Capítulo 17: La propuesta

                        Brandon

Cuando entramos a la sala del departamento con Emma, me encuentro con Justin, este está sentado en el sofá de la sala usando su celular. Cuando me ve, se pone de pie.

—¡Brandon! —me saluda—¿Cómo has estado amigo? Por fin has vuelto

—Si nuestro amigo ha vuelto—comenta Emma.

Dejo mis cosas en el piso antes de responder:

—Pues bien—le paso la mano a Justin—¿Y tú? ¿Cómo va todo?

—Bien, ya sabes, todo en orden—contesta. Lo que puedo notar es que Justin está muy tranquilo, eso quiere decir que le fue bien con padre en Londres—te estábamos esperando he comprado pizza ¿quieres un poco?

—Claro, iré a dejar mis cosas en mi habitación y ya vengo.

Mi amigo asiente y se va con Emma a la estancia de la cocina en donde tenemos una mesa donde solemos comer los tres juntos.

Entro a mi habitación cerrando la puerta tras de mí, dejo nuevamente mi maleta y mochila en el piso. Todo está como lo deje dos semanas atrás antes de ir a Sheffield, suelto un largo suspiro para luego dejarme caer de espaldas en mi cama. Cierro los ojos por un momento antes de volver a ponerme de pie.

Antes de ir junto a los chicos recuerdo que tengo que avisarle a mi madre que ya he llegado.

Después de enviar un mensaje a mi hermana y a mi madre he notado que tengo muy baja la batería del móvil por lo que decidido conectarlo.

—Brandon, ven la pizza esta increíble—me grita Emma desde la cocina
Le hago caso y voy junto a ellos.

Cuando llego veo que ambos ya se han comido dos pedazos cada uno, así que tomo un pedazo un pedazo rápidamente.

—Vaya esto sí que esta delicioso—comento después de dar el primer mordisco a mi pedazo.

—Si—dice Emma con la boca llena—hace mucho que no comíamos pizza.

—Es cierto—afirma Justin—hemos comido más hamburguesas que pizzas últimamente.

Vuelvo a tomar otro pedazo, realmente esta pizza esta increíble.

—Vaya Brandon, sique estas hambriento—dice Justin mientras toma uno de los últimos pedazos que quedan en la caja.

—No más que tu yo apenas llevo dos pedazos—contesto antes de volver a dar otro bocado a este deliciosa comida.

Observo la caja con la intención de volver a tomar otro pedazo, pero mis intenciones se diluyen cuando veo que ya no queda ningún pedazo en la caja.

—¿Hay otra caja verdad? —pregunto con la esperanza de recibir una respuesta positiva.

—Puessss—dice Emma alargando la S.

—Lastimosamente era la única caja—contesta Justin.

—Pero hay dos litros de Pepsi—comenta Emma. Se pone de pie y va hasta la nevera para sacar la botella, luego se acerca a la mesa con tres vasos—esto saciara tu hambre o tu sed—me sirve un vaso—aquí tienes galán—me dice mientras me guiña un ojo.

Ya que no tengo otra opción, acepto el gentil servicio de mi amiga:

—Gracias.

Le sirve otro vaso a Justin, luego a ella misma y así mientras bebemos la gaseosa conversamos un rato en la cocina de lo que han sido estas dos semanas sin clases. Emma ha comentado que ha pasado con su madre aquí en la ciudad, iban juntas al hospital de vez en cuando para ver si había alguna noticia de Nataly, pero con la cabeza baja contestaba que todo seguía igual, eso es algo que nos dolía tanto a Justin como a mí, digo Emma es como nuestra hermana mayor, es la que siempre nos está cuidando, la que siempre tiene una sonrisa dibujada en el rostro. Pero desde lo ocurrido con su hermana ella ha cambiado bastante en ese sentido, pero ha logrado seguir adelante a pesar de todo, ella es una chica fuerte.

Mientras tanto mi amigo Justin nos cuenta de que le ha ido muy bien en Londres con su padre, algo que suponía por su estado de ánimo, también comento que su padre ha firmado varios nuevos contratos en diferentes ciudades, nos ha hablado de que el mejor contrato es uno que firmaron para construir un edificio en Los Ángeles Estados Unidos, su padre en estos momentos está instalado allí para la ajustar detalles para iniciar la obra cuenta Justin emocionado por ello, también dice que ni bien termine la universidad va a trabajar con su padre.

Yo también les he hablado de cómo me ha ido en Sheffield en la casa de mis padres en estas dos semanas. Prácticamente nos pasados casi tres horas conversando en la cocina.

—¿Qué van a hacer esta noche? —pregunta Justin.

—Pues no sé, tal vez salga un rato o simplemente me quede aquí viendo una película—contesta Emma primero.

—¿Y tú Brandon?

—Creo que hare lo mismo que Emma.

—Vamos chicos hoy comienza la cuenta regresiva de las diez fiestas—esto de las diez fiestas es una tradición que se tiene en la universidad de que en cada último semestre del año se hagan diez fiestas, hoy sería la fiesta número diez, la primera pero se cuenta de forma regresiva—hay que aprovechar todo, en especial tu Brandon, todo va a ser increíble.

Yo me quedo en silencio por unos segundos—No lo se.

—Oh vamos viejo, tienes que ir, tal vez asi logres liarte con alguna chica.

—Es cierto—le apoya Emma.

Tal vez sea cierto, que van a ver cientos de chicas con quien liarme por una noche, pero, aunque haya mil chicas yo solo quiero a una, y esa chica tiene el pelo teñido en rubio, tienes unos ojos color café, unos gruesos labios que dibujan una hermosa sonrisa. Tal vez me esté apresurando, pero no hay nadie como ella.

Pero pensando un poco no estaría mal ir a una fiesta, digo es algo que no he hecho en casi seis meses, además que me falta divertirme un poco, digo relajarme antes de volver a estar metido en medio de libros y más libros.

Así que creo que estaría bien ir.

—Está bien, iré—digo al fin.

—Eso está mucho mejor—comenta Justin por lo que acabo de decir.

—Siendo así, yo también iré—dice ahora Emma.

—Genial—mi amigo no oculta su alegría de que todos vamos a ir a la fiesta—iremos en mi auto, a las nueve en punto.

—¿Porque a las nueve? —pregunta Emma.

—Tengo algo que hacer algo que probablemente me llevara toda la tarde en terminarlo, por eso escogí esa hora.

Emma y yo asentimos sin mas.

—Los veo en un par de horas—dice Justin antes de dirigirse a la puerta y salir por ella.

—Nuestro amigo está bien raro—comento.

—Sí, tiene un estado de ánimo que nunca había visto en el—contesta mi amiga.

Sin decir nada más, tiramos la caja de pizza vacía al basurero, lavamos los vasos y guardamos la Pepsi que ha sobrado un poco.

—Tengo que salir un rato—me informa Emma.

—Claro, está bien, yo también saldré en un rato.

Emma asiente, toma las llaves de su auto y sale por la puerta dejándome solo en el departamento. Así que me dirijo a mi habitación para leer un libro o hacer cualquier otra cosa antes de ir al café, ya estoy extrañando el aroma del The mees café.

Cuando entro a mi habitación lo primero que hago es revisar mi celular, en donde encuentro un mensaje de mamá, dos de Audrey, uno de Carol; mi compañera de clase y un mensaje totalmente inesperado de Laura, si de Laura hace veinte minutos, un mensaje que dice:

Ella: Hola Brandon, lamento no haberte respondido antes, he tenido algunos problemas. Espero que estés bien y de verdad lo siento.

Siento que mi corazón va a salir corriendo de mi pecho en estos momentos.

Sin pensar más e ignorando los demás mensajes, ingreso directamente a su chat para responderle.

Yo: Hola Laura, ¿Cómo estás? No tienes por qué disculparte, entiendo todo y si quieres hablar de algo aquí estoy para ti.

Ella: Gracias de verdad, eres muy amable.

Me sorprende la rapidez con la que me responde, dos segundos después me envía otro mensaje:

Ella: Estoy bien, eso creo, ¿y tú?

Yo: Me alegra saber que estoy bien. Yo estoy bien.

Ella: ¿Ya estás de nuevo en Manchester?

Yo: Si, llegue hace algunas horas. Así que estoy de vuelta.

Ella: Eso me alegra.

Ahora si el corazón se me va a salir, ni yo me creo esto, es por eso que releo el mensaje una y otra vez. Es que no lo puedo creer, ella me está diciendo que se alegra de que este de vuelta.

Yo: ¿Lo dices enserio?

Ella: Si, digo es raro pasar por el The mees café y no verte sentado allí bebiendo un café mientras vas realizando apuntes.

Esta chica no deja de sorprenderme, sencillamente ella es increíble.

No sé qué contestar, digo es como si estuviese en un shock, simplemente estoy viendo nuestra conversación en el chat.

Vuelvo a la realidad cuando el celular vuelve vibra, informándome de que hay un nuevo mensaje y es de Laura:

Ella: ¿Estás ahí?

Yo: si, si estoy aquí. Es que solo estoy sorprendido por lo que me acabas de decir.

Mientras espero su respuesta me recuesto en la cama porque creo que esta va a ser una agradable y larga conversación o chat, como sea. Cuando ya me encuentro cómodo, leo su siguiente mensaje.

Ella: Pues la verdad es que en tan poco tiempo me he acostumbrado a verte por el café o en el campus de la universidad. Por eso me alegra que estés de vuelta.

Yo: ¿Así que estas feliz porque vas a volver a verme caminando por el campus?

Creo que no debí enviar ese mensaje, estoy a punto de eliminarlo, pero ella ya lo ha leído.

Mierda mierda mierda y triple mierda
Estúpidos impulsos, estúpido cerebro, estúpido Brandon.

Cuando estaba a punto de lanzar mi teléfono por la pared, este vuelve a vibrar, nuevamente es Laura:

Ella: Pues en parte si para que negarlo, como te dije me he acostumbrado a ti.

Una enorme sonrisa de dibuja en mi rostro. Esto debe ser un sueño.

Suelto un suspiro antes de enviar el siguiente mensaje.

Yo: Te digo la verdad, yo también me he acostumbrado a ti Laura.

Ella: Oye tengo algo que hacer. Fue una agradable conversación, ¡espero tener más conversaciones como esta!

Es lo que más quiero nena. Lo escribí, pero no lo envié.

Yo: Yo también espero eso.

Ella: Adiós Brandon.

Yo: Espera un segundo más, necesito preguntarte algo.

Ella: Claro, pregunta.

Yo: ¿Qué harás esta noche?

Ella: No sé, quedarme en casa, no tengo planes.

Yo: ¿Quieres ir a una fiesta?

Ella: No se Brandon, hace mucho que no voy a fiestas.

Yo: Por favor, quiero verte.

Ella: Lo pensare, pero no te prometo nada.

Y eso es más que suficiente para que yo este emocionado.

Yo: Gracias Laura.

De esta forma termina nuestra más que agradable conversación.

Ahora tengo que esperar hasta la noche para saber si acepta o no mi propuesta.


Instagram: andyDK22

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