¿Qué me estás haciendo?

Capítulo 26

Elisa

Nerviosa es quedarse corto. Me siento realmente abrumada ante tanta gente y eso que sólo estamos reunidos aquí los miembros de la realeza de los seis bloques. Nos hemos colocado en una de las aulas que utiliza el club de debate. Una gran grada de pupitres en semicírculo rodean un altillo con ocho atriles de madera oscura ahora ocupados seis de ellos por los reyes. Veo que Adri me giña un ojo, incluso desde tan lejos puede notar lo nerviosa que estoy.

Me sorprende mi propio comportamiento debido a la poca cantidad de personas que hay realmente. Al parecer nuestro bloque debe ser el único que sólo tiene herederos porque en los otros hay mínimo tres infantes a parte de los sucesores al trono. Calculo que en total seremos unas treinta personas sin contar a los reyes.

Estoy sentada en segunda fila. A mi derecha está Fer concentrado en los movimientos de Raúl, con su mano tentadoramente cerca de la mía. Contrólate Elisa, tú estás con Carlos. Un par de chicas a mi izquierda evalúan a los pretendientes que tienen a su alcance como infantas. Sin embargo fijan demasiado la mirada en Fer... Un segundo, ¿estoy celosa? No, él es sólo un amigo. Uno que se preocupa por mí, que me ayuda a quitar y ponerme la ropa... ¿Pero por qué narices estoy pensando eso? La aparición de una chica por las puertas me distrae. Es alta, creo que de último año, pelirroja y con apariencia de noble. Se acerca a uno de los dos atriles vacíos y se aclara la garganta.

-Buenas tardes, soy Claudia y hoy seré quien medie en los acuerdos entre reinos- dice y automáticamente todos se callan.

-Empezaremos por el enlace de los infantes- dice y trago saliva. ¿Enlaces? Esto no es bueno.

-Bloque uno- anuncia la pelirroja.

-No hay infantes- proclama Adri.

-Bloque dos.

-Una infanta y dos infantes.

Desconecto en seguida de la charla porque ver cómo discuten por un matrimonio ficticio y por puro interés no me gusta. Miro de reojo a Fer que a falta de concentración tamborilea con los dedos en el pupitre. Observo su perfil redondeado y de rasgos suaves que tanto me hizo perder la cabeza en un principio, bueno y ahora un poco también. Me fijo en su cuerpo. He de decir que ha cambiado en este tiempo y está más tonificado. Sinceramente eso le da un punto sexy a su favor...¿Pero qué he dicho?

-Solicito el enlace de mi tercera infanta con el heredero del bloque uno.

¿Que diablos acabo de escuchar?

-Perdón majestad pero un infante no puede enlazar con un príncipe- le recrimina Claudia.

-Déjeme aclarar que no hay infantes masculinos suficientes y una infanta queda descolgada- habla una rubia de pelo corto que identifico como reina del bloque cuatro- Además debido al traslado universitario de la princesa del bloque cinco un príncipe quedaría sin pareja y está claro que eso no puede pasar.

-¿Y por qué tiene que ser precisamente mi príncipe con tu infanta?- se queja Raúl molesto.

-Un segundo por favor- intenta mediar la pelirroja- Hagamos esto sin enfrentamientos.

Un revuelo de murmullos se forma entre las gradas. Todos quieren saber quiénes son los que están en juego. Miro a Fer y le noto nervioso.

-Eh, tranquilo- le digo acariciando esa mano que ha estado tan cerca de la mía- No tienes por qué preocuparte. Seguro que lo arreglan y si no la chica esa no puede estar tan mal ¿verdad?

-No dirías eso si supieses quién es esa infanta.

-¿Por qué lo...- no puedo terminar a causa de un pequeño chillido de las chicas a mi izquierda.

-Ay qué emoción. ¿Crees que al final Aurora conseguirá unirse con Fernando?- espera ¿qué? No será...

-Perdón pero ¿quién es exactamente esa Aurora?-les pregunto.

-Esa que está en la esquina.

Y confirmando mis temores veo a mi prima rodeada de chicas que la animan para lo que veo como su propósito salga adelante. Ahora comprendo el comportamiento de Fer. ¿Qué le pasa a mi prima con él? Si su propósito es hacer lo mismo que hace dos años no entiendo esa insistencia que tiene en salir cuanto antes con él. Es decir, ella lo que quiere es presumir de un noviazgo con Fer pero podría perfectamente contar que antes de estar en la universidad estuvieron juntos. Teniendo en cuenta el "séquito" de chicas que la apoyan se lo creerían sin cuestionar nada, incluso podría inventarse detalles para adornarlo todo un poco. Ahora pienso en lo que me ha dicho esta mañana y temo por ello. No puedo elegir entre los dos, son muy importantes para mí, cada uno de una forma pero lo son.

-Está decidido- interrumpe Claudia mis pensamiento con un golpe seco en el atril- La tercera infanta del bloque cuatro enlazará con el infante del bloque cinco.

Al escuchar aquello me lleno de alivio y suelto un gran suspiro. Me alegro de que Aurora no se haya salido con la suya. Vuelvo la mirada a esa esquina y la veo mirando con odio a Adri y Raúl. Aunque no he prestado atención al debate seguro que han estado espectaculares. Noto que Fer se ha relajado bastante al igual que yo. Algunas de las chicas que rodean a mi prima le observan abatidas por la batalla perdida porque sé perfectamente que no le hemos ganado la guerra.

Ahora pasan a los herederos y en este momento desaparece toda relación entre secciones masculina y femenina de cada bloque. Quiero prestar atención pero la vibración de mi móvil me distrae. Es un mensaje de Bea.

"Eli necesito tu ayuda, es importante. En cuanto salgas ven por favor"

¡Oh no! ¿Qué le habrá pasado? Tengo que ir en seguida pero no puedo salir de la reunión. Cuando vuelvo a concentrarme en el frente ya están hablando de los bloques cinco y seis. Wow, si que me he distraído mucho. Miro a Adri para ver si puede decirme lo que ha pasado pero sólo me mira con una amplia sonrisa. ¿Qué me he perdido? Enseguida terminan los acuerdos y todos comenzamos a salir, yo bastante rápido debido a la preocupación por mi amiga. Antes de salir me cruzo con Adri pero tengo tanta prisa que no le hago caso cuando intenta hablar conmigo (y eso que necesito hablar con ella). Decido atajar cruzando un par de aulas. Doblando una esquina algo, más bien alguien, me detiene cogiendo mi brazo.

-Vaya, vaya. Parece que alguien ha tomado la delantera y ha escogido por ti- dice a mi espalda una voz femenina muy familiar (nunca mejor dicho).

-¿Ahora qué quieres Aurora? Tengo prisa- digo intentando zafarme del agarre que ejerce con su mano. A su lado está la morena de ojos verdes.

-Espero que sea para romper con Carlos.

-¿De qué hablas? Todavía no he escogido a ninguno.

-Es evidente que te han quitado ese problema- me dice la morena.

-¿Quién?- pregunto mirando de reojo al reloj del pasillo, tengo que irme.

-Al hacer tu enlace con Fernando oficial ya no hay nada que debatir. Carlos está fuera.

¡¿Qué?! Al final lo han hecho, me han enlazado con Fer. Sabía yo que había una razón de peso por la cual casi soy arrastrada a la comida. Ahora sí que es importante que hable con Adri.

-Pero yo no he tenido nada que ver en eso.

-Ese no es mi problema- me dice mi prima autoritaria- La elección está hecha.

-¡No! Por favor, no me obligues a dejarle- le suplico mirándola a los ojos.

-Bueno, hay otra opción- me dice pensativa.

-La que sea, todo menos eso.

-Sólo te acercarás o hablarás a Fernando en actividades o eventos reales. El resto del tiempo él será mío y Carlos tuyo.

No podía permitir que la mala pécora de mi prima saliese con Fer. Tampoco podía dejar a Carlos así sin más... No quiero perder a ninguno de los dos.

-Eso... No puedes prohibirme hablar con él.

-¡Ey! Se me ha ocurrido algo- salta la morena.

Se acerca al oído de Aurora y le susurra algo que la hace sonreír.

-Tendrás que ofrecerte para ayudarles a los dos con su prueba de inicio al canto- empieza a decir- Da la casualidad, y lo digo en serio, de que les ha tocado a los dos juntos pero como tercero tienen que traer a alguien ajeno a la rama musical.

-¿Y eso qué hará?- pregunto confusa.

-Tendrás que ser esa "mano inocente" que saque la canción que tengan que cantar asegurándote de que salga esta- de un pequeño bolso de mano negro saca un bolígrafo y una libreta donde escribe algo y luego arranca la hoja- Al terminar la canción se elige a uno pero tú lo harás de verdad.

Extiende su brazo y me entrega el papel. No, esta canción no.

-Pero esto es... cruel. No sólo me obliga a decir que me gustan los dos sino que además diría que engaño a uno con otro.

-¿Y acaso no lo has hecho ya?- me dice Aurora en el oído- Pobre Carlos, se da la vuelta y ya te estás besando con otro.

Me quedo blanca. Dios, me ha visto besarme con Fer. Se da media vuelta para marcharse pero la detengo.

-No puedo coaccionarles para que me escojan como su apoyo ni tampoco amañar el sorteo de la canción y arriesgarme a una sanción por un simple capricho tuyo.

-No me importa tu opinión al respecto ni las consecuencias, eres tú quien lo hará todo no yo- dice comenzando a caminar- Y si no lo haces sufrirás las consecuencias.

Las dos se van caminando por el pasillo hasta que la morena se para.

-Por cierto tienes prohibido contarle esto a alguien o lo pagarás caro.

Finalmente se marchan riendo mientras las pierdo de vista por el final del pasillo.

No puedo hacer eso. En esta maldita canción prácticamente se tienen que pelear por mí cuando es Aurora la que mataría por estar con alguno de ellos. Es injusto. Me acerco a la pared y comienzo a llorar a la vez que me deslizo hasta el suelo. Abrazo mis piernas y escondo la cabeza entre ellas. Todo esto es demasiado. ¡Por Dios, que sólo es mi segundo día en la universidad! No quiero ni imaginarme el resto del cuatrimestre y mucho menos el año entero. Creo que mi corazón va a estallar de tantas emociones. Amor, tristeza, miedo, preocupación, deseo, frustración. Necesito liberarme de todo este dolor que siento en el pecho. Puede que volver a los viejos tiempos sea buena idea... No. Provocaría demasiada preocupación en Bea, ya tuvo que soportar mucho cuando empecé hace siete meses viendo que no podía hacer nada para impedirlo. Menos mal que encontré una salida en Carlos, una vía de escape a ese sufrimiento, un apoyo en definitiva. Es fácil sucumbir a la llamada de la autolesión cuando sientes que ya no te queda nada. Al conocerle fue como un salvavidas que me libró de ahogarme en mi propio dolor interno. Oh no, ahora me estoy poniendo las cosas más difíciles. ¿Por qué tendría que tener una prima tan retorcida, egoísta y caprichosa? El destino es cruel con quien menos se lo merece.

-Elisa, ¿qué ha pasado?- genial, no podía ser otra persona.

-¿Qué haces por aquí todavía Fer?- digo sin levantar la cabeza.

-Me ha pedido Adri que te buscara. Has salido corriendo de la reunión sin decir nada.

Es cierto. ¡Tengo que irme con Bea!

-¿Por qué lloras?- dice agachándose a mi altura- No tendrá algo que ver con la reunión ¿no? Porque si es por el compromiso puedo pedir a...- no dejo que termine.

-No es por eso Fer- aunque en realidad ha sido un poco el detonante de esto- No te preocupes.

-¿Cómo que no me preocupe? Te encuentro aquí acurrucada contra una pared llorando a lágrima viva y ¿pretendes que te ignore?

Simplemente levanto la mirada para ver sus ojos verdes fijos en los míos y me abalanzo a él para abrazarle. Se queda rígido al principio por lo repentino del gesto pero en seguida se relaja y me abraza con dulzura. Me deslizo entre sus brazos hasta acostarme en su regazo mientras lloro y él me acaricia el pelo delicadamente. Sus rítmicas caricias hacen que me tranquilice y poco a poco deje de llorar.

-Mi vida es muy injusta- consigo pronunciar entre los últimos sollozos.

-¿Por qué dices eso?

-Sencillamente es así.

Fer no contesta, sólo sigue acariciándome con suavidad. Se preocupa mucho por mí, puede que demasiado. Últimamente está a mi lado en los malos momentos y se lo agradezco pero no sé si es bueno todo esto. Sinceramente sólo logra que me confunda aún más.

-¿Por qué tienes que ser tú quien recoja mis pedazos cuando estoy destruida?- le digo ya sin lloros- Mira que podía haber pasado cualquier otra persona esta mañana o ahora mismo pero has tenido que ser tú.

-Puede que el destino quiera que cuide de ti y no te deje sola.

-O puede que te hayas vuelto un acosador y me estés siguiendo a todas partes- contesto divertida.

-Umm pues puede que este acosador que ya te ha encontrado tenga pensado torturarte un poquito y así sacarte una sonrisa- levanto la cabeza para mirar sus ojos con una pizca de diversión y sabiendo qué es lo que va a hacer.

Sin que pueda defenderme comienza a hacerme cosquillas y sólo puedo retorcerme en el suelo mientras río sin parar. En un momento consigo escapar de sus brazos y me levanto para huir corriendo con él detrás mía. Salimos por las puertas del edificio y me doy cuenta que ya es de noche. Vaya, sí que ha durado la reunión. Corro por el césped del campus sorteando merenderos y árboles basta que Fer me atrapa por la cintura mientras río. Caemos a la hierba y rodamos un par de veces quedando finalmente él encima mía con los antebrazos apoyados a ambos lados de mi cabeza.

Miro sus ojos y él observa los míos mientras seguimos exhaustos por la carrera. Algunas gotas de sudor caen por su frente y el pelo ha quedado alborotado. Está bastante sexy así, he de reconocerlo. Su sonrisa inconfundible y dulce encaja en sus preciosos labios rosados. Por un momento me doy cuenta de que quiero besarlo, igual que ayer y que hace dos años. Parece leer mis pensamientos y se agacha para besarme mientras yo poso mis manos en su nuca. Juntamos nuestros labios en un apasionado beso. La adrenalina de la persecución hace que subamos de rapidez e intensidad en seguida. Se convierte en una guerra de besos salvajes, una lucha de nuestras lenguas por entrar en la boca del otro y hacerla suya. Sus besos pasan de los labios a mi cuello provocando una extraña sensación que llega a lo más profundo de mi ser y hace que emita un leve gemido. Deja una reguera de besos desde la parte de mi hombro derecho descubierta por el vestido hasta justo debajo de mi oreja donde muerde el lóbulo. Sin poder hacer nada para reprimir los gemidos tiro fuerte de su cabello sabiendo que de mucho no sirve. Continúa con el izquierdo mordiendo entre medias y terminando el camino en la comisura de mi boca. Paramos para realizar algo tan simple como respirar con normalidad. Tengo los ojos cerrados y estoy intentando recobrar la compostura.

-Fer, ¿qué me estás haciendo?- consigo articular entre bocanadas de aire.

-Más bien debería preguntarte yo a ti- dice juntando su frente con la mía- Intento controlarme pero me es difícil teniéndote tan cerca.

Suspiro ante sus palabras.

-No creo que pueda decidir- murmuro.

-¿Decidir?

-Son cosas mías.

Nos quedamos en silencio con nuestras frentes unidas y recobrando por fin el ritmo cardíaco normal. Sigo con mis brazos en su cuello y él sostiene entre sus manos mi cabeza. Me siento cómoda así. El sonido de un par de risas femeninas en un camino no muy lejano nos hacen despegarnos y que al fin abra los ojos. Están lo suficientemente cerca para ver nuestra posición pero debido a la noche y la falta de iluminación en los jardines no pueden distinguir quiénes somos. Fer se levanta un poco pero yo no suelto los brazos de su cuello, lo que le provoca una risilla.

-Um, veo que no está por la labor de levantarse. ¿Le gustaría a su alteza que la llevase hasta sus aposentos?

No puedo evitar sonreír ante tal actuación.

-No estaría nada mal. Estoy cansada de tanto correr.

Pasa un brazo por mis piernas y el otro por mi espalda para cargarme en ellos.

-La verdad, sí que has corrido mucho hoy- me dice sonriente, sólo asiento con la cabeza y la apoyo en su pecho. Es cálido y confortable. Mientras andamos escucho el latido de su corazón un poco más acelerado de lo habitual pues no nos hemos recuperado al cien por cien. Llegamos al bloque y me deja en el suelo pero coge mi mano y nos lleva al ascensor. Por suerte está parado aquí y en cuando aprieta el botón se abren las puertas. Entramos y pulsa la tercera planta. Durante la subida coloco mi cabeza en su hombro y él posa un suave beso en mi pelo. Cuando para en la planta esperamos sin pulsar todavía el botón que abra alguna de las dos puertas. El sonido del reloj principal dando la hora llega a nuestros oídos. Una, dos, tres campanadas. Continúa hasta dar las doce.

-Como Cenicienta, la magia termina a medianoche- le susurro apenada.

-Sí, pero este príncipe va a despedirse de su Cenicienta.

Con un rápido movimiento me gira y cogiendo mi rostro con sus manos me planta un beso en los labios. Suave, pero intenso. Se separa de mi y aprieta el botón de mi puerta.

-Buenas noches mi princesa- se despide cogiendo y besando mi mano.

-Buenas noches mi príncipe- respondo saliendo del ascensor que segundos después cierra sus puertas.

Continuará...

Hola mis lectores:

Siento muchísimo haber tardado tanto en escribir pero la vida no me da para más. También me disculpo por provocar esos pequeños infartos en algunos de vosotros por la broma del Día de los Inocentes (es que tenía tantas ganas de hacer algo así). Si no me equivoco os prometí un maratón y bueeno... digamos que no será muy factible ya que hay un librito llamado El Quijote que tengo que leer para el mes que viene y acabo de empezarlo, otro filosófico que no es que me entusiasme leer y recuperaciones para las que estudiar. Por ahora os dejo este capítulo que espero disfrutéis y por favor ¡manifestaos! Que bien cuando las cosas se ponen feas lo hacéis pero ¿qué hubiese pasado si no llego a hacer esa broma? Bueno, no importa. Con tal de que leáis es suficiente para mí.

Dedico el cap a mi coescritora MissPalabros que está malita. ¡Muchos ánimos!

Un abrazo

Sophie_land_Elsa

PD: Os saldrán cuatro actualizaciones de capítulos pero dos de ellas son laa introducciones de la novela y de la segunda temporada que no existían.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top