Capítulo 24.

Capítulo 24. Rompe la sorpresa.

Sentía un horrible dolor de cabeza. No quería abrir los ojos. Deseo poder dormir por la eternidad. Pero el dolor no le dejaba.

Sabía que tenía que levantarse en algún momento. Y quería alargar su estadía en la camita. Era calientita y te hacía sentir segura.

Alguien le sacudió suavemente. Lily no era, porque Lily es bruta. James menos, él duerme hasta que se ahoga con su saliva. ¿Quién sería tan amable como para despertarla casi sin apu...?

-¡No jodas! ¿Quién mierda me tira agua? -Chillo frotandose la cara.

Cuando al fin se acostumbro a la luz, deseo volver a dormir, y para siempre.

Poseidón estaba junto a ella con su tridente en una mano y un vaso en la otra. Le dedicaba una sonrisa.

-¡Hola hija!

-Ho-hola, pa... ¿Papá?

Le correspondió el saludo confundida. Él ¿Qué hacía allí?

-Vine a darte noticias. Tengo un tiempo libre.

-Jaaa que bueno -Se sentó avergonzada en la cama.

Su pijama no podía ser más infantil. My Little Pony se veía bien en la tienda, pero ahora...

-¡Andrómeda fue a visitarme! -Aquello parecía ser algo bueno para él-. Fue tan incómodo.

-¿Por qué? -Su corazón chismoso salió a la luz.

-Bueno, yo estaba con Tritón y Anfítrite...

No lo dejó seguir ya que estalló en risas.

-¡La hija de una de tus amantes fue a verte mientras estabas con tu esposa e hijo! Me hago pipí, que suerte que yo no estaba -Se aclaro la garganta-. Prosigue padre.

Él estaba mirando la mala cara. Parecía molesto, pero a la vez abochornado.

-En fin, Anfítrite se le quedó mirando, luego a mi, y gruñó semidiosa... Se fue. Tritón también se fue tras su madre -Dijo con las cejas casi juntas-. Maldito traidor hijo de mami...

-Si, como sea, ¿Y qué te dijo?

-¿Andrómeda? Intento matarme primero. Me grito canalla, idiota, traidor, hizo un desastre -Lanzo un gemido de dolor-. Me golpeo, entonces...

-Llego tu esposa y la mato -Abrió los ojos como platos y olvidando que era, tomo a su padre de los hombros-. Esa historia tiene un final realmente triste, pero no importa, de todas formas me encanta ser tu única niña.

-No, no fue Anfítrite, fue Tyson. Y no hagas eso -Advirtio a ver su cara falsa de desilusión-. Es como si sólo quisieras muerte.

Su expresión cambió drásticamente.

-Hablando de eso...

-¡Shhh! Y Tyson la abrazo pensando que eras tú, pero luego supo que era Andrómeda y la soltó... Y volvió a abrazarla. Por los siete mares, ¡Pudo calmarla en menos de cinco minutos! -Le dio más énfasis moviendo las manos -. ¿Por qué no llego antes de que me patee la cola?

-¿Cola? ¿De pez? -Asintió con desgano-. JAJAJAJAJA ERES UN SIRENO, MI PAPÁ ES UN SIRENO JAJAJAJA.

-Silencio ya, no me interrumpas -Gruño ofendido-. Entonces pude hablar con ella, di uno de esos discursos que llegan al alma -Puso una mano en el pecho-. No le digas que te dije pero... La hice llorar.

-En el agua, pss, pudo bien haber sido una ilusión.

-¡No no! De verdad. Y si, ya se que te quedaste con cierto regalito.

Su sonrisa desapareció. Nuevamente le picaban los ojos por las lágrimas. Poseidón la observo con pena.

-Ya quisiera que no la tengas, Andrómeda era una cosa... Pero tu eres tan sensible.

-¡Hey! Yo no... Bueno si -Sollozó-. Pero sólo es peor ciertos días del mes...

-Oh no -Murmuro con una mueca.

-Soy un desastre -Se sorbió la nariz con poca sutileza-. Últimamente demasiado llorona, demasiado histérica...

-Yo diría que igual, pero eso no importa -Añadio al ver sus pupilas dilatadas y furiosas-. Andy quiere su maldición de vuelta... Jo, eso sonó más raro de lo que pensaba.

Lo pensó por un momento.

-¿Tan débil creen que soy? Yo puedo con esto, hasta ahora no he matado a nadie -Se le cruzó Narcissa por la mente-. Se me antojo, pero no lo hice.

-No lo se cariño. No te veo luchando contra eso, siendo sincero. Ni siquiera ella podía resistirse.

-Narcissa me dijo varias cosas hirientes anoche -Explicó con las lágrimas cayendo-. Se me cruzaron mil formas de descuartizarla, ahorcarla, sacarle las tripas, y tenía lo suficiente como para hacerlo -Se limpio la cara-. Pero no lo hice, padre, me contuve.

-Supongo que si pudiste contra esa -Tosió- niña, podrás con todo.

Sonrió asintiendo.

-Aún así controla tu ira. Esto hace que tu odio, tu sed venganza, todo lo malo sea más grande que lo bueno. Además de llenarte la cabeza de estupideces... ¡Mira a Andy! -Concluyó intentando ser divertido, pero ella no se rió.

-Gracias papá.

Él jugó con su tridente mientras examinaba la habitación. Miró a Lily roncando en su cama, profundamente dormida. Alzo las cejas y miró a su hija.

-Ah, una amiga... Es Lily.

-Lo se, sólo quería decirte que creo que se está ahogando con su saliva.

-¡Diablos!

Corrió a moverla. Lily tosió y siguió durmiendo. Soltó un suspiro aliviado.

-Tu madre va a odiarme por esto... ¡Pero da igual! -Dijo en tono de niño travieso, se levanto y fue junto a ella-. ¡Te tiene una sorpresa de navidad!

-Ya vas a arruinarle la sorpresa... Bien, si me enojas se lo chivaré -Se encogió de hombros.

-Vaya, hija, tanto me quieres -Alardeo sarcástico-. Bueno, fui a verla, otra más que me gritó histérica y llorando -Murmuro cansado-. Y luego me obligó a dar mensajes Iris aquí y allá... A Hefesto, a Afrodita, a Atenea -Apretó la mandíbula- Ares... Incluso a la mamá de Percy.

Meredith iba a reirse otra vez.

-Fue el momento más incómodo de mi vida -Parecía que lo estaba reviviendo en su mente-. Y bien, van a ir tus amigos esta semana junto a ti.

-¡Wow! ¡Si! Eso es genial -Festejo bailando raro-. Así no estaré incómoda con...

-¡Los estúpidos Malfoy! -Terminó él con rencor hacia el apellido-. Pero tu madre me hizo pasar vergüenzas...

-Te lo merecías, debes aceptarlo.

Rodó los ojos. Era verdad... Pero si era un dios, no deben reprenderlo (O algo así)

-Tal vez, pero tampoco tenía que obligarme a llamar a Sally -Miro sus pies, casi pudo jurar que lo vio sonrojado-. Estaban hablando las dos, tan tranquilas, como amigas... Siento que tras esos Jajaja, me encanta tu cabello, habían unos Hay que castrar a Poseidón.

-Pues tu repartes niños por el mundo -Se encogió de hombros y tomó un mechón del cabello de Lily para trenzarlo distraídamente-. Imagínate, si en vez de ser dos mujeres fueran veinte, o cincuenta -Una sonrisita se le escapó-. Imagínate si eras Hermes o Apolo.

Poseidón pareció pensarlo, se estremeció.

-Soy un hombre muy irresistible, se harían los Juegos del Hambre sólo por mí -Alardeo en tono de broma.

-Y yo gané tus genes -Le siguió el juego-. Intento no enamorarme demasiado al verme en el espejo cada día.

Estar ahí, con Lily balbuceando Stefan tu trasero es genial, se sentía tan normal, como si fuesen unos muggles o mortales en un día normal, padre e hija charlando de tonterías. Era casi familiar.

Pero la vocesita en su cabeza le causo un dolor punzante. Hizo una mueca bajando la vista, meneo la cabeza sacando los feos pensamientos, o al menos intentando.

-Quisiera seguir nuestra grata charla -El se movió rápido, estaba a su lado tomándole un hombro con su enorme mano-. Pero tengo varios deberes...

-Que no puedes dejar, ya lo sé padre -Murmuro frotándose un ojo-. No hay problema.

Él se debatió entre irse o no. Finalmente soltó el aire y dijo lo que lo tenía abatido desde hace tiempo.

-Si pudiese ayudarte a tener una vida medianamente normal, lo haría sin pensarlo ni un segundo.

Ella asintió, pero en realidad no se lo creía mucho.

-¿Por qué tanto esfuerzo en ayudarme? ¿Y cuando Andy la tenía? ¿Pensabas igual?

-Debo admitir que te tengo más... Aprecio que a Andrómeda -Se removió en su lugar, casi parecía abochornado por decirlo-. Pero si supieras como eras de niña... Tan sólo diciendo hola comprabas a cualquiera. Supongo que contigo estoy más apegado -Murmuro algo en griego, casi un lamento y luego carraspeo-. No te enojes, pero esto se queda entre nosotros.

Vio una sonrisa asomarse por el rostro de la chica, tenía lágrimas en los ojos por lo que no se atrevía a mirarlo a la cara.

-Confía en mi. Buena suerte en el trabajo.

Apartó la mano y retrocedió un poco más tranquilo por lo que dijo.

-Acercate a tu armario cuando estés sola. Tal vez, puedas encontrar lo que perdiste. Tan sólo dile que eres una Greengrass.

-¿Qué?

Pero tuvo que apresurarse en cerrar los ojos y taparle la cara a Lily. Poseidón tomaba su forma divina y desaparecía dejando el olor tan añorado del mar.

Se sentó a un lado de Lils un tanto alarmada por la estúpida voz gritando SANGRE y por el hecho de que eso le recordaba un raro sueño de hace tiempo. ¿No le había dicho, su abuelo, que vaya al armario si perdía algo? Bueno, no exactamente, ni estaba segura de que sea su abuelo quien lo dijo, pero fue algo así.

Tuvo aún más ansiedad de ir casa.

Lily despertó con un mal sabor en la boca, dolor en tono el cuerpo... Y con Meredith llorando a su lado.

-Sabía que el puto haría algo mal -Exclamo teniendo en mente a James colgado de un árbol mientras le lanzaba piedras-. Espera que lo castro.

-¡No! -Sonrió limpiándose la cara-. Son lágrimas de pura emoción, acabo de recordar que tendré a Percy para Navidad.

La pelirroja la observo con una ceja, escéptica.

Bufo, bueno, dijo que no iba a matar a Narcissa, no ella misma. Lily es otra historia aparte.

-Narcissa me rompió el corazón -Para añadirle drama sollozó-. fue muy grosera conmigo anoche.

-¡La mato!

Se levantó muy rápido, por lo que casi vomito en su regazo.

-Un poco más tarde -Gimio volviendo a recostarse lentamente.

-¿Quieres agua y la poción para la resaca?

El vaso a su lado se lleno de agua mientras Meredith se paseaba hasta el otro extremo de la habitación para buscar el frasco con la poción.

-Creo que la opción de casarme contigo sigue en pie -Bromeo con una sonrisa.

*****

-¿Y bien? ¿Te disculparás por esto?

Narcissa tenía el cabello pegajoso por el mocomurcielago, además de que, sin que ella lo sepa, tenía una rata muerta en su bolsillo interno de la túnica.

Estaban a quince minutos de ir a abordar el tren para volver a casa. Durmstrag se había ido hace tiempo y los otros colegios se fueron esa mañana directo a EEUU.

Meredith estaba un tanto satisfecha porque la Malfoy hubiese sufrido aunque sea un poco. Pero no dejaba de pensar en que apenas anoche esa misma rubia había estado llorando por su corazón roto.

-¿Tú te disculparas por lo de anoche? -La otra hizo una mueca de desagrado-. La misma respuesta, querida.

-¡Que fastidio estar toda una semana contigo! -Se fue pisando fuerte y gruñendole a todos.

-Lo mismo digo -Murmuro tomando sus libros del suelo.

Si, Narcissa llego hecha furia, la empujó y comenzó a decirle que su amiguita la rojita se le lanzó encima como vampira loca.

Se lamentó al notar que la tapa de Peter Pan estaba doblada. Tan bien que trataba a ese libro, y ahora estaba un poco estropeado. Suspiro y fue al cuarto para asegurarse de que todo esté en orden.

Mientras urgaba bajo su cama, la cual estaba un asco ya que era capaz de acumular hasta pestañas de vaca en sólo dos días sin que los elfos la limpien, y se encontró con una carta que desprendía un olor demasiado dulce para haber estado ahí.

-Lumos -Murmuro estando aún bajo la cama. La luz ilumino el lugar y vio un sello en forma de corazón, rodó los ojos y la abrió.

Todo estaba en griego, y eso sólo le facilitó la lectura.

Queridísima Meredith.

No sabes cuan extraño me es sentarme a escribir una carta, y eso que soy la diosa del amor y lo primero que pongo en la cabeza de los chicos enamorados es escribir cartas de amor para sus chicas.

Bien, quería disculparme por no haberte informado de todo eso de dejar salir a Andy, quise hacerlo, pero todos me presionaron para callarme (Es increíble que te tengan tan poca confianza, estaba segura de que te callarías, pero bueno, allá ellos)

... ¡Excelente! No puedo fingir, en realidad es que adoro tu relación con James Potter, es tan awww a veces, y otras tan... ¿Enserio debes eructar y él debe hacerlo más fuerte? ¿Hace falta ponerse palitos en la nariz? No es por juzgarte pero a veces son asquerosos o muy idiotas.

Dejó de leer para reír, estornudó por tragarse un poco de polvo.

Cuida tu alimentación, me mata verte comer tanta fritura ¡Piensa en la celulitis! ¿Cómo te pondrás el bikini luego?

Rodeo los ojos. Ni que se haya puesto bikini alguna vez.

En fin, disfruta de tu atractivo novio (El cual, si dejas, no me importaría ir a por él) y cuida bien a Piper de tus poco amigables medio-hermanos.

Y no menos importante

¡Saludos a Tori!

La bellísima diosa.

Tía Dita.

Al final había un dibujito de un guiño y una marca de pintalabios rojo.

Se quedó mirando el "¡Saludos a Tori!" ¿Por qué tanta confianza con su madre? Luego recordó que su mamá había obligado a Poseidón para que llame a los padres de sus amigos. Tal vez Afrodita le tomo cariño por ello.

Sintió un azote en el trasero. Alzó la cabeza y se dio de lleno contra la cama. Aulló de dolor y movió las piernas intentando dar con quien la había golpeado.

-¡JAJAJAJAJA! -Roxanne se reía escandalosa.

Tenía una rama en mano con la cual iba azotando a todas con las que se encontraban. Seguro había leído Cincuenta Sombras y se emocionó.

-Maldición, maldición -Masculla arrastrándose para salir del apestoso lugar.

Una vez lo logró, pudo ver que casi todas las chicas del pasillo estaban allí. Una chica de un curso menor le sacó una foto con el cabello lleno de dulces rancios.

-¿Qué tanto miran?

Se apresuraron en salir ya que ella no se vio muy feliz.

-Roxy, ¿Por qué tan eufórica ahora?

Dejó su rama a un lado e hizo un gesto de yo-que-se.

-Escuche a unas tipas cachondas en la sala común hablando sobre lo exitante que sería que Christian Grey te azotara... Quise mostrarles que no es tan placentero ser golpeada. ¡Por un mundo sin Anastasias Steele!

Salió de la habitación con un grito de guerra. Meredith se arreglo el cabello y fue a reunirse con los demás lo más rápido que podía.

-¡Al fin comeré nuevamente las tartas de abue Molly! -Fred daba saltitos afeminados por no poder contenerse.

-¿Estás criticando la comida de los pobres elfos? -Inquirio Regina.

La chica fingió su enfado tiñendo su cabello de rojo fuego. Si, es metamorfomaga, y eso es lo que más llamó la atención de Fred.

-¡No! -exclamo rápidamente, temiendo haber hecho una tontería -. Sólo que extraño la comida de mi abuela.

Ella le dio una sonrisa a la vez que le golpeaba el brazo diciendo Ingenuo.

Mar pudo notar a Lucy con una mirada de enfado contenido que iba dirigido a lo lejos. Caminó hacia ella y la abrazó por los hombros.

-¿Qué pasó pecas?

La miro de reojo con molestia.

-¡No me digas pecas! -Suspiro-. ¿Recuerdas a el chico?

-Por supuesto.

Hace algún tiempo Lucy le confió un secreto. Estaba perdidamente enamorada del chico que le dio su primer beso. Mar deseo poder conocerlo pero Lucy se limitaba a hablarle de lo frustrante que es cuando él parece interesado, y luego nuevamente no.

-¿Qué hizo ahora? -Murmuró intentado no llamar la atención.

Noto que los ojos avellanas de Lucy se volvían tristes.

-Está saliendo con otra chica, y ya creo que va enserio... Me ha olvidado.

-Oh Lu.

Se sentía mal por su amiga. Tal vez no tenía la mejor actitud, pero era divertida y ocurrente, se preguntó si tal vez el chico no quería estar con ella porque es histérica cuando se enoja.

-No importa -Sonrió sin ganas-. Igual no era posible.

Eso último lo susurro yendo hacia una carroza vacía. Lily y Molly la siguieron, Mar casi hizo lo mismo.

-¡Un momento! -Frank tiró de ella.

James, Fred, Frank y Meredith miraron hacia el castillo. El primero tenía algo parecido a un control en sus manos.

-Sería un honor si nuestra dama da la cuenta regresiva -Dijo todo cabelloroso tendiéndole el artefacto a su novia.

-Pues bien, no tengo opcion -Rió y tomo aire para adoptar la expresión más seria que tenía- Cinco...

-Cuatro -James miró a Frank.

-Tres -Dijo él dándole un empujón a Fred.

-Dos.

-¡Uno! ¡Ya!

Presionó el botón rojo y de cada ventana de las torres salieron fuegos artificiales que terminaron formando la frase ¡Feliz Navidad Hogwarts! En tonos vivos y luego pasó a mostrar la firma de cada uno, con sus bobos apodos.

Cornamenta, Colanillada, Lunático y Sirenita. Meredith odiaba el suyo, pero así la bautizaron los chicos.

Admiró el trabajo y poco a poco su felicidad fue cayendo hasta dar con que... Ese año los chicos se graduaban.

Los miró con tristeza. No pudo soportarlo, tomo a todos en un gran abrazo, en el que sólo ella parecía partícipe.

-Wow niñata, ¿Por qué tanto sentimentalismo? -Se burló James con la boca pegada a su oreja.

-Por las fiestas, nada más -Se excuso.

-Por un momento pensé que sería porque nos extrañarías el otro año.

-No Fred -Se separo sonriendo-. No voy a extrañar a una banda de malditos prostitutos.

-Cuidado, uno de ellos ya es tu novio -Carcajeo Frank dandole un golpecito amigable y sin fuerza.

-Igual su pasado no cambia... Además -Añadio en tono profesional-, durante los momentos de trabajo somos sólo Cornamenta y Sirenita -Apreto los dientes con su apodo-. Nada más.

Las chicas la llamaron desde la carroza, que estaba a punto de partir. Hizo una boba reverencia, ellos la imitaron.

-¡Descansen mis leales súbditos!

Corrió hacia la carroza y salto cayendo sobre Molly y Roxanne.

*****

El viaje en tren fue de lo más normal. Intento apartar de su cabeza los nervios de volver a ver a Andy, esta vez, en verdad verla.

Se despidió de sus amigos y caminó tras Scorpius Malfoy, quien se quedaría en su casa durante esas mini vacaciones. Narcissa se desapareció diciendo que luego se encontrarían. Podría jurar que fue tras Dom.

Iba tan distraída como siempre que chocó contra la espalda de Scorpius cuando éste paró. Miró por sobre su hombro y pudo notar a su mamá y a Draco Malfoy.

El señor no le importó mucho, fue directo a Astoria para darle un gran abrazo. Amaba a su mamá y no importaba que se hayan separado apenas dos semanas, la extraña como sea.

-Te tengo una grata sorpresa -Le susurró al oído.

No pudo más que reír mientras recordaba a su padre suplicándole que no lo culpe.

-Estoy ansiosa, mamá.

-Ella es muy peculiar -Dijo cuando ya iban camino a la camioneta.

No hicieron falta nombres, sabía que era Andy a quien se refería.

-¿Está en casa?

Se le aceleró el corazón a tal punto que podía oírlo.

-Está en casa desde hace tiempo -Le aseguro emocionada-. Es como tener una versión tranquila de ti caminando silenciosa por aquí y por allá.

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