Capítulo 4
UNA REALIDAD DIFÍCIL
CAPITULO 4
Conmoción y emoción…
•
•
•
LOS PERSONAJES DE INUYASHA NO ME PERTENECEN, SON PROPIEDAD DE LA GRAN MANGAKA RUMIKO TAKAHASHI CREADORA DE INUYASHA YO LOS TOMO PRESTADOS SIN NINGÚN FIN DE LUCRO MÁS QUE PARA DAR VIDA A MI PEQUEÑA HISTORIA QUE POR EL CONTRARIO ES TOTALMENTE MÍA.
QUEDA PROHIBIDO SU PUBLICACIÓN EN OTRA PLATAFORMA SIN MI CONSENTIMIENTO, SI QUIERES QUE SE PUBLIQUE EN OTRO LUGAR, CONTACTAME.
•
•
•
Extraña.
Así describía mi vida desde el momento en que mi madre murió hasta ahora, si mi madre viviera quizás mi padre no actuara de esa manera; desde que contrajo matrimonio nuevamente no me prestaba atención, me facilitaba lo que quería solo para librarse de mí y le importaban mucho más lo que especulara la sociedad, que lo que le decía su corazón, quizás ni siquiera tuviera corazón. La vida realmente dabas giros inesperados, en los últimos años había dado giros increíbles y el más sorprendente era este… La criatura que yacía dentro de mí.
Esta semana transcurrió velozmente, cuando salí del hospital ese mismo día, pase todo la tarde charlando con Sango, en el pent-house de Inuyasha, mientras veíamos como él y Miroku organizaban el lugar que estaba colmado de basura "por la fiesta de la noche anterior", luego vimos películas y cenamos pizza, tuve un fin de semana agradable como hace mucho no lo tenía. Inuyasha me llevaría esa misma semana a una consulta con su madre, el resto de la semana seguiría con la universidad en la mañana y empezaría a trabajar por la tardes en la carreta de la anciana Kaede y por la noches la ayudaría en lo que necesitara…
Eran las tres de la tarde y me encontraba en mi nuevo empleo, arreglando algunas flores, pensando si mirar lo que pasaba a mí alrededor…
-Yujuuu! –una mano pasaba cerca de mi rostro- Tierra llamando a Kagome!
-Oh –di un brinquito de susto y voltee a mirar- Inuyasha… -di un suspiro y silencio.
-Disculpa por no ser a quien esperabas –frunció en ceño.
-Oh no! No es eso es que… -estudie las flores pensando que decir, sonreí y volví a mirarlo- No te esperaba, eso es todo.
-Ummm… ¿Y tú qué demonios haces aquí? –dijo apoyándose de la carreta con un pie flexionado apoyándolo también- Fui a tu casa, no te encontré, salí y te vi aquí desde el otro lado de la calle…
-Mi nuevo empleo –le sonreí.
-¿Empleo? –frunció el ceño y luego dio una sonrisa de oreja a oreja- Así que empleo…Te felicito! Jajaja
-No te burles –dije seriamente- No es tanto, pero mientras consigo algo mas tendré este… también ayudo a la anciana en su casa.
-Ohhhhh! –Hizo un gesto de sorpresa sarcásticamente- ¿Cuánto te paga?
-No mucho, pero me sirve para llegar ahorrar algo –seguía seria- Así quizás alcance a pagarte algo de lo que…
-Ya te dije que no quiero que me pagues –me interrumpió seriamente- En fin –suspiro cerrando los ojos y volviendo a mirarme- Vamos con mi mama, la llame y me dijo que podía llevarte hoy.
-¿Hoy? –Le mire y suspire- Bueno no importa… creo que puedo ausentarme por unas horas, no hay mucha gente hoy.
-¡Exacto! No te puedes negar –me sonrió y camino hacia la cera- Así que… ¡LETS GO!
-Espera un momento, tengo que cerrar esto –saque las lleves de carreta y se las mostré- No seas tan apurado…
-La cita la tienes para las cuatro –me dijo y miro el reloj en su muñeca- Ya son las tres y media.
-Espera un minuto… -comencé a cerrar la carreta.
-¡Bien! Buscare el auto –decía mientras caminaba hacia atrás viéndome y sacando sus llaves- Espera aquí, ya vuelvo.
-¡No tardes! – le grite viendo como se alejaba corriendo y sonreí.
Lo veía alejarse entrando al estacionamiento de la urbanización. Era el chico más guapo que jamás había visto, incluso mucho más guapo que el idiota de Kouga; podría haberme enamorado de Inuyasha si solo lo hubiese conocido antes, pero creo que el ya tenía por quien suspirar. En ese momento desperté de mis pensamientos estúpidos y me di cuenta que no conocía nada acerca de Inuyasha, el sabia de mi vida y yo no. Lo vi acercarse en su volvo negro, al que había subido hace unos días, era la oportunidad para saber de él algo más. Detuvo su auto frente a mí y me sonrió, subí rápidamente y arranco…
-Deberías ponerte el cinturón –me dijo sonriente mirando el camino por el cual manejaba.
-Cierto –asentí y me puse el cinturón rápidamente- Vas muy rápido y si pasa algo no quiero morir.
-Hey… que poca confianza –bromeaba conmigo felizmente- No pasara nada, soy un profesional.
-¿Conduciendo? –lo mire arqueando una ceja.
-Sip –asintió- Durante el instituto y en el primer semestre de la universidad solía estar en competencias callejeras
-Un rebelde ¿no? –le sonreí- ¿Ya no lo haces?
-No, supongo que madure –dijo serio- Así fue que conocí a Kikyo.
-¿En carreras callejeras? -lo mire interrogante.
-Sí, ella solía ir con Kanna –me explico- Naraku, el hermano de Kanna, también era competidor.
-Eso sí lo sabia –señale con el índice- Pero que Kikyo iba… extraño.
-Sí, un poco –seguía diciéndome el- ella es muy fina para esas cosas… por decirlo así –me miro y sonrió.
-Cierto –le devolví la sonrisa.
-Bueno… llegamos –dijo mientras dirigía el auto a la gran entrada del Hospital Takayama.
Miraba los gestos que hacia mientras se estacionaba lentamente, como pensando y analizando algo que yo sabía; luego se detuvo el auto y bajamos de él…
-Vamos a los ascensores… mi madre está en el séptimo piso –me dijo mientras me dirigía hacia una de las tantas puertas de la clínica.
Caminamos por el pasillo de entrada y llegamos al par de grandes ascensores…
-Inuyasha –le susurre mientras el presionaba el botón para llamar el ascensor.
-¿Si? –volteo a verme.
-Es solo que… Pienso que no se mucho sobre ti –comencé a explicarle- Y tu sabes mucho sobre mi… y bueno… ya sabes…
-Deja de tartamudear ¿sí? -se burlo sonriente- Habla claro y preciso.
-Bueno –fruncí el ceño- Cuéntame mas sobre ti.
-Con esa cara parece una orden -se abrió el ascensor y bajaron varias personas- Subamos… arriba te contare mas sobre mi –hizo un gesto con las cejas y sonrió.
Subimos al ascensor, bajamos en el séptimo piso y caminos por unos cuantos pasillos hasta llegar a un pequeño vestíbulo, donde había sillones de espera y una puerta al final, detrás de la recepción que decía: Dra. Izayoi Taisho. Ginecobstetra.
-Hola Midoriko –dijo Inuyasha a la enfermera que estaba en la recepción- Dile a mi madre que ya estoy aquí por favor.
-Joven Inuyasha –le sonrió- Esta bien… espere unos minutos, su madre esta con una paciente… pero ya saldrá.
-Está bien, esperare aquí –le dijo y nos sentamos tranquilamente en uno de los sillones.
-Bueno… creo que ahora puedo responder tus preguntas –me dijo mirándome fijamente- Suéltalo.
-Solo dime algo sobre ti… es todo –le dije esperando por unos instantes silenciosos su respuesta.
-Está bien… Bueno, tengo 21 años, pronto obtendré mi título universitario, espero ser un excelente ingeniero algún día… Tengo un hermano, Sesshomaru, es médico cirujano, mi padre tiene una compañía constructora… A mi madre ya la conocerás… Sango y Miroku son mis mejores amigos, nos conocemos desde hace mucho… y creo que lo demás lo sabrás poco a poco –me sonrió.
-Sí, creo que ahora se mas de ti –le devolví la sonrisa y luego lo mire seria- Pero… no mencionaste a Kikyo.
-¡Oh! Bueno lo mío con ella, digamos que es… algo… complicado.
-Descuida no tienes que explicarme nada –le dije.
-Joven Inuyasha– Llamo la enfermera -Ya puede pasar, su madre está desocupada.
-Muy bien… Gracias Midoriko –se levanto- Espérame aquí por favor, hablare con ella y luego entras…
Camino y entro rápidamente al consultorio.
Midoriko me salvo de una conversación que no quería tener con Kagome, hablarle sobre la relación que tenia con Kikyo sería muy incomodo y yo tampoco sabía qué tipo de relación de hermanastras tenían ellas dos; si eran amigas, hermanas o simplemente no tenían ningún tipo de trato, pero luego lo averiguaría. Ahora solo importaba la salud de Kagome y su bebe…
-Inuyasha! –Me recibió mi madre con un gran abrazo- ¿Cómo estas hijo?
-Muy bien mama, gracias –le correspondí el abrazo y le sonreí-
-Y… ¿Dónde está tu amiga? –Me dijo cuando nos separamos- ¿no vino?
-No, esta allá afuera –le respondí seriamente- Mama solo quería explicarte la situación de Kagome, ya que no te podía contar todo por teléfono…
-No me digas que… ¡¿El bebe es tuyo?! –me miro interrogante.
-No mama... Déjame hablar ¿sí? –Le dije intentando tranquilizarla-… Kagome es solo una niña, cuando le dijo a su familia que estaba embarazada la echaron de su casa… el tipo que la embarazo tampoco la apoyo y… ella no tiene a nadie, ni siquiera tiene dinero, solo un tonto empleo que no le dará suficiente para mantenerse y…
Esto último lo dije un poco acelerado y alterado…
-Está bien– Me interrumpió colocando sus manos en mis hombros -Dame un respiro hijo… déjame entender ¿Quieres ayudarla?
-Sí, quiero ayudarla– le susurre seriamente.
-Me parece excelente hijo… pero no puedes mantenerla– me dijo ella frunciendo el ceño.
-No lo hare, solo quiero ayudarla en esto… ¿Me ayudas a ayudarla? –le sonreí.
-Está bien Inuyasha –me sonrió también- Quiero conocer a la jovencita a la que mi hijo quiere ayudar!
Salí en seguida a buscar a Kagome, ella entro y hablo con mi madre de muchas cosas, algunas que yo no entendía, le receto unas vitaminas y le dio otras. Hasta ese punto yo solo las observaba indiferente sentado en una de las sillas, no me interesaba mucho lo que hablaban, luego mi madre la invito a recostarse en la camilla y empezó su práctica para realizarle el ultrasonido a Kagome, ahora solo miraba las imágenes impresionado…
-¿Es tu primer ultrasonido? –le pregunto mi madre a Kagome mientras la ayuda a sentarse en la camilla.
-Si –le contesto Kagome recostándose y levantando su camisa- Estoy un poco nerviosa…
-Tranquila, todo va estar bien –dijo mi madre tomando unas servilletas color mostaza y colocándolas justo debajo del vientre de Kagome.
En ese momento pude notar el pequeño bulto que tenia Kagome en su vientre, dentro de poco se notaria mucho mas, sonreí ante este pensamiento de seguro se vería hermosa de mamá. Mi madre continuaba su procedimiento, colocando una especie de gel en su vientre y tomando un aparato redondo y blanco, apretándolo contra la barriguita de Kagome…
-Muy bien… Ahora podrá ver a tu bebe –dijo mi madre viendo las imágenes en la pantalla y moviendo el aparato- Bueno Kagome… ahí está tu bebe, ¿puedes verlo?
Continuará.
Listo este si quedo un poco más largo. 😊
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top