Capitulo 18: La fiesta
Brandon
La noche ha caído por completo en la ciudad, las farolas de las calles se han encargado de iluminar todo, realmente la noche está muy bella. Ahora mismo estoy en el auto de Justin, ambos nos estamos dirigiendo a la casa donde será la fiesta o más bien la mansión porque Justin me ha comentado en el camino que la fiesta será en la casa un estudiante millonario; un tal Joe Parker. Según me ha contado mi amigo su mansión queda casi a las afueras de la ciudad.
Emma por su parte va ir en su auto, nos ha contado antes de salir de que ella va ir con una amiga, por lo que ha decidido ir a parte.
Me imagino que la mayoría piensa ir a esta fiesta para beber, otros para drogarse con otros tipos de drogas, bailar, tener sexo hasta el amanecer.
Pero yo solo pienso en una cosa o más bien en una persona; en Laura, solo espero que haya aceptado ir, tengo tantas ganas de verla, han pasado prácticamente dos semanas desde la última vez que la vi. Y si realmente la extraño.
—Ya llegamos—la voz de Justin me saca de mis pensamientos profundos.
—¿Tan rápido? —pregunto, creo que de tanto pensar no me di cuenta del tiempo que estábamos viajando.
—Si viejo, te la pasaste todo el viaje mirando por la ventanilla, que perdiste la noción del tiempo—desabrocha el cinturón de seguridad, yo hago lo mismo antes de bajar—vamos que la fiesta ya empezó y ha de estar buena.
Bajamos del auto, Justin le pone el seguro y comenzamos a caminar hacia la fiesta.
Mi amigo tiene razón, parece que la fiesta esta buena, desde el estacionamiento ya se puede escuchar la música. Ya me imagino la cantidad de jóvenes que debe haber en la casa, y los que siguen llegando.
Pasamos por unos enormes portones, después ya estamos caminando por el enorme patio. Caminamos un poco más y ya llegamos hasta la casa, en las afueras de ella ya nos encontramos con algunos chicos de la universidad, quienes están bebiendo y conversando animadamente entre ellos, y como siempre pasa todos reciben a Justin emocionadamente, es decir todos se ponen de pie para saludarlo. Entre los tres: Emma, Justin y yo; él es el más popular de todos, todo el mundo en la universidad conoce a Justin Anderson.
Esto no esta tan mal, digo estamos en la entrada de la casa y si Laura llega podre notarlo.
Un chico rubio con un vaso rojo en la mano se acerca para hablarle:
—¡Justin! Amigo, ¿cómo estás?
—Bien ya sabes—le contesta Justin—¿Cómo va todo por aquí?
—Todo marcha perfectamente mi amigo.
—Y si lo preguntas, ella ya está aquí—intervine una chica rubia quien se pone de pie para acercarse hasta ellos—la vi llegar hace unos veinte minutos.
Parece que Justin ya tiene una nueva conquista para esta noche. Lo que me sorprende es que sus amigos lo estén ayudando a ligar, esto debe tratarse de algo muy especial para mi amigo.
—¿Y este quién es? —inquiere el rubio señalándome antes de beber de su vaso.
—Ah este—enserio Justin, te refieres a tu amigo, diciendo “este”—este de aquí es mi amigo, mi hermano de otra madre; el gran Brandon. Él vive conmigo en el departamento, estudia psicología—me presenta con el grupo—Y está soltero chicas, aprovechen—añade y la chica rubia me regala una sonrisa antes de hablar de nuevo:
—Eso está interesante, Clarisse—me extiende su mano y la tomo por amabilidad—es un placer.
—Lo mismo digo—contesto dibujando una sonrisa lo más amable posible.
—John—me extiende su mano ahora el chico rubio—bienvenido al grupo, si necesitas algo, ya sabes alcohol, condones, un auto, tu solo háblame.
Wow wow, lo que necesito ahora es un auto para largarme. Pero luego recuerdo que Laura puede venir y se me pasa las ganas de irme de la fiesta así que contesto amablemente con un:
—Gracias.
Después del amable ofrecimiento de John, Justin me presenta con el resto del grupo, en donde estaban ocho personas a parte de John y Clarisse, todos los chicos van en la universidad de Manchester, pero en diferentes facultades, algunos ya están por terminar sus carreras, mientras que otros apenas van por el segundo año.
John me ha ofrecido un vaso, dude en aceptar, pero después me dije a mi mismo que estoy en una fiesta y que un poco de alcohol no hará daño a nadie, termine aceptando el vaso y debo reconocer que la bebida esta buena. Observo la hora desde mi celular, ya han pasado casi dos horas desde que llegamos con Justin, cuanta gente más habrá llegado a la fiesta, mierda estaba tan distraído con el grupo que si Laura ha llegado a la fiesta yo no me he dado cuenta.
Así sin avisar a nadie me alejo del grupo caminando al interior de la enorme casa, además no creo que nadie note mi ausencia, he permanecido callado la mayor parte de la noche y ellos están muy sumergidos en una conversación súper animada.
En el interior de la casa todo es un descontrol y cuando digo descontrol me refiero a: música a todo volumen, chicos bailando en medio de la sala, otros que vinieron solo para beber o fumar, y muchas otras cosas que por lo general no suelo experimentar.
Observo una mesa que está llena de vasos que han de contener más de esa bebida tan buena que probé en la entrada de la casa, me pregunto quién habrá preparado estas bebidas, porque es un genio.
Llego hasta la mesa, tomo uno de los vasos para empezar a beber y lo hago, pero no en tragos cortos, sino que bebo todo de una sola vez. Mi garganta arde, definitivamente esta bebida es diferente y más fuerte. Observo a mi alrededor con la esperanza de encontrar a Laura entre la multitud, pero nada así que vuelvo a tomar otro vaso y a beber de nuevo
Tras beber todo el segundo vaso mi cabeza empieza a dar vueltas, realmente no soy bueno para beber.
Triste y mareado comienzo a caminar sin dirección alguna, solo camino en medio de la sala en donde todos bailan, ni siquiera yo sé que estoy haciendo, trato de esquivar a las personas que están en la sala, pero no logro, hasta he escuchado más de un gruñido, pero lo ignoro completamente. Me detengo cuando veo una escalera, seguro que es la que lleva al segundo piso, —pues cual más va a ser Brandon idiota—me digo a mi mismo mientras comienzo a subir por la escalera, cuando llego a la segunda planta encuentro dos pasillos, uno a la izquierda y el otro a la derecha. Sin quedarme mucho tiempo para elegir comienzo a caminar por el pasillo derecho, en vez de estar bebiendo en la fiesta, estoy recorriendo la casa del dueño, durante mi recorrido por el largo pasillo escucho algunos que otros ruidos en las habitaciones de la misma, de seguro son jóvenes que la están pasando bien, porque tienen una bendita compañía, algo que yo no tengo esta noche. En estos momentos me estoy arrepintiendo de haber venido hasta aquí.
Cuando llego al final del largo pasillo me encuentro con una última puerta, sin pensar mucho más decido abrir la puerta; lo que me encuentro al abrir la puerta es un ¿balcón?, si un balcón. Pero lo más extraño es que al mirar el balcón se puede visualizar otro ángulo distinto del exterior de la casa, desde aquí se puede ver un bosque, creo, aunque debe ser así ya que estamos en las afueras de la ciudad.
Camino hasta llegar al barandal del balcón me observo la bella vista que tengo ahora mismo, aunque todo está a oscuras, como mi vida, todo está a oscuras, lamentablemente no vino la luz que pudo haber dado ese toque de iluminación en mi vida.
Como me dijo Margot alguna vez—estas apagado Brandon—
Y aunque odio admitirlo, esa chica tiene razón.
Supongo que ahora tendré olvidar a Laura y seguir como vida, todo como era antes, aunque todo como era antes es algo aburrido, pero bueno será difícil, pero tengo que intentarlo.
Cierro los ojos antes de preguntar en voz alta:
—¿Qué me has hecho Laura?
—Yo, yo nada—escucho a mis espaldas, podría reconocer esa voz en donde sea y cuando sea.
Me giro lentamente hacia ella, y la veo, ahí está ella, con su hermoso cabello recogido en una coleta, esos ojos cafés que tanto me encantan, me observan detenidamente. Es hermosa, simplemente hermosa.
—Sí que lo has hecho.
—¿Ah sí? —se acerca unos pasos, quedando tan solo un metro de mí. O eso creo.
—No sé qué es—me giro nuevamente al barandal del balcón—desde que chocamos ese día en el campus de la universidad—me detengo un segundo para recordar ese día—no he dejado de pensar en ti—me vuelvo a girar a ella recostándome por el barandal.
—¿Es-es enserio? —pregunta, creo que está sorprendida.
—Después esa tarde en el café—suelto un suspiro antes de continuar—pensé que te iba a olvidar, que sería algo momentáneo, pero no pude, sigues apareciendo en mis sueños, sigues rondando mi cabeza.
Ella se acerca hasta colocar su mano hasta el barandal, prácticamente estamos muy cerca uno del otro, solo que ambos miramos en direcciones opuestas.
—Nunca pensé que diría esto—hace una pausa antes de completar su oración—pero yo tampoco he dejado de pensar en ti.
En estos momentos siento que voy a volar, nunca pensé que a ella le estaría pasando lo mismo que yo, ¿y si esto es solo un sueño?
—También creí que sería algo momentáneo—continua ella—pero aquí estoy, contándote esto.
Suelto un largo y cansado suspiro.
—Nunca pensé que volvería a sentir algo por alguien—me giro para mirar en la misma dirección que ella—es que no me ha ido tan bien el amor que, ya no sé si lo que siento es real, pero esto que estoy sintiendo por ti…
—No lo digas—trata de interrumpirme, pero yo continuo:
—Es simplemente diferente.
Ambos quedamos sumidos es un profundo silencio.
—Esa tarde en el café comprendí muchas cosas—vuelvo a hablar—una de ellas es que tú has sufrido mucho.
—¡Tú no sabes nada!.
—Por favor Laura—acerco mi mano a la suya—ese día supe que tienes una herida.
—Tal vez tengas razón, tú no eres el único al que no le ha ido bien en el amor—ambos nos miramos por un momento—he sufrido mucho, lo admito, fui engañada varias veces porque fui una tonta. Probablemente sigo siendo una tonta.
—Hey no digas eso—la interrumpo—tú no eres ninguna tonta, las cosas del pasado no definen quienes somos en el presente.
Creo que debí pensar antes de decir eso.
—¿Ah sí? —ella quita su mano bruscamente de la mía—pues yo creo que si, por que esas cosas del pasado nos dejan una marca, que nos convierte en lo que somos hoy en día. Tu deberías saberlo, vas a ser psicólogo ¿no?
Me quedo callado por un momento antes de hablar.
—Lo siento.
—No sientas Brandon.
—No de verdad, lo siento.
—Como sea—se gira y da un paso al frente—¿para esto querías que venga a la fiesta, para discutir? —niega con la cabeza—si sabía que iba a ser así mejor me hubiese quedado a ver documentales de animales. Adiós Brandon.
Se está yendo, no, no puedo dejarla ir ahora. No ahora, este es el momento. Brandon es hora de hacer algo al respecto.
Antes de que logre alejarse de mi la tomo del brazo, la atraigo hacia mí y la beso. Si la beso, sus labios coinciden perfectamente con los míos, aunque la haya tomado por sorpresa.
Acerco más su cuerpo al mío, y debo decir que se siente bien. Cierro los ojos para disfrutar este mágico momento y no necesito verificar, pero sé que ella también los ha cerrado.
Creo que por un momento he estado en el cielo.
Nos separamos lentamente, yo sigo posando mis manos en su cadera y ella sigue manteniendo las suyas alrededor de mi cuello, ambos suspiramos agitadamente.
Este es el mejor momento que estoy viviendo con Laura desde que la conocí, pero nuestro mejor momento se desploma cuando ella retira sus manos de mi cuello y usa la derecha para darme una fuerte cachetada que me hace tambalear debido a la fuerza que utilizo para dar el golpe.
Rayos esta chica es fuerte.
Sin decirme nada más ella se gira sobre sus talones y se marcha dejándome con un probable hematoma en la cara.
Resignado bajo nuevamente por las escaleras a la fiesta, ya son casi las tres de la mañana, he notado que la cantidad de personas ha disminuido.
Me acerco hasta una mesa que está llena de bebidas alcohólicas, tomo una botella de tequila, lo abro y bebo un largo trago que me quema cuando baja por mi garganta.
Supongo que es la mejor forma de olvidar…
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