Brandon:

¿Quién entiende a las mujeres?

Esa es la pregunta que me repito una y mil veces mientras camino por la acera para llegar a casa. Es decir, primero Laura me bofetea por besarla, luego ella es la que me besa, me pregunto cómo reaccionaría mañana si la vuelvo a besar

Las mujeres son inentendibles.

Cuando abro la puerta del departamento me encuentro con Emma tirada en el sofá con un no muy buen aspecto, tomo asiento en otro sofá.

—Al fin apareces eh—me dice esta, se nota en su voz que esta con una tremenda resaca, al igual que yo, pero Laura me ayudado con eso.

Ay Laurita, han pasado tantas cosas desde anoche .

—Sí, fue una noche complicada.

—Ni me digas—mi amiga bebe de una botella de agua—¿Dónde pasaste la noche?

—En la casa de Laura—conteste y ella dio un sobre salto desde el sofá.

—¿Cómo dices?

—Así como lo oyes, dormí en su casa.

—Mierda—espeta y yo me rio por ello
Yo me recuesto en el sofá, recordando todo lo que paso, fue todo tan rápido diría yo. 

—¿Qué paso? —pregunta Emma sacándome del trance.

—¿Qué paso de qué? —mi amiga frunce el ceño por mi estúpida confusión.

—¿Cómo terminaste en la casa de Laura?

Ah, eso. Suelto un largo suspiro antes de comenzar a explicarle a mi amiga como termine en la casa de la chica que me gusta. ¿Me gusta? Eso dije, si eso dije.

Mierda.

Sus palabras retumban en mi mente.

También me hiciste algo que no logro explicar Brandon Rogers.

Sonrió tontamente al recordar esas palabras que salieron de su dulce boca.

—Prepárate para escuchar lo más loco que me había ocurrido en una fiesta—le digo a mi amiga quien está más que impaciente esperando que le cuente todo.

Comencé contándole a Emma todo lo ocurrido en el balcón, desde la pequeña discusión hasta llegar al beso, la bofetada post beso, después mi borrachera, mi casi pelea con el chico; cosa que hasta ahora no recuerdo, pelea de la que me salvo Laura y me llevo a su casa porque estaba ahogado en alcohol.

—Así fue como termine despertando en su casa—finalice mientras caminaba hacia la nevera por una botella de agua fría.

—Definitivamente tú y el alcohol no se llevan.

—Para nada—afirmo de vuelta en el sofá y con la botella de agua en mi mano—por cierto—bebo el primer trago de agua, sí que se siente bien beber liquido frio después de una borrachera—¿Dónde estaban ustedes?

A mi amiga parece sorprenderle la pregunta.

—¿A qué te refieres? —bebe su agua.

—Es que Laura dijo que no los encontró a ti y a Justin en el momento que yo estaba ya prácticamente dormido por tanto alcohol, a eso de las cuatro de la mañana.

—Ah esa hora, pues.

—¿Pues?

—Buscándote.

—¿Buscándome? —pregunte.

—Sí, te llame varias veces, pero tenías el celular apagado—se excusó pensando que me iba a creer eso.

—¿No me estabas buscando verdad?
Emma suspira resignada sabiendo que tendrá que contarme la verdad.

—Bien yo estaba con—se detiene por un segundo antes de completar—estaba con Jackson.

Casi escupo el trago de agua que me bebí mientras me estaba contando.

—¿Jackson? —mi amiga asiente con la cabeza baja—¿pero que no habían terminado.

—Lo encontré en la fiesta, es estaba con su hermana, luego nos quedamos solos y hablamos—explica—después sentí tanta nostalgia que no me aguante y lo bese, simplemente lo bese, quería hacerlo, necesitaba de él, y creo que el tanto como yo. Nos dejamos llevar y terminamos acostándonos.

―Vaya, nunca pensé que volverías a estar con él.

―Tu bien sabes que nunca he dejado de quererlo. Lo quiero Brandon.

―Yo lo sé, solo que me sorprende, ya sabes ha pasado mucho tiempo.

Jackson era el novio de Emma, ambos ya llevaban casi dos años juntos, pero luego ocurrió lo del accidente y Emma decidió que lo mejor era cortar la relación ya que pensó que no tendría tiempo para él y no quería ser una carga, eso fue lo que ella dijo, aunque yo pienso que él estaría dispuesto a apoyarla. Aunque después de terminar la relación él siempre estaba pendiente de ella, preguntaba constantemente a Justin o a mi sobre Emma, hasta creo que él tampoco dejo de quererla.  

―Deberías pensar en volver con el―le digo.

―Aunque quisiera, es algo difícil, dentro de unos días volverá a Irlanda—informa con la mirada algo perdida—supongo que lo de anoche fue solo un momento, así que ya paso.

Asiento lentamente porque ya no hay mucho más que decir, ella mantiene esa postura y yo la apoyare.

—Disculpa por abandonarte anoche.

—No te preocupes.

—Al menos, gracias a eso te has acercado a tu princesa—dice causando que me sonroje un poco, con tan solo pensar ella mi mundo se desmorona.

Una amplia sonrisa se dibuja en mi rostro.

—Pues sí, al menos eso.

—Estoy feliz por ti—me dice—realmente quiero que te vaya bien con esta chica, se nota que te hace bien.

—Yo también, y sabes una cosa—pienso por un instante—ahora estoy dispuesto a todo para conquistarla.

—Buena esa campeón—me felicita mi compañera.

Seguimos hablando por un rato más de algunas cosas que ocurrieron en la fiesta, claro que yo pude saber muy poco ya que me fui al balcón, luego me perdí en el alcohol, así que mis recuerdos de la fiesta son limitados.

Ya son casi las doce del mediodía, Emma y yo nos hemos puesto de acuerdo para ordenar pizzas junto algunas gaseosas para almorzar ya que ninguno esta con ánimos para cocinar y nuestro amigo Justin sigue perdido en el mundo de los sueños.

No habíamos sabido nada de él, hasta que escuchamos unos pasos provenientes desde la habitación de nuestro compañero, pensamos que era Justin, pero nos llevamos una gran sorpresa.

Desde la habitación de Justin venia caminando una chica, alta, rubia, llevaba puesta una camiseta larga de Justin. Debo admitir que es muy bonita, parece no percatarse de nuestra presencia en la sala por que se dirige directo a la cocina, abre la nevera y saca de ella una botella de agua. Emma y yo la observamos atentamente sin decir ni hacer nada. Luego la chica quien probablemente es la conquista de mi amigo se gira para encontrarse con nosotros.

—Hola—nos saluda con una enorme sonrisa—saben dónde puedo encontrar unas pastillas para el dolor de cabeza, es que Just está hecho un desastre.

Me parece muy gracioso que le diga de esa forma

Emma y yo compartimos una mirada de no entender nada, pero al final lo dejamos pasar.

—En la alacena, la última puerta, allí encontraras unos analgésicos—le explico.

—Gracias—se gira a buscar las pastillas. Cuando las encuentra camina nuevamente a la habitación de Justin.

—Creo que tendrás que ordenar pizza extra—le digo a mi compañera.

—Tienes razón.

—Iré a ducharme, necesito sacarme el olor a alcohol—le digo poniéndome de pie.

—También necesitas sacarte el olor a Laura—bromea mi amiga, algo que no suele hacer mucho.

Como respuesta solo me rio y me encamino a mi habitación para luego ir al baño.

Después de darme una larga ducha con agua tibia, salgo junto a mis compañeros y la chica desconocida, cuando llego hasta la mesa donde solemos comer ya me encuentro a Justin ya sentado en la mesa junto a la rubia, mientras que Emma organiza la pizza que acaba de llegar con las bebidas.

—Maldito alcohol—dice este tomándose de la cabeza.

—Tranquilo bebe, ya te pasara el malestar—le consuela la chica.

—Vaya, veo que alguien le fue peor—comento estirando la silla para sentarme.

Emma deja todo sobre la mesa para que todos nos devoremos esta delicia de pizza.

En la mesa todos la pasamos comiendo y conversando, la chica que descubrimos que su nombre es Camile, resulto se bastante agradable, estuvo muy pendiente de Justin las veces que este necesitaba algo, se nota que la chica está interesada en el de verdad, también nos ha comentado sobre las cosas que hace, debo admitir que de todas las chicas que traído Justin al departamento y ha interactuado con nosotros, Camile resulto ser la más agradable de todas, conste que mi amigo ha traído muchas chicas.

Después de comer y limpiar los utensilios, todos nos separamos, Justin fue a llevar a Camile a su casa, Emma y yo nos fuimos a nuestras habitaciones.

Cuando llego a la mía lo primero que hago es dejarme caer en la cama para descansar y así lidiar con las consecuencias del alcohol.

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