Capítulo 6.-Pesadilla.
De alguna forma, parezco atraer las miradas de los habitantes, aunque de maneras un tanto distintas.
Los hombres me miran con lujuria y las mujeres con odio, sí, incluso por encima de mi ahora voluptuosa gemela.
“Quizás les gusten las rubias”
De cualquier manera, en todo momento he permanecido al lado de Adrienne.
—¿Recuerdas lo que te dije hace años? —musita Adrienne repentinamente.
—¿Sobre lo que te hicieron tus padres? —pregunto aún sabiendo la respuesta.
—Me vendieron cómo esclavo para desligarse de mí y que mi hermano menor pudiera ser el siguiente líder.
Mantuve mi calma, mirando a los hombres bestia ir por su lado, claro que el resto de nuestros compañeros están cada quién en lo suyo, aunque de momento limitándose a observar.
Pero con diferencia, la mayoría de miradas están centradas dónde estoy junto con Adrienne.
—Hola —declara con arrogancia el joven similar a Adrienne—. Veo que has conseguido una buena mujer pese a ser un fracaso.
Puedo sentir cómo con su asquerosa mirada examina mi cuerpo.
—¡Incluso luciendo de esa forma! Pero, estoy seguro que yo la podré satisfacer —El muy bastardo intenta tocar mi pecho, aunque en el acto le sujeto la mano con firmeza y le detengo en seco.
—Escucha mocoso precoz, si te atreves a ponerme una mano encima —Doblo levemente su mano, amenazando con romperla—. Creo que no hace falta decirlo.
—¡Maldita zorra! Me las pagarás —delcara antes de marcharse corriendo.
“Soy bastante fuerte ¿No?”
Digo, no me comparo con Daries en ese apartado, pero si me fijo en otras personas, puedo notar que evidentemente mi fuerza está muy por encima del promedio.
Pero no debería confiarme por tan poco.
—...
—...
—G-Gracias —declara Adrienne.
Solamente asiento mientras me recuesto sobre una roca.
—No te preocupes por eso —declaro.
—Has cambiado —musita Adrienne—. Ahora eres más abierta con los demás, ojalá yo también.... No, olvídalo.
—¿Tú crees? Simplemente pensé en ciertas cosas, no soy nadie a quién debas tomar de ejemplo —musito.
Adrienne detuvo su mirada en mí, antes de pronunciar ciertas palabras que me dejaron helado.
—Siempre he pensado que eres amable, León —comenta—. Aunque, es cierto que Kazue lo es más.
—¿Nos conocimos? —pregunto sorprendida.
—No realmente, sólo nos topamos una vez por accidente —declara—. Ya sabes, una chica bajita, con lentes y coleta.
Honestamente no la recuerdo, no, espera, me viene algo a la cabeza.
—¿La chica torpe de las máquinas expendedoras? —declaro.
—No sé cómo sentirme al respecto por ser identificado de esa manera —responde Adrienne.
—Pero si me conociste antes, debes saber la clase de persona que León fue —musito.
A dia de hoy, no puedo evitar sentirme avergonzado de mi antigüo actuar, pero tampoco quiero negar lo que fuí.
—¿Sabes? Siempre me has parecido una persona triste y enfadada —comenta—. Pese a que esa fue la primera vez nos vimos, incluso cuando nos encontramos en tu casa, mi sentir no cambió.
Por inercia nos tomamos de las manos, me siento extrañamente cómoda haciéndolo.
—¡Qué cruel! Engañandome de esa manera —Interrumpiendo mi conversación, llega August—. Creí que lo nuestro era especial, Leo.
—Lo único especial será el golpe que te daré, maldito maníaco suicida cuyo nombre no recuerdo —declaro.
Aunque simplemente me ignoró y susurró algo a oído de Adrienne, aunque pude escucharlo perfectamente.
"No perderé" fue lo que dijo, y pese a que Adrienne no comprendió su mensaje yo sí lo hice.
“Esto será problemático”
Ese fue mi pensamiento al respecto.
Solamente suspiro y me hago la ignorante, el gran yo en definitiva no quiere involucrarse más en esos asuntos.
No de nuevo al menos.
Durante la noche, nos brindaron asilo en una edificación de concreto, muy similar a una posada.
Aunque cómo únicamente eran dos habitaciones, nos dividimos en hombres y mujeres.
También hay lo que parecen ser aguas termales igualmente divididas por género.
Yo me encuentro en una mezcla de vergüenza y excitación, por un lado las chicas que me acompañan bastante hermosas y por el otro, el estar desnuda frente a alguien más realmente me incómoda.
—¡Les digo que no!
“Esa es la voz de Adrienne”
Daries siguió jugando en el agua mientras plática con Reina, quién aún tiene puesta su máscara.
Suelto un suspiro, me enrollo en una toalla y me recargo de la división que nos separa.
—¿Podrían dejar de intentar espiar? —declaro con una voz lo suficientemente alta cómo para que me escuchen.
—...
No respondieron, solamente pude escuchar golpes en seco, dos para ser más exacta.
Justo cuándo terminé de bañarme, y me encuentro caminando con una suerte de pijama, me topo con el hermano de Adrienne.
—¿Qué quieres? —pregunto con cautela—. Y por favor deja de mirar tan fijamente mi cuerpo.
—¡Nada, maldita sucubo!
“¿Eh? Siento que me perdí de algo”
De cualquier manera, supongo que me iré a dormir.
Y justo cuando pensaba que está noche iba a ser pacífica, me encuentro a Eloah.
“Es cosa mía o últimamente aparece más seguido”
Sin embargo, no habló conmigo, en su lugar detrás de mí se encuentra una chica albina, de alrededor de unos doce años, piel excesivamente blanca, pero si expresión llena de odio se dirige a Eloah.
Puedo sentir su impotencia, frustración y odio hacia el dios que me trajo a este mundo.
—¡Devuélveme a mi amigos! Justo cuando creí que todo iria mejor ¡¿Quién diablos te crees?! Te mataré, juro que te mataré ¡DIOS! —exclama la chica.
Y tal cómo ella, esa escena apareció delante de mí una y otra vez, pero con diferentes personas, el mensaje ciertamente variaba en cuánto a palabras pero lo que quieren transmitir es lo mismo
“¿Qué es esto?”
No pude evitar preguntarmelo, y menos cuándo estoy de vuelta en mi habitación del mundo anterior.
Observo aquella foto de mi rostro, luce tan distante, cómo si estuviera observando a otra persona.
“Has cambiado” Esas palabras dirigidas a mí de tantas personas calan hondo.
—¿Quién eres tú?
En la puerta de la habitación, me encuentro a mí, a León.
“¿No será otra ilusión de Artkuz?”
Espera, si es eso, no sería nada bueno en definitiva.
Evidentemente no me quedé quita y rápidamente incapacité a León, lo até a la cama y me senté a un lado para esperar a qué despierte.
Ver mi propio rostro me parece tan extraño, quizás me he acostumbrado a que Kazue sea quién esté en el espejo, quizás me haya estado olvidando de quién fuí, y eso es aterrador ¿Tan fácil sólo olvidé de dónde vengo?
Quiero decir, todo esto me parece ajeno a mí en este momento.
—¡¿Qué crees que le haces al gran yo?!
—Cállate y escúchame.
“Tengo tantas ganar de golpearme”
Suelto un suspiro y me pongo de pie.
—Soy tú reencarnación, yo soy tú pero de otra vida y mundo —declaro con calma.
Evidente su expresión de idiota es algo que estoy contemplando, aunque no estoy del todo segura si esto es real o es algún tipo de ilusión.
—¡Cállate zorra! El gran yo es....
—Al gran yo no le gusta ser insultado ¿Entiendes? —De un golpe mi puño atraviesa la pared a un lado de su cama.
Traga saliva y asiente nervioso. Lo desato, inhala y exhala antes de finalmente tranquilizarse.
—Pero, no te pareces al gran yo.
—Sí, ya me he quejado por eso ¿Y qué día es hoy?
Al voltear hacia el calendario, noto que el año es diferente a la fecha cuándo morí.
¿Un mundo alterno?
—Espera, ¿Eso significa que a futuro renacere en una niña? —declara aterrado.
—No te preocupes, yo morí el año anterior a éste, deberías estar a salvo —declaro.
Puedo escuchar un suspiro de alivio proveniente de él. Mientras pensaba me vinieron a la mente las palabras de Adrienne.
—¿Recuerdas a la chica torpe de la máquina expendedora? —pregunto.
—Sí, recientemente hemos hablado y la he contratado como secretaria ¡Pero realmente me desespera! —declara visiblemente irritado.
“No es justo”
Aunque seamos la misma persona, ¿No ha cambiado demasiado en sólo un año?
—Y supongo que con el año pasado te refieres a Gustave, el qué nos arrojó por la ventana —declara.
“¿Ese era el nombre de August?”
—Aunque tuvimos suerte de ser salvados por quiénes limpian las ventanas —explica León.
“Para, cada vez me haces sentir que somos diferentes”
—Has cambiado —declaro.
—Una experiencia cercana a la muerte cambia a cualquiera.
“Enserio ¿Quién eres? No es justo, incluso cuándo yo sí morí, ¿Por qué tardé tanto en cambiar? Me haces sentir cómo una estúpida”
—Tu cuerpo está brillando.
—Bueno, supongo que se acabó la visita ¡Ten suerte!
Con una sonrisa tan sincera cómo pude me despedí y cuando me encuentro delante de Eloah, lágrimas resbalan por mis mejillas.
—¡¿Qué te pareció?! Ese es tú mundo ideal —exclama el dios.
—¿Para qué fue eso? —pregunto.
—Para evitar que te pierdas en este mundo y termines cómo los otros ¡No lo olvides, tú no perteneces a este mundo! —exclama Eloah.
“Nunca lo he olvidado, pero ¿Por qué a mí? No soy la única que vino de otro mundo”
Hay ocasiones en que no encuentro sentido a su actuar por más que piense en ello.
—¿Nunca te has puesto a pensar qué eres especial? —musita Eloah—. ¿Por qué más iba a estar tan al pendiente de ti? Sí, incluso entre los reencarnados eres único, sólo piensa en ello ¿Cuánta veces has oído mi nombre en ese mundo?
Tras eso, desperté viendo a Daries preocupada mientras me toca la mejilla.
—Parecía que estabas teniendo una pesadilla ¿Estás bien?
«Tú no perteneces a este mundo»
Solamente asiento, mientras me cubro el rostro con las manos
“Olvida eso”
Rápidamente me siento y comienzo a estirarme, antes de comenzar a cambiarme de ropa por una más abrigada.
A partir de hoy comienza la temporada de otoño y por estas épocas hay numerosos frentes fríos, especialmente en Kanen.
Además, muchas bestias mágicas y animales comunes suelen empezar a prepararse para el frío invierno, sin contar que hay numerosas especies que están en temporada de apareamiento.
Motivos por los cuáles la caza por esta época si bien suele ser mucho más abundante también incrementa el peligro considerablemente.
Y todavía no hay siquiera una pista del patriarca, ¿Cuánto más irá a tardar? Odio este lugar, y supongo será peor para Adrienne.
—¿Kazue?
Al salir a caminar, me topo con Adrienne, quién extrañamente viste ropa de chico, incluso su abrigo es diferente de su usual ropa colorida, auq ur pese a todo no deja de verse como una mujer.
—¡Qué linda! —declara Adrienne al verme.
—Gracias, supongo —declaro mientras le veo amarrarse el cabello en una coleta.
—¿Pasa algo? —pregunta al notar mi mirada.
“Mientras sea decisión suya, no tengo objeciones”
—No, ¿Vas a algún lado? —pregunto con curiosidad.
—Ah, los chicos vamos a ir a cazar, dijeron que querían experimentar cosas nuevas —dice con una sonrisa.
“Ah, entonces tiene sentido su ropa, las normales seguramente serán molestas”
Pero...
—Los chicos ¿Eh? —musito mirando mi mano, tan delgada y aparentemente frágil.
—¡Ah! Perdón, no quise....
—Está bien, no me molesta —respondo con una sonrisa.
Tras ello comienzo a estirarme.
—En todo caso, ten cuidado ¿Bien? —declaro palmeando su hombro antes de tratar de irme.
Aunque, por algún motivo, Adrienne me detiene sujetándome del brazo.
—¿Estás bien? Sé que no soy la persona más confiable, pero...
—Solamente tengo cosas en mente, no te preocupes —Le digo restándole importancia.
Tras ello, notamos al resto de chicos haciendo señas a Adrienne. Reina y Daries prefirieron quedarse dentro de nuestra habitación, ya que se les prohibió participar en la caza. Ahora mismo en la aldea únicamente hay mujeres, niños y ancianos.
Claro, el hermano de Adrienne todavía no tiene si quiera los once años por lo qué no puede tomar parte en la actividad.
“Las medias son bastante cómodas, quizás use con más frecuencia”
«Has cambiado»
Me adentro en el bosque, obviamente dejo marcas en los árboles con mis uñas para no perderme.
Hasta que llego a un pequeño arroyo, dónde veo mi propio reflejo.
—Kazue es hermosa ¿Eh? —musito—. Ja, ¿Ésta chica es el gran yo?
Comienzo a reírme por lo bajo.
«Tú no perteneces a este mundo»
¿Por qué? Aún cuando los demás.
En cuánto volteo, me encuentro al hermano de Adrienne espiando entre los árboles, aunque es bastante malo para esconderse.
—¿Qué quieres? —pregunto algo enojada.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top