Capítulo XXXVIII: El festival escolar (Parte 2)
Y como nos dice el titulo, el festival escolar del amanecer dio inicio con el grupo de chicas que bailaron y cantaron para el público.
Nino, quien participó (obligué), lucía hermosa con su vestuario, y su voz en el canto… uff, magnífica.
Cuando acabó la presentación, ya era momento de abrir los puestos. Y tanto como Fuutarou, Yotsuba y yo, estamos encargados de ayudar en todo.
“Aquí está el gas de repuesto, jefe”. Puse el balón de gas sobre la mesa sin mínimo esfuerzo. “¿Algo más?”.
“Eso sería todo, gracias”.
Alejándome del puesto toqué el comunicador que está en mi oreja. “Aquí Maui a champiñón, responde, champiñón. ¿Dónde estás?”.
“¡Yo jamás acepté ese nombre clave!”. Fuutarou se quejó desde uno de los comunicadores que le dí.
“Tan solo dime en dónde estás y ya”.
“Me han pedido hacer planes para un nuevo área de descanso, ahí estoy”. Lo escuché jadear de cansancio, supongo que han estado explotando hasta ahora.
“Entendido, voy enseguida”. Colgué para llamar a la siguiente. “Aquí Maui a conejita, responde conejita”.
“¡Aquí conejita!”. Y la voz alta y animada de Yotsuba casi estalla mi tímpano.
Al menos le gusta el nombre clave.
“¿Cómo vas por tu lado?”.
“¡El equipo takoyaki aprobó la inspección de seguridad! Sin embargo… aún tienen odio al equipo de los panqueques, jejeje”. Ella rió incómoda y nerviosamente.
Suspiré con cansancio cuando escuché su reporte. “Esos dos deben resolver sus diferencias o solo entrarán en problemas”. Ya me lo puedo imaginar, todos caerá en picada con este Shokugeki de puestos. “Bien, sigue así, conejita. Pronto terminaremos esto, ya lo verás”.
“Shishishi, ¡muy bien! ¡Cambio y fuera!”. Y con su último intento de dejarme sordo, colgó.
Tal vez deba bajar el volumen de su comunicador o perderé el oído para siempre.
Cuando llegué al nuevo área de descanso, me encontré a Fuutarou sentado en el suelo y con su espalda apoyada en el tronco que un árbol. Jadeaba con pesadez como si hubiera corrido una maldita maratón.
Y aunque a mí también me gustaría descansar, no podemos.
“Levántate, flojo… aún tenemos mucho que hacer y aún no es medio día”. Pateé suavemente su pierna para que me haga.
“Oh, cállate…”. Se apoyó más en el árbol. “Desde ahora, este árbol es mi nuevo mejor amigo, así que déjame estar solo con él”.
Jadeé dramáticamente y con la mano en el pecho. “¡No puedo creer que me hayas cambiado por un árbol! ¡Bien, ve con él! ¡Jamás te va a satisfacer tanto como yo!”. Dije como si hubiera sido testigo de una infidelidad, aunque era solo una broma. “Hashtag nohomo”.
“El trabajo te ha vuelto loco”. Me miró con disgusto mientras se levantaba. “Aún falta para que sean las tres, eh”.
“Sí”. Asentí mientras discretamente sacaba una botella de agua. “Entonces… ¿les vas a decir o las mantendrás en suspenso?”.
Tomando un buen trago, suspiró y luego respondió. “Le diré y les pediré que esperen mi respuesta cuando el festival haya terminado”. Por primera vez, lo vi madurando. Dejó de ser un monstruo del estudio y empezó a preocuparse por los demás. Supongo que esas chicas lo cambiaron para bien.
“Sniff”.
“Espera, ¡¿por qué estás llorando?!”.
“No es nada, sólo estoy orgulloso por algo”. Me limpié las lágrimas con la mano. “En fin… sigamos con nuestro trabajo y luego te verás con las chicas”.
“Tan solo espero que terminemos a tiempo”.
“Si no se logra a tiempo, yo te cubriré”. Aseguré.
“Gracias. Nos vemos después”. Con un despido, se fue a hacer su trabajo.
“Está creciendo muy rápido”. Me sentía como un padre viendo a su hijo madurar y ser mejor persona. “Bueno… yo también debo continuar”. Con una sonrisa, me dirigí a cualquier lugar donde quieran mi ayuda.
“Psst”.
Voy a ignorar eso. Seguí adelante sin hacerle caso a la persona que me llamaba detrás del arbusto.
“Psst. Darling”.
Eso me detuvo y me hizo girar para ver quién me llamó así. “¿Chitoge?”.
De repente, una cabeza de cabello rosado rojizo corto con adornos de mariposa salió. No era más que mi increíble novia, Nino. “¿Quién es Chitoge?”.
“Jajaja, sabía que eras tú, Nino”. Reí ante su mirada celosa. Aunque si me paso de la raya, podría morir. “¿Por qué estás escondida en los arbustos?”.
Con los celos bajando a un ambiente menos hostil, me respondió. “Me estoy escondiendo de los fanáticos locos que me estuvieron molestando”. Miró a todas partes en busca de que haya uno por ahí. “Oye, darling, ¿no tendrás una capa mágica que hace invisible a uno al ponérsela?”.
“Lo siento, lo dejé en casa junto con mi sombrero adivinador y mi varita mágica”. Sonreí con burla. “Oh… ahora que me acuerdo”. Metí mi manos al bolsillo y saqué unos anteojos. “Ten. Estos lentes son como los de Superman. Te disfrazarán y nadie sabrá tu verdadera identidad secreta”.
“No me estás engañando, ¿verdad?”. Nino miró los lentes con sospecha. Inspeccionando cada centímetro de ella.
“Les apliqué magia y las uso en misiones para que nadie vea mi identidad”.
Encogiendose de hombros, se puso sus lentes y al instante su apariencia cambió para mí. “No siento nada de nada”.
“Es solo un disfraz de camuflaje. Mira”. Le mostré por medio de la cámara de mi teléfono una foto que le tomé hace unos segundos, lo que hizo que sus ojos se abrieran de sorpresa.
“¿Esa soy yo?”. Se tocó el cabello creyendo que era rubia, pero notó que seguía siendo del mismo color. “Increíble”.
“¿Ves? Ahora no tienes que preocuparte de que te acosen”. Sonreí mientras tomaba su mano y la sacaba de los arbustos. “Lo más probable es que creas que eres mi hermana”.
“¿Eso no llamaría más la atención?”.
“Ah…”. Me congelé ante esa pregunta. Nunca pensé en eso.
Pero justo cuando iba a decir algo, sentí como que alguien jaló suavemente de mi pantalón.
“¿Eh?”. Mirando hacia abajo, vi a un pequeño niño que lloraba y que moco iba a salir de su nariz. “Hola, pequeño. ¿Dónde está tu mamá?”.
“No sé dónde está”. Lloró.
Entonces es un niño perdido, eh.
“Tranquilo, ¿si? Buscaremos a tu madre”. Actuando maternalmente, Nino se agachó a la altura del niño y con un pañuelo le limpió las lágrimas.
“Así es”. Le di otro pañuelo a Nino para que le limpiara los mocos que tiene. “¿Cómo te llamas, campeón?”.
“S…Sho”. Dijo más calmado.
“Muy bien, Sho-kun, encontraremos a tu madre, ¡ya verás que si!”. Con una sonrisa positiva, nos pusimos a buscarla.
Minutos después…
“¡¡MAMÁ DE SHO-KUN!! ¡¿DÓNDE ESTÁS?!”. Grité mientras Nino tomaba la mano del niño. “Nada”.
Otros minutos después…
“¿Señora mamá de Sho-kun? ¿Estás por ahí?”. Sin resultados.
Tuve que comprarle un algodón de azúcar al niño para evitar que llore… otra vez.
“Pregunté a mis amigas por si han visto a una madre buscando a su hijo, pero no vieron nada”. Nino regresó sin mis lentes puestos para poder buscar a la madre desaparecida. “Ya hemos buscado por toda la escuela y no la encontramos”.
“Si seguimos moviéndonos, ella también lo hará”. Comencé a idear un plan. “Lo mejor sería que llamemos su atención y que venga hacia nosotros”.
“¿Y cómo haríamos eso?”.
“Pues…”.
“¡Si dices que cante frente a todos, te golpearé!”.
“Entendí la amenaza”. Di un paso atrás cuando mi primera idea se fue abajo. “Supongo que me toca a mí llamar la atención. ¿Pero cómo?”.
“Tengo una idea”.
“No me gusta esa sonrisa tuya”.
“Onii-chan… onee-chan da miedo”. Sho-kun y yo dimos otro paso atrás.
“A mí también”.
Minutos después…
La gente, en especial las mujeres, nos rodearon en un gran círculo enorme. No es porque yo esté desnudo con solo un taparrabo… bueno, en parte sí, pero es por el show que estoy a punto de iniciar. En mis manos tenía antorchas encendidas por ambos extremos, y a lado de Nino había un parlante listo con la música de la danza del fuego para reproducirse.
“¡Tú puedes, Kai-kun!”. Y por supuesto, mi hermosa novia me estaba dando ánimos, mientras tomaba cientos de fotos con su cámara y sangre salía de su nariz.
“Pagarás por esto, preciosa”. Murmuré por lo bajo para luego poner una sonrisa. “¡Atención, a todos! ¡Pronto voy a montar el show!”.
Los murmullos no se hicieron esperar.
“Ojalá me monte a mí”.
“Escuché que ahora es novio de Nakano-san”.
“¿Cuál de ellas? Son cinco”.
“Nino-chan”.
“Tch. Que suerte tiene”.
“¿Viste esos músculos?”.
“Y esas cicatrices… que hombre”.
“Y su gran pe-”.
“¡¡WOAAAHH!!”. Grité dando inicio al show.
La música comenzó y lancé las antorchas al aire y las atrapé con suma facilidad para luego hacerlos girar rápidamente.
La danza del fuego es algo que se realiza a menudo en Samoa, Hawaii y otros países que siguen la tradición del baile típico.
El ruido de los tambores resonaba en el lugar mientras seguía haciendo trucos con las antorchas. Lanzándolas o haciendo giros en lo que aprendí en la infancia.
La gente miraba con asombro y emoción la forma en que hago los trucos con el fuego. No todos los días ves a alguien danzar con ellas como si fuera una extensión de su cuerpo.
Y la mirada felices de mi novia y del niño fue lo que me hizo sonreír más.
Para cuando sentí que la música iba a llegar a su fin, vi que la madre del pequeño finalmente llegó, ya que lo abrazó con alivio y amor.
Y para el gran final, usaré algo de magia. Me metí a la boca una de las antorchas, para después expulsar una gran llamarada de fuego azul al cielo.
Eso me hizo ganar muchos aplausos de parte de la audiencia, de Nino, y de la madre y su hijo.
Me incliné cordialmente. “¡Muchas gracias! ¡Por favor, disfruten del resto del festival que el día aún es joven!”. Declaré mientras me iba hacia mi novia y el público se dispersaba. “¿Y? ¿Te gustó?”.
“¿Me gustó? ¡Me encantó!”. Exclamó con lindo entusiasmo. “Aparte de eso, la madre de Sho-kun vino gracias al espectáculo”.
Miramos a la madre que estaba sumamente aliviada de encontrar a su hijo, quien estaba feliz.
“¡Muchas gracias por encontrarlo! ¡No saben que aliviada estoy!”.
“No fue un problema, señora”. Dijo Nino. “Fue un alivio que el show de mi novio la haya atraído”.
“Sí, tienes un novio fantástico, jovencita, asegúrate de que nadie te lo quite”. Estoy seguro que ella pelearía con uña y dientes si alguien intentara algo conmigo. “De nuevo, muchas gracias”. La madre se inclinó en agradecimiento, con su hijo tomado de la mano.
“¡Gracias, onii-chan, onee-chan!”. El niño agradeció también mientras se despedía.
“Bueno, fue un final feliz para ellos”. Sonreí mientras veía a los dos irse. “¿Qué te parece si tenemos una cita ahora?”.
Sus ojos se iluminaron. “¡Tú si sabes como hacer feliz a una chica!”. Me dio un beso en la mejilla.
Tan solo espera, hay muchas formas en que te puedo hacer feliz en mi dormitorio.
“¿Qué te puedo decir? Los modales forman al hombre”. Me encogí de hombros para luego darme cuenta que estaba semidesnudo. “Pero primero, voy a ponerme la ropa”.
“¿Y por qué no te quedas así?”. Me guiñó coquetamente.
“Porque tal vez las chicas no dejarán de mirarme con hambre por cada paso que dé”.
Al instante, su sonrisa se desvaneció. “Tienes razón, ve a ponerte la ropa”.
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DÍA 2 DEL FESTIVAL
“¿Ya no hay más trabajo para mí?”.
Eso sin duda era raro. El día de ayer apenas tuve tiempo de tener una cita con Nino durante el resto del día, pero ahora no hay nada que hacer.
Que extraño.
“No. Al parecer, los representantes de las otras clases se están encargando de todo”. Dijo la chica que también se encargaba del trabajo. “¿No te lo dijo, Uesugi-kun?”.
“No. Pero ahora me escuchará a mí”. Gruñí al no decirme nada de nada. “Muchas gracias”. Me despedí de mi compañera para ir en busca de mi amigo cabeza de tazón.
Y yo aquí perdiendo el tiempo.
Cuando al fin logré detectar su cabeza, lo encontré hablando con Nino e Itsuki. Pero además de eso, estaba con una chica de cabello negro largo que no puedo reconocer ya que está de espalda.
Bueno, no importa.
“Oye, Fuutarou”. Me acerqué al grupo, pero no noté la expresión derrotada de mi amigo. “¿Por qué no me dijiste que tenemos el día libre?”.
“Kai… huye”. Susurró Fuutarou para que sólo yo lo oiga.
“¿Eh?”.
“Kai-chan, ¿eres tú?”. La chica desconocida se volteó, haciendo que reconozca su rostro y el pavor me llene hasta el alma.
Takebayashi. El cuco de mis pesadillas.
“Lo siento, me equivoqué de champiñón”. Me di la vuelta y estuve a punto de huir, pero ella me jaló del cuello con fuerza. “¡Uegh!”.
“Kai-chan! How long without seeing you? Give your best friend a hug! (¡Kai-chan! ¿Cuánto tiempo sin verte? Dale un abrazo a tu mejor amiga!”. Hablándome en mi idioma natal, me abrazó con fuerza hasta el punto que podía escuchar el crujido de mis huesos.
“I-I see you haven't changed much, Taki. (V-veo que no has cambiado, Taki)”. Dije con la falta de oxígeno en mis pulmones. “Por favor… sueltame. Siento que… me muero”.
Haciéndome caso, me soltó, haciendo que recupere el aire que tanto necesitaba en mi sistema.
Aunque ahora que recuerdo, habría sido mejor que hubiera perdido la conciencia cuando recordé que Nino está viéndome fijamente. Y su mirada fría y sin emociones me congeló hasta el alma.
Pov. Narrador…
Hace unos instantes, cuando Kai había llegado en busca de Fuutarou, Nino estaba feliz de volver a verlo. El trabajo del segundo día impedía estar a solas con él.
Sin embargo, cuando esa chica extraña que venía con Uesugi lo abrazó como si fuera alguien muy cercana a él, sacudió su mundo.
Según su tutor cabeza de tazón, su nombre es Takebayashi, una antigua compañera de primaria suya que junto a él, le enseñó a Kai a hablar japonés. Por lo que podría decirse que son 'amigos de la infancia'.
A pesar de que Takebayashi era japonesa, ella hablaba inglés con tanta naturalidad que no podía entender lo que decían.
Y eso la hacía sentir mal.
“Uesugi-kun, cambié de opinión con respecto a enseñarme. Ahora quiero que me enseñes inglés”. Pidió con los ojos bien fijos en la conversación de su novio y la chica.
“¡Al fin!”. Con una sonrisa, Fuutarou estaba emocionado de enseñar a la chica que solo aprendía de su amigo. “¿Y qué quieres que te enseñe?”.
“¿Cómo digo 'oye, no toques a mi hombre… es mío, perra' en inglés? Soy toda oídos”.
“………Sonará raro viniendo de mí, pero ya no quiero enseñarte”. Se negó inexpresivamente.
“Tienes razón, eso sonó raro”. Dijo Itsuki mientras veía la interacción de la chica y Kai.
“Ahora puedo hablar japonés con fluidez, muchas gracias”. Dijo Kai ligeramente ofendido.
“Aww, estoy tan orgullosa de ti”. Dijo Takebayashi mientras se acercaba a él y le daba palmaditas en la cabeza.
“¿Quién eres, mi madre?”. Se apartó de ella.
“Pues recuerdo que me llamabas Oka-san cuando éramos niños”.
“¡Eso fue porque me dijiste que Oka-san significaba amiga en japonés! ¡¡Y FUUTAROU YA DEJA DE REÍRTE!!”. Gritó Kai cuando vio a quien consideraba su mejor amigo reírse en su cara.
“Disculpa, Takebayashi, ¿verdad?”. Nino intervino con una mirada amigable, pero sombría.
“¿Si…?”.
“Necesito llevarme a Whitmore-kun para… algo”.
Oh no, cuando no me llama por mi nombre significa PELIGRO. Pensó Kai.
“Oh, claro”. Ella sonrió amigablemente sin darse cuenta de la mirada de odio que está recibiendo. “Fue bueno ver otra vez a Kai-chan después de tanto tiempo y veo que está en buenas manos”.
Ignorando que agregó 'chan' a su nombre, Nino siguió sonriendo. “¡Gracias!”. Sin decir nada más, se llevó a Kai del brazo y lo arrastró con ella a quien sabe donde.
“¿Nino? ¿A dónde vamos, preciosa?”. Kai preguntó con temor.
“A un lugar donde me dirás todo sobre esa chica”. Dijo con celos.
“Oh rayos”.
A lo lejos, Fuutarou e Itsuki tan sólo pudieron juntar sus manos y rezar por el bienestar de su amigo.
CONTINUARÁ
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