Capítulo 4.
(Desde aquí ningún capítulo está editado, y seguramente se encontraran con una gran cantidad de cosas sin sentido, mal redactadas o con faltas ortográficas. Perdón por eso xD)
Capítulo 4. Hogsmeade se vuelve un campo de batalla.
La única cosa que los alumnos de tercer año para arriba añoraban más a principio de año (Además del primer clásico de quidditch Slytherin-Gryffindor) era visitar Hogsmeade los fines de semana.
Aquella no iba a ser la primera visita de Meredith, pero un cosquilleo en su oreja le decía que iba a ser genial.
Miro a través de la ventana de su habitación, ni siquiera empezaba el otoño, pero se podía sentir el clima fresco. Los alumnos ahi abajo se amontonaban alrededor de la directora McGonnagall y el profesor Flitwick se perdió entre los chicos.
Ya iban dos semanas de clases, el siguiente viernes era la primera ronda de la competencia, ya había entrenado muchísimo, aún sentía las rodillas temblorosas.
Lily salió del baño con cara de pocos amigos. Tenía uno de esos cacharros muggles para depilarse. Al parecer no le fue muy efectivo.
—Es una condenada mierda—Dijo furiosa y lo lanzo a la pared, este se rompió al contacto—Mala calidad, ¡Me corto mis bonitas piernas!
Subió su toalla un poco, mostrando las cicatrices recién hechas.
—¡Ahora tendré que ir con pantalones!
Meredith soltó una carcajada—No se de que te quejas, hace frío y es mejor ir con pantalones.
Lily la ignoró y se puso sus jeans con una expresión de dolor auténtico. Su mejor amiga no podía dejar de reír.
—Ya vámonos.
Bajaron a la media vacía sala común. Niños de primer y segundo año hacían sus tareas con cara de aburrimiento.
—Aww recuerdo los momentos en los que pasaba mis fines de semana con la tarea—Meredith fingio ternura acariciando el lacio cabello de un chiquillo—Eran tan... Aburridos.
—Mejor ya vete, Greengrass—Le espetaron todos a coro y ellas se fueron riendo.
En las puertas se encontraron con Lucy y Molly. Se saludaron y siguieron el camino hablando de cosas triviales. Como, ya saben, que los elfos se enfadaron con Stefan Krum y pusieron popo de ratón en vez de chispas de chocolate en su pastel. Una gran historia para contar a sus hijos.
Un chico se les unió a medio camino, les sonrió a todas y dijo un alegre—Hola, ¿Qué tal?
—Hola Alex—Respondieron—Todo bien.
Alexander Parker termino siendo un tipo de lo más guay, era gracioso y muy ocurrente. No te podías aburrir con él.
—Comienzo a pensar que el hecho de que te juntes tanto con nosotras es para sacarme ventaja—Le dijo Meredith con una expresión seria de broma—¿Cuál es tu plan? ¿Poner drogas en mi juguito de manzana?
Alex la miro seriamente y luego dijo—En realidad solo iba a matarte... Pero el juguito de manzana suena interesante.
Llegaron riendo jungo a McGonnagall, toda esa larga fila había desaparecido, era la hora en la que los mayores civilizados se acercaban a entregar sus permisos.
—IDIOTA AL SUELO—Grito Fred mientras empujaba a Frank y a James en medio de su carrera. Ambos cayeron y cada uno tomo un tobillo del pelirrojo, haciendole caer igualmente—¡Directora Minnie!—Chillo dramaticamente alargando su mano—¡Ayuda!
—Weasley, Longbottom... Potter—Habia cierto enojo en su tono—¿Qué se supone que hacen?
—Ir a Hogsmeade—Sonrio tímidamente Frank.
—Me disculpan, pero aún no olvido lo de los inodoros—Se cruzó de brazos mientras ellos reian por lo bajo—No tienen permitido ir.
—¿Que?—Las risas cesaron.
Las chicas, tras Minerva, le hacían gestos de burla. James movió las cejas mirando a Meredith y ella, de forma disimulada, le enseño su dedo corazón en todo su esplendor. Rió bajito y Fred lo miro mal.
—¿Por qué tanta maldad, Minnie?
—Primero, soy directora McGonnagall. Segundo... Hable con sus padres, necesitan algún tipo de castigo. Estuvieron de acuerdo con que no vayan por al menos tres semanas.
Sus mandíbulas cayeron y se arrodillaron pidiendo misericordia.
—Por favor, Di-rec-to-ra Mc-Go-nna-Gall—deletrearon.
Lily paso al frente con una sonrisa satisfecha—He aqui mi permiso, directora.
Ella tomo todos los permisos de las chicas y al ver a Alex sonriendole dulcemente, fruncio el ceño.
—Señor...
—Parker.
—Me temo que usted tampoco puede ir—La sonrisa se le borro del rostro—Su director lo dejó en claro, esta castigado igualmente.
Los merodeadores rieron hasta caer en la cuenta que estaban en las mismas.
—Vayan a las carrozas—Les dijo a las demás —Que ya es tarde.
*****
—JAJAJA ¿Viste sus rostros? Fue épico —Reia Lucy entre cada bocado de grageas.
—Enserio Roxy, debiste estar ahi—Meredith la rodeo por los hombros —Tu hermano estaba desdichado.
—Mmm, amo que este desdichado.
—Ay pero que mala.
Se voltearon lentamente para encontrar cuatro sonrisas ganadoras. Alex y los merodeadores de alguna manera terminaron ahi.
—Lo supuse—Bufo Meredith rodando los ojos.
—¿Cómo lo hiceron?—Molly se veía enfadada y tenía las manos en su cintura, tal como lo hacia su abuela cuando se les daba un sermón—Esto malo, muy malo, están castigados, deben asumirlo. Me decepcionan.
—Lo-lo siento—Dijo Frank inmediatamente con las mejillas rosas.
Molly se sonrojo igual y bajo la vista.
—Que dominado—Susurro Fred—Bueno, supondre que esto quedará entre nosotros.
Lucy lo desafió con la mirada—¿Por qué?
—Porque, de lo contrario...—Codeo a James.
—Quedaran como unas chismosas.
—Y nadie quiere a las chismosas—Finalizo Alexander.
—¿De verdad le estas pidiendo a Molly Weasley que le mienta a la directora? —Chillo Lily—¡Ella es una bomba de tiempo cuando debe mentir! Con nosotras ni fu ni fa, la verdad no interesa... Pero Molly...
—Estoy junto a ti—Murmuro camuflada entre su rojo cabello.
—Ya se.
—Bueno, olvidemos que esto paso y cada quien por su camino—Propuso Alex.
—Esta bien—Dijeron a coro y se separaron.
Lily y Lucy se dirigieron a una tienda de artículos de quidditch, Fred y Frank fueron a la floristería (Presiento que debía ser al revés) Molly al boticario, Alexander simplemente desaparecio. James siguió a Meredith como perrito faldero.
—Ahora me pregunto... ¿Todo va a cambiar entre nosotros?—Preguntó poniendo sus manos en sus bolsillos.
—Claro que no—Evito mirarlo e intento alejarse. Estaba nerviosa.
—Yo siento que ya esta cambiando... Tan solo fijate en que estas desesperada por alejarte de mi.
Percibió su tono de víctima y dejo de caminar, se volteo y lo miro, dio un paso atrás al notar que estaban demasiado cerca de la zona de amigos (Por favor, es obvio que esa zona fue violada hace tiempo)
—Lo siento... Es raro.
—Todo contigo es raro... Auch, no seas violenta.
—No seas idiota.
Le sonrió. Ella también.
—No puedo evitarlo, una vez dijiste que como uno nace, así se queda.
—Y tu naciste idiota.
—Exacto—Le dio un toquecito en el hombro con el dedo índice —Entonces... ¿Todo bien?
—Lo repito, James—Se sonrojo—Es raro... Ni siquiera se porque diablos lo hicimos.
—Porque queríamos... Siento que es otro temita más fuerte hablando así, supongo que es mi mente sucia—Exclamo preocupado.
Ella se sonrojo aún más.
—Entonces no fue algo serio.
Silencio. James se le quedo mirando, pensativo.
—Vamos, responde, ¿Fue un juego?
—¿Si?
—Eso no suena muy seguro —Rio nerviosa.
—¿Fue un juego para ti?
Sus ojos le estaban quemando la cara (Literalmente en llamas) Había tantas cosas dentro de ellos, tantas que era imposible leerlas. Se le ocurrió usar legeremancia para leer su mente y así no meter la pata, pero estaba tan idiotizada que simplemente respondió con voz retrasada.
—...Ajá.
—No creo que eso sea una respuesta.
Dejo de babear por un momento.
—Pues es mi respuesta, James, ya me quiero ir.
*****
Tal vez sacarse a Potty Mayor fue un poco difícil, cuando él se proponía a sacar a relucir los pensamientos de los demás, en realidad se esforzaba. Pero al final lo perdió al entrar en una tienda de libros que se había abierto hace poco.
Lanzó un largo suspiro y se recargo en el estante de "Libros fantásticos muggles" cerrando los ojos. Diablos, maldijo interiormente, me pone muy nerviosa.
"Que lindo" ironizo Andy "Te trae loquita"
No molestes, bufo con enojo, yo soy una loca hermana, no me trae loquita.
"Si eso te deja dormir..."
La ignoro y abrio los ojos, "Peter Pan" decía la tapa del libro ante ella. Le llamo la atención, lo sintió familiar, tomo el libro y lo abrió.
Le costo juntar las letras en el orden correcto para poder entenderlas, pero lo logró.
"Todos los niños, menos uno, se hacen mayores..."
¿Y si Peter Pan entrara por la noche en tu habitación y perdiera su sombra? Eso le ocurrió a Wendy y así comenzó la aventura más maravillosa que ella, John y Michael pudiera haber soñado nunca...
Eso le encantó, decidió comprar el libro. La chica que trabaja alli la miro extrañada de que haya elegido un libro para niños, pero no dijo nada aparte de 'Gracias por su compra'
Salio de allí dispuesta a una cosa, lo leería, ella sola, sin ayuda, terminaría el libro de una forma u otra.
Se quedo muy quieta al llegar frente a las tres escobas, justo enfrente, se libraba una batalla campal... Con helado de menta.
*****
Todos se preguntaran, ¿Cómo diablos terminaron con los calzones llenos de helado? Bueno, todo comenzó cuando se separaron cada quien por su lado...
Después de ir a ver a la nueva escoba del mercado (La estrella fugaz 3000) Lily y Lucy se dirigieron a la heladería estilo muggle que estaba frente a las tres escobas, era como una casa rodante y atraía la atención de muchos. Que importaba si hacia 0°, el lugar era cool y el helado es delicioso.
Parecía pequeño por fuera, pero dentro era enorme, muchas mesas, sillas, como si entraras a un antro legal para Ositos Cariñositos del helado.
—Oh, Molly—Llamo a su hermana al verla en la larga fila para ordenar. La chica se arreglo los lentes y fingio que no la oyó —Oye, no seas así... ¿Me compras uno de vainilla?
—Y a mi uno de chocolate—Chillo Lily.
—Eso no, Lilian—De alguna forma Rose se materializo junto a ellas—Demasiado chocolate en tu sangre no es sano para nadie.
—Por favor, Rose, no seas aguafiestas—Se recargo en su hombro.
—Aquí no hay fiesta que aguar—Dijo burlona.
—Ja ja, ay mira que chistosa la Weasley...
Las sonrisas desaparecieron, si, así de mágica era la presencia de Narcissa Malfoy.
—Nadie te llamo, Malfoy—La enfrentó Lucy.
La rubia puso cara de ofendida—Y a ustedes nadie las llamo para atrasar la fila, queridas.
Las empujo y paso de ellas.
—Oh no, Malfoy, es nuestro lugar—Lily la tomo del brazo y la saco de la fila—Respeta un poco, será difícil sabiendo quien te "educo". Pero deberías saber que es el respeto tan siquiera.
La Slytherin enrojecio de ira—¿Acabas de insultar a mi padre?
Este debería ser el momento en el que una chica civilizada dice " No, me has malinterpretado, yo solo decía que debías quedarte en tu lugar" Pero, como lo dijo Albus, Lily Luna no era civilizada, Lily Luna era explosiva e impulsiva.
—Si te queda el zapato.
Una cosa llevo a la otra, el pobre camarero que llevaba una gran dotación de helado de menta para la mesa cinco donde había una cumpleañera fue atracado, las tazas de helado se vaciaron sobre el cabello de Lily. Ella tembló de rabia y de frío, tomo el helado que cayo al suelo y se lo puso en el brasier de Narcissa.
Ella salto y chillo que era una maldita mestiza.
No debió hacerlo.
Helado de menta para todos, de forma literal. Molly en un intento de calmarlas termino con el trasero congelado, por lo que corrió hacia la salida y para su mala suerte, Narcissa y Lily la siguieron. Tenían sus varitas en alto y hacían que el helado vuele de una a la otra.
Una vez fuera muchos fueron a ver que sucedía... Bueno, lo hicieron porque un chico Gryffindor inmaduro comenzó a gritar "Pelea de gata y serpiente, pelea de gata y serpiente"
—¡Tu padre es un asqueroso mortífago, Malfoy!
—El tuyo es un maldito adicto a la fama.
—Arrepientete—Le salto encima y cayeron una sobre la otra.
Comenzaron a forcejear en el suelo. Es ahi donde Meredith se abre paso en la escena.
Ver a su media hermana y a su mejor amiga en el suelo dandose patadas y cachetadas no era una escena que quería recordar por toda su vida, por lo que corrio hacia ellas.
—Oigan, señoritas, calmense... Oh dioses, sone como la directora McGonnagall—Se tapo la boca sorprendida—Bueno, pero deben calmarse.
—Inmobilus.
Albus apareció de la nada con una bolsa llena de ingredientes para pociones. Se notaba enojado y sus gafas estaban en la punta de su nariz, a punto de caer.
Scorpius caminó empujando a la gente hasta llegar junto a él.
—¿Qué diablos hiciste, Potter?
—Callate y llevate a tu hermana—Le gruño guardando su varita. Miro a su alrededor, la multitud seguía ahi, estática —¿Y ustedes que miran?
El rubio tuvo que mover un poco a Lily para sacar a su inmóvil hermana. Albus le pidió el favor a Meredith de que sujetase con fuerza de la pelirroja. Así lo hizo.
—Finite incantatem.
Narcissa y Lily jadearon y estiraron sus garras dispuestas a seguir. Pero Scorpius se llevo a su hermana de ahí lo más rápido posible mientras Albus se acercaba a Lily severamente.
—¿Por qué lo hiciste?
—Ella empezó —Se defendió sin éxito.
—Pues no debiste seguir... Lily, eso es inaceptable —Suspiro—Debes comportarte, no puedes ir por la vida golpeando a quien te caiga mal.
Meredith se sentía medio fuera de lugar allí, pero aún no sabía como irse ya que Lily se recargaba en ella como si fuese una mesa de algún bar.
—Puedo pero no debo—Se rió pero al notar a su hermano más que molesto, rodo los ojos—Bueno, intentare no volver a hacerlo.
—Intenta con ganas, por favor.
—Bueno.
Si antes era incómodo, ahora que tenían un abrazo estilo sándwich con Lily en medio, era peor.
—Bien, todos hemos aprendido algo hoy—Dijo con la mejilla sobre la nuca de su amiga—El helado de menta es muy útil cuando intentas matar a alguien.
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