[25] ♡Tontos Chicos Guapos♡
Miré por la ventana, la pequeña ave que volaba junto a un árbol aún pensando en la conversación de Dylan y Cassie de ayer.
El timbre suena y tomo mi mochila despidiéndome de papá que ahora estaba haciendo unas cosas para su nuevo trabajo. Tía Christa había vuelto a su casa y para ser sincera, nuestro hogar se sentía un poco vacío sin ella.
Salgo y sonrío inmediatamente al ver a Kiara tocando la bocina de su automóvil. Me lanzo a su coche abrazándola y ella corresponde mi afectuoso saludo con mucho amor.
Nos ponemos al día y le cuento sobre lo que oí ayer.
Entramos al instituto y ella cierra su casillero, escuchándome atentamente con el ceño fruncido.
—¿De quién hablarán?—murmura.
—No tengo ni la más mínima idea.
Saco unos libros de mi loquer.
—Pero de algo estoy segura, y es de que no deseo entrometerme. Ya Dylan es parte del pasado—cierro la puertita y mi amiga me regala una sonrisa llena de orgullo.
—Esa es mi chica—me acaricia el cabello.
—Cambiando de conversación, ¿Qué tal van las cosas con Dany?—pregunto al empezar a caminar por el pasillo.
En ese instante le brillan los ojos.
—De maravilla—se deleita—es todo un caballero y es muy lindo y amable—un tono carmesí le decoran las mejillas.
—Me gusta verte así—recuesto mi cabeza en su hombro y ella sonríe.
—Iremos combinados al baile—comenta con mucha ilusión.
—¡Se verán tan tiernos!
—¿Y tú? ¿Ya elegiste con quién irás?
Bajo la cabeza haciendo un mohín.
—No—mascullo resentida.
Ella se detiene abruptamente.
—¿Es en serio, Kya? El baile es en una semana.
Y sí, tenía razón. Ya solo faltaba una semana para el baile. El lugar estaba repleto de folletos anunciándolo y yo aún no he podido decidir.
—Lo sé, pero es que me es muy difícil... No quiero lastimar a nadie—la miro con algo de tristeza.
—Los estás lastimando más así.
Tomo una gran respiración y el lugar se satura de murmuros cuando Dylan Mitchell entra al instituto atrayendo los ojos de todos.
—Buenos días, Kya—me guiña un ojo antes de irse con su grupo de fútbol.
Proceso lo que acaba de pasar totalmente confundida y veo a Kiara, la cual está del mismo modo que yo.
Las miradas vuelven a dirigirse a las puertas y muchas chicas sueltan risitas socarronas al ver entrar la trilogía perfecta, haciendo que todos los ojos que estaban sobre Dylan al entrar, se posaran en las figuras de los excéntricos chicos que ahora caminaban por el pasillo.
Miro a Dylan de reojo y él deja de sonreírle a sus amigos para apretar con cierta ira el balón de fútbol americano que tiene entre brazos. Cassie está junto a su grupo guardando unas cosas en su casillero y observándolo un tanto dolida. Ella cierra la puerta y se aleja con rapidez sin siquiera mirarlo.
Un poco de celos me llena el cuerpo a divisar a Melody y su hermano junto a los Lewis. No sentía desdichoso sentimiento por Flynn, sino por Melody, quien no dejaba de parlotear muy cerca de los tres restantes y eso me hacia arder.
Con una sonrisa inmensa, le da un beso en la mejilla a Thiago que le devuelve la casta acción.
—¿Y está qué?—brama Kiara con la frente arrugada.
Y siendo una bola humeante de celos, me acerco al grupito con una mueca.
—Hola—finjo un tono amable mientras Kiara también se posa a mi lado.
Melody pone una expresión de desagrado y me repara de arriba a abajo chasqueando la lengua. En cambio su hermano extiende sus comisuras y me detalla con total galantería.
—¿Has venido para aceptar mi propuesta, linda?—pregunta alzando sus cejas.
—¿Qué propuesta?—espeta Jung tajante.
El contrario lo mira con inocencia y se encoge de hombros sin darle importancia antes de acercarse a mí y rodearme.
—¿No les ha dicho? La invité a salir y después de eso afirmará mi invitación para el baile—provoca a los hermanos con los ojos entornados y una sonrisa endemoniada llena de maldad.
—¿Qué?—Thiago y Jung se dirigen a mí mientras que Jayden permanece ajeno a nuestro mundo por andar escuchando música en su lugar.
Quito el brazo de Flynn de mi hombro y lo fulmino de malas ganas.
—No es cierto, solo los está molestando—mascullo separando al azabache de mí con un empujoncito.
Los hermanos ven con desconfianza a Flynn, quien los observa con una expresión angelical.
Melody hunde el entrecejo y me toma de la mochila para arrastrarme a unos metros lejos del grupo.
—¿No te quedó en claro lo de ayer?—espeta en un grito susurro.
—Tu hermano es el que le encanta molestar a los chicos diciendo que somos algo, no yo, así que deberías hablar con él, no conmigo—me alejo de ella refunfuñando.
—¿Por qué te mientes cariño? ¿A caso le temes al éxito?—Flynn ladea la cabeza burlón.
—Déjala ya, pesado—su hermana lo obliga a ir hacia atrás cuando nota el enojo en los Lewis.
—Un solo insinuamiento más y verás que....—amenaza Jung con la mandíbula tensa.
—¿Y verá qué?
Una nueva voz se une al círculo.
Jung mira sobre el hombro de Flynn y aprieta más los dientes al reconocer a Dylan a espaldas del azabache.
Kiara y yo nos miramos y sabíamos que esto iba a salir muy, pero muy mal. Todos nosotros reunidos en un mismo círculo significaba una sola cosa: caos.
—No puedes pretender negarle a alguien más que se acerque a ella, ¿eres su novio o algo por el estilo? Porque hasta donde sé, ni siquiera te ha correspondido la invitación para el baile—Dylan da un paso hacia Jung y Flynn da uno hacia atrás junto al asiático.
Todo el mundo nos veía con "disimulo" y sabía que ahora seríamos cotilleo por todo el instituto.
—Pues por lo que veo, tú también eres uno más de nuestro club, pues a ti ni siquiera te tiene como opción—defiende Thiago a su hermano y Dylan sonríe amargamente.
Que no discutan por favor. No ahora.
—¿En serio están peleando por una zorra?—brama Melody al sentir la tensión en el ambiente.
Todos los chicos del círculo, incluyendo a su hermano, la repararon con mala cara.
Nerviosa, busco a mis lados una escapatoria y mis ojos se dirigen al sitio en donde Cassie yace contemplando la escena un poco cabizbaja.
—No hables así de ella, te lo hemos dicho muchas veces—advierte Thiago y ella suelta una risa absurda.
—¿Ahora ustedes la tienen que defender?—me atisba—¿a caso ella no tiene una boca y mente para hacerlo? Además de zorra, estúpida.
Kiara aprieta los puños a mi lado y va en zancadas hacia Melody para encararla.
Esto va a explotar.
—Zorra no, zorrísima. Y mira cara de feto proveniente de mutación, si le vuelves a decir a mi amiga estúpida, te deformare la maldita cara de diecisiete formas distintas ¿Oíste?
Pongo una mano en mi frente viendo la escena. Kiara a pesar de ser más baja que Melody, la enfrenta como un gran León.
—Sí, tenía razón. Es tan estúpida que tiene que venir todo el mundo a defenderla y no hacerlo por ella misma—repite la peli negra y mi mejor amiga expulsa humo por la nariz.
Tienen que tomar a Kiara de los brazos antes de que se abalance sobre Melody. Y la más cercana a mí tiene una ira incontrolable que palpita en el ambiente, en tanto la contraria permanece impasible en su lugar.
—Solo le enterrare un puño en la nariz, se lo merece—masculla Kiara, la cual tiene que ser retenida por Jung y Flynn.
—¿Y está chica de dónde demonios salió? Tiene la fuerza de un troll—forcejea Flynn.
—El veneno siempre viene en envases pequeños—arguye con dificultad Jung.
La tensión aumenta y miro hacia todos lados sin saber como detener la discusión.
—Este problema se puede arreglar de una sola forma—Dylan se dirige a mí—decide con quien quieres ir al baile, cuando lo hagas los demás dejarán de molestarte y así ya no habrán más problemas.
Me aturdo al oírlo y doy un paso hacia atrás al verlos venir en mi dirección.
Dylan toma mis hombros y levanto la cabeza atemorizada y pasando saliva constantemente.
—Solo di quien quieres que te acompañe—pide con voz serena.
Mis pupilas temblorosas se fijan en cada uno de los presentes. Jung, Flynn, Thiago y Dylan. Y el horror se convierte aún más grande al no tener una respuesta en concreto. Era tan difícil. Como lo había dicho Jayden desde un principio, esto era como un juego otome, en donde cada uno debía conquistarme, pero es que... Ahora estoy en un punto en el que no sé que ruta tomar, pues todos los personajes me gustan.
Noto a Cassie a lo lejos que sigue de brazos cruzados sin quitarnos la mirada de encima y siento que trata de decirme algo a través de ella que no entiendo.
—No lo sé...—musito sintiendo que entraré en un ataque de pánico.
—¿Qué no lo sabes?—ladra Dylan—las respuesta es más que sencilla. Escogéme.
—Kya, ¿Es en serio? Este tipo se ve muy aburrido. En cambio, si me eliges a mí toda tu vida cambiara—interviene Flynn.
—Kya.... No quiero obligarte a escoger, pero si me terminas escogiendo a mí, prometere hacerte la chica más feliz—Thiago se une.
—Siempre me he sentido atraído por el caos, y más si incluye una linda sonrisa como la tuya—Jung me divisa y me fijo en cada uno sin saber que responder.
Todos me llenan de palabras y cubro mis oídos con las manos, cerrando fuertemente los ojos.
Y entonces, una voz me salva. Como si fuera una iluminación divina. Un Ángel celestial.
—¡Pueden callarse de una vez!—exclama Jayden, quien se había mantenido callado durante toda la conversación—dejen de presionarla, si ella no ha elegido aún es porque sus sentimientos no están claros. No pueden obligar a alguien a darles una respuesta si al final sabrán que ésta podría ser o no la correcta. Así que déjenla en paz por un maldito día y larguénse.
Nos da la espalda y camina lejos de nosotros volviendo a ponerse los cascos. Ladeo la cabeza al verlo irse sin más nada que decir y dejando un sepulcral silencio entre nosotros.
Dylan deja de analizar por donde Jayden se fue y vuelve a mirarme con la misma insistencia.
—Tienes hasta el viernes para elegir. El baile es el sábado así que tienes una semana completa para pensarlo—me dice antes de irse y haciendo que todo el gentío se vaya dispersando.
Jung y Thiago me ojean, pero terminan yéndose por el mismo camino por donde se fue Jayden. Flynn sube y baja las cejas coqueto y su hermana lo arrastra por la oreja lejos de nosotras. Kiara me pone su mano en mi hombro de forma reconfortante. Y yo solo soy capaz de divisar por donde anteriormente se había retirado Jayden con una actitud poco normal en él.
—¿Te parece bien ir a comer algo?—Kiara me saca de mis pensamientos.
—Claro—musito caminando junto a ella hacia la cafetería.
Pero este día siempre puede ser peor.
Al entrar, todo el mundo queda en silencio con los ojos clavados en mí. Bajo la cabeza un tanto intimidada y paso por las mesas atisbando con la de Dylan y Cassie comiendo por separado.
Encuentro la de los chicos y mi expresión se congela al notar la ausencia de Jayden, quien comía en una mesa aparte en el fondo con una mala cara y grandes ojeras marcadas que no había notado hasta ahora.
Kiara y yo nos sentamos con los chicos, haciendo de cuenta que lo que había pasado hace rato no ocurrió y varias veces me he girado para ver a Jayden preocupada.
—Ahora tengo una acta por montarme en el carrito del conserje—se queja Jung contándole a Kiara lo que pasó ayer.
—¿Qué tiene Jayden hoy?—pregunto de repente llamando la atención de todos los presentes.
Jung y Thiago cruzan miradas que me hacen achicar los ojos y después se encogen de hombros al mismo tiempo.
—Ya sabes como es él, un bicho raro que tiene más cambios de humor que una mujer en sus días—Thiago le resta importancia y Kiara le lanza una papa frita en la cara—¡Oye!
—No hables sobre el período si no sabes como se siente que te desgarren las piernas y el vientre—sermonea indignada.
—Iré a hablar con él—me pongo de pie, pero de pronto, ambos hermanos me detienen al mismo tiempo.
—No creo que sea buena idea, Kya—me retiene Thiago.
—Él tiene razón, es mejor dejarlo solo en estos momentos. Puede lastimarte emocionalmente cuando está así. No suele medir sus palabras en ese estado y no queremos que lleves una mala imagen de Jayden—contribuye Jung y se vuelven a mirar.
Me ocultan algo.
Ignorando por completo sus advertencias, tomo mi bandeja y voy hacia la mesa de Jayden para sentarme a su lado con una inmensa sonrisa en los labios.
Él me brinda una vaga mirada al sentirme y rueda los ojos antes de volver a comer.
Arrugo la cara al sentir su actitud esquiva y tajante.
—¿Te podrías alejar?—pide sin siquiera verme.
—¿Por qué?—pregunto extrañada.
—No me gusta que la gente esté encima de mí al comer, es raro—masculla haciendo una mueca.
No digo nada y simplemente juego con mi plato.
—¿Estás bien?—musito tratando de romper el incómodo ambiente.
—¿Puedes dejarme comer?—exije con irritación y me duele la manera en la que se dirige hacia mí—haz silencio.
Hay algo muy malo con él.
—Ok.
Lo diviso moviendo la boca.
—Pero ¿de verdad estás bien?—vuelvo a interrogar.
—Que guardes silencio—brama hastiado.
—Está bien, ya me callo.
No digo más nada. Peroooooo después volví a hablar.
—Esta crema está rancia—aludo con desagrado y él se levanta de malas ganas dejándome sola en la mesa.
Jayden no estaba bien, de eso estaba segura. Y yo, Kya Wilson me encargaré de saber que ocurre con él, así me repudie más de mil veces, lo ayudaré, justo como él lo ha hecho conmigo todo este tiempo.
Tontos chicos guapos.
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