4. Toyboy

—¿Que va a tomar la dama? —pregunté a la rubia al otro lado de la barra.

—Ponme... Aquello verde que serví a aquel hombre calvo... Tenía un nombre raro.

Asentí y agarré copa y botellas para comenzar a preparar la bebida.

Finnick y Jane se habían retrasado por, cito textualmente, "motivos extraños, misteriosos y personales", por lo que Willow para no quedar sola decidió acompañarme en mi trabajo como barista.

Al principio estuvo metida tras la barra conmigo y otros seis empleados del local. Yo preparaba las bebidas, ella las servía al cliente... Claro que estamos hablando de Willow Lewis y su extremadamente cara manicura, daba por sentado que no aguantaría mas de cinco minutos como camarera.

Así es como terminó aquí sentada, siguiéndome con la mirada a cada paso que yo daba y pidiéndome copas como si fuera un vulgar sirviente.

El local no era la gran cosa, pero tampoco era el cuchitril en el que me imaginé trabajando hasta alcanzar mi vejez. Una cosa era cierta, estaba de gente hasta los topes. Y si el local le debía su fama a algo, era a los viernes de toyboy.

¿Que qué es eso? Eso es lo que me tiene tan ¿Preocupado? ¿Avergonzado? ¡Aterrado!

Analicemos la frase:

Viernes= hoy
De= preposición absurdamente innecesaria la cuál traduciremos como "prostitución"
Toy= juguete
Boy= chico

Así que sí, en los viernes de toyboy el local vendía a sus empleados como si de juguetes se tratara. ¿A quién? Al mejor postor.

Llevo cinco meses aquí. 22 viernes, si nos ponemos quisquillosos. Lo que significa que en este tiempo he sido obligado a salir con 22 desconocidas con mucho dinero y poco uso de la razón. Solo fueron citas de un par de horas, el local no nos obliga a establecer ninguna clase de relación con ellas, menos aún a prostituirnos como tal. Aunque ahora empiezo a dejar de ver la diferencia entre una cosa y la otra.

El tema es que, aunque al principio solía sentirme incómodo, lo superé. Se convirtió en el pan de mi día a día. O el pan de mi viernes a viernes. El problema está en que hoy será la primera vez que mis amigos lo presencien. Willow se reirá de mí, Finnick se reirá de mí, Jane se reirá de mí... Siendo justos yo también me reiría de mí mismo si no me diera tanta vergüenza. Pero me da miedo que después de esto dejen de verme como alguien a respetar.

Puede que Finnick y Jane lo acaben olvidando con el tiempo, al fin y al cabo ellos son igual de raritos ¿Pero qué pensará Willow? Ella que tan en cuenta tiene la clase social, el orgullo, el postureo...

—¿Wynn?

—¿Me has dicho algo? —bajé de mi nube al oír su voz.

—Que si tienes ya mi bebida, y bien, ¿La tienes?

Le ofrecí la copa en mi mano y la observé dar el primer trago. Me fijé en cómo au pintalabios quedó marcado en el vidrio, algo de lo que ella no pareció percatarse.

¡Seeeeeñores y señoras! ¡Chicos y chicas! ¿¡Estáis listos para este nuevo viernes de toyboy!? —habló el altavoz, a lo que la gente respondió con aplausos y varios silbidos. Willow volteó hacia mí con una ceja enarcada, a lo que yo intenté con todas mis fuerzas mantener la vista al frente y hacerme en desentendido —¡Aaaaasí me gusta! ¡No os vayáis, que este concurso comienza en tan solo unos instanteeees!

¿Concurso? ¿Toyboy? ¿De qué me he perdido?

Volví la vista a la chica, sin saber que decir. Las palmas de las manos me sudaban. Nunca había estado más nervioso e incomodo al mismo tiempo.

Entonces, una llamada.

Agarré mi móvil con velocidad y descolgué el teléfono sin siquiera mirar de quién se trataba.

Salvado por la campana, supongo.

—¿Wynn? ¿Wynn, nos escuchas?

—¡Finnick! —adiviné con alegría antes de cambiar bruscamente el tono de voz —¡Puto cerdo tardón! ¡Llevamos esperándote media vida! ¿Cuando piensa el princeso dignarse a aparecer por el local?

—¡Ehh! —se ofendió —Mira tras de tí, capullo.

Me giré para poder observar a los chicos abriéndose paso entre la multitud para llegar a nosotros. Salí de detrás de la barra y me dirigí a Finnick con sed de respuestas.

—¿Por qué habéis tardado tanto? ¿Dónde estabais? ¿Que hacíais?

El pelirrojo se llevó una mano a la nuca bajando la mirada al suelo, tímido.

—¡Tranquiiilo vaquero! —intervino Jane sonriente —¿Ya hemos llegado, cierto? Pues venga, demuestra que tu sueldo es merecido y sirve unas copas a tus amigos y a...

Fue entonces cuando los chicos notaron la presencia de Willow tras de mí. Jane me apartó de un manotazo para quedar enfrente suya, Finnick le siguió.

—Willow —se presentó con una sonrisa amable y confiada.

—¿¡Así que tú eres la famosa Willow Lewis!? —canturreó la otra chica echándome una fugaz mirada cargada de picardía —No sabes lo mucho que nos habla Wynn de tí.

—Jane y Finnick, ¿No?

—Los mismos.

Willow abrió la boca para hablar, pero entonces un pitido agudo y molesto hizo callar a todo el local.

Esto es una llamada a los toyboys de esta noche —interrumpió una voz masculina a través del maldito sistema de megáfonía —¡Acudid todos al vestuario! ¡Calentad que salís muuuuyy prontoo!

El entusiasmo de ese hombre era admirable. ¿Cuánto le pagarían por repetir lo mismo viernes tras viernes?

—Continuad las presentaciones sin mí —anuncié en cuanto recobró vida el murmullo, gesticulando y agitando mis manos sin la naturalidad con la que pretendía —Tengo que ir al almacén en busca de una botella que recién se me ha gastado ¡Vuelvo en un momento!

Soné a excusa. Apesté a mentira. Derroché nervios. Transmití incomodidad.

Rápidamente les di la espalda y me perdí entre la multitud del local.

¿Cuanto más podría retrasar la inevitable verdad?

💋💋💋

Holaa

Este capítulo quizá no ha sido de los mejores y pido disculpas, pero a partid de aquí viene bomba tras bomba!

Atentos a actualizaciones y porfa porfa porfa, si tenéis alguna idea de mejora para la historia hacedmela saber.

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