¿Había una canción?

Escribí esto mientras escuchaba la canción de arriba, así que también la recomiendo poner mientras se lee (???)

★★★

[…]

Después del breve descanso de más de cinco minutos, la obra continuó.
Era el momento de que los enanitos se lucieran.

—Soy yo... ¿o cada vez hay menos gente? —comentaba el padre de Bakugou al ver que el único público que quedaba eran los padres de la mayoría de alumnos y algún que otro profesor.

Y mira que la obra ni siquiera iba por la mitad.

—Después de la noticia que recibió Blancanieves por parte del cazador, decidió huir al bosque y se perdió, pero mientras caminaba pudo ver una pequeña casita —narró Iida intentando recuperar la ilusión; pero no pudo al ver que la mayoría del público se había ido.

—¡OH, UNA CASA! —gritó Katsuki intentando actuar medianamente bien, cosa que fue imposible y que le comenzaba a enfadar—. ¡ME PREGUNTO QUÉ MIERDA HABRÁ DENTRO!

—¡E-Entonces entró y contempló cómo habían siete cosas de cada! Siete sillas, siete tacitas, siete camitas... —continuó el narrador temiéndose lo peor—. Pero lo que más le extrañó a la joven Blancanieves fue la gran suciedad que había dentro.

—¡QUÉ PUTOS GUARROS! —exclamó el joven explosivo.

Que conste que Bakugou estaba intentando actuar bien (por las fotos que estaban en juego, obviamente). No era su culpa que los insultos salieran mágicamente por su boca.

—A-Así que la amable y dulce princesa decidió limpiar la casa junto a todos los animalitos del bosque —prosiguió Tenya.

En ese momento Tokoyami apareció flotando mientras aleteaba los brazos como si fuera un pájaro. Todo gracias a Ochako.

—La joven chica limpió y limpió, pero el cansancio pudo con ella y se quedó dormida en una de las camas de las personas que vivían en aquella casa —continuó el presidente de la clase retomando su entusiasmo del principio.

En ese momento el telón se cerró y al volverse a abrir se pudo contemplar a los siete enanitos en una mina.
Era su momento de brillar.

—Mientras tanto, los dueños de dicha casa resultaban ser siete enanitos, los cuales se hallaban trabajando mientras cantaban una bonita canción —siguió Iida sin haber previsto lo de la jodida canción.

—¿Alguien se sabe la canción...? —inquirió Jirou mientras fingía estar cavando con un pico.

—¿Había una canción? —dudó Kaminari al escuchar aquello.

—Chicos, tenemos que improvisar —agregó Tsuyu.

—Kirishima-kun, ¡confiamos en ti! —agregó Ochako mientras cogía algunos diamantes de la mina en la que trabajaban los enanitos y se los guardaba en el bolsillo intentando que nadie se diera cuenta.

¡No sé qué canción improvisar! —se quejó el pelirrojo al ver que le habían dejado todo el problema.

—¡Creo que la canción era lo de "Bajo del mar, bajo del mar"! —añadió Ashido con una sonrisa.

—Se supone que estamos en una mina... —suspiró Kyouka al escuchar tales comentarios.

—¡Rápido, se nos acaba el tiempo! —comunicó Hagakure.

—De acuerdo... —aceptó Eijirou con decisión.

—¡Los cuales se hallaban trabajando mientras cantaban una bonita canción! —volvió Tenya a repetir ya que ningún enanito había dicho nada.

—¡Bajo del mar, bajo del mar! —comenzó Kirishima a cantar, pero no duró mucho ya que el telón se bajó en seguida.

—¡Regresamos en cinco minutos! —exclamó Iida dejando al público más decepcionado de lo que ya estaban.

—Lo ves... —dijo Jirou llevándose una mano a la frente.

—¡KIRISHIMA-KUN! —el presidente de la clase se veía afligido.

Estúpida, mi obra, idiota.

—¡Esta va a ser la última vez que detendré la obra! —comunicó Iida con decisión—. ¡Tiene que salir perfecto!

—No te pases, no pidas lo imposi... —trató de decir Denki pero fue callado en seguida por la fulminante mirada del joven de gafas.

—Yo ya quiero besar a la princesa —murmuraba un Todoroki con cara de póker mientras observaba cómo regañaban a sus compañeros.

—T-Todoroki-kun, tú eres el caballo... —decía Midoriya con temor al haber oído los más profundos pensamientos de su amigo.

—Este caballo no tiene problema alguno en usar este cuchillo —amenazó mientras le mostraba al de cabello verde cierta arma blanca que tenía en las pezuñas del disfraz.

Izuku tragó saliva.

—Bien, ¡entonces volvamos! —finalizó Tenya una vez todo listo para continuar.

Se abrió el telón.

—¡Después de un largo día de trabajo los enanitos vieron que era hora de regresar a casa! —prosiguió el narrador—. ¡Y mientras caminaban felices, cantaban otra alegre canción!

—Ah, maldición, ¡¿qué procede?! —dijo Kaminari al darse cuenta que esta era ya la segunda vez.

—¡Ahora creo que era "Hakuna Matata"! —sugirió Ashido, de nuevo, con otra sonrisa.

—Mina-chan, estoy casi segura que era lo de "Ay Ho" —comentó Ochako pensativa mientras guardaba un último diamante en su bolsillo izquierdo.

—Sí, esta vez es lo de "Hi Ho" —dio Jirou la razón.

—¡¿Te la sabes, Kirishima?! —inquirió Tooru.

—¡Por supuesto! —afirmó el pelirrojo con una sonrisa—. Más o menos...

—Te seguimos, Kirishima-chan —agregó Tsuyu.

—¡Y mientras caminaban felices, cantaban otra alegre canción! —se repitió Iida otra vez.

—¡AY HOOOO! —gritó Eijirou.

—¡AY HOOOO! —le siguieron el resto de enanitos entusiasmados, a excepción de Jirou que parecía no gustarle hacer el ridículo.

Kaminari en vez de decir "Ay Ho", dijo "Aho", pero eso ya es otra historia.

—¡AY HO, AY HO, AY HO, AY HO, AY HO, AY HO, AY HO! ¡AY HO, AY HO NOS VAMOS A TRAFICAR! ¡CON COCAÍNA Y HEROÍNA, AY HO, AY HO, AY HO AY HO! —prosiguió Kirishima cantando con felicidad la parodia que escuchó en YouTube días antes de la obra; pero él no sabía que era una parodia.

El telón se volvió a cerrar.

—¡¿Por qué sigues viendo esto?! —inquirió Present Mic, levantándose y a punto de irse, al notar cómo Aizawa permanecía sentado apreciando tal obra.

—Me sigo haciendo la misma pregunta —suspiró.

[…]

★★★



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