Capítulo 20.

Capítulo 20. Supongo que hace falta explicaciones.

Meredith supuso que fue una estupidez amenazar así a un dios, pero lo hizo algo tarde. Pasaron diez minutos en los que nadie hablaba, y Zeus la miraba rabioso.

—¿Quién más ama el jabón líquido? —Preguntó incómoda—. Yo lo uso... Huele a chocolate, a veces creo que puedo comérmelo.

Atenea se golpeó la frente.

—Un momento, ¿Los dioses se bañan?

—¡Y Meredith debe volver al colegio! —Ahi estaba Poseidón el salvador.

—Es lo mejor —Asintió Zeus.

—¡Un momento! —Salto ella— ¿Y Zephyr?

—¿Qué de qué?

—No se, bueno, estuve pensando en él los últimos diez segundos.

Poseidón miró a su hermano— Bueno, yo no me meto en esto, después de todo es tu hijo.

Quiso ahorcarlo ahí mismo— Idiota.

—De nada.

—Oh, ¿Tu hijo? ¿Por qué no me extraña? —Fruncio el ceño— Es como si ya lo sabía.

—Es que ya lo sabías —Dijo Apolo ganándose una descarga eléctrica.

—Llevate a tu hija, ¡Ya!

—Vamos querida.

Ambos se alejaron caminando.

—Papá —Lo llamó después de un rato—. ¿Dónde está Andy ahora?... Más te vale no decir en un lugar mejor.

Él jugó con su tridente y la miro, sonrió de costado.

—No esta en un lugar mejor, pero tu no te preocupes, ya fueron a buscarla y luego... Luego tal vez tengamos una charla.

Se sorbió la nariz y acomodo sus gafas. Maldición, era tan incómodo tenerlas.

—Después no irán a enviarla al tártaro, ¿Verdad?

—Claro que no, somos muchos en contra —Junto las cejas, parecía estar imaginandoselo—. Y si mi hermano se atreve a algo fuera de lugar, no terminaremos bien.

Asintió con la cabeza y se rasco la nuca. No sabía qué era más incómodo, si tener gafas o estar en silencio con su papi el dios.

—No creo que sea bueno pelear entre ustedes si hay otros que quieren destruirlos —Murmuro—. Más bien hay que unir fuerzas.

Poseidón se le quedo mirando— A veces olvido que Atenea también se metió en tu linaje.

Dejó de caminar y le ofreció su gran mano. Ella se quedo mirándolo.

—A casa, bueno, tu casa.

—Papá.

—¿Si? —Sonrió y alrededor de sus ojos aparecieron arrugas.

—Dime que luego vas a explicar todo eso de los enemigos.

Quedaron mirándose a los ojos, ambos tan idénticos.

—Mas que eso, te juro que las respuestas vendrán pronto. Pero por ahora... Mientras menos sepas, pasas por menos peligro.

Tomo su mano y sintió un tirón en el ombligo. Aparecieron ante el colegio. Poseidón decidió acompañarla hasta la puerta.

—¿Me podrías acompañar a explicárselo a mamá? —Rogó mirando al suelo.

—¡Ja! No vas a arrastrarme a ese embrollo —Su tono era divertido—. Tu mamá estará al borde del infarto, si es que ya no se infarto tres veces. Prefiero hablar con ella en otro momento...

—En un momento donde no intente matarte, eh.

—Exacto.

Paró y señalo la puerta.

—Ve y demuestrame que eres una leona valiente.

Soltó una carcajada— ¿Ahora sabes que soy Gryffindor?

—Siempre lo supe... Hasta pronto.

Retrocedió y dio media vuelta, al igual que Meredith.

—Hasta pronto —Cerro los ojos, intento resistirse pero no lo logró — ¡Papá!

—¿Qué?

Se lanzó a abrazarlo, llorando y aferrándose a su torso. Poseidón puso sus manos alrededor casi sorprendido o aliviado.

—¡Te quiero papá!

¿Era posible? ¿Después de tantos años deseando decirlo, lo logró? Estaba cansada hasta el alma, pero con esas palabras y el abrazo correspondido parecía fortalecerse.

Siempre queriendo ver a su papá, lanzarse a sus brazos después de mucho tiempo sin verlo y gritarle Te quiero.

Y si lo quería, por el simple hecho de ser su papá.

—Yo igual —Susurro causándole más llanto— Pero es un secreto, ¿Si?

Sintió un dejavú y asintió.

—Ahora tengo tiempo para ir con Percy y explicarle que tiene otra hermana... Deseame suerte.

Se separo asintiendo y aún sollozando. No abrió los ojos, pero a través de sus párpados supo que su padre adopto su forma divina y se fue.

Camino tambaleándose hacia la puerta y dio varios golpes. Era de noche, ni siquiera sabía cómo eso era posible, pero todo estaba oscuro. Nadie le atendió, por lo que volvió a golpearla, la puerta se abrió sola.

Claro, una enorme puerta abriéndose ante la mediocre fuerza de una niña de 14 años...

—¡Más vale que no hayan monstruos! —Grito al entrar.

Pero sólo se encontró con el vestíbulo vacío.

Caminó un par de metros cuando la señora Norris paso entre sus piernas y la hizo tropezar.

—Odio los gatos —Escupió con enojo.

Intentó levantarse, pero esa gata de mierda le saco todas las fuerzas y ganas que tenía en un principio. Se acostó en el suelo boca arriba y cerro los ojos por unos minutos, tal vez se dormía y la encontraban al otro día, o Filch aparecía y la arrastraba a la dirección por andar tan tarde fuera de su sala común.

Practicó mentalmente lo que diría. "Acabo de volver de un exorcismo, idiota"

—Oh Wow, dime que no estas muerta.

Alguien se arrodillo a su lado. El chico estaba lleno de pánico.

—No, no —Abrio los ojos y quedo como idiota—. Pa-para nada.

—Eso es algo bueno —Suspiro aliviado.

Era el muchacho nuevo, ¿Cómo se llamaba? ¿Alejandro? ¿Como la canción de GaGa?

No, esperen, era Alexander, como... Bueno no hay nada famoso que diga Alexander así que, ese Parker como Peter Parker (El Hombre Araña) La esperanza estúpida de que sean parientes apareció en su cabeza.

—¿Quieres que te lleve a la enfermería?

—Si puedes. Gracias.

—Pues bien. No hay de qué.

Paso una mano bajo sus rodillas y con la otra en su espalda. La levanto sin problemas y fue hacia la enfermería.

La tensión se sentía a pocos metros del lugar. Meredith era una jodida malvada, obligo a Alex a que parará un momento.

—Espera, voy a hacerme la desmayada.

—¿Por qué? —Se le escapó una sonrisa.

—Porque no quiero dar explicaciones. Si preguntan, me encontraste ya desmayada.

—Bien.

Cerró los ojos y se relajó por completo, dejando caer todo su peso.

—Excelente actuación —Halago el chico.

Cuando entraron, todos soltaron un grito ahogado.

—¡OH POR MERLÍN! ESTÁ MUERTA —Esa era Lily en su fachada exagerada.

Se escucho un cachetazo.

—¡No digas eso! —Oh, también estaba Rose.

Paso de Alex a otra persona, que la abrazaba con más cariño. Jo, jo, jo.

James ya hizo acto de presencia.

—¿Dónde la encontraste? —Pregunto con rudeza.

—En el vestíbulo, estaba inconsciente.

Wow, que tipo, es buen actor.

—Bien, gracias por traerla, ya te puedes retirar.

La aparto receloso y fue a recostarla en la cama. Muchas manos comenzaron a toquetearla. Tuvo mucha fuerza de voluntad para no golpearlos y ponerse a reír como foca retrasada.

—Ay, mi hija —Se lamento Astoria abrazándola... Ahogándola—. Espero que esté bien.

Después de un rato el cansancio le ganó y terminó durmiendose profundamente.

A la mañana siguiente dio muchas explicaciones, aunque tuvo que repetir varias cosas para que la entiendan (Y también echó del lugar a Narcissa, hermana o no... Da igual, no la soporta) Pero finalmente, después de un silencio raro, todos dijeron "Ajá, supongo que tiene sentido"

Aunque Astoria prometió que la siguiente vez que Poseidón vaya a verla, no será un momento muy grato... Para él, claro.

*-*-*
Hola!;)

Navidad, Navidad, oh todavía no llega, pero yo simplemente no logro que esto rime...

¡Mitad del regalo de Navidad! ¡Dos capítulos!

Estoy recontra inspirada y hay que aprovechar el momento. El simple hecho de que comenten me anima a escribir (Además de que éstos días han sido extrañamente tranquilos... Ah pero si es de noche Lol)

Tal vez son cortos los capítulos, pero son dos! Ah.

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