Capítulo 6.-¿Alma artificial?
Esta ropa se siente demasiado incomoda, quizás soy demasiado grande.
Aunque alguien me viera seguro pensaría que soy una pervertida o algo así por como estoy vestida.
Ah, una casa.
Entre los escombros encuentro una falda hasta los tobillos y una ¿Camisa? ¿Polo? De color café.
El no usar ropa interior me hace sentir incómoda, pero al menos es mejor a lo de antes y por si acaso voy a amarrar mi pelo como cola de caballo.
También me pondré un pañuelo para ocultar mis orejas, con la cola ya veré qué hacer.
Me siento bastante cansada, pero tengo que seguir, aunque trataré de evitar romper esta ropa porque dudo mucho poder encontrar más.
Realmente quiero descansar, ¿Qué demonios pasa con este mundo? Si tan sólo me dejasen vivir en paz todo estaría bien.
Todavía siento algo de dolor.
—¿No creeiste que habría terminado, o sí?
De alguna forma, frente a mí, con su torso desnudo y su cuerpo cubierto en heridas, está Artkuz.
—…
No dije nada, pero en mi mente le di mil vueltas al asunto, buscando una razón lógica por la cual pudiera estar de pie, si estoy segura de que apuñale su corazón, además de que lo atravesé.
—Ya te lo dije ¿No es así? No soy como los humanos que conoces ¡Todos en mi mundo nacen con una bendición!
Oye, eso es una desventaja malditamente injusta ¿No es así, Eloah?
—Esa maldita Reina, siempre dándome problemas, debí de matarla hace mucho —Artkuz comienza a tronarse el cuello.
Noto que clava su lanza en el suelo.
—Tan frágil, este mundo es una existencia tan frágil ¿De verdad crees que si mi mundo no pudo este sí? ¡No me hagas reír! Todos ustedes son tan ilusos si creen que podrán hacerlo.
Una gran ola aparece de la nada desde detrás suya e inunda el lugar, su arrastrada hasta el fondo y en cuanto puedo nado hasta la superficie para tomar al menos una bocanada de aire.
—…
Mierda, sigue con vida y se me han acabado los recursos para hacer algo ¿Que debería de hacer?
Tampoco se me ocurre nada.
Algo me arrastra de regreso al agua y por la sorpresa no soy capaz de tomar aire así que sufro por la falta de aire.
—Lo admito, te he subestimado, pero, no más —Sonríe mientras me ve hundirme.
Un brillo de su lanza me hace caer inconsciente.
¿Hipnosis o algo?
Esto es malo.
—¡Kazy!
Volteo y noto a Daries mirarme con cariño, quién me abraza con gran afecto.
—¿D-Daries?
—¡Sí!
Noto a dos personas más detras de ella, padre y madre. Al no tener palabras que decir ni tampoco la agilidad mental para formular alguna, no digo nada.
Al final tampoco importa ¿No? Son una ilusión.
—Lo estás pasando mal allá afuera ¿No? Ambas —dice padre, poniéndose en cuclillas a nuestra altura.
Abro los ojos por la sorpresa, ¿No es una ilusión?
—Lo han hecho bien —musita madre con una sonrisa.
—N-No lo sé —respondo cabizbaja—. Quiero decir, para alguien como León…
Recibo un golpe en la frente, esta vez de parte de Daries.
—Kazy es Kazy —responde.
—Es es obvio, idiota.
Aunque, este momento es relajante, ¿Por qué no pude vivir así? Pero, supongo que esto es demasiado bueno para alguien como yo.
—No vengas pronto —declara padre.
Al despertar, noto que la lanza de Artkuz es arrojada contra mí, por lo que me muevo a un costado usando una barrera como punto de apoyo.
—…
Todavía tengo muchas dudas, pero aclararlas ahora mismo no va a resolver nada, así que continuemos.
—¿Acaso creeiste en las palabras de Eloah? Si es así comprendo porqué estás tan ilusionado pensando que podrías lograr algo.
Con una idea en mente, comienzo a impulsar me de regreso a la superficie con mis barreras.
Con una velocidad vertiginosa lo logro y salgo de regreso a tierra firme, jadeando, y con mi ropa empapada.
—Oye, oye ¿Podrías dejar de escapar?
Artkuz sale desde el charco dónde aparentemente nos atrapó en una especie de dimensión de bolsillo.
—…La gran yo…no morirá, no puede hacerlo.
—Imposible, aún si me vences a mí, eso no sucederá.
Jadeo, ni siquiera estoy del todo segura como he logrado mantenerme de pie, si no fuera por esa cura que recibí de Eloah ni siquiera podría estar en plenas facultades mentales.
Realmente lo de este sujeto es una locura total, ¿Cómo pudo sobrevivir a que le apuñale el corazón? No tiene sentido.
—No le des más vueltas, niña zorro —Artkuz sonríe ladinamente.
No sé de que mundo venga, pero, estos humanos son una locura por dónde los veas.
—¡Al final sólo es el fuerte el que sobrevive! Así que si quieres vivir encuentra una forma de matarme —exclama mientras levanta su lanza—. Área de dominio.
—M-Mald-
Antes de poder hablar, nuevamente estoy cubierta de agua, incapaz de respirar siento como rápidamente me estoy ahogando.
—¡No me jodas con tus ideas tan cursis! ¿Salvar este mundo? Qué graciosa.
Artkuz arroja su lanza con gran potencia, pese a que sólo me rozó, destroza parte de mi ropa e incluso perfora mi piel.
Además, la tierra donde impactó, colapsó sobre sí, formando una especie de cañón.
Antes de que pudiera pensar en algo, Artkuz me toma por el cuello y me arroja fuera de su área de dominio.
Toso a la vez que siento alivio por finalmente ser capaz de respirar otra vez, sujeto mi garganta.
—De pie.
Noto que ahora mismo todo su cuerpo es de agua, incluso puedo ver a través de él.
—Ni siquiera eres el héroe, entonces ¿Por qué tanta insistencia? ¿Fama? ¿Vanidad?
—No lo sé, incluso ahora me lo pregunto —musito—. Antes de darme cuenta ya estaba aquí.
Artkuz me mira, perplejo por mi respuesta, quizás analizando mis palabras antes de explotar en carcajadas.
—Esa Reina si que se juntó con personas interesantes —dice mientras entrecierra los ojos—. Es una lástima que tengas que morir.
—Eres demasiado extraño ¿Qué es lo que buscas exactamente? Para incluso matar a Adrienne, o venderme como esclava —respondo llevando mis manos a mi cuello.
—¿Qué será? —responde sonriendo tenuemente.
Ahora con un aire de melancolía, decide suspirar antes de enfocar su mirada en mí.
—Eso no importa, ahora mismo somos dos hombres intercambiando puños, aunque parece ser que te has decantado por ser una doncella —musita—. Muy bien, muy bien ¿Podrás adivinar?
Siendo sincera, solamente hay una cosa que pienso que podría querer y sería motivo para estorbarnos ya que también vamos por ello: El fruto obtenido del árbol mundial.
—Supongo ya tienes tu respuesta, al menos en su mayor medida —exclama—. Después de todo lo que busco es estar frente a Eloah otra vez.
¿Exactamente que tiene eso de bueno? Yo quisiera no volver a verlo nunca más.
—Un sólo vistazo a ese lugar es suficiente para que un cuerpo mortal vaya más allá de sus límites ¿Sabías? Por ejemplo: curar tus heridas, darte información, poderes y la larga lista continúa.
Pero, aún si dice eso, yo no sentí ningún cambio, más que en esta ocasión.
Y aún si lo que dice es cierto, con todas las veces que lo he visto, debería ser por mucho la más fuerte de este mundo ¿No?
—No te preocupes, se los robaré en sus narices ¡Así que sólo quédate quieta y muere!
Artkuz intenta apurarme con su lanza, pero, logro esquivarlo, aunque con su mano sujeta mi rostro y me estrella en el suelo.
—Ni siquiera eres capaz de vencerme ¿Qué crees que vas a lograr yendo a Azios?
Realmente odio que tenga razón, incluso ese mayordomo era tan fuerte y ni siquiera soy capaz de acabar con este imbécil.
De milagro pude al menos ganar tiempo suficiente para curar mis heridas antes.
—¡Todos ustedes van a perecer junto con este mundo!
El cuerpo de Artkuz se vuelve agua, y de un momento a otro aparece a mis espaldas.
Aún cuando logro evitar la muerte y alguna herida grave, mi brazo derecho es cortado.
Uso barreras como tabiques para al menos poder mover un poco ese brazo, quiero decir, no poder hacerlo es un problema a estas alturas y aún no entiendo cómo es que sigue con vida si estoy segura de que atravesé su pecho.
¿En serio los humanos de su mundo son tan problemáticos? Son una especie de tipos logia ¡Una locura!
Espera, si de verdad son como ellos.
Recubro mi puño con maná y golpeo a Artkuz, quién solamente ve su rostro desviado por la fuerza de mi impacto.
—Personalmente no quiero lástima tu rostro ¿Sabes? Aún si lo niegas, no dejas de ser una dama.
—¡Estás siendo demasiado irritante! Solamente muérete de una vez por todas, maldito bastardo.
En todo caso, no funcionó mi estrategia ¿Verdad? Supongo que era demasiado fácil para ser verdad.
Un momento, ahora que lo pienso ¿Que hizo Sophia? Desde hace un buen rato que no la veo.
Ya la buscaré luego, ahora mismo debo de concentrarme en esto, ya se ha alargado demasiado para ser sincera.
Y aún cuándo yo estoy llena de heridas y cansancio, él parece estar como nuevo ¿Estará usando alguna clase de truco?
Si fuera de ese modo, ¿Cuál? ¿Cómo podría descubrirlo? No me entra en la cabeza de que manera podría haberlo hecho.
Espera, él dijo que es diferente a los humanos que yo conozco, entonces no tiene sentido que piense en como lo haría un humano del mundo, no, estoy peor que antes.
Una daga cae al suelo frente a mí, la recojo, extrañada por el objeto que brilla de un inusual color rojo.
Artkuz se mueve y golpea con la parte sin punta de su lanza mi abdomen, sacándome el aire.
Resisto con más fuerza de voluntad que fortaleza física y uso la daga para cortarle.
—¿Eh?
Cómo si fuera mantequilla, el brazo de Artkuz cae.
—¡¿Qué demonios?! —exclama Artkuz—. Ya veo… fueron ellos.
Artkuz de un momento a otro comienza a reír desquiciadamente, antes de clavar su lanza en su pecho.
—Tal parece que aún si venzo no conseguiré nada, así que te desearé suerte, niña zorro.
Una inmensa ola surge desde él y me atrapa, cuando despierto estoy en una suerte de isla.
—¿Dónde estoy?
Esto es malo, para empezar ¿Cuánto tiempo permanecí inconsciente? Aunque no siento que haya pasado demasiado tiempo desde que Artkuz se autodestruyó.
—¿Está bien?
Delante mía, veo a un niño de quizás unos siete años.
Es León, sí, soy yo.
Miro hacia el cielo, hay un rostro en el mismo.
Definitivamente estoy en mi planeta natal ¿No? Entonces, ¿Por qué se siente tan distinto de lo que recuerdo?
—¿Por qué tiene una cola?
—Ah, E-Eso, es porqué soy una criatura mágica —digo hecha una bola de nervios.
Soy tan estúpida, ¿No pude pensar en una excusa mejor? Además, no sé si esto es un viaje en el tiempo o una especie de ilusión.
Pero de ser la segunda me sentiría muy aliviada, este lugar me es demasiado alienígena.
—Oye, Leo ¿No crees que deberías ir a casa? —Digo poniéndome en cuclillas.
—Pero…No hay nadie en casa —musita.
—…
Me quedo en silencio, ¿Cómo lidio conmigo mismo de niño? Además de que tengo que estar manteniendo mi identidad bajo secreto.
Tan molesto, ¿Por qué no sólo la gran yo lo ignora?
—La gran yo piensa que debes de regresa-
—¿Gran yo? Esa manera de hablar es muy divertida —Parece habérsele prendido el foco o algo, ya que aclara su garganta—. Al gran yo le agrada esa manera de hablar.
—O-Oye, no me copies y no es necesario que hables así, es vergonzoso.
Ahora que lo pienso, para empezar ¿Cuando fue que aprendí a hablar así?
¿Que empresa llevaban mis padres?
¿Cuál era mi apellido?
Son tantas cosas que no recuerdo que ya estoy empezando a preocuparme, con exactitud ¿Quién soy?
E incluso este niño, ¿Por qué está tan solo en este lugar tan alienígena para mis recuerdos?
—¡Ya sé! Acompáñame a cenar.
—No está bien invitar a extraños ¿Sabes? —digo como la buen adulta que soy.
—¿Por qué?
Al final desisto y decido seguirlo hacia una mansión, muy similar a la casa blanca.
Además, ¿La NASA está a un lado? No, no es sólo eso lo raro.
Hay una isla flotando en el cielo y un río fluyendo hacia las nubes, en definitiva este no es mi mundo.
—¿Quién eres? —pregunto.
—¿Yo? ¡León! Un alma artificial
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top