Capítulo XXXIV: ¡Hawaii, aquí estamos! (Parte 1)

Mi hermana Lucy se va a casar.

Nunca creí que ese día llegaría.

Y lo peor de todo es que me avisa con pocos días de anticipación, por lo que tengo muchas cosas que hacer.

Uno de ellos es lograr que el padre de las Nakano acepte llevarlas conmigo.

“Así que tu hermana se va a casar, y quieres permiso para llevarte a mis hijas a Hawaii”.

Estoy en el hospital del señor Mauro, exactamente en su oficina. Su expresión seria y estoica es algo que aún me asusta, pero debo mantenerme tranquilo.

Él puedo oler el miedo.

“Eso es correcto, señor Mauro”. Asentí con calma. “Quería pedirle permiso y que firme las autorizaciones para el viaje”. Puse las hojas con los permiso sobre su escritorio. “Y no se preocupe, las cuidaré bien”.

“Está bien”. Sin pedir más información, tomó las hojas y empezó a filmarlas. “¿Cómo va su trabajo como el guardaespaldas de mis hijas”.

“Van bien hasta ahora, señor. Desde el viaje escolar, 'derribé' más de 13 asesinos de diferentes clases. Cada uno más fuerte que el anterior”.

“Seguirán apareciendo cada vez más, Whitmore, y no puedes detenerlos por siempre… ¿qué harás para que ya no vengan por mis hijas?”. El señor Mauro me preguntó con una mirada fija en mis ojos.

“Me contactaré con un aliado de la agencia State-man, y le pediré que los investigue. Si tenemos suerte… ellos podrán encontrarlo y detenerlos de una vez por todas”. Dije serio. “Las chicas ya no estarán en peligro nunca más”.

“Avísame cuando eso ocurra”. Dijo entregándome los permisos. “¿Algo más”.

“Sí. Ehm… necesitamos que ellas tengan una vacuna contra la fiebre amarilla”.

“No hay problema, ¿verdad? Por algo trajiste a mis hijas aquí”.

“Sí, pero…”. Volteé mi mirada hacia la puerta. “Itsuki y Nino… ya sabes”.

“Entiendo”. El señor Mauro cerró los ojos tranquilamente. “Buena suerte en atraparlas”.

“Sabía que diría eso”. Murmuré con cansancio mientras me levantaba e iba a la salida. “Serán dos horas para poder atraparlas”.

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Dos días después…

Un vuelo económico sería lo esencial para viajar. Pero si tienes dinero y un jet privado de Kingsman, eso último es lo mejor.

“Torre de control, aquí Maui073 en la pista 3… pido permiso para despegar con dirección a Hawaii”. Notifiqué a Torre de control mientras controlaba el jet.

“Aqui Torre de control, tienes permiso para despegar. Buena suerte”.

Con el permiso otorgado, empecé el proceso de despegue.

Uno diría que un joven menor de edad no debería tener una licencia de vuelo, pero esto es Wattpad, así que puedo hacer cualquier cosa.

“Piloto automático activado”. Estiré mi espalda de cansancio para luego levantarme e ir donde están mis amigos.

Es sorprendente como la dimensión de este avión es grande. Posee una sala con un televisor de plasma en la pared, incluso una cama en la otra habitación (y que apuesto que Ichika estará durmiendo ahí ahora). Es como el avión presidencial, pero más pequeño.

Obviamente quité todo lo que pudiera contener pruebas de la agencia de espías Kingsman, como armas y esas cosas.

Cuando llegué a la sala, me encontré con una graciosa escena. Las chicas parecían examinar todo el lugar con gran sorpresa, como si fuera la primera vez estar en un jet. Raiha veía atentamente el televisor de pantalla plana, Fuutarou parecía leer una agenda de viaje que él mismo hizo, y su padre tomaba una copa de vino que tenía el avión.

“¿Qué les parece?”. Pregunté haciendo notar mi presencia. “Estar en Kingsman tiene sus ventajas, ¿eh?”.

“Meh, podría estar mejor”. Dijo Fuutarou para luego volver con su lectura.

“Eso no fue lo que dijiste la primera vez que viajaste en este avión”. Me burlé de él, causando que Fuutarou oculte su rostro en la agenda. “Sí, eso pensé”.

“Este avión es sorprendente, Kai-san”. Yotsuba me dijo con estrellas en los ojos. Parecía una niña pequeña a decir verdad. “Que más tiene este lugar”.

“Tiene una consola de videojuegos para 6 personas por si lo quieres saber”. Tan pronto como dijo eso, Yotsuba y Raiha empezaron a buscar la consola. “Está debajo de la televisión”.

“¿Cómo es que tu trabajo te permitió usar su jet?”. Miku me preguntó mirándome con sospecha. “Debió ser difícil”.

“No mucho, pero al final logré que me dieran permiso”. Mentí obviamente. “Llegaremos a Hawaii en 7 horas y 15 minutos, así que será mejor que se diviertan hasta entonces”.

“Eso haremos, Kai”. Dijo el señor Uesugi ya medio borracho.

“Y por favor, no se beba todo el bar. Cada bebida está más de mil dólares”. Ni bien dije eso, Fuutarou ya estaba quitándole la botella a su padre a la fuerza.

“Kai-san”. Itsuki me llamó. “¿Necesitamos saber inglés para hablar con los hawaianos?”.

“No tanto. Hay algunos de ellos que saben japonés debido al índice de visitantes que vienen a la isla. Así que puedes relajarte”.

“Gracias. Pero prefiero estar preparada”. Dijo Itsuki mientras me mostraba un diccionario japonés-inglés para luego ponerse a estudiar.

“Eres como Fuutarou… solo que pelirroja y más linda”. Susurré caminando a la cabina del piloto. “Espera, ¿y dónde está Nino?”. Me detuve cuando recordé a la quintilliza faltante.

De repente, la puerta del baño se abrió y una mano salió. Me agarró del cuello de la camisa y me jaló para dentro.

“¿Qué te-¡¿MMHP?!”.

Mis labios fueron tapados por otros labios, los labios hambrientos de Nino para ser exactos.

Así que por eso no la vi, ¿eh? Bueno… mejor aprovecho la situación.

Correspondí el beso de igual manera, apasionada y algo hambrienta.

Tras unos breves minutos, nos separamos en busca de aire.

“Si que querías mi atención, ¿eh?”. Dije con una pequeña sonrisa.

“Cállate”. Dijo Nino con las mejillas rojas. “Es tu culpa después de todo”.

“¿Mi culpa?”.

“No nos hemos besado en tanto tiempo que apenas me pude aguantar”. Respondió ocultando su rostro en mi cuello. “Además que vi tu foto de ti surfeando en la playa. Me dejaste caliente”.

“Suelo hacer ese efecto en las chicas”. Bromeé, poniéndola celosa. “Aunque siento que me estás ocultando algo. ¿Qué es lo que te preocupa?”.

Su rubor desapareció y fue reemplazada por angustia. Lo puedo ver claramente.

“Tu ex novia”.

Parpadeé confundido. “¿Qué hay con ella?”.

“Iremos a Hawaii… donde está ella”. Murmuró en voz baja.

“Aaahh… Ya entendí. Pero no te preocupes, es poc probable que nos encontremos con ella. Hasta donde sé, se fue de Hawaii para estudiar en el extranjero. Así que todo estará bien, ¿okey?”. Dije mientras acariciaba con cariño su espalda. “Nada malo pasará”.

Una sonrisa apareció en los labios de Nino, sintiéndose más tranquila. “Está bien. Entonces menos charla y más besos”. Ella intentó besarme, pero con mi mano la detuve. “¿Qué pasa?”.

“Tengo que volver a la cabina. No puedo dejarlo en piloto automático para siempre”.

“Excelente, más privacidad para nosotros dos”. Su sonrisa tranquila pronto se convirtió en lujuria o algo parecido que me dio miedo.

“Jejeje”. Reí nerviosamente mientras la veía abrir la puerta del baño y salía.

Si estuviéramos en una relación, estoy casi seguro que ella sería la dominante. Y eso me asusta un poco.

“¿Qué estás esperando? Vamos a la cabina, Kai-kun~”. Dijo caminando adelante de mí, dándome la vista de ver como sus caderas de movían seductoramente.

Tragué saliva. “Dios… tal vez no salga vivo de esta”.

CONTINUARÁ

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