12. El despacho de William
Tras rechazar la llamada, volví a la cama con Bryce.
Tenía el cuerpo cortado y las carnes de gallina, pero hice todo lo posible por ocultarlo, ya que no podía permitir que notara ningun cambio de actitud en mí. De ser así, mi repentina incomodidad levantaría sospechas en el moreno.
—¿Retomamos por donde lo dejamos? —preguntó con una sonrisa nerviosa. Jugaba con sus dedos, retorciéndolos en un gesto inseguro. ¿Estaba así por mi culpa? Oh mierda, debería darle alguna explicación...
—¿Puedes primero traer un vaso de agua para mí? Tengo la garganta un poco seca —me excusé.
Asintió en un gesto de "sin problema" y arrancó las sábanas de la cama para cubrirse de cintura para abajo y salir en busca de ese vaso.
Conté sus pasos alejarse hasta que se hizo el silencio. Era ahora o nunca.
Bajé de la cama y caminé hacia la mesita de noche de William Halton. Abrí sus cajones y rebusqué, con la esperanza de palpar un manojo de llaves.
Nada, aquí no estaba.
Entonces recordé aquella foto que tomé del despacho del señor Halton. Podría ser producto de mi imaginación, pero juraría que sobre su escritorio había un manojo de llaves parecido al que yo necesitaba.
Sin malgastar mi poco tiempo en vestirme, abandoné la habitación y corrí por el pasillo con sigilo.
No tuve problemas en llegar hasta el despacho, ya que Bryce se encontraba en la cocina, que estaba en la esquina contraria de la casa.
Giré el pomo, encendí la luz y entré al despacho, donde una llave relucía sobre el escritorio.
Era la llave que buscaba, no cabía duda. Pequeña, de color lila... Inconfundible.
¿Lo raro?
En lugar de estar junto con otras llaves, como me habían avisado que estaría, se encontraba sola, unida a un único llavero de plástico.
Agarré el llavero y al darle la vuelta me encontré con un texto que decía: oficina.
Tuve un mal presentimiento. Qué resultara tan fácil levantaba muchas dudas en mí.
Parecía servido en bandeja, preparado...
Alcé la vista al techo para encontrarme con una cámara apuntando en mi dirección.
Un escalofrío me recorrió el cuerpo. Me crucé de brazos para cubrir mis pechos y agaché la cabeza, avergonzada.
Había sido estúpida, ella no me avisó que esto pudiera pasar. Lo que me hizo pensar que quizá había puesto la cámara recientemente... Qué quizá William sabía que yo andaba detrás suya desde hace tiempo.
Me quedé en blanco, sin ideas. Solo quería escapar de allí, y eso hice.
Rehice el camino de vuelta a la habitación, está vez con una llave en mis manos.
Me tumbé en la cama adoptando una postura casual y despreocupada, y encendí mi móvil a la espera de que Bryce volviera.
~Tú
Lo sabe. Él lo sabe.
7:13
~W
¿Tienes la llave?
7:13
~Tú
Sí.
7:13
~W
Ven hoy a verme, ya sabes la dirección.
7:14
—¿Un vaso de agua para la señorita? —bromeó Bryce ofreciéndome la bebida.
Asentí con una sonrisa tensa, me llevé el vaso a los labios y tragué todo el contenido de un buche.
—Vaya, si que estabas seca —se sorprendió con una sonrisa.
Observé al chico con desconfianza.
¿Podía saberlo él también?
No, de ninguna manera. Su maldad no alcanza ese límite.
De pronto sentí que no podía confiar ni en mí misma. Necesitaba salir de esta casa o acabaría por volverme loca.
—Bryce —lo nombré con seriedad.
—¿Si?
Él lucía contento cual niño pequeño con una piruleta. ¿Acaso era todo mentira? ¿Todo esto era una farsa?
—Tengo que irme. Ahora. He olvidado... hacer algo.
—Está bien... ¿Te acerco en coche a algún sitio? —se ofreció con simpatía.
—No, no. No hace falta.
Caminé hacia él para depositar un rápido beso en sus labios y me agaché a recoger mi ropa esparcida por el suelo.
Tan rápido como acabé de vestirme, salí a escape de aquel siniestro lugar.
Me sentía observada, vigilada, como si las paredes hubieran desarrollado un ojo con el fin de detallar cada uno de mis movimientos.
No tenía ni idea de cómo, pero tendría que conseguir el acceso a las cámaras y destruir las grabaciones, de lo contrario, corría el riesgo de acabar entre rejas.
Y yo que pensaba que mi vida estaba jodida... ¡Ja! Ilusa de mí. Mi vida terminó de joderse el día que le dirigí la palabra nuevamente a Bryce Halton.
Mentira.
Fue mucho antes.
Fue el día en el que contacté con Wanda De Biaggi.
💋💋💋
De nuevo un capítulo más corto de lo habitual, así que aprovecho el hueco en blanco para preguntaros:
¿Para qué necesita Willow esa llave?
¿Es William Halton un mal hombre, o quizá solo pretende protegerse?
¿Quién es esa tal Wanda De Biaggi? ¿Que querrá de Willow?
¿Y Bryce? ¿Sabrá algo más de lo que aparenta?
Aquí todos ocultan algo, seguramente tú también.
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