Capítulo 1
Discleimer: Los personajes no me pertenecen son propiedad de la Mangate Rumiko Takahashi yo solo los uso para crear esta historia sin absolutamente ningún fin de lucro más que el de entretener… Queda prohibida su publicación en cualquier otra plataforma sin mi consentimiento. De hacer caso omiso y ser víctima de plagio se tomaran las medidas correspondientes.
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UNA REALIDAD DIFÍCIL
CAPITULO 1
•Aun no caigo en cuenta…•
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Tenía ya dos semanas viviendo en ese lugar, que era pequeño pero yo con algunos arreglos lo convertí en un sitio tranquilizante, con ayuda del Fenshui, del cual era seguidora desde hace tiempo; una pasión que compartía con mi madre desde pequeña.
El sitio donde se encontraba ubicado el edificio donde ahora vivía, estaba frente a una pequeña plaza con jardines de rosas y bancos para sentarse, alrededor de la plaza estaban ubicadas las residencias, de cuatro pisos únicamente; le daban un toque de uniformidad y elegancia al lugar. Los apartamentos de los edificios estaban organizados por el tamaño del inmueble, desde el lugar más pequeño que tenía el lugar, hasta los más grandes que eran los pent-house del cuarto piso, yo por supuesto que estaba en el primer piso con uno de los apartamentos más pequeños, pero no me quejaba ya que era todo lo que tenia. El lugar había sido comprado por mi Padre hace unos años para satisfacer uno de los caprichos de mi hermanastra Kikyo, era tan molesta que como el apartamento era el más pequeño no lo acepto y su madre le compro otro, pero mi padre no vendió este, gracias a Kami.
Salí un momento a recorrer el lugar, no tenia mas nada que hacer solo pensar que iba a hacer y qué demonios haría para entrar a clases cuando empezara a notarse que estaba embarazada, comencé la universidad unos días después de que "me corrieran" del que se supone era mi hogar. Mientras caminaba vi a una anciana sola en una carreta de flores que estaba en la plaza, en la parte delantera de la carreta había un papel que decía "Se Busca Ayudante", oportunidad perfecta, no era lo sobresaliente, pero tenía que hacer algo mientras encontraba un empleo mejor, así que me acerque…
-Hola… Buenas tardes –dije sonriente a la anciana.
-Hola! ¿Quieres flores? –me dijo ofreciéndome unas hermosas margaritas.
-Oh no…Gracias! Vengo por el empleo –señale el letrero de la carreta.
-Oh… eres la primera que me dice que quiere este fastidioso oficio –me dijo extrañada.
-Ummm… Bueno creo que los demás no lo necesitan –le sonreí y extendí mi mano- Soy Kagome.
-Yo soy Kaede –me devolvió el saludo- pero no entiendes, no es solo que me ayudes… necesito a alguien que venda por mí las flores ¿Te interesa?
-Claro… está bien, lo necesito –le dije alegremente- la ayudare con lo que deseé, solo necesito una función…
-Gracias –me sonrió- estaba buscando ayuda porque no puedo venir todos los días… tengo artritis y me dan ataques de gota a veces, realmente necesitaba ayuda… muchas gracias jovencita.
-Al contrario… Gracias a usted.
Perfecto conseguí un empleo no era lo mejor pero al menos tendría algo para comenzar a reunir dinero. La anciana Kaede me dijo todo lo que debía hacer, solo vender flores y mantenerlas, de alguna manera sentía que nos íbamos a ayudar mutuamente, Kaede estaba muy enferma y si necesitaba ayuda, no solo en la carreta de flores, también para poder subir las escaleras hasta su casa, así que con mucho gusto la ayudaría en todo lo que me pidiera. Trabajaría en la carreta por las tardes después de clases y también visitaría a Kaede de vez en cuando para ayudarla en su casa, esto si decidí hacerlo por mi propia cuenta no como un empleo.
En la noche cuando arregle todo con la anciana Kaede me despedí y me fui a mi nuevo hogar, ya tenía mucho sueño, ahora me cansaba mucho más rápido que antes, debía ser por el embarazo supongo.
Cuando llegue al edificio había mucha música en el último piso y algunas personas entrando y saliendo con alcohol y cigarrillos. Mire el reloj y eran las diez de la noche, la música no me permitiría dormir, afortunadamente mañana era sábado y no tendría que levantarme temprano para ir a la universidad, cuando iba subiendo las escaleras para entrar al edificio abrí la puerta y me tropecé con alguien…
-Oh! Disculpe –dije amablemente y voltee a ver a la persona- Kikyo… ¿Qué haces aquí?
-Oh… tu –me miro de reojo- No vine a visitarte si es lo que crees mocosa…
-Yo no pensaría eso –fruncí el ceño.
-Ummm… bueno apártate que me están esperando. –me empujo apartándome de la puerta y entrando rápido al edificio. El empujón hizo que perdiera el equilibrio y casi cayera, pero alguien sujeto mi brazo…
-Oh… –me sujete del brazo desconocido.
-Que mujer tan mal educada –me dijo un chico de cabello negro y ojos azules- ¿Estás bien?
-Si… gracias –compuse mi equilibrio y me separe del chico.
-No hay de que –me sonrió- Soy Miroku… así que también vas a la fiesta.
-Oh… -lo mire confundida- No… me acabo de mudar aquí…ni siquiera conozco a nadie.
-Ummm –se froto la barbilla- Con razón… nunca te había visto por aquí.
En ese momento entro una chica un poco más alta que yo de cabellos castaños, largos y lisos…
-¿Qué haces aquí Miroku? –Lo miro arqueando una ceja- Te dije que me esperaras arriba…
-Sanguito… Iba subiendo y encontré a esta chica siendo víctima de la mala educación de Kikyo-le contesto a la joven.
-Oh… así que vino –hizo una mueca de molestia.
-¿Conocen a Kikyo? –les pregunte confundida.
-Hola! Disculpa por ignorarte –me dijo la chica muy sonriente- Un placer… Soy Sango.
-Hola… soy Kagome –le sonreí también- ¿Son amigos de Kikyo?
-No ¿de esa caprichosa? Jamás! –dijo Sango-
-Tu si la conoces… sino me equivoco –me dijo Miroku.
-Oh… si, lamentablemente –le dije- Y ustedes…
-Bueno ella es la amiguita entre comillas… –hizo el gesto con las manos- De Inuyasha…tu vecino-le sonrió.
-Ah… no sabía que tenía novio –analice- Así que de mi vecino…
-No son novios… solo amigos con derecho –sonrió Miroku-
-Si –dijo Sango- pero creo que conoces a Kikyo más de lo que creemos ¿no?
-Ummm… si. Bueno no es que quiera –le conteste- Hace tres años mi padre se caso con su madre… y bueno ya saben… pero no nos llevamos muy bien que digamos.
-Así que son hermanastras –analizo Miroku.
-Nadie se lleva bien con ella… -dijo Sango.
-Solo Inuyasha –continúo Miroku.
-Exacto – dijo Sango y soltaron una carcajada juntos.
-Bueno… creo que me voy –les dije caminando hacia la puerta de mi apartamento- Un placer conocerlos…
-Hey –voltee a ver al chico- ¿No iras a la fiesta?
-Si deberías venir Kagome –me dijo Sango mientras se disponía a subir las escaleras.
-No, estoy mu cansada… pero Gracias – les sonreí.
-Bueno… entonces nos vemos Kagome, fue un placer conocerte – me dijo Sango muy simpática.
-Adiós… -dijo Miroku mientras subía las escaleras rápidamente sin mirar atrás- Creo que te veremos muy seguidoooo
-Adiós- les dije, abrí la puerta y entre.
Dos chicos muy simpáticos, se veían mas grandes que yo, seguro tenían la edad de Kikyo. Lo que me sorprendió del encuentro fue lo que me dijeron de Kikyo, no sabía que tuviera un "amigo con derecho", ella era tan odiosa que no la imaginaba con alguien, tendría que verlo yo misma.
A la mañana siguiente desperté normalmente, con lo cansada que estaba, la música a todo volumen de la fiesta de mi vecino "Inuyasha", al que aun no conocía, casi no logré dormir. Salí del lugar para hacer algunas compras; sonó mi celular, mire quien era, número desconocido…
-Hola –conteste.
-Hola –una voz fría.
-¿Quién es? –pregunte extrañada.
-Soy yo… Kouga –su voz sonaba aparentemente seria.
-¿Qué quieres? –le pregunte furiosa- Quieres seguir humillándome…
-No Kagome…por favor –me interrumpió antes de que comenzara a insultarlo- Quiero saber… ¿Cómo estás?
-¿Ah? –me confundí- Ahora resulta que te interesa como estoy… ¡estás loco Kouga! Definitivamente… dime de una vez por todas ¿Qué quieres?
-Es verdad.. Me interesa tu situación Kagome… Kikyo me conto que ya no vivías con ella…
-¡¿Ahora te quieres retractar de lo que hiciste?! –le grite interrumpiéndolo- Eres un idiota! Ya hiciste bastante daño ¿no?
-¡No me quiero retractar! –Me grito- Nada me va a hacer cambiar de parecer… No quiero tener un hijo a los 19 años… tu solo tienes 17… y los dos queremos estudiar… no me arruinare la vida, ya te lo dije!
-Está bien –solloce- Entonces… ¿Para qué demonios llamas? Solo me haces daño… ¡déjame en paz!
-Kagome… Lo siento –suavizo la voz- Lo pensé muy bien y tienes razón, sería un aberración si abortas, pero tampoco puedes tenerlo… solo eres una niña… y ahora no tienes a nadie y…
-¡Ya basta! –le interrumpí de nuevo, molesta- No quiero que me llames de nuevo… Déjame en paz de una vez por todas… Te odio!
-Pero Kagome….
-¡Adiós! –colgué.
Vaya idiota, solo me llama para lastimarme más, y quien se cree Kikyo para informar a la gente de lo que pasa conmigo, de seguro ya medio mundo lo sabía, conociendola era lo más seguro. No me había dado cuenta que estaba muy asustada hasta que Kouga me llamo, tengo mucho miedo, en parte el tenia razón, solo soy una niña, pero este es mi hijo y me hago responsable, no puedo dejarlo y no lo haría nunca.
Solo estaba en la puerta del edificio cuando Kouga llamo, no termine de salir del lugar, ya ni siquiera quería salir, me sentía muy mal. Abrí la gran puerta pesada del lugar. Salí y mire al cielo, solo quería llorar, olvidarme del mundo y así lo hice, me senté a llorar en las escaleras de la pequeña entrada, me hice un ovillo y recosté mi cara en mis rodillas, llorando sin parar…
-No sé qué hacer –decía sollozando- Mama… si tan solo estuvieras aquí…
Alguien se sentó a mi lado y toco mi hombro suavemente, por un momento pensé que mis deseos se habían concedido y mi madre estaba conmigo, pero eso era imposible no era ella; levante mi rostro lleno de lagrimas y miré hacía mi lado. Con los ojos llorosos y la mirada un poco borrosa vi a un chico de ojos ámbar mirándome seriamente, sentado a mi lado…
CONTINUARÁ.
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NO PLAGIO Y NO ADAPTACIONES ESTÁ HISTORIA ES DE MI TOTAL AUTORÍA.
Siento los horrores ortográficos pero como ya les conté estoy elaborando la historia mediante celular y no puedo editar correctamente, se me van dedazos, cuando tenga pc será más grato leer para ustedes, pues mejorare.
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