Capítulo 13.-Un hermano
—Escucha, todo va a estar bien ¿De acuerdo?
Una hermosa mujer de cabello gris acaricia a la futura gobernante de Laukus, Felicia.
—¡No quiero! Quiero estar contigo, madre…
La cápsula cerró y fue expulsada por el espacio a una inmensa velocidad, a la vez que observa un colosal dragón lleno de heridas destruyendo la ciudad.
Esa fue la ultima vez que vio a su querida madre, durante la siguiente semana continuó viajando sin rumbo por el espacio, sin suministros y con un oxígeno cada vez menor.
—Madre… —Lloriqueó.
Su estómago comenzó a gruñir, y su cuerpo cada vez más débil acabó por colapsar dentro de la capsula, quedando inconsciente.
Lo siguiente que supo fue estar despierta en medio de un bosque en llamas, en alguna región tropical según la computadora asistente.
Aunque de poca ayuda le fue ya que dejó de funcionar para el segundo dia, Y al no contar con su ayuda tuvo que buscar personas que pudieran darle comida.
—*snif* *snif* Madre….
—¿Una niña Infinity? —preguntó un demonio.
La niña lloró más fuerte al verlo, lo que provocó un cierto fastidio en él, quién únicamente le tiró unas bayas frambuesa.
—Come eso, no es venenoso desafortunadamente —Dijo bostezando.
—Madre… —musitó mientras come.
El demonio exaspera al ver a aquella niña tan patética, ¿De verdad es una Infinity? Imposible pensar que alguien tan débil comparte lazos con aquellos que fueron capaces de repeler una invasión de demonios se alto rango con una inferioridad numérica de 10 a 1
Pero, por otro lado, es bastante cierto que al menos en estos momentos se trata de una simple infante así que no le resultaría extraño que durante su infancia, los Infinity no sean unos completos monstruos a diferencia de una vez que alcanzan su etapa adulta.
Y pensando en ello, ¿No sería una buena idea acabar con esta mocosa antes de que sea un problema? Sin embargo, al verla tan frágil, de seguro morirá por si misma al dejarla por su cuenta.
—Ugh…madre….
—¡Ya cállate, mocosa!
—Si… *snif*
La toma por la cabeza y se la lleva al hombro, antes de empezar a caminar, le dedica una mirada seria.
—Al más mínimo lloriqueo te arrojo ¿Entendido? —pregunta el demonio.
La niña se tapó la boca con ambas manos para ahogar lo más que pueda su propio llanto.
—Mira que encontrar a uno de los tuyos es prácticamente imposible —Se queja mientras continúa caminando—. Eso, te daré un deseo ¿Qué es lo que quieres?
—Un hermano —Musito entre sollozos.
—¿Ah?
***
—¿Cómo demonios es tan fuerte?
Con un brazo roto, Reina corre en círculos alrededor de Israfiel, quién se mantiene totalmente quieto, mientras prepara su puño.
—¡Eso, hermano!
Israfiel suelta un suspiro y golpea el suelo usando la planta de su pie izquierdo para levantar la tierra y hacer perder a Reina su punto de equilibrio.
—¡Tsunami!
Al notar el puñetazo dirigido hacia su rostro, Reina se transforma en agua y aparece a espaldas de Israfiel, con un desenvaine rápido intentó cortar al aparente Infinity.
Sin embargo, la hoja simplemente rebotó con su piel, sin hacerle el más mínimo rasguño en lo absoluto.
—Lo siento, pero hasta aquí llegaste, mocosa.
Reina chasquea su lengua mientras se prepara para otro ataque, provocando que Israfiel le mire con aburrimiento.
—No tienes las más mínima oportunidad, humana.
—Eso lo veremos —dice Reina entre jadeos.
***
—Y eso fue lo que pasó antes de que vinieran —dijo Reina con un tono monótono.
Básicamente no le hizo nada ¿Cierto? ¡Qué molestia! Pero no puedo darme por vencida si es que deseo que Daries esté bien.
Me pregunto cómo les estará yendo.
—Bien, ¿Listas? —pregunta Kermar mientras se prepara para abalanzarse sobre el enemigo.
Yo asiento, seguida poco después por Reina, quién sujeta con fuerza su arma, yo me posiciono detrás de ambos para brindarle apoyo en segunda línea.
—Como si te fuera a dejar.
De un momento a otro soy cubierta por decenas de raíces que impiden que haga cualquier movimiento y más cuando tengo enfrente de mí a esa chica Infinity.
—No creí poder ver un zorro metamorfo en este mundo ¿No eres un magnífico ejemplar?
Usando fuerza bruta, destrozo mis ataduras, a la vez que intento responder con un golpe a las provocaciones de la chica Infinity, aunque lo único que conseguí es estrellarse con un muro de espinas.
Y a los pocos segundos estaba adormecida y mareada.
—¿Veneno? —musito.
—No —Niega la chica Infinity.
Aprovechando su distracción, disparé a quemarropa con una llamarada que aunque parece darle de lleno, se protege nuevamente con ese escudo de espinas.
—Es por la pérdida de sangre, querida —musito con una sonrisa.
Chasqueo la lengua e intento alejarme, pero mis piernas son retenidas por plantas espinosas.
—Tan molesta —musito, obteniendo una risa presumida de su parte únicamente.
—Felicia, yo me encargo de todo, mantente detrás de mí —Ordena Israfiel.
—¡Pero, un tres a uno es injusto!
Israfiel sonríe ampliamente a la vez que aprieta su puño.
—Eso es lo que pretendo, mostrarles la verdadera desesperación —Comenta antes de que sus alrededores comenzaran a arder.
—¿Un demonio? —Se pregunta Reina.
—¡Kazue, ¿Estás bien?! —Kermar se acerca a ayudarme a ponerme de pie.
Lo alejo con un leve empujón, mientras mis rodillas tiemblan, quizás mi cuerpo está en su límite, pero ¿Después de únicamente un leve intercambio?
Noto mi visión realmente borrosa, pero, aún así me pongo de pie, no puedo perder más tiempo ¡Tengo que superar a estos dos y alcanzar a Daries!
—No te preocupes, la gran yo está perfectamente bien —declaro.
—Héroe, no tenemos tiempo que perder si dice que está bien, lo está —comenta Reina.
No muy confiado en las palabras de Reina, decide hacer caso y mirar únicamente a Israfiel, quién en un momento ya tiene sus manos sobre los rostros de ambos.
Con un sólo empujón, los arroja contra pilas de escombros detrás mías y pasando justamente a mis costados.
—Lo siento, ciertamente vencieron a esa demonio de pacotilla, pero ¿Que harán con un demonio de rango medio alto? —pregunta mientras un par de cuernos salen de su cabeza y su piel se torna roja.
Caigo sobre mis rodillas al sentirlas débiles, sin embargo, logro detenerme en mitad de l caída y apretando los dientes hacerle frente a un demonio de un rango superior al de aquella.
—Tuve que acortar mi vida para vencer a ella ¿Y ahora apareces tú? Oye, esto tiene que ser una broma —digo nerviosa.
—No te preocupes, no hay demonios de rango más alto que el mío fuera del reino de l oscuridad —declara hasta ponerse frente a mí.
—Vaya consuelo —digo tratando de evitar temblar.
Prepara su puño para golpearme y aunque me protejo con varias barreras, estás son destruidas y lo único que logran es amortiguar el daño lo suficiente como para evitar morir.
Aunque ahora siento varias costillas rotas y un sabor metálico en mi boca.
—Tan frágiles —declara avanzando nuevamente hacia mi.
Reina nuevamente intenta atacarle por sorpresa apuntando detrás de su rodilla derecha, sin embargo, lo único que obtiene es su espada repelida.
—¡¿De qué demonios estás hecho?! —exclama Reina, realmente sorprendida.
—Una mosca.
Con un puñetazo, mando por los aires a Reina, aún cuando también le protegía con mis barreras.
Tan imponente como su propia estatura, no, incluso más, Israfiel se paró frente a nosotros con su cuerpo intacto y sus ropas blancas totalmente impolutas.
—¿Oh, ya se rendirán? —pregunta con una sonrisa aparentemente amable.
—¡Muere! —Kemar aparece detrás de Israfiel.
Estando a la altura de su cuello, recubre con maná su mano para imitar a una cuchilla y aunque el ataque fue tan repentino, Israfiel lo detuvo usando su propio cuerpo nuevamente.
—¡Les digo que no va a funcionar!
Reina arroja una lanza de agua que se evapora al estar en contacto con Israfiel, dejándonos a ciegas temporalmente y con esos escasos segundos, no sólo está frente a mí.
Sino que su puño impactó directamente en mi estómago, haciéndome vomitar y ser arrojada como basura varios metros hacia atrás.
—¡Barrera!
Intento encerrarlo, pero es inútil ya que las destroza con tan sólo moverse.
“¡Tiene que ser una broma!“.
¿Realmente todos mis poderes son inútiles ante él? No, debe haber una manera.
La gran yo debe encontrar su punto débil, porque debe tener uno ¿Cierto?
Kemar lanza un relámpago desde su mano que impacta directo en Israfiel, quién solamente se queda de pie tranquilamente mientras bosteza.
—….
Con dar un sólo paso, sus alrededores comenzaron a carbonizarse, un aura de calor le rodea.
—Tiemblen ante el poder absoluto, humanos —Declara mientras en su mano se comienza a concentrar una gran cantidad de ¿Maná? No, es distinto—. Erupción.
Desde su mano salen disparadas al cielo unaa gran cantidad de bolas de fuego que en unos pocos segundos vuelven a caer, iluminando el cielo.
—CORRAN —exclama Kermar.
Intento frenarlas con mis barreras, pero me es imposible, son destruidas sin poner resistencia alguna en lo más mínimo.
—¡Maldición! —En mi frustración, sigo intentando frenar el ataque con mis barreras.
—Es inútil, no lograremos escapar a tiempo —dice Reina.
Kermar asiente y justo cuando el ataque está sobre nuestras cabezas, me toman de las manos y me arrojan con todas sus fuerzas para alejarme del rango de ataque.
—¡¿Qué creen que hacen?! —exclamo mientras soy lanzada.
Aunque no hubo tiempo de respuesta, al cabo de unos segundos, todos era lava, toda la zona estaba destruida y sin rastros de ambos.
—….
No me afecta, no me interesa, sólo eran lacayos, sí, eso.
Mientras tenga a Daries todo va a estar bien ¿Cierto? Además, así es mejor ya que podré regresar más fácil a mí mundo.
“Regresar”
Eso será imposible ¿No es cierto?
Comienzo a golpear mi cabeza contra el suelo, intentando sacar de mi cabeza estos extraños e innecesarios sentimientos.
Ya no soy más un mocoso para llorar, debo afrontar estos problemas de frente.
—¿Oh? Es inesperado encontrar a un superviviente.
Maldición, estoy furiosa, no dejo de temblar de la rabia.
Mi cuerpo está severamente dañado, mis barreras no funcionan, y mi cabeza no está en sus mejores condiciones ¿Que hago?
Con las llamas al fondo, me pongo de pie, temblando y con dificultades para apoyarme.
—Supongo que es hora de mostrarte misericordia.
Israfiel me apunta con un dedo mientras acumula calor en la punta del mismo.
—¡Y una mierda!
Sin preocuparme por defensa alguna, me lanzo contra él con mi mano por delante cubierta por una barrera.
—Parece que no aprendes.
Disparó un rayo de calor contra mí, aunque en el momento en que entró en contacto con mi mano, usé mi habilidad de metamorfosis para congelarlo, y aprovechando ese lapso de debilidad, impacto un golpe limpio con tal fuerza que le hago besar el suelo.
Sin embargo, como consecuencia del golpe obtengo una quemadura de tercer grado.
—…
“Soportalo, no siento nada, todo está en tu cabeza“.
Aunque el viento rozando contra mí puño no ayuda en lo absoluto, Israfiel se queda tendido unos momentos en el suelo antes de incorporarse nuevamente y comenzar a reír.
—Buen, intento pero un animal salvaje sólo puede llegar hasta aquí —Exclama Israfiel—. Ciertamente para este mundo tus niveles de poder son excepcionales ¡Pero! Para aquellos cuyo poder rivaliza con los Infnity esto no es nada.
Sacrifique mi integridad física ¿Y me estás diciendo que esto es todo lo que obtengo? Ni un rasguño.
Aprieto los dientes, mientras jadeo.
—Aunque, sería un desperdicio no probarte estando en esa forma ¿Que dices? —dice mientras me come de pies a cabeza con la mirada.
Sólo siento un escalofrío.
—¡Hermano!
—Tsch, bien, se acabó el juego.
Una ola de magma se dirige hacia mí, solamente cierro los ojos y espero el resultado.
Ya fue suficiente ¿No? Lo he hecho bien, para ser yo… para ni siquiera ser real.
—¡¿Me estas estás escuchando maldito?!
Parpadeo, viendo a aquel hombre cuyo rostro ya no recordaba.
Sí, August en el otro mundo.
—¿Quién eres? —pregunto confundido.
Busco en los cajones de mi escritorio hasta encontrar un espejo, viendo mi rostro antiguo, el rostro de León.
Vaya, así solía lucir, era realmente atractivo ¿No?
Ahora, me pregunto si esto es alguna especie de ilusión o algo así.
—¡Escúchame maldito!
El viejo, ligeramente obeso y cansado August me apunta con un cuchillo.
—Disculpa, ¿Podrías guardar eso? —digo con un rostro tan amable como puedo.
Esto es sólo una ilusión, aunque supongo que puedo tratarlos mejor que antes si es que puedo decirlo así.
—Entonces, ¿Cuál es tu problema?
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