Capítulo 15: Día en Familia
Brandon
—Bien, hemos llegado—nos dice papá apagando el motor del auto.
Era domingo y es una tradición que la familia se reúna para un almuerzo, aunque de hecho era un día completo. Para esta fecha mi padre y mi tío Jason, han decidido rentar una quinta algo alejada de la ciudad, específicamente en el campo para pasar el día completo.
—Esto va a ser increíble—dice mi hermana.
—Fabuloso—añade Austin.
—Agradable—me uno a los chicos.
—Así es, va a ser; increíble, fabuloso y agradable. Ahora bajen todos—ordena mamá y todos obedecemos.
Después de mucho volveré a estar presente en esta reunión que prácticamente se ha convertido en una tradición familiar.
Todos bajamos del auto para dirigirnos a la entrada, cuando cruzamos los enormes portones de la quinta podemos ver a toda la familia. El tío Jason tiene una familia más numerosa que mi padre, tiene en total cinco hijos, el mayor James, él es un año mayor que yo; desde mi la entrada veo que está ayudando a su padre con la parrilla, después está el segundo hijo, John; dos años menor que su hermano, bajando algunas cosas con sus dos hermanos mellizos; Clara y Cristhian de dieciocho años cada uno obviamente y por ultimo tenemos a la menor; Alexa, ella tiene casi la edad de Audrey, digo casi porque es un año menor que ella. Audrey tiene diecisiete y ella dieciséis.
Como diría el abuelo Scott, Jason le ha ganado a Erik cinco a dos, por que mi tío tiene cinco hijos y mi padre dos.
Alexa es la primera que sale a recibirnos acompañada de la tía Amelia que viene con una enorme sonrisa.
—¡Ya llegaron! —dice la tía Amelia, quien saluda primero a mama, luego a papa, a Audrey y por último se acerca hasta mi—Oh Brandon, que alegría verte después de tanto tiempo.
—Lo mismo digo tía—comento con una sonrisa.
Alexa nos da un abrazo a todos, tal como lo hizo su madre.
—Vamos que Jason los está esperando—dice la tía y todos la seguimos hasta llegar junto al tio Jason el cual lleva puesto un delantal rojo y lleva en sus manos un enorme tenedor.
—Hermano—le dice mi padre se saludan con mi padre dándose un fuerte apretón de manos—¿Cómo has estado?
—Muy bien—le responde su hermano, luego dirige su vista hacia mí—Brandon ¿Cómo estas sobrino?
—Bien, gracias tío—le respondo.
—Tú y James ya se han convertido en todo un hombre.
—Son el orgullo de la familia—comenta mi madre.
—Así es—afirma la tía Amelia.
—Todos lo somos—dice James acercándose a nosotros, para saludarnos—todos somos el orgullo de la familia Rogers.
En eso estoy de acuerdo con mi primo, digo no me agrada tanto que nos digan que somos el orgullo de la familia por el simple hecho de que somos los mayores, que estemos a mitad de una carrera universitaria, y que pasa con el resto de los chicos, se sienten algo desmotivados por ello, aunque parecen no darle importancia, en el fondo lo sienten. Tal vez parezca algo insignificante, pero para muchos es algo muy importante.
—Chicos vengan a saludar a sus tíos y primos—grita la tía al resto de sus hijos.
Clara, Cristhian y Alexa, se acercan para saludarnos. Después de los saludos, todos nos separamos, papa junto a su hermano se han encargado de la parrilla, mama y la tía Amelia han estado ocupadas preparando ensaladas. Audrey, Clara Alexa se han encerrado en una de las habitaciones para ver su serie favorita, y el resto de los chicos; John, Austin y Cristhian, han estado jugando videojuegos, la casa es inmensa que hasta incluso tiene una sala de juegos con un consola y los chicos no han dudado en adentrarse en ella.
Y yo por mi parte me he alejado del resto para sentarme en un sillón de madera debajo de un enorme árbol, aunque este muy a gusto con esta reunión familiar, siempre necesito un momento a solas, no me definiría a mí mismo como un antisocial, pero siempre necesito un momento del día estar a solas conmigo, solo yo. Antes casi fue un problema, pero después de ir a algunas terapias con un psicólogo muy bueno, todo fue cambiando. Digo, me he relacionado más con las personas, participar en las actividades que ocurrían en el barrio, y así fui dejando mi lado antisocial. Pero con las terapias, también comprendí que todos necesitamos estar solos algún momento, ya sea para hacer un análisis de las cosas, para pensar con claridad, lo que sea, pero estar un momento a solas de vez en cuando no es malo.
Suelto un suspiro y me concentro en la excelente vista que tengo a mi alrededor, todo es campo, árboles y un pequeño lago, todo es tan bello, sin el alboroto de la ciudad. Vuelvo mi vista a la casa y veo a mi padre tomándose una cerveza con su hermano, también veo a James saliendo de la casa con dos botellas de cervezas en sus manos dirigiéndose hacia donde estoy.
Casi nunca veo a James ya que el estudia en Londres y por lo habitual casi nunca está por Sheffield. Pero debo admitir que de los cinco hijos del tío Jason, es él con el que me llevo mejor. Digo no es que me lleve mal con el resto, pero James es con el que tengo más interacción, supongo que se debe a que casi somos de la misma edad, ya estamso en la universidad y esas cosas.
James llega junto a mí y me extiende una de las botellas—¿Quieres? —me pregunta, aunque dude un poco al principio, al final termino aceptando, ya que no quisiera ofender a mi primo—lindo día ¿no? —comenta tomando asiente en otro de los sillones de madera.
—Sí, está bastante agradable.
—Me pregunto si John y yo estaremos así dentro de unos veinticinco años—dice observando a nuestros padres quienes están conversando animadamente, riéndose de algún chiste y bebiendo de sus cervezas.
—Tal vez—doy un primer trago a mi cerveza—quejándose de que las cosas ya no son como lo eran en sus tiempos
James suelta una risa.
—Si tienes razón—bebe su cerveza—¿Cómo va todo en la universidad?, ha pasado un buen tiempo, ni siquiera estuviste para el aniversario del abuelo.
—Todo controlado por ahora—contesto—han sido tiempos difíciles para mí, eso de mantener la beca me ha consumido por completo, es por ello que no que decidí quedarme, necesitaba estar lo más concentrado posible, no quiero defraudar a nadie.
James asiente.
—¿Y tu como vas en tu universidad? ya solo te falta un año para graduarte.
—Todo en orden, ya pasé las pasantías para acceder al último año, si todo sale bien, dentro de muy poco ya voy a ser un administrador de empresas.
—Me alegra oír eso.
Ambos volvemos a tomar la cerveza, aunque estamos en otoño, el clima amaneció bipolar y tenemos un sol de treinta y cuatro grado, algo que no suele suceder cuando es otoño, pero qué más da.
—¿Y a ti? —pregunta James—¿Cómo te va en todo?
Pienso un momento antes de contestar
—Pues bien, como te dije todo controlado—me detengo un momento—ha sido muy difícil claro, la carrera en si se vuelve más pesada cuando pasas al siguiente año, con la beca de por medio, más ahora que—me detengo nuevamente, y creo que a tiempo por que nuevamente estaba a punto de tocar el tema de Laura.
—¿Más ahora qué? —mi primo espera una respuesta.
—Todo está bien.
—¿Seguro?
—Si.
—Oye viejo, tienes que mejorar tu técnica para mentir—bebe otro trago de su cerveza—además de que pareces un libro de cuentos, eres fácil de leer.
—Por favor, porque estaría mintiendo—bebo nuevamente mi cerveza—ya te dije todo está bien.
—No te creo, se nota que tienes algo—dice observando el campo que tenemos en frente nuestro—y si no me equivoco es una chica.
—¿Qué dices?
—Eso que te pasa es por culpa de una chica.
Maldigo mentalmente, realmente no entiendo como hace para deducir las cosas y tener acierto cada vez que tiene sospechas de algo. A veces pienso que James no necesita estudiar psicología para ser mejor psicólogo que yo, digo es alguien muy observador y sabe muy bien analizar las cosas. Es como un psicoanalista.
—Y sospecho que esa chica ha hecho un desorden en la cabeza de mi primo.
Como lo dije antes, este tipo siempre acierta sus teorías.
—Pues para que seguir negando—admito finalmente—sí, me pasa algo con una chica—suelto un largo y cansado suspiro—más que un desorden yo te diría que ha dejado mi cabeza hecho un completo desastre.
James ríe —Mujeres primo, se te meten por los ojos directo a la cabeza y se niegan a salir de allí hasta que hagas algo al respecto.
—¿Tú crees que debo hacer algo al respecto?
—Claro, acércate a ella, sin miedos—contesta antes de volver a beber.
Todos con los que he hablado de Laura me dicen lo mismo, que la conquiste, que intente algo, que me acerque a ella.
En fin, todo para que haga algo al respecto.
Y ahora me hago la pregunta por vigésima vez.
¿Qué me has hecho Laura Stones?
Supongo que tendré que acercarme para saber la respuesta. Como dicen todos, hacer algo al respecto.
—James, Brandon!, es hora del almuerzo—nos grita la tía Amelia.
Ambos dejamos nuestras ya vacías botellas de cerveza en un basurero cerca de los sillones de madera, y nos dirigimos a la larga mesa en donde ya están todos sentados, esperando por la comida.
Después de que todos estemos sentados en la mesa, mi tía Amelia, dice unas palabras sobre esta reunión, posteriormente todos cerramos los ojos para agradecer a Dios por sus bendiciones, no puedo negar que este momento me recuerda mucho en la escena de la película de Rápidos y furiosos; en la parte en donde todos están orando antes de comer. Casi suelto una risa pero me contengo.
Luego todos nos dispones a comer. La carne y la ensalada de papas realmente estuvo delicioso, hace mucho que no comía tanto como lo hice hoy.
La tarde ha caído en la quinta donde estamos reunidos, la mayor parte de la tarde ha sido entretenida, después del almuerzo nos tomamos la infaltable foto familiar, luego todos nos dividimos de nuevo; los cuatro adultos se sentaron a conversar casi toda la tarde, Clara, Alexa y Audrey estuvieron viendo otra serie, John, Cristhian y Austin se la pasaron jugando videojuegos en la sala. Mientras tanto James y yo no teníamos nada que hacer, de hecho, no se nos ocurría nada, así que optamos por ir a la sala común a ver televisión, por suerte encontramos buenas películas para entretenernos y que no sea tan aburrido.
Después de casi media hora de recoger y dejar todo en orden en el lugar, llegó la hora de las despedidas, eran unos cinco minutos donde todos nos abrazábamos para luego decirnos un simple adiós o hasta luego.
—Como les dije cuando llegamos, fue un día; increíble, fabulosos y agradable—comenta mamá en el auto mientras todos nos colocamos el cinturón de seguridad.
—Así es mamá —dice Audrey.
—¿Todos tiene puesto el cinturón de seguridad? —pregunta papá.
—Si todos—contesta Austin.
Y sin más mi padre enciende el motor del auto para volver a casa, concluyendo así nuestro día en familia, aunque estuve presente físicamente, mentalmente esta presenten el café, sentado en una mesa con ella, conversando sobre cosas triviales…
Nota de Autor
Para todos los que siguen está obra, quisiera informales que ya cuento con una cuenta de Instagram que va a ser dedicada para subir contenidos de la historia en general, ya sean edits, memes, ilustraciones, vídeos, recomendaciones de historias de amigos escritores y esas cosas
La cuenta de Instagram es: andyDK22
Aun no he publicado nada en ella, pero ya estoy en eso
Abrazos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top