Cap. 6
Muchas gracias por el apoyo con las portadas y sobre la decisión con la narrativa de la historia 💖
Aún cuando han pasado años y estuve desaparecida es lindo saber que aún hay gente que tiene interés en lo que escribo. Siempre me hace feliz ver nuevos comentarios y votos. ☺️
A petición de ustedes, la trama será flexible, a veces habrá capitulos de los personajes secundarios (que no solo se limitará a Mark y Dennis), y a veces de Jason y Anthon. La verdad esto se me facilita más porque si tengo bloqueo con una historia, puedo tener creatividad para la otra y no tardar tanto en actualizar ✨
Aclarado eso, disfruten el capítulo de hoy uwu.
Ocho-ocho-ocho-ocho-ocho-ocho-ocho-ocho.
-JAJAJAJAJAJAJA.
-¡¿Puedes dejar de reírte?! ¡No fue gracioso! -Dijo un enojado Anthon después de voltear la mirada furioso hacia la ventana, pero no puedo evitarlo.
-perdoname pero si fue muy gracioso. -me volví a reír. -Asustarte con un perro viejo, pequeño y sin dientes, y el grito que pegaste, demonios, fue tan divertido.
Seguí riéndome por un rato, hasta que ví que estaba realmente ofendido. Es más, estaba llorando, claro trataba de limpiarse rápido para que no lo notara.
-Ay... Lo siento...
Sin apartar la mirada del camino abrí la guantera dejando a la vista un pequeño bolsillo de pañuelos, que tomó rápido sonándose la naríz.
-Perdona, no fue mi intención... -Dió un bufido negando con la cabeza.
-No fue por ti, solo... Lloro demasiado, realmente no estoy triste, tranquilo. -cerró la guantera. -Aunque si debiste decirme que tenías un perro, creí que una de las almohadas cobró vida.
Primer Ministro es un perro que adopté cuando estaba en preparatoria, una mezcla de French y maltés... O eso siempre dijo mi madre. Debe tener unos 10 años, no estoy seguro, ya era adulto cuando lo recogí de la calle. Y se ha ido conmigo a todos lados, incluyendo la universidad bajo la justificación de que era un perro de terapia.
Anoche estábamos muy cansados, y es un can de edad avanzada, entiendo que no se levantara emma madrugada para recibirme. En la mañana parece que asustó a Anthon cuando salió de la ducha, y claro, a su vez el asustó al perro que soltó un aullido y salió corriendo a la sala. Claro que me preocupé, pero Anthon cerró la puerta y minutos después salió con la misma ropa de ayer, menos los pantalones. Y cuando me contó lo que sucedió... Me aguanté la risa. Al menos hasta que llegamos al auto.
-¿No tienes problemas con los perros, o sí? -Si lo tenía entonces sería un gran conflicto.
-No, creo que son lindos. -Bien, puedo respirar. -¿En un puddle?
-Eso creo, lo rescaté de la calle.
-¿Perro callejero? -Afirmé con la cabeza. -Wow, no había visto uno desde que era pequeño.
Si, en los últimos años, prácticamente no hay perros callejeros, en este lugar, ni gatos. Si quieres adoptar uno tienes que ir a refugios especializados en ello, llenar formas y demás. Es un alivio, los animales están más seguros que nunca.
-Y sigues sin hacerlo. -me reí. -Es mi mejor amigo.
"Lo siento, Alexis"
-¿Tienes mascotas?
-Quizás ya no. -Hizo una media sonrisa. -Dejé a Bonnie en casa de mis padres.
-¿Es un...?
-Conejo, sí. No soy bueno con los nombres. Pensé "Bueno, es un conejo, conejo en inglés es Bunny, que suena similar a Bonnie, ¿Por qué no?" -Le seguí la corriente riéndome un poco, al menos ya no lloraba.
Aunque el buen humor tampoco duró. De pronto, su mirada volvió a ser triste. Si, recordar a su mascota le hizo recordar a sus padres.
-A mamá nunca le agradó, seguramente lo regaló o algo así.
-Mira, mientras no lo haya guisado... -Traté de bromear pero en su lugar creo que lo asusté. -¡Tranquilo, es juego!
-Bueno... En realidad mamá es vegana, así que no creo. -Guardó un poco de silencio. Y antes de seguir la conversación, estacioné el auto.
8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8
Llegamos al consultorio del doctor. Anthon estuvo nervioso durante todo el camino, no quitaba las manos de su pancita, y no paraba de mover su pie de forma nerviosa. Un gesto que me suele molestar, pero debo ser comprensivo.
El lugar es... Muy blanco, y definitivamente huele a hospital, nunca entiendo por que los lugares relacionados a la medicina tienen este aroma. A nuestro al rededor hay varios donceles con sus parejas. No es tan extraño, el número de mujeres bajó mucho, recuerdo que Alexis y yo no teníamos muchas compañeras de clase, es decir, estaban Cristal y sus amigas y la diferencia no era tan notoria a simple vista, pero actualmente los hombres conforman un sesenta porciento de la población, mujeres un veinticinco y donceles solo el quince. Y seguramente incrementen los virmu en los próximos años.
Es más común ver a tercer género gestando que a chicas, después de todo ellos son mucho más fértiles. Y no hay muchas interrupciones de embarazo en los últimos años.
No estamos al borde de la extinción como raza humana, pero lo población nunca había estado tan... Bien controlada. Se adoptan bebés rápido, las profesiones y empleo están mejor que nunca. Aunque hay excepciones en algunos países, como siempre. Pero suelen ser países pequeños con poco desarrollo.
El resto del mundo, no es una utopía, pero es estable. Junto al control de población, se resolvieron preocupantes sobre el medio ambiente, tomaron más importancia. Esto permitió que los bufetes ambientalistas fueran tomados aún más en serio. Y el mío, es de los mejores, gracias, gracias.
Dejé mis pensamientos un momento y miré a Anthon quien daba caricias en su estómago tratando de aliviar su estrés con el bebé.
Quisiera aconsejarlo o calmarlo al menos un poquito, pero aún no sé lo suficiente sobre su carácter para aventurarme a ello... Podría molestarlo o estresar lo más. Cómo pasó con Carlos y su examen de admisión a la preparatoria.
Ese día mi hermano no paraba de caminar de un lado a otro. No importaron mis esfuerzos o ánimos, por más en que le dijera "todo está bien", "no es gran cosa", "Estudiaste mucho, será pan comido", siempre quedaba mal. Cómo el hermano presumido o como el saboteador. En su mente que yo le dijera que se relajara era una trampa para que quitara la vista del objetivo, reprobara y así yo siguiera siendo el "hijo exitoso". Vaya imaginación tiene ese niño. Pero regresando al tema, quizás desviar su atención de todos los cuadros sobre riesgos del embarazo lo ayudaría.
-¿Quieres hablar? -Directo al punto.
Aunque anoche no quería hablar mucho de sus situación quizás si me voy a algo más casual funcione.
-Y... ¿Además de tu conejito, tienes hermanos? -Dejó de mover el pie, y me miró sin ninguna expresión en particular. Si, un tema muy casual, siento que juego a las veinte preguntas.
-Solo una hermana mayor. Por cuatro años. Es muy molesta. -Se abrió más fácil de lo que creí.
-¿De verdad?
-Si, desde pequeño se creía mi jefa, la quiero pero nunca congeniamos, debe ser la diferencia de edad.
-Si, entiendo eso...
-¿Lo haces? -me encogí de hombros y me crucé de brazos antes de responder.
-Me llevo casi once años con mi hermano, más del doble que tú.
-Cielos... -se rascó el puente de la naríz. -Es un año menor que yo. -No quería recordar eso, así que cambié el tema.
-Pero vamos, seguro tu hermana no es tan mala. Créeme, yo soy el peor hermano del mundo. -y lo reconozco.
-Ja, si, seguro exageras.
"Ojalá"
En lo que seguíamos discutiendo de relaciones fraternas. Recordé como era todo cuando vivía con ese mocoso. Lo mejor que pude hacer fue salir de su vida en cuanto entró a la adolescencia. Fui a una universidad con dormitorios para no tener que ver a mi familia, y no me apena decirlo.
Mi relación con mamá, era muy explosiva, podíamos estar bien, pero luego chocabamos en todo y ninguno quería perder.
Papá... Bueno, con él nunca tuve problemas fuertes, con él tuve la mejor comunicación. Solo era molesto cuando se quejaba de mamá conmigo, era incómodo.
Pero con mi hermano... dioses...
Durante diez años fui una mierda con él. Todo lo que la gente dice de relación fraterna, apoyo incondicional de hermanos, competencias sanas en los videojuegos... Nunca tuve eso con él. Pero claro, yo lo generé, y vivo con esa decisión, y lo mejor fue alejarme de él antes de lastimarlo más.
-¿Masner? -Llamó la doctora desde la puerta de su consultorio.
Enseguida nos levantamos y fuimos directamente hacia ella. El consultorio era espaciosos, tenía su titulo de medicina en la pared igual que muchos doctores, también tiene cuadros y figuras sobre la anatomía de los donceles y de las mujeres, con y sin embarazo.
La verdad estar en este lugar me trae malos recuerdos... Quiero irme ya. Pero Anthon se ve aún más nervioso que yo así que trató de conservar la calma.
Cuando nos sentamos la doctora es muy dulce con él, y a mí me ve con disgusto. Primero le pregunta su edad, y él le responde, luego me pregunta a mí, y su rostro se relaja un poco. Está bien, él se ve joven, pero no creo verme tan viejo... ¿Es por la altura?
Cómo sea, luego de eso, le hizo varias preguntas, torció un poco el labio cuando le dijo sobre su dieta. Enseguida le pidió que se subiera a la báscula, e igual aprovechó para medir su altura.
-Un metro sesenta... -dijo registrando el dato. -De acuerdo, ahora suba a la camilla, por favor. Iré por unas cosas. Si gustan esperar. -Ambos asentimos.
Anthon se bajó de la báscula y se dirigió a la camilla, apoyó los brazos y se impulsó para subir... O al menos esa era su intención. Y no había un pequeño banquito cerca para usar de escalón.
Era demasiado alto para él. Después de dos intentos su cara se sonrojó de vergüenza.
-¿Quieres que yo...?
-¿Puedes?
Bueno, aceptó mi ayuda muy fácil. El problema es que no sé cómo cargarlo. ¿Sería peligroso por la cintura? ¿Debajo de los brazos dolería? ¿Por las caderas sería inapropiado? Y más abajo definitivamente no.
Sin saber que más hacer me agaché un poco, puse mi brazo al rededor de su espalda y el otro en la flexión de sus rodillas, y solo lo levanté. Duró menos de un segundo el pasarlo de mis brazos a la camilla, pero se sintió como más. El contacto físico más invasivo que he tenido en un tiempo.
Y lo gracioso es...
Que Anthon es muy ligero.
-¿Y eso que fue?
-¿Querías ayuda, no?
-Solo que me ayudarás un poco, no tenías que cargarme, tonto. -me encogí de hombros. -Fue muy raro.
-Fue rápido.
-No tienes que presumirme que eres alto. Ya sé que soy un enano. -se recostó y llevándose los brazos a la cabeza. Yo me apoyé en la pared a lado suyo.
-No eres tan bajo.
-En comparación contigo, soy una pulga. Ni siquiera alcanzó tus repisas.
-¿Te compro un banquito? -Bromeé, peeeero, no le hizo mucha gracia.
-Callate. -rodó los ojos.
-¿Algún problema? -Dijo la doctora entrando con guantes un una pequeña bandeja con varias cosas.
-No, para nada -intuyo que no le agradó mucho.
-Muy bien, señorito Masner, necesito que...
-ah no, no soy Masner. Con Anthon está bien. -Corrigió.
-Oh, lo siento. Como no sabía su relación y la cita está registrada para Masner.
-Si, yo soy Masner. -Me acerqué un poco.
-De acuerdo... -Vamos, no creo que seamos los únicos que tienen un hijo y no comparten apellido. -Suba su ropa, por favor, revisaré al bebé, su tamaño y su peso, tienes cuatro meses, así que podríamos verlo moverse.
Desabrochó un poco su pantalón y subió su camiseta negra de con rayos neón. Yo me mantuve cerca, pero no quería prestar mucha atención a las imágenes de la pantalla. Solo veía como la médica pasaba en control inalámbrico por la redondéz de él, y como este chico respondía a eso, parecía feliz de ver esa pantalla, y cuando la máquina empezó a hacer el sonido de un acelerado y fuerte corazón, dió un suspiro de alivio muy dulce, como si en semanas hubiera estado soportando una angustia considerable.
En realidad desde ayer trato de no prestar atención a esa parte, es demasiado irreal para mí que dentro de él haya un bebé con mi material genético. Lo noto cuando él se da cariños de forma incosciente, pero el resto del tiempo, trato de verlo a él como persona. Y seguramente es la razón por la que todo el día hemos hablado de cosas banales. Por qué no nos conocemos nada...
-¿Disculpe? -Pregunté al darme cuenta de que la doctora había estado hablando.
-Pregunté que relación tienen. -Dificil...
-Aventura de una noche. -Respondió Anthon sin dudar ni un poco. Tuvo más vergüenza por no poder subir solo a admitir esto. Vaya carácter. -Nos volvimos a encontrar hoy y ahora me está ayudando.
La mujer parecía igual de sorprendida que yo cuando Anthon admitió todo eso.
-Bueno si... Es eso.
-Entonces... Debo asumir que no sabía cómo estaba la madre de su hijo hasta ahora. -Negué. -Menos mal. -¿Que significa eso? -Bien, tengo que aclararles varias cosas. Pero primero, ¿Anthon, cuando fue tu último control?
-Hace dos meses... Creo...
-¿Hay alguna forma en que pueda contactar a tu anterior doctor? Me gustaría tener tu historial clínico completo.
-¡No! -Se apresuró a decir, tanto ella como yo nos quedamos sorprendidos. -E-es que... Se murió...
-¿Que?
-Si, muy trágico, estaba atendiendo un parto y ¡Boom! Le dió un paro cardíaco. -Ajá...
Bien, creo que todos pensamos lo mismo.
Anthon no sabe mentir.
O al menos improvisar.
-Fue triste, tenía cinco hijos y una esposa. -Sinceramente, ni yo ni está señorita vamos a tragar nos eso. Pero si no quiere decirnos, tendrá sus razones. Ella dió un respingo.
-Bueno, pero respecto a tu salud necesitaré que seas muy honesto, de ahora en adelante. -hizo énfasis. -Eres el primer doncel de tu familia, ¿Cierto? -Él asintió. -¿Tu madre o tu abuela tuvieron problemas en el embarazo o parto?
-No... ¿Por qué? ¿Hay algo malo?
-Nada que me haga ponerte en la clase de alto riesgo. -aclaró y él pudo respirar. Y yo también. -Pero si seguiste una mala dieta, y tienes que ganar masa muscular. Tú estarás a cargo de que la siga. -Se dirigió a mí.
-Claro que sí.
-El bebé en teoría tiene el tamaño adecuado, pero no quiero que desarrolles anemia.
-¿Dijo "en teoría"?
-Voy a serles sincera, a ambos. -puse más atención. -Ambos tienen una diferencia... Muy grande de altura. Es común que el tamaño del bebé sea determinado por la genética de la madre, pero no podemos descargar que también salga al padre... -Ambas me miraron hacia arriba.
Bien, normalmente si me siento un poco más alto que el resto de las personas a mi al rededor. Pero ahora mismo me siento como un monstruo gigante.
-Así que quiero que vengas a verme cada mes, y que te peses cada semana.
-Iremos a comprar una báscula ahora mismo.
-Te la pagaré después...
-Luego lo hablamos. -Obviamente no lo dejaré. -¿Algo más?
-Eso sería todo, puedes llevarte las fotos de tu ultrasonido y yo vendré en un segundo con el diagrama de tu dieta.
-Gracias. -Dijo mientras se acomodaba la ropa.
Y de nuevo nos quedamos solos...
Bueno, hasta ahora no teníamos un momento incómodo. Pero silencio se fue alargando, y alargando hasta que... Sí, se hizo tenso.
Al principio del día solo habíamos estado bromeando y hablando de una que otra cosa para conocernos mejor. Y ahora... Con su salud y el ultrasonido... La situación era real. Somos dos extraños, que van a tener un hijo. Y ahora debo cuidar de su salud, y parece que será un poco más complicado de lo que creí. Para hacer eso, debemos conocernos mejor. Y al menos debo saber el nombre completo de la madre de mi hijo
-Anthon.
-¿Si?
-¿Cuales son tus apellidos?
-No te diré. -Se apresuró a decir. Me sentí un poco ofendido, no lo niego.
-Oye, yo te confié mi cuenta bancaria anoche, al menos merezco saber cómo te llamas. -dió un bufido, y luego me volteó a ver.
-No te rías.
-¿Que?
-Juralo. No te vas a reír.
-De acuerdo, de acuerdo. No lo haré.
No creí que fuera tan malo, pero Anthon hacía caras graciosas con los ojos cerrados dudando si debía decirme o no. Pero finalmente lo hizo...
-Mi primer apellido es Enamorado.
-...
"Mierda."
Respiré profundo.
-¡Lo juraste!
-N-no me estoy riendo. -Aunque sí que es difícil no hacerlo. Me cubro los labios para aguantar mejor la risa.
-Si, ya sé, es gracioso. -Se cruza de brazos. -La doctora ya sé tardó.
-Ejem... ¿Y el segundo? -Se tensó de los hombros.
-Este... Ya te dije el primero, no creo que sea necesario... -Está nervioso.
-Anthon, vamos, no creo que algo sea tan raro como Ena... -me dirigió una mirada furiosa. -No creo que sea muy malo.
-No es eso... Es... -Dió un resoplido. -Mi segundo apellido...
-Ajá...
-Es...
-Ajá...
Se mordió un poco el labio y luego relajó los hombros. No entiendo esa reacción, no debería ser gran...
-Kapril.
-...
-Listo, aquí está el diagrama y... ¿Pasa algo?
-...
8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8
-¡¿Tu madre es la alcaldesa?!
Anthon puso cara de fastidio mientras agarraba una bolsa de uvas.
-Por última vez, ¡Sí! ¿Y quieres no decirlo tan alto? -me las pasó con algo de brusquedad.
Desde hace unos años la ciudad tiene de a la señorita Alana Kapril como alcaldesa. Es una mujer que admiro mucho ya que su forma de gobernar apoya mucho a la causa ecológica, y me facilita los casos. Planeo votar por ella en las próximas elecciones.
¡¿Y embaracé a su hijo?!
-¡Lo siento! -alto, volúmen. Me aclaro la garganta. -Es que... Lo siento, es difícil de creer.
-Si bueno, soy la manzana podrida de mi casa. -Seguimos avanzando.
Estaba a punto de decirle que no... Pero me di cuenta de que en realidad no sabía. Dejé de concentrarme en lo impresionante del asunto y volví a mirar a Anthon. Se notaba que no estaba nada cómodo con mi reacción, así que me calmé. Sin embargo, necesitaba saber.
-Anthon, ¿Que pasó? En tu casa... Con tus padres...
-No me voy a escapar de tus preguntas, ¿Cierto?
-Si vamos a estar en la misma casa, necesito saber con quién vivo...
-De acuerdo... pero antes... -señaló con la cabeza hacia la caja.
Nos dirigimos y pagamos todo. La báscula, todo lo de su dieta, y le aclaré que luego iríamos de compras, no puede estar con las mismas cuatro prendas que tiene.
También quiso comprar el sobre de ternera para perro favorito de Primer Ministro. Su disculpa por asustarlo en la mañana. Y lo pagó él. La única cosa que fue un rotundo no a mi tarjeta de crédito. Creo que fue tierno.
Una vez dejamos todo en el auto, ambos teníamos hambre. No era el momento para comida basura, así que fuimos un Subway y pidió a hacer su emparedado de treinta centímetros conforme a las instrucciones de la doctora. Y yo lo pedí de albóndigas.
Cuando nos sentamos esperé pacientemente su explicación, sin presión, solo comenzó a hablar. No sin una pequeña promesa.
-¿Prometes que no me vas a juzgar? O bueno... ¿No te enojarás?
-Bueno... Eso es... -me rogó con la mirada, y... Bien, puedo ser temperamental, pero se ve como un cachorro. -No lo haré, tranquilo.
-Gracias... -Se pasó el cabello detrás del oído... Wow, no había notado que tiene muchas perforaciones. -Cuando nos volvimos a ver... Te dije que tenía novio, ¿Cierto?
-Si... Eso... ¿Fue verdad?
-Si. -tomó su vaso. -Tenía novio. -se lo llevó a los labios.
-¿Te dejó por... Nosotros? -Negó.
-No, me dejó antes... Y yo... Lo quería de vuelta... Y... Creí que con un bebé. -"Oh cielos...". -En fin... Te pareces un poco a él. No lo pensé mucho esa vez...
-Anthon... Eso es...
-¿Horrible? Lo sé... -Se acarició el vientre. -No me di cuenta de lo estúpido que fui hasta que apareció ese estúpido signo de más. -Declaró. -Y seguí con el plan... Mis padres se enojaron, pero querían apoyarme, funcionó, él volvió conmigo. Consiguió empleó, lo despidieron, y mis padres lo querían echar de la casa por no tener trabajo. Y yo como buen novio me fui con él... -Bueno, eso explica cómo terminó en la calle.
-¿Y luego que pasó...?
-Bueno...
Ocho-ocho-ocho-ocho-ocho-ocho-ocho
Hasta el siguiente cap, odienme con amor uwu)
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