Capítulo 11.-Un suceso repentino.
“¿Debería confiar en ella?”
Mientras pasaba el tiempo viendo a Joffridus, Ranulf y Daries luchar entre ellos, o más bien a Daries apaleandolos. Me encuentro pensativa, con Adrienne comiéndose las uñas de la preocupación.
Padre y el hombre redondo se encuentran charlando, no muy lejos de Adrienne y de mí, se encuentra la mocosa cuyo nombre recuerdo pero no quiero pronunciar, el mocoso cuyo nombre no recuerdo y la dragona cuyo nombre ni siquiera recuerdo haber escuchado.
Ambos se ven fastidiados, pero cómo no es problema mío no voy a interferir en ello, eso y que ya tengo suficiente con mis propios problemas.
Y no debo de involucrar a nadie más en esto, ciertamente no puedo confiar en ese dios, pero ¿Puedo hacerlo con esta vampira? ¡Ni hablar!
Definitivamente le daré una respuesta negativa, no puedo fiarme de una desconocida.
—S-Señorita Daries, ¡Por favor trate de golpear ahí! —Declara mi sirviente consternado.
Miro hacia Adrienne, quién parece estar a punto de darle algo con lo que está viendo, por lo que suelto un suspiro y golpeo a Adrienne en la frente.
—¿K-Kazue? —musita Adrienne cubriendo su frente con ojos llorosos.
—Tranquilo, Daries no es tan idiota como para herirlos de gravedad.
—¡Ah, mi pierna! —exclama Ranulf.
Los ojos de Adrienne me miran con cero confianza en mis palabras, incluso parece esforzarse por creerme, pero sus ojos la devuelven a la realidad.
—Eh, bueno... —balbuceo intentando encontrar una explicación lógica.
—Debe ser fácil para ustedes monstruos —declara repentinamente la dragona.
“Ah, es ese tipo de persona, cállate por favor”
Suelto un suspiro, y me volteo hacia ella, Adrienne se coloca frente a mí.
—¿Hay algo que le moleste? —pregunta con una sonrisa evidentemente forzada.
—Nada que pueda venir de unas mocosas —declara desviando la mirada.
“¿Puedo golpearla? Me irrita, quiero hacerlo, debo hacerlo, de otra manera el gran yo no podrá estar en paz”.
—No hay nada de malo en disfrutar la paz —respondo repentinamente.
La dragona chasquea la lengua.
—¿Y tú que sabes? —musita.
—¿Qué será? —respondo vagamente.
Viéndose realmente furiosa comienza a ignorarme, al cabo de un rato, el mocoso se pone de pie, mira en mi dirección en repetidas ocasiones.
Yo me encuentro recostada en el regazo de Adrienne, y Daries se encuentra intentando vendar a sus victi- oponentes.
De cualquier manera esto es realmente pacífico.
—Buenas tardes —Una voz delicada y aparentemente de una joven, de repente se pronuncia a espaldas de Adrienne.
Todos se quedan repentinamente paralizados, incluido Adrienne, al abrir mis ojos me encuentro con una sonriente Sophia, quién trae a la mano consigo un paraguas de apariencia delicada.
Aunque acto seguido, la dragona explota en ira y arremete con un puñetazo limpio contra la emperatriz, quién en lugar de esquivarlo como el sentido común dicta, lo detuvo con su propia mano.
—¿Quién eres tú? —pregunta manteniendo su sonrisa.
El príncipe se coloca delante de Marina, sudando y temblando, pero priorizando la seguridad de su hermana por encima de la suya.
—Oh, pequeña lagartija, deberías aprender modales —declara simplemente bajando el puño de la dragona y pasando de ella.
—¡¿A dónde crees qué vas?! Maldito monstruo —exclama la dragona llena de ira.
Sophia simplemente suspira y niega con la cabeza.
—¿Un monstruo? No, es imposible, solamente soy un arma —responde sin perder su cada vez más tétrica sonrisa.
Sus pasos no provocan sonido alguno, si no fuera porque la estoy viendo venir, ni siquiera me daría cuenta de que está justo aquí.
—Soy el arma definitiva —dice con una gran sonrisa.
Hasta este momento, sus párpados han permanecido cerrados, lo que la hace escalofriante a su manera.
—¡¿A qué has venido?! ¡¿Cómo llegaste?! ¡¿Qué fue lo que pasó con padre?! —exclama el príncipe con lágrimas en los ojos y temblando.
Sophia finalmente abre los ojos, y sentí como si mi cuerpo se paralizara del miedo, todos mis instintos me gritan que huya, Daries se encuentra de rodillas en el suelo temblando y llorando, yo no estoy mucho mejor, estoy sudando a mares.
Incluso la dragona parece estar aterrada, plantada en su mismo sitio.
—¿No es obvio? Madre me dijo que destruyera a sus enemigos, solamente cumplí sus peticiones —dice con una frialdad increíble, en su voz no se nota la menor vacilacion sobre sus palabras—. Al fin y al cabo, para eso nací ¿No es así? Pequeño y adorable humano, León.
“¿Eh? ¿Cómo lo sabe?”
Afortunadamente todos están consternados y no pueden escuchar, pero ¿Cómo salgo de esto? ¿Qué hay con este cambio tan brusco de actitud?
—¿Eres Sophia? —cuestiono tras un gran esfuerzo.
—Soy el arma definitiva ¿Eres sorda?
“No lo afirmó, Entonces ¿Doble personalidad?”
Me encuentro jadeando, el sólo hecho de estar frente a esta persona es realmente agotador.
—Señorita, se acabó su tiempo —declara repentinamente un hombre vestido de mayordomo.
Incluso el rostro de "Sophia" luce diferente que la de anoche, ¿Por qué? Si me fijo en sus ojos ¿No son más rojos que anoche? Definitivamente aquí hay gato encerrado, además ¿Por qué padre no ha venido?
Espera, si yo no pude detectarla tan de cerca ¿Padre podría desde esta distancia? Afortunadamente no tuve que esperar mucho tiempo, ya que en un instante una muralla de fuego rodeó a la vampira.
En un instante, tanto yo cómo el resto de menores e incluso la dragona fuimos alejados de la vampira, y de aquél mayordomo.
—Magia ¿Eh? —Con una sonrisa burlesca, la vampira toca las llamas, y, desaparecen.
Cómo si nunca hubiesen estado ahí en primer lugar, ¿Qué fue eso? Nunca escuché de nada similar, incluso si me baso en recuerdos de mi anterior mundo ¿Absorbió la magia? ¿O qué hizo?
—Cómo sospechaba, ¡Oh, Génesis, mi amada Génesis! Este mundo... —Con lágrimas en las comisuras de sus ojos, y una más que evidente sobreactuación, repentinamente su mirada cambia a una de desprecio—. Es una verdadera decepción.
Repentinamente todos nos vimos abrumados por una intensa sed de sangre, e incluso llegué a vomitar, mientras no puedo dejar de temblar.
—Bien, eso es todo —declara dándonos la espalda.
—Mi nombre, ¿Cómo lo supiste? —Musito.
Una pequeña sonrisa se dibuja en su rostro, pero más que una de maldad, de alegría, burla o incluso tristeza, simplemente es cómo si estuviese mirando a un insecto.
Una expresión de superioridad.
—¿Interesado? Bueno, en primer lugar vine a verte a ti, juguete de Eloah —declara cerrando la sombrilla.
“¿También sabe sobre Eloah?”
—Suficiente, vámonos —dice el mayordomo con insistencia y pegando aquella arma al cráneo de la supuesta Sophia.
—Sí, sí —declara volviendo a abrir la sombrilla y dándonos la espalda para empezar a marchar, el mayordomo expulsa una cortina de vapor.
Tras un rato, nuestro campo de visión se restablece, pero, lo que ví fue algo que nunca pensé ver, bajo la mirada de su consternado mayordomo.
Y para el terror tanto de Daries como el mío, "Sophia", está perforando el abdomen de padre, pero únicamente con una mano, totalmente desnuda.
—¡Padre! —exclama repentinamente Daries quebrando en llanto.
Yo me quedo paralizada, sin poder reaccionar, e incluso mis piernas no se mueven, me niego a creerlo, esto no puede estar pasando.
¿Fue premeditado? Pero la cara del mayordomo me hace pensar que fue una actuación egoísta de parte de la supuesta Sophia.
—...
No hay forma, padre no puede morir aquí ¿Sabes? Ni siquiera lo conozco bien, no hay manera ¡Me rehuso!
—Tan blando —dice juguetonamente.
Sophia de un salto se aparta de padre, quién comienza a caer, pero, logra evitar el golpe deteniéndose con ambos brazos, aunque fue completamente inútil ya que instantes siguientes la sangre empezó a escurrir de él.
—¿Ves? Todo este mundo, es demasiado frágil —declara sacudiendo su mano con asco, salpicando el suelo.
—¡Tú!
Sin pensarmelo mucho, corro hacia ella, pero soy detenida por Adrienne, quien me embiste y retiene en el suelo.
—¿Quieres pelear, pequeña cachorra? —Exclama nuevamente liberando una inmensa sed de sangre.
Con el miedo y terror nuevamente en mi cuerpo, para de forcejear.
—¡¿Por qué lo hiciste?! —exclamo con impotencia.
—¿Quién sabe? ¡De cualquier forma, adiós! —Exclama desapareciendo de un instante a otro.
Las siguientes horas fueron de pánico total, intentaron cerrar la herida de padre de todas las formas posibles, pero no consiguieron nada ni siquiera con magia, y lo peor es que la herida no sólo ha comenzado a infectarse sino que también se sigue expandiendo.
Antes era del tamaño de un dedo y ahora mismo mi puño entero puede entrar en su herida.
“¿Qué hago? ¿No se supone que la magia lo puede todo?”
No tiene sentido, que exista alguien así.
—Kazue, Daries.
Con una voz débil, padre nos llama, para estos momentos sólo Adrienne permanece en la habitación cuidando la puerta.
Daries se acerca, yo me quedo quieta, no puedo aceptar este resultado.
Observo a padre, en cuestión de horas su cabello se ha empezado a volver blanco, su piel pálida y como consecuencia de su albinismo, sus ojos rojos.
“Igual que madre”
Espera, ¿No significa eso que antes se encontraron? No, no tiene caso pensar en ello ahora.
Lo siguiente que supe fue que estaba llorando junto a Daries, ambas abrazadas de un padre cada vez más débil.
“¿Sólo así? ¿No hay más?”
¿No eres el mas fuerte? Dime, ¿No nos ibas a proteger? Respóndeme, ¿Qué se supone que haga con este sentimiento ahora?
—Lo siento —musita con su voz más débil a cada momento.
Naturalmente, falleció, esa noche, tanto Daries como yo quedarnos huérfanas.
Y la isla de los monstruos sin soberano, simplemente no puedo creerlo, mañana haremos una ceremonia en su honor, pero ¿Esto es real? ¿Qué es este sentimiento?
Ah, mi vista se está tornando borrosa ¡El gran yo debería de checar su visión! Después de todo pudiera ser que tenga problemas de vista.
Jaja, es ridículo ¿No?
—Kazue —musita Adrienne suavemente.
Me encuentro recostada en mi cama, Adrienne a un lado toma mi mano, inmediatamente lagrimas se deslizan por mi rostro.
Realmente ¿Eso fue todo? ¿Por qué? Solamente lo tocó, no tiene sentido.
Esa noche, seguí llorando hasta dormirme.
Pero no pude descansar, ya que ahora mismo tengo a la fuente de mis mayores dolores de cabeza, el autoproclamado dios, de quién todavía no sé nada.
—¿Y bien? ¿No te lo advertí? Qué no fueras —declara carcajeandose.
Naturalmente mi mirada no debió ser precisamente amigable, pero fiel a su actitud, dios siguió burlándose.
—Bien, ¡Entonces pasemos al tema! ¿Quieres saber más de tu madre? Y por extensión, de "Génesis", la más grande traidora de la historia.
“Ese título”
¡No! No debes dejar que te manipule.
—Si haces bien las cosas, incluso podrías conseguir vengarte ¿Sabes? —susurra a mi oído.
La imagen de padre siendo atacado por Sophia viene a mi mente, una y otra vez, como una especie de tortura.
A este punto, dudo siquiera que sea algo inconsciente, y es muy probable que "Dios" esté interviniendo.
—Tienes que encontrar a la....
Y así como vino, despareció, pero no volví a mi cuerpo, sino que estoy en una especie de biblioteca, una biblioteca con estanterías repletas de libros, todo más allá de dónde alcanza la vista, y sobre un espacio en blanco.
Frente a mí, una chica rubia, de cabello rizado, ojos rojos, y una piel ligeramente bronceada, vistiendo de forma similar a una colegiala, pero toda su bonita apariencia se va al traste con esos horrendos lentes de botella y no, no es por ser de ese tipo sino por el diseño tan cutre, y ¿Abstracto?
“¿Dónde estoy?”
No quiero perder más el tiempo, al menos quiero poder darle una despedida digna a padre, casi parece increíble que en la mañana todavía pudiéramos bromear.
—Bienvenido, viajero de mundos, León o ¿Ahora eres completamente Kazue? —pregunta la pequeña chica, de unos aparentes catorce años.
—...
“¿Cómo sabe mi nombre?”
—Lo sé todo, yo fuí quién se lo dijo a mis hermanos —Musita con tranquilidad.
Aunque pese a su voz infantil, habla más que como un humano, como una máquina, siendo realmente escalofriante.
—Por eso, también conozco tu deseo ¿Quieres saber más sobre tú madre? Y por consiguiente, lo que ocurrió con tu padre.
“¿Eh?”
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top