Capítulo XXXII: El viaje a Kyoto (Parte 3)
Unos minutos antes…
Escondida entre los árboles y vestida con un disfraz de campesina, Nino observaba el encuentro de Miku y Fuutarou.
Y como el plan iba bien, era solo un movimiento para que Miku no se alejara de él.
““¡¿A alguno le gustaría vestirse como un general Sengoku?!””.
Esa voz no sólo provenía de ella. Al mirar a su izquierda, se sorprendió de ver a Ichika a su lado. Incluso ella también parecía sorprendida.
“Ichika, ¡¿por qué tú…”.
“Lo mismo te digo, Nino”.
“Sentí que tenía que vigilarlos, así que fingí estar enferma para venir aquí”. Respondió Nino. “No me digas que estás aquí para sabotear a Miku otr-”.
“¡N-no es eso!”. Interrumpió Ichika. “¡Fingí tener dolor de estómago y me escabullí por aquí! Bueno, no me creerás aunque te lo diga… incluso si lo que hice fuera imperdonable, al menos quiero intentar compensarlo antes de que termine el último día. Porque estoy segura que estas serán nuestras últimas vacaciones juntas”.
“No me digas que…”.
De repente, ruidos se escucharon desde los arbustos. Mirando de donde provenía ese sonido, se sorprendieron al ver a Itsuki y Yotsuba ahí.
“¡¿Eh?! ¡Ichika y Nino están aquí también!”. Señaló Yotsuba con el dedo.
“Así que todas terminamos en el grupo E…” Dijo Itsuki mientras usaba dos ramitas para ocultar su rostro.
“Chicas, ¿ustedes también?”. Nino dio un suspiro con una pequeña sonrisa. “Cielos… supongo que la rebeldía es parte de familia”.
“Ah. ¡Parece que se están moviendo!”. Señaló Yotsuba.
“S-sigámoslos por ahora”.
“¡Sí, hagámoslo!”.
“¡Muy bien! ¡Ayudemos a Miku entre todas!”.
Y así, las cuatro hermanas siguieron a los chicos hasta la tienda de disfraces.
“¿Se van… a disfrazar?”. Preguntó Itsuki.
Nino sacó su celular. “Tengo la cámara lista para fotografiar cuando Kai-kun salga con un kimono”.
“Es extraño que ahora te guste Kai-san cuando antes lo odiabas”. Dijo Yotsuba.
“Las personas tienden a cambiar, Yotsuba. Y Kai-kun no me gusta… lo amo”. Declaró Nino con firmeza hasta que notó una falla en el seguimiento. “Mm. Esos dos tipos están en el camino”. Dijo refiriéndose a Maeda y Takeda. “Haré algo para que se quiten”.
“¿A qué te refieres con hacer algo?”.
“Ya que estás aquí, Ichika, sal y haz que Miku se vista”.
“¿H-hacer que se vista? ¿Pero cómo?”.
“Bueno… ¿esa no es tu especialidad? ¿Disfrazarte como Miku?”.
“………Que cruel”. Musitó con un puchero.
Ambas hermanas se encargaron de sus misiones. Ichika se disfrazó de Miku y pidió a la encargada de la tienda a que la disfrazara. Nino logró que Maeda y Takeda entren a la casa embrujada.
“Desviación completa”. Dijo Nino mientras se palmeaba las manos. “Y aho… espera, ¿y Kai-kun?”.
En otro lado…
“¡No importa lo que suceda siempre… el ánimo mantendré~!”.
Kai cantaba mientras esquivaba espadazos de uno de sus dos enemigos.
“Ánimo mantendré mi trasero. ¿Me pusieron en este fic para esto?”. Se preguntó mientras agarraba el brazo del espadachín ninja con una llave y golpeaba su cara una y otra vez. “¡No me jodas!”. Hizo una barrida a sus piernas, haciéndolo caer para luego patearlo y botarlo del techo de donde estaban.
Cuando se dio cuenta, el arquero estaba apuntando no a él, sino a Miku.
“¡¿Cuándo se te van a acabar esas flechas?!”. Sabiendo que no llegaría hacia el arquero a tiempo, Kai movió sus manos y brazos en el aire para luego extenderlas hacia la pareja, invocando una fuerte corriente de aire.
El ataque provocó que Miku caiga al estanque que estaba detrás de ella, y al mismo tiempo logró evadir esa rápida flecha.
El arquero miró a Kai, y a pesar de tener la cara oculta, sabía que estaba sorprendido.
“Sí. Yo también me olvidé que podía usar magia”. Frunció el ceño ya que el arquero lo apuntaba a él. “Al menos ya tengo tu atención”.
Volviendo con las chicas…
“¿Eh? ¿Qué sucedió?”.
“No lo sé, fue un viento muy extraño”.
“Parece que si fue Miku después de todo”.
“Ella está toda mojada. ¿Qué pasará con su ropa interior?”. Preguntó Yotsuba.
“¡A este paso ella irá a su cita sin sus bragas puestas!”.
“¿No hay algún lugar que las venda por aquí?”.
“¿Qué tal un fundoshi?”.
“¡Y-Yotsuba, usa tus rápidas piernas para ver si hay una tienda cerca!”.
“P-pero un fundoshi es un poco…”.
“¡Algo que la cubra es mejor que nada!”.
“Em, oigan…”. Intervino Itsuki mientras su cara se volvía algo roja. “Yo… bueno… esto podría sonar raro, pero pensé que debía estar preparada solo por si acaso, por lo que… tengo un juego de repuesto de ropa interior”.
¿Por qué?. Pensó Yotsuba.
Volviendo con Kai…
“¡No tengo tiempo para tus pendejadas!”. Gruñó apareciendo discos mágicos de sus manos para luego lanzarlos hacia las flechas que iban hacia él. “No… tengo… tiempo… para… tus… ¡pendejadas!”.
Con cada ataque se acercaba más y más al arquero. Y cuando estaba cara a cara, lo golpeó en la cara.
Solo para que una daga me diera en el hombro derecho.
“¡¡HIJO DE…!!”. Se mordió el labio para contener un grito y para no alertar a las personas que pasaban por las calles. Volteando la cabeza hacia atrás, vio al otro que apareció por sorpresa. “Tú, cabrón”.
Le dio un cabezazo hacia atrás, aturdiendo al sujeto el tiempo suficiente para quitar el arma de hombro y ponerse detrás de él.
“Prepárate para el viaje”. Advirtió antes de abrazarlo por detrás y hacerle un suplex alemán, provocando una grieta en el techo.
Levantándose vio que el espadachín ninja quedó inconsciente, por lo que faltaba solo uno.
“Y hablando de él…”. Se dio la vuelta justo a tiempo ver al otro, quien le lanzó una patada derecha que pudo detener. Luego, también detuvo el brazo derecho del atacante y aprovechó para cargarlo sobre su hombro para finalmente dejarse caer sobre él.
El impacto provocó que la grieta en el techo se rompa y que los tres caigan dentro de la casa.
“Urk… oww…”. Gruñó de dolor cuando su espalda golpeó contra el piso en un golpe seco. “Ya soy muy viejo para esto”.
Levantándose con el dolor persistente en su hombro, vio a los dos ninjas retorciendose en el suelo. Así que, tomando la espada del espadachín, se preparó para atacar.
“Lo siento, chicos… pero esto es parte del negocio. Ustedes comprenden, ¿no?”. Dijo antes de atacar.
*¡¡SLASH!!*
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Tiempo después…
Pov. Kai…
Nuestro último día del viaje escolar había terminado. He logrado proteger a Miku de estos dos asesinos y jamás sabrán de ellos.
No sé quiénes sean, pero lograron ubicar a las chicas y casi estuvieron a punto de matar a una. ¿Qué pasará cuando haya más de ellos y las ubique?
Debo estar preparado.
Con el día terminado, regresamos a los buses, donde me senté con Fuutarou y le expliqué la situación.
“Así que ese fue el motivo por el cual no te encontré, ¿eh?”. Fuutarou habló en voz baja. “¿Y no has pensado en ir a un hospital, pedazo de idiota? ¡Tienes una herida abierta abierta en el hombro!”.
“¿Y qué quieres que diga en el hospital? 'Hola, venía de un viaje escolar y de repente dos ninjas aparecieron con la intención de matar a las Nakano. Uno de ellos me clavó una daga en el hombro y ahora necesito una costura'. ¡¿Estás demente?! Además, el hospital llamaría a los maestros y ahí no tendría excusa alguna”. Aclaré mientras tenía la daga con la que me habían apuñalado en la mano y la guardaba en mi mochila. “Al menos usé una gasa y alcohol para detener el sangrado”.
De repente, Takeda apareció asomándose detrás de nuestros asientos.
“Oigan, ¿escucharon sobre los incidentes del acosador?”.
“¿Acosador?”. Pregunté cuando de pronto una mano se apoyó con fuerza sobre mi hombro derecho, haciendo que contenga un grito de dolor. “Nghk. ¿M-Maeda?”.
“Sí, eso fue mi culpa. Lo arruiné”. Dijo Maeda mientras usaba su mano sobre mi hombro para apoyarse.
“Así que fuiste tú”.
“Aprende a leer el ambiente. Ya hubo muchas quejas del supuesto acosador”. Dije aguantando el dolor.
“Como que ne metí mucho en el papel”.
“Y también deja de apoyarte sobre mí”. Pedí apartando su mano de mi hombro.
“Haa…”. Fuutarou botó un suspiro. “Bueno, como sea. Fuimos nosotros quienes te lo pedimos”.
“Sí. Bueno, falta una cosa más por hacer”. Me levanté de mi asiento y me dirigí al asiento de atrás, donde me encontré con las chicas durmiendo apoyadas entre ellas. “Digan… Excelsior”. Pedí apuntándolas con una cámara.
Estoy seguro que tras toda esta tormenta, habrá un arcoíris a la vuelta de la esquina.
Aunque esa esquina está muy lejos de lo que creía.
CONTINUARÁ
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top