sentido excluida siendo la única niña, ahora estaba más que feliz.
Jack estaba en revisión constante, pero todo iba bien, lo mismo que Ken y Allie.
Suspiro al verlos dormir, no era fácil cuidar de tres, pero era algo maravilloso ya que contaba con la ayuda de muchas personas, incluso de mi suegra, ahora quería a Rach y Eni.
Adley estaba saliendo con su secretaria, la mujer llevaba años enamorada de él, así que era bueno.
- Gracias –susurra bajo Thesion abrazándome por detrás– por quedarte, por amarme y por darme 5 maravillosos hijos –sonrío como idiota, él amaba a todos por igual.
- Gracias por no darte por vencido, y por dejarme traer a Allie –ríe bajito.
- Quise evitar te acusaran de robo de infantes –ella ríe ante la broma, cubre su boca.
- Oh mi héroe –él ríe bajo, besa mi hombro mientras los ve dormir.
- Te amo –susurra suave, ella sonríe.
- También te amo –le besa lento, nada podía ser más perfecto que este momento, un momento que sería eterno.
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Bueno, mis estimados y estimadas lectoras, hemos llegado a su fin, espero que hayan disfrutado tanto como yo.
Mil gracias, besos.
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