Capítulo 7 (Finale)
Capítulo final.
*
Esa primera cita ocurrió un primero de enero.
Demasiados errores en un solo día, lo cual es increíble cuando estas saliendo con alguien a quien llevas conociendo prácticamente toda tu vida.
Stan y Kyle pueden hablar de mil temas, pero cuando ambos están sentados uno frente al otro en aquella cena romántica, se dan cuenta que sus mentes se han quedado en blancos; ¿que tanto uno puede tolerar la incomodidad?
—El vino sabe bien—Comenta Stan intentando romper el silencio—¿Sabias que vino viene del latin “vinum” que significa bebida?
Kyle muestra una tímida sonrisa mientras piensa “imbécil, si no dices nada esta cita será un desastre, haz algo”.
Kyle recordó porque nunca fue fan de las citas, son tensas, fáciles de estropear y en algunos casos tan jodidamente falsas.
Pero su vivaz amistad con Stan Marsh no es falsa. Así que debería decir lo primero que piensa al verlo.
—Tienes bonitos ojos—Comenta el pelirrojo, provocando que un escalofrío recorra la espalda de Stan.
—Ah, jaja gracias—Stan desvía la mirada avergonzado mientras bebe de su copa.
—Siento que esto sea tedioso.
—No es tedioso, aunque...podrías poner de tu parte.
—Esta noche es un poco inusual—Kyle toma su copa—¿Te parece bien si pienso en voz alta?
—De niños lo hacias, asi que ya estoy acostumbrado.
—Bien, estoy un poco nervioso porque no entiendo a qué se debe esta cita.
—¿Tanto te estás aburriendo?
—¡No! Es más porque...me pareció inesperado.
—Bueno…—Stan mira su reflejo en el vino—Dije que quería tener más iniciativa este año, hacer cosas productivas, y una de ellas es invitarte a salir.
—¿Porque?—Kyle reza internamente para que sus mejillas no se coloren tanto.
—Creo que...porque estar contigo me hace bien—Stan termina su frase con una dulce sonrisa, siendo un golpe directo en el corazón de Kyle.
—(¡No puedes decir esas cosas tan gays y esperar que no haga nada!)—Piensa Kyle mientras sus labios se tensa y observa su cena. No puede seguir mirando a Stan porque entonces la tentación de saltar y besarlo será cada vez más convincente.
—Carajo, yo no era tan cursi—Stan ríe un poco mientras toma su tenedor para seguir cenando—¿Mmh, estás bien? Te ves un poco pálido.
Menos mal que Stan es demasiado estupido para no notar el pánico gay en Kyle.
—Es la carne, está rica—Dice el pelirrojo mientras intenta calmar sus nervios—Deberíamos brindar.
—Ya brindamos mucho ayer—Pero igualmente toma la copa—¿Que brindamos?
—Que estamos bien, eso es suficiente—Kyle alza su bebida. Chocan sus copas alegremente antes de darles un buen sorbo.
Lo más probable es que Stan ni siquiera entienda lo mucho que signifique esta cena para Kyle. No le pidió salir para llegar a un terreno inexplorado fuera de la amistad, lo hizo porque quería tener una buena cena con la persona que más lo hace sonreír y alivia sus dolores internos.
Tras la cena ambos dan una vuelta por la ciudad, las luces de las calles están iluminadas y las estrellas multicolores brillan como de costumbre; incluso se pueden apreciar algunas estrellas blancas.
—(¿Debería acompañarlo hasta su departamento?)—Piensa Kyle mientras caminan en silencio.
—¿Quieres que te acompañe a casa?—Pregunta el pelinegro.
—(Okay Stan Marsh, no puedes mirarme a los ojos y decirme que no estás en modo gay).
—Estás distraído.
—Hace una bonita noche...por las estrellas blancas y todo eso.
—¿Entonces quieres que te acompañe a casa? Honestamente me vendría bien la caminata nocturna.
—Está bien, aunque es un poco temprano para volver.
—¿Tienes algo en mente?
—Me gustaría ir al lago Stark, hace tiempo que no pasó por ahí, y no hace tanto frío.
—Bien, no tengo problemas.
Kyle quería tomar su mano igual a cuando eran niños. Literal tomaba su mano por cualquier pendejada, ¿había una araña en la habitación? Tomaba la mano de Stan, ¿iban a subir al autobús escolar? Pues ¡pum! Agarraditos de la mano, ¿estaban patinando? De la manita.
—(No puedo estar nostálgico ahora)—Piensa Kyle mientras caminan al bosque, hay algunas personas paseando, otros trotando y algunos paseando sus perros. Es una noche preciosa; y Kyle quiere conformarse con eso.
Llegan al lago, un poco más seco de lo normal pero sigue estando ahí igual que cuando eran niños. A Kyle siempre le ha gustado este sitio, puedes navegar en verano, patinar en invierno y relajarte en cualquier día del año.
—Kyle, no sé porqué estás tan distraído esta noche—Comenta Stan mientras guarda sus manos en los bolsillos de la chaqueta.
—La magia del primero de enero, te da la sensación de que esta vez harás un montón de cosas—Responde el pelirrojo con una sonrisa—Aunque lo más probable es que haga lo promedio.
—¿Qué? Pero eres de los que más se esfuerzan, ¿porque estás tan triste?
—No tengo ni puta idea—Kyle estira los brazos—¿Es normal estar triste por cualquier idiotez en esta edad?
—Para eso existe la adolescencia, para joderse, tener mil emociones a la vez y no poder identificar ninguna.
—Yo pasé bien la adolescencia, no eres ni un niño pero tampoco adulto, literal eres una deformación.
—Una deformación que nadie entiende.
—Pero eso ya esta atrás…¿verdad?
—Si, supongo.
—Creo que no estoy triste, es más bien melancolía.
—La melancolía es agradable, pero es fácil viciarse a ella.
Stan habla por experiencia propia; algo que Kyle sabe de antemano.
El pelirrojo mira a su amigo, aquel sentimiento tan rebosante que desde hace tiempo se ha implantado en su pecho. Como si fuera un jodido tumor.
—(Estoy cansado…)—Piensa Kyle entristecido—(Estoy cansado de sentir esto, porque no llegará a ningún lado, y ahora esta cita me hace creer que tengo una oportunidad...y eso es cruel).
Y es más doloroso porque Stan no se da cuenta.
—¿Kyle? Me empiezas a preocupar…
El pelirrojo levanta la mirada y toma un paso al frente, acercándose a Stan.
—Yo también quiero mejorar este año, tengo un montón de planes que veo tan...difíciles de lograr, y es tan jodidamente frustrante porque soy tan maldito orgulloso que no quiero desechar las metas que por obviedad no voy a cumplir...
Kyle toma los hombros de Stan, quiere sentir que están cerca, que su amistad es suficiente para ambos, pero uno de ellos debe retener el dolor, como una estaca que se incrusta cada vez más; cada año es así y entre mas crece, mas dificil es retenerlo.
—Kyle, eres de los que más se esfuerzan, no te rindes incluso cuando deberías, ¿que meta es tan complicada que te pone así?
—No puedo decirlo...es vergonzoso.
—No puede ser tan horrible, venga, dímelo.
—No puedo, no ahora que…(estás en paz y con ánimos).
—¿Quieres cometer un crimen?
—No.
—¿Quieres ser astronauta?
—No.
—¿Entonces qué?
—Tu...tu cambiarás, está bien así, no hay necesidad de hacerlo.
—Pero te pone mal.
—Está bien así, ya sabes, mi típico egoísmo.
—Deja de decir eso—El ceño de Stan se frunce—No puedes ponerte así para después no querer hablar de ello, estas siendo egoísta porque das por hecho mi reacción, quizás me lo tome bien ¿sabes?
—No te lo digo porque ahora estás bien, me preocupo por ti—Ahora Kyle también está molesto, sus manos todavía están en los hombros del pelinegro—Me preocupa que mañana vuelvas a encerrarte, melancólico y no queriendo hablar con nadie.
—No voy a hacer eso, quiero estar bien, y tú también debes estarlo, y si esta frustración no te lo permite, sácalo de encima, no puedes ni hablar de ello…
—No lo puedo decir porque no es lo que necesitas escuchar ahora.
—Pero tú necesitas decirlo, por favor Kyle, deja de pensar en mí y hazlo por ti.
Kyle duda unos minutos, está frente a la persona que lo ha hecho suspirar toda la vida. Enterró ese sentimiento, logró olvidarlo unos años pero justo cuando creía que había sido una fase, se incrementa y hasta el día de hoy no ha parado.
¿Qué tan horrible sería decirlo en voz alta? ¿Stan se irá lejos cumpliendo su mayor terror? Incluso de niños, Kyle se había hecho la idea de que estaría mal confesarlo.
Maldita sea, si estaba dispuesto a decírselo anoche, ¿que ha cambiado?
—Stan, solo dime que...no te comerás la cabeza con lo que estoy a punto de decir.
—Bien, lo prometo.
—Okey...es difícil, ¿de acuerdo? Haz las preguntas necesarias cuando termine.
Kyle procede a seguir los pasos que tenía pensado ayer. Lo primero es soltar a Stan antes de que comience a agitarlo mientras grita “¡te quiero!”.
—Entonces, ¿qué pasa?—Pregunta el pelinegro.
—No quiero alterar nuestra amistad, pero dado en que verdad quieres saber y también yo quiero decirlo pues aquí estamos…
—¿De acuerdo?
—Stan...yo...ah…—Y así fue como el cuerpo de Kyle comenzó a temblar y su cara se enrojeció—¿Hace calor o soy yo?
—Estamos rodeados de nieve, ¿no te está ganando la hipotermia?
—No, es que...jaja.
—¿Kyle?
—Jaja, no puedo creer que esté a punto de decirlo.
—Empiezo a pensar que me trajiste aquí para cometer un crimen.
—Casi prefiero eso…—Respira profundo mientras trata de mantener el contacto visual—Stan...creo que tengo algunos pensamientos gays…
—Oh, pues, no tiene nada de malo.
—¡Y esos pensamientos van dirigidos a ti!
Silencio sepulcral. Un frío de tumba como si alguien acabara de confesar un asesinato.
—Oh…—Dice Stan mientras desvía la mirada, observando el lago—¿Eso...eso está bien?
—Eso no tiene que significar nada, ¿verdad?
—Kyle…—Stan muestra una sonrisa burlona—Los pensamientos gays siempre significan algo.
—(¿A qué se debe esa mueca?)—Y el nerviosismo de Kyle aumenta cuando es Stan quien se acerca más—¿Te estás burlando?
—No, es que...no puedo evitar sentirme halagado.
—No lo entiendo.
—Si te hace sentir mejor...eh…—Stan pone la mano en su nuca—No eres el único…
—Si, ya se que eres homosexual, lo has demostrado varias veces.
—Pero es por tu culpa.
—¿Eh?—Stan se acerca a Kyle y pone una mano sobre su hombro—¿Stan…?
—No había descubierto mi orientación hasta que te conocí, así que es tu culpa.
El contacto visual provoca que Kyle quiera salir corriendo, pero al mismo tiempo un fuego se extiende por su cuerpo; así que toca la mejilla de Stan. No puede creer que esto por fin suceda.
—Stan...lo que pienso de ti es más que saber que no sólo me atraen las mujeres—Kyle sonríe cálidamente—Pienso que en verdad me importas y me frustras, no tengo idea qué carajos pasa por tu cabeza a veces pero…
—¿Pero…?—Las mejillas de Stan también se tiñen de carmesí.
—Pero lo que siento por ti es más que un simple pensamiento.
Stan no tiene palabras para responder, así que permite que Kyle siga hablando.
—No quería decirlo porque sé que no estás listo para estas cosas.
—Mejor dime que es lo que tu quieres.
—Quiero...quiero que sigamos siendo amigos...
—Sé sincero conmigo—Stan levanta la barbilla de Kyle con una mano—¿Qué es lo que realmente quieres, que piensas que es tan difícil?
Lo mismo que ha querido desde hace tiempo, ahora debe tener el coraje de tenerlo.
—Quiero que me correspondas…—Kyle intenta retener las lágrimas—No quiero verme como un desesperado pero en verdad me vendría bien que...seamos algo mas.
Stan sonríe dulcemente y se inclina, rozando sus labios con los del pelirrojo, cortando la respiración de este.
—Kyle, está bien, puedo hacerlo.
—¿Tu...sientes lo mismo por mi?
—¿Porqué no lo descubres?
Kyle toma el rostro del pelinegro y por fin lo besa. En una acción demuestra todo lo que ha sentido por su mejor amigo.
Alegría, temor, nervios, sorpresa y un profundo alivio son los sentimientos que siente Kyle Broflovski cuando besa al pelinegro. Sintiendo una calidez aún mayor cuando Stan lo abraza por la cintura; permaneciendo unos minutos besándose.
—Stan…¿desde cuando…?—Pregunta Kyle en un susurro.
—No lo sé, cuando éramos niños...hubo algo, no sé que fué pero hubo algo que hacía que sintiera algo distinto, pero no sabía que era, y cuando íbamos a la secundaria, aquel sentimiento me confundia demasiado.
Kyle no era el único con sus propias dudas que no sabía cómo encontrar respuesta.
—Y cuando supe que era, fué cuando salí del closet, tuve una revelación, y me conformé con eso.
—A mi también me hubiera venido bien un poco de retroalimentación, ¿y después?
—Pues…no quiero lastimarte pero…
—Ya no sentías nada por mi.
—Lo siento.
—No te preocupes, me pasó lo mismo, te vi como una faceta o una primera buena impresión.
—Pero cuando lo de Gary terminó, pensé que ya estaba todo perdido, y años después descubrí que no era así, puedo seguir con mi vida, puedo enamorarme, y no tiene nada de malo ¿verdad?
—¿Entonces estás listo? No quiero que comencemos nada si todavía…
—Kyle—Stan toma las manos del pelirrojo firmemente—Quiero intentarlo, no podría intentarlo con nadie más.
El pelirrojo tarda en procesar, pensando que es un sueño o una broma de pésimo gusto. Pero no, Stan sonríe mientras le propone aquello que había deseado con fuerza.
Muchas felicidades Kyle Broflovski, tu paciencia será bien recompensada.
—No quiero intentarlo—Kyle devuelve el gesto—Quiero lograrlo.
Stan responde con beso, abrazados y con las estrellas multicolor adornando el escenario. Kyle abraza al pelinegro por el cuello, estando lo más cerca que pueden, al separarse se miran a los ojos, con la misma sonrisa tonta que, por lo visto, no se irá en toda la noche.
(...)
—También los extraño—Dice Kyle mientras habla por teléfono—Ya dije que las próximas vacaciones nos veremos.
Mientras tanto Stan sirve dos copas de champán, no falta mucho para la lluvia y no puede evitar sonreír de gracia con la conversación que está teniendo Kyle con su madre.
Por primera vez en toda su vida, Stan y Kyle pasarán el año nuevo a solas, con la edad de veintiséis años.
—Si, está conmigo—Comenta Kyle—¿Que? No, nada de eso, no, no se lo he dicho…de acuerdo, gracias, feliz año nuevo a ti y papá.
Kyle por fin corta la llamada, guarda el móvil en el bolsillo del pantalón y suspira con cansancio. Stan se acerca y lo abraza por la cintura desde atrás, recostando su barbilla en el hombro del pelirrojo.
—No va contigo eso de suspirar con lástima—Dice Stan.
—Ya conoces a mi madre, siempre intenta opinar de todo.
—Parecía una conversación importante, parece que no le has dicho algo a alguien.
—No te preocupes.
—Primera regla: no guardemos secretos.
—Segunda regla: se permite cortar las conversaciones con besos.
Kyle se da la vuelta para besar al pelinegro mientras acaricia su rostro con suavidad.
—Ugh, me gusta y detesto esa regla—Comenta el pelinegro—No voy a sonsacar nada, ¿verdad?
—Confía en mí, todo a su tiempo—Kyle revisa su reloj—Falta poco, andando.
—¿Con dos copas nos bastará?
—Estás en racha ganadora, no caigas por una lluvia de estrellas.
Stan quería reprochar pero confía en su pareja así que deja la botella en la mesa. Ambos salen al balcón, hace un poco de frío así que se apegan un poco.
—Hoy es temporada de rojas—Dice Kyle con su copa en la mano—Aunque siempre me han gustado las azules, me recuerdan a un montón de cosas.
—¿Cómo que?
—Tus ojos…y el gorro que usabas cuando éramos niños, desde que tengo memoria los llevo relacionando.
Stan suelta un par de risas, normalmente hubiera bebido para desviar el halago, pero ha aprendido a aceptarlas, porque no tiene nada de malo sonrojarse con tu pareja, así seas un adulto que se enrojece como adolescente.
—Puede que tu seas bi, pero me ganas siendo gay—Responde Stan antes de entregarle un beso rápido en los labios del pelirrojo—Ese tipo de comentarios…me hacen demasiado bien.
La lluvia, como ya deberían saber, comienza. Múltiples deslices de distintos colores, mientras la pareja se toma de las manos. Stan no se considera alguien cursi, nunca ha sido bueno cumpliendo ese papel, al contrario de Kyle, quien siempre tiene las palabras adecuadas para todo.
Pero en este momento, en este pequeño espacio de realidad, Stan sabia que decir para dejar a Kyle sin palabras.
—Te amo…—Dice Stan en voz baja.
—También te amo.
Se dijeron “te amo” a dos semanas de iniciar su relación el par de maricones enamorados. Fueron otras palabras las que hicieron que Kyle olvidara como respirar por unos segundos.
—Deberíamos casarnos—Dice Stan con una sonrisa burlona.
Kyle suelta un par de risas mientras guarda la mano en el bolsillo, donde una pequeña cajita de terciopelo con un anillo dentro espera su debut.
—¿Deberíamos?—Pregunta Kyle—Maldita sea, deberíamos.
—Deberíamos, ¿qué te parece ahora?
—Mi madre se infarta si nos casamos sin ella presente.
—Tercera regla: no decidimos sobre los demás.
—Igual “ahora” es un poco pronto—Kyle tiene la fuerza de voluntad necesaria para lo que está a punto de hacer—Cierra los ojos.
—Bien, cerraditos—Stan obedece y siente cómo el pelirrojo toma su mano—¿Debería preocuparme?
—Eso lo decides tú—Desliza el artefacto a través del dedo anular del pelinegro.
—¿Es un condón?
—No—Kyle suelta una risa—Abre los ojos.
Cuando Stan obedece, un anillo plateado con una pequeña joya azul celeste lo saluda, al mismo tiempo en que la lluvia se detiene, concluyendo el año.
—¿Existe mejor manera de terminar el año?—Dice Stan con una tímida sonrisa—Acepto.
Kyle se acerca para besarlo, mientras los dedos de Stan se entrelaza en sus cabellos, provocando que el beso sea más apasionado.
—Feliz año nuevo Stan…—Dice Kyle entre los besos, y Stan responde con una risita.
—Recuerda esta fecha como aniversario—Responde Stan antes de que se vuelvan a besar—Feliz año nuevo, Kyle.
El mágico momento continuó hasta el amanecer
*
Siguiente parte: epílogo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top