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Ya no sabía si eran las hormonas o se había convertido en un llorón de primera, tal vez Zenitsu le pegó lo llorón porque en las seis semanas de embarazo que llevaba, solo sabía llorar como un condenado

Seguro Sanemi esperaba que al llegar a casa le dijera sobre si lo aceptaron en la universidad o no, ya hace tiempo debía haber mandado su solicitud para entrar pero obviamente se perdería ir a la universidad por su embarazo

Esperaría tal vez un año o dos para entrar, dedicaría ese tiempo a su bebé pero ese no era el problema, el problema era decirle a Sanemi

El fuerte dolor de estómago «que era uno de los síntomas de su embarazo» no le dejaba pensar con tanta claridad como necesitaba

Acostado en el sofá de la sala miró el precioso anillo de compromiso, era verdaderamente una belleza de anillo, pero cada vez que lo veía solo podía pensar que era un maldito que solo ilusionaba a Sanemi

Al escuchar la puerta abrirse y pasos acercarse se sentó en el sofá y trató de secar sus lágrimas, no quería que su Aniki lo viera echo toda una magdalena llorona

—¿Genya que sucede?— Sanemi se agachó a su altura y quitó sus manos de su rostro —¿por qué estas llorando?—

Su lengua se trataba al hablar, sentía como su pecho se comprimía de solo pensar en decirle que sería padre, tenía tanto miedo que solo podía llorar más fuerte

—¿Es por lo de la universidad?— soltó un suspiro, lo abrazó para besar con amor su cabeza —no te preocupes por eso, el próximo año puedes volver a intentar ingresar, ese no es motivo para llorar mi niño—

Solo mordió su labio y enterró su cabeza en su cuello, aspiró su varonil aroma tratando de tranquilizarse

°°°°°°

—¿¡Eres idiota o te parió un telettubie!?— Muichiro sujetó en sus manos un rollo de un periódico, lo alzó con intenciones de golpear a Genya —si no estuvieras preñado te juro por mi madre que no te ibas a salvar de esta Genya Himejima— refunfuña bajando su brazo

—¿¡Que hago ahora!?— Genya era un mar de lágrimas —ni siquiera mandé la solicitud y le dije a Nemi que no me aceptaron— cubrió su cara con sus manos —quiero decirle que espero un hijo suyo pero no tengo el valor de hacerlo—

—Genya si tuviste el valor de follartelo ten el valor de decirle que esperas un bebé— Muichiro no quería hablar de esa forma y menos a su mejor amigo que estaba demasiado sensible —Sanemi te va apoyar y ambos vivirán felices con su bebé—

—¿Y-y si no?—

—Pues con la cabeza en alto te irás de esa casa y te ayudaré a cuidar de la criatura que crece en tu vientre— se mostraba muy serio ante sus firmes palabras, no había una pizca de duda o arrepentimiento —quiero lo mejor para ambos y lo mejor es decir la verdad, Sanemi te ama como un loco y estoy seguro que ese bebé será su nueva adoración—

—Estoy demasiado asustado— asustado era poco, estaba aterrado, cargaba en su vientre una gran responsabilidad para el y para Sanemi, tal vez Sanemi no quería tanta responsabilidad siendo el un joven y apuesto hombre maduro, mientras que el era un estúpido niño que ya estaba trayendo un bebé al mundo

—Es normal tener miedo Genya, es un sentimiento con el que nacemos— Muichiro le dedicó una suave sonrisa —pero piensa en positivo, piensa en que todo saldrá bien, te casarás con el hombre que amas y tendrás una hermosa familia con el—

Cerró sus ojos, dedicó unos minutos a pensar en lo dicho por su amigo

Se veía a el y a Sanemi, ambos tomados de la mano con un anillo de bodas observando en una cuna quien podría ser su bebé, un hermoso bebé con hebras blancas, unas regordetas mejillas rosadas y manitas pequeñas, era una imagen tan bella, le hacía una enorme ilusión recrear aquel pensamiento con la persona que más amaba

Le iba a decir, estaba decidido

Si Sanemi no querría al bebé, ¡que más da!, después de llorar se secaría las lágrimas y trabajaría duro para darle a su bebé la infancia que no tuvo, su hermano mayor Gyomei no querría verlo en ese estado tan deplorable por un hombre

°°°°°°

Bueno, como que la valentía se había ido

¡Pero solo un poco!, era que estaba algo asustado pero de que le iba a decir se lo diría de la forma más explicita y suave posible

—Mientras esperas al siguiente año puedes estudiar o trabajar, se que no te gusta estar encerrado así que es una buena opción esa— Sanemi le daba algunas ideas mientras preparaba lo que iban a cenar hoy, Genya lo observaba detenidamente desde el otro lado de la meseta —puedes trabajar conmigo en el bar, podría hablar con mi jefe para que...—

—Resulta que soy un doncel— soltó sin más —y ahora estoy esperando un bebé tuyo—

Sanemi deja caer la espátula al suelo y mira a Genya con los ojos bien abiertos, parecían que sus ojos se saldrían de su lugar en cualquier momento

—¿Que?— es lo único que puede emitir, ¿había escuchado mal?

—Soy un doncel, estoy embarazado y tengo seis semanas de gestación— repite —y no me aceptaron en la universidad porque nunca mandé la solicitud— confesó bajando su tono de voz

Cerró sus ojos esperando la reacción de su Aniki, estaba temblando incluso pero ya no había marcha atrás, debía aceptar que estaba embarazado y confesarlo de una buena vez por todas, no podía esconderse para siempre

Aunque pasaran los minutos que parecían eternos, solo escuchaba el ruido de la carne freírse en el aceite, aparte de eso no escuchaba ninguna palabra o ruido proveniente de su prometido, nervioso y asustado abrió uno de sus ojos para llevarse la sorpresa de ver a Sanemi tirado desmayado en el suelo

—¡NEMI!— grita asustado


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