Enfrentamiento

Enith:

El colegio de Rachele había organizado una reunión padres e hijos, cada uno debía llevar a uno de sus padres o ambos, Rachele había decidido que sólo yo viniera ya que deseaba que Zack fuese con su papá Adley, algo a lo que había aceptado gustosa, lo último que necesitaba era que siguiera confundiendo las cosas.

En dicha reunión debíamos hacer varias actividades, tales como dibujar, carreras de obstáculos y al final, harían una representación de teatro, Rach estaba muy emocionada ya que había conseguido el papel que quería, ella sería el príncipe, decía que así podría ser un caballero como su papá Amirov, porque ella había sido toda su vida su princesa, era increíble su forma de ser.

La primera hora habíamos tenido una charla con la maestra, ella nos había mostrado el progreso de nuestros hijos, a pesar de que a Rach se le había dificultado al inicio por el idioma y algunas cosas, ahora iba muy bien, de hecho era de las mejores de su clase, algo que me había hecho sentir orgullosa.

- Ahora tomaremos un momento para una merienda, si gustan pasar –señala la puerta a otra habitación, había podido darme cuenta que Fiorella había venido, debía decir que estaba muy sorprendida, no creí que le importara nada del pobre de Zack. Fiel a mi idea, decidí ignorarlo y sólo concentrarme en mi pequeña, le había preparado fruta picada y sus panqueques en forma de estrella que tanto le gustaban, por mi parte había traído yogurt con avena y fresa, era lo que solía tomar antes de ir a la oficina.

Cuando terminamos, procedimos a dibujar, debía decir que estaba divirtiéndome mucho, Rach y yo reíamos cuando algo no quedaba como debía, pero como no todo puede ser felicidad, había sentido la mirada de alguien en mi espalda todo el tiempo, no quería saber quién era, sólo quería pasar tiempo con mi pequeña y ya.

- Quedo muy bien mami –susurra alzando el dibujo, en general habíamos usado acuarelas pero algunos detalles los habíamos hecho con lápices de colores, una elección acertada, se veía muy bien.

- Bueno papis, lo siguiente será una carrera de obstáculos, así que pasen al patio –asentimos mientras nos ponemos de pie, tomo la mano de mi pequeña y salimos, hoy tenía ropa deportiva y tenis cómodos, no iba a sufrir por verme bien, como el resto de las madres.

Las actividades habían sido variadas, en una parte uno de los padres tenía que atar su pie con el de su hijo y correr a cierto punto, una vez ahí, debíamos saltar en un saco de papas hasta otro punto, ahí nos entregarían una estafeta y trotando correríamos al otro punto, para finalizar, debíamos correr sujetando un huevo con una cuchara, todos estábamos riéndonos a carcajadas, algunos se caían de manera graciosa, Rach había perdido su huevo, por lo que tuvo que regresar, al final quedamos en tercer lugar, algo bastante bueno.

La premiación consto en medallas que según supe, eran de chocolate, así que estaba más que feliz por mi premio.

Antes de la representación de teatro, tocaba otro almuerzo, sólo que esta vez correría a cargo de la institución, nos habían dado pizza y perros calientes, justo nuestras debilidades, cada tanto Rach iba con Adley y Zack, yo prefería esperarla en mi lugar, sin embargo, no apartaba la vista de mi hermanita, si se atrevía a tratarla mal, se las vería conmigo.

Una vez que terminamos, nos dirigimos al pequeño teatro, nos sentamos y esperamos con paciencia a que los niños aparecieran.

Tras la tercera llamada comenzaron, la historia era cómica y con un gran mensaje, no había terminado y ya estábamos todos de pie aplaudiendo emocionados, mi pequeña lo había hecho muy bien, y no lo decía sólo porque fuese su madre, si no que era así.

- Felicidades a mi príncipe encantador –beso su cabeza con amor, ella me abraza con fuerza.

- Lo has hecho bien cariño –la voz de Adley me saca de mi burbuja feliz, porque detrás de él venía ella, que ni se le ocurriera decir alguna idiotez o así le iría.

- Gracias papá Adley –lo abraza, después a Zack, me alegraba que se llevaran bien, ellos no tenían la culpa de nada.

- La familia feliz –escupe con burla, respiro profundo para no decirle hasta de lo que se va a morir.

- Rach, Enirov, mamma, la señora Caruso y yo lo somos, gracias por tu observación –sonrío con falsedad, algo me decía que esto se pondría feo, así que aliento a mi hija a llevarse a su hermano, ella lo hace sin preguntar más.

- ¿Eres feliz destruyendo mi matrimonio? –dice lo bastante alto para que otros padres la escuchen.

- Yo no destruí nada, tu sola te encargaste de mostrarle a tu esposo la clase de mujer que eras, manipuladora, egoísta, materialista y cínica, tú y yo sabemos que tus padres te prefirieron a ti y que les pagaste con una patada en el culo, mientras que tu ibas a las mejores escuelas, yo iba a las de gobierno, y no tiene nada de malo, estoy orgullosa de todo lo que logré S O L A, ¿y tú qué lograste? Engatusar a un rico idiota, ser una esposa trofeo, ¿y ahora que tienes? Nada, una mísera pensión que no te alcanza para el estilo de vida a la que estabas acostumbrada, ¿les has dicho que volviste con tus padres porque eres una inútil que no sabe ni levantar un lápiz?, ¿buscas otro marido rico? Procura que sea más idiota o procura tener cuidado, querida –digo en tono suave, su cara estaba roja de la ira, la miro con suficiencia.

- ¿Esto buscabas al volver, no? –dice intentando moderar su voz–, quedarte con lo que siempre has creído tuyo, darle a esa bastarda un buen apellido –ni siquiera lo pensé, mi mano impactó en su mejilla con un sonoro plam, la veo tambalearse.

- Nunca en tu vida vuelvas a mencionar a mi hija, ¿me escuchaste? –señalo con mi dedo–, mi hija tiene un apellido y es Dunne-Bianchi, ella no necesita la fortuna de los Cranston porque tiene una propia, y es mejor que cierres la boca porque la única que saldría perdiendo serías tú –digo con voz fría, ella llora de la rabia–, recuerda que sé tu mayor secreto, así que no me provoques Fiorella –sentencio en tono bajo pero amenazador.

- ¿Qué secreto? –la voz de Adley me interrumpe de mi rabieta.

- Que te lo diga ella –me giro para irme, no quería seguir en ese enfrentamiento sin sentido.

Adley:

Había observado todo en silencio, ni siquiera había intentado defenderme porque era cierto, era un gran idiota y había caído en una red de mentiras, me había dejado deslumbrar por un falso rostro inocente, así que me mantenía en silencio, así era hasta que hablo de un secreto.

- ¿De qué secreto habla? –sujeto su brazo y la llevo lejos, si era algo delicado, nadie más que nosotros sabríamos.

- De ninguno, ella sólo intenta hacerse la buena frente a ti mi vida, ¿no lo ves? –intenta abrazarme y me aparto casi con asco.

- No te creo nada –sentencio serio, con esta mujer no había nada seguro–, deberías dejar de joderle la vida, agradecida deberían estar de que no las denunció por los brownies, nada más porque se los comió ella y no su hija, así que cálmate o atente a las consecuencias –me alejo, mientras camino escucho su móvil sonar, que le dieran.

Mi teléfono suena anunciando un mensaje, es de mi madre que me informa que mi primo Jake ha llegado, eso me alegra, él era como un hermano para mí, me contactaría con él para salir una de estas noches, teníamos mucho que contarnos, quizás me podría ayudar para intentar recuperar a Enith, quizás desde un enfoque diferente al mío. 

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