Capítulo 8: Seguridad y Determinación

                         Brandon

El olor a café inunda mis fosas nasales, lo cual me causa mucho agrado y me da una sensación de alegría. Esta cafetería sin dudas es mi lugar favorito de Manchester, este lugar me recuerda mucho a la cafetería de mi abuelo, todo el tiempo que pasaba allí, al llegar de la escuela iba directo al café. Este lugar es muy parecido al café de mi abuelo, tanto que es el único lugar donde el estrés y la ansiedad desaparecen para mí.

Pero hoy la ansiedad no me abandona, la ansiedad de volver a ver a Laura. Mi Laura

¿Por qué carajos dije mi Laura?

Otra jugada tramposa de mi estúpido cerebro.

Esperen, si dije que  mi cerebro es estúpido, entonces yo soy más  estúpido. Genial, mi cerebro con otra jugada. A veces creo que estoy perdiendo la cabeza al decir tantas tonterías cuando estoy solo.

Aquí esta Brandon Rogers siendo Brandon Rogers .

Mi tarde en el café trascurre de forma normal, como siempre. He bebido dos tazas de café, también me he comido un pedazo de pastel, el cual estaba delicioso. Sin dejar de la lado el estudio, termine varias tareas que tenía pendiente, así  podre pasar estas dos semanas en casa de mis padres sin estar pensando en tareas o en la universidad, por una vez en mi vida me gustaría no estar pensando en los estudios. Pero después recuerdo que yo mismo escogí este camino y vuelvo a leer otro libro sobre Psicología
Recuerdo que para el primer año ya casi me había leído todos los libros que me había entregado la universidad por tener la beca.

Cuando  estoy tomando mi última taza de café Evelyn la chica que trabaja en el The Mess Coffe se acerca para hablarme.

—¿Quieres más café Brandon?—pregunta con una amable sonrisa en su rostro—Hoy pareces estar sediento.

Rio por lo bajo ante su comentario.

—Esta fue la última taza gracias—doy el último trago a mi delicioso café—De todos modos, gracias por tu amabilidad de siempre.

—Es un placer.

Ella recoge la taza, me dedica una amable sonrisa y se retira.

Desde que a venir a este lugar con frecuencia Evelyn ya trabajaba aquí, creo que ya lleva unos cuatro años trabajando en este café. Nos hicimos buenos amigos muy rápido, una vez incluso nos sentamos en la misma mesa juntos y conversamos por un buen rato, bebiendo varias tazas de café. Me ha comentado que estudia en la misma universidad que yo, pero ella lo hace de noche por su trabajo aquí en el café.

Es una persona que se esfuerza mucho para cumplir sus sueños, es digna de admiración total.

Ahora que ya termine con el café me dedico a guardar algunos libros que estaba usando para hacer mis tareas.

Al guardar todas mis cosas saco mi celular del bolsillo de mi pantalón, lo enciendo y empiezo a revisar la barra de notificaciones.

No encuentro nada fuera de lo normal y con nada fuera de lo normal me refiero a: notificaciones de YouTube anunciándome que algunos de los youtubers que suelo ver en mis ratos libres ha publicado otro video en su canal.

Por otro lado tengo  mensajes del Whatsapp, de mi grupo de la universidad, algunos compañeros que tienen consultas sobre tareas o libros, mensajes de Emma diciéndome que compre algo que falta en la casa, y los infaltables mensajes de mi madre que me hacen sentir cerca de ella   Parece simple, pero estar lejos de casa no ha sido fácil, con el tiempo me he acostumbrado a que el departamento donde vivo es mi casa ahora y lo seguirá siendo  por un buen rato, al menos hasta que termine mi carrera.

Después de contestar los mensajes de mi madre y los de Emma, que creo son los mas urgentes por responder, me salgo del whatsapp para adentrarme al Facebook en donde mis dedos  por instinto propio pulsan todo lo necesario para llegar a la zona de los mensajes en donde esta el chat de Laura. Ella ya ha leído los mensajes que le envié como respuesta a su petición de vernos mañana en el mismo lugar de siempre en el campus universitario.

Creo que esta noche no voy a dormir, más bien voy a estar despierto esperando que el sol se asome para venir corriendo a la universidad, esperar que la clase termine para correr a esperarla.

Levanto la mirada del celular y veo a Justin entrar por la puerta del café, el me ve y se acerca hasta mi mesa, estira una de las sillas y se sienta quedando cara a cara conmigo.

Observa atentamente cada rincón del lugar—Este lugar parece del siglo veinte—dice en un tono aparentemente asombrado.

Y observando bien todo, las mesas y sillas son de madera, la decoración del interior es muy bella, es como si transmitiera algún tipo de energía. Bueno al menos yo lo siento de esa manera.

—Si, la arquitectura es auténticamente del siglo veinte—comento observando todo de reojo―pero supongo que eso tú ya lo has notado ¿no?

Justin asiente.

—¿Y que te trae por aquí?—pregunto. Su presencia en el café me sorprende un poco ya que el no suele frecuentar este lugar. Creo que es la primera vez que viene aquí.

—Pues Emma está en el hospital, mi última clase ya ha terminado, supuse que tu estarías aquí, no quería estar solo en casa, así que me vine hasta aquí. 

—¿Estas bien?

—Claro—se queda callado por un momento—Estoy bien.

Yo me limito a asentir con la cabeza.

Nos quedamos sumidos en un incómodo silencio casi por tres minutos hasta que decido volver a hablar para romper el hielo que se está formando.

—Oye, si quieres hablar de lo ocurrido con tu padre—Justin mira a otro lado, mostrándose incomodo ante lo que le voy a decir, pero eso no es ningún impedimento para que lo diga—Puedes hacerlo conmigo, o con Emma, sabes? A veces sacar lo que llevamos oprimido adentro parece una cosa tan simple, pero es algo que nos ayuda mucho.

—Si ya lo se—dice a regañadientes, en sus gestos puedo notar que esta conteniéndose para no explotar—Solo denme tiempo, me cuesta mucho hablar del tema.

—¡Lo entiendo, pero ya sabes que estamos para ayudarte, en todo!

—Lo se amigo.

Y volvemos a quedar en silencio hasta que Evelyn se acerca a la mesa.

—Hola, bien venido al THE MESS COFFE—saluda Evelyn a Justin  con una agradable sonrisa—¿Quieres ordenar algo?

Inmediatamente mi amigo cambia su estado de ánimo y se le forma una enorme sonris.

—Pues no lo sé linda, creo que tu número de teléfono anotado en un papel no estaría nada mal—dice guiñándole un ojo.

Evelyn se sonroja ante el comentario de mi amigo.

Justin sin dudas es un genio con las chicas. Digo yo decía eso, lo más probable es que Evelyn me dé un golpe en el rostro y me haga quedar como un acosador.

—Por hoy nada linda, ya me tengo que ir−se levanta de la silla—Pero volveré—le da un toque con sus dedos a una de sus mejillas y Evelyn suelta una pequeña risilla.

Yo por mi parte observo  el intenso coqueteo desde mi silla. Niego con la cabeza y me levanto para pagar por todo el café que bebí esta tarde, salgo del café con Justin.

El camina hasta llegar a su auto  estacionado frente al café.

—¿Quieres que te lleve a casa?—pregunta llegando en la puerta del conductor—Yo ire a la casa de un amigo para estudiar.

—Yo iré caminando.

Justin asiente, y abre su puerta para entrar al auto, pero antes que lo haga le digo.

—Oye, una cosa—vuelve a salir del auto y me observa—¿Como le haces?

—¿Hacer que?―pregunta confuso.

—Eso de hablarle a las chicas con total libertad, sin miedo.

Suelta una pequeña risa y dice—No es lo que dices, sino la forma en que lo dices, no tengas miedo, a las chicas les gusta que un chico les hable con total seguridad y determinación.

Después de darme ese consejo que debo admitir es muy interesante, entra al auto enciende el motor y lo pone en marcha.

Yo me quedo pensando en lo que dijo mi amigo, aunque Justin es ese típico mujeriego que en cada fiesta encuentra un ligue. Es muy bueno dando consejos en lo que sea.

—Tu amigo tiene razón—me giro sobre mis talones para encontrarme con un hombre de avanzada edad con un café en sus manos—Háblale a tu chica con mucha seguridad y determinación cuando estés frente a frente con ella.
 
—¿Estaba escuchando la conversación?

—Es que estaba aquí esperando a mi esposa y fue inevitable—se encoge de hombros y le da otro sorbo a su café.

—Ojala fuera tan fácil.

—Mira muchacho, tu solo se un buen hombre con ella, mantente seguro en tus palabra e invítala a un café—dice mostrando su vaso de café.

—Ya lo hice una vez y me rechazó.

No entiendo por que le estoy contando esto a un desconocido.

—Inténtalo otra vez, se perseverante—en ese momento las puertas de una tienda que está pegada al café se abren y sale una señora con unas bolsas en las manos, supongo que es la esposa de este hombre—Tu solo hazlo y tal vez un unos años estés como yo—toma de la mano a su esposa y dice—Feliz de la vida, caminando de la mano del amor de tu vida.

Su esposa le dedica una tierna y adorable sonrisa y dice:
—Así fue, ese día en el café, fue un día increíble, fue el inicio de todo.

Y tal como dijo el señor ambos van caminando de las manos juntas, felices. Esta pareja es un claro ejemplo de el amor no se pierde al pasar los años
Pensando en las palabras seguridad y determinación empiezo a caminar para volver a casa, controlando la ansiedad y las ganas de encontrarme con ella mañana, imaginando cómo va a ser todo….

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