Cap. 13

Tratando de hacer actualizaciones más seguido semana 3.

Vamos mejorando, gente.

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ANTHON

Mierda, mierda, ¡Mierda!

Esto era malo, ¡acababa de besarme con el padre de mi hija! Esto apenas estaba avanzando, ¡y ahora hice algo que puede poner todo más raro! Genial, Anthon, no puedes mantener tus labios quietos aún por un asunto serio.

Aunque mi regla era no acostarme, no había nada sobre besar...

¡Ay, deja las excusas baratas! ¡Sigue estando mal!

Y aún así... Se sintió increíble.

Cuando nos separamos solo pude decir su nombre antes que tocaran al timbre.

Cuando Jason dijo que era un familiar (y por cierto, no se veía muy contento con la visita), me dio un poco de miedo ¿Que pensarían de mí? ¿Me verían como un mocoso estúpido? (Que si soy) ¿Creerían que Serpi es un error? (No lo es).

No valía la pena pensar en eso, lo mejor era una presentación cordial.

Podía hacerlo, sabía cómo ser educado.

Sin embargo, cuando el hermano de Jason resultó ser un rostro familiar, no fue necesario.










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La charla sobre el beso quedó suspendida indefinidamente, porque ahora teníamos que explicarle todo a Charly, o Carlos, como sea que se llame.

Luego de que nos encontramos en el parque aquella vez que paseé a Primer Ministro, él ha sido la única persona de la escuela con la que he tenido contacto, antes era solo un compañero del taller de pintura, ahora es mi amigo. Excepto porque fuí cuidadoso por no revelar donde estaba, ni le conté ningún detalle sobre el padre, no fue mentira, solo lo omití.

Ahora estábamos aquí, sentados en la sala, Jason contó su versión, aunque no había mucho que decir, nos conocimos en un bar, nos acostamos, me encontró en el parque y ahora vivimos juntos.

-Me estás diciendo que tú, el hombre más hetero del mundo y que por años me dijo que antes muerto que ser padre, ¿Tendrá un hijo con otro hombre? -Preguntó Carlos hundiendo una oreo en su café. Parece que a Jason no le agradó el comentario.

-No seríamos las primeras personas que pasa por una situación similar. -Se encogió de hombros.

-Aja... -dio una mordida a su galleta. -¿Entonces ahora son pareja o algo así? -Antes de que Jason volteé a verme y estemos incómodos por otras dos semanas, me adelanté.

-Somos dos personas cuidando a nuestro hijo, no hay nada más allí. Jason es amable conmigo, agradezco que nos volviéramos a encontrar. -Yo también mordí una galleta.

-Me sigue sorprendiendo como hay gente que te puede considerar amable. -Le sonrió a su hermano, pero no era una de cariño, era irónica. -Asumo que mamá y papá tampoco saben.

-Ellos me ocultaron que vendrías, estamos a mano. -Charly soltó una carcajada, solo una, mientras negaba con la cabeza.

-Estás tan desapegado a la familia, tonto. Te enviamos correos, mensajes, incluso con tu secretaria. -Se cruzó de brazos, Jas se sonrojó un poco. -Les dije que vendría aunque no hubieras aceptado, no serías tan cruel como para echar a tu hermanito solo. -Volteó a verme, y luego a mi vientre, la mirada de Carlos era cariñosa. -Aunque si hubiera sabido que tenías compañía, me habría ido con la abuela.

Se que no tenía nada que ver conmigo, sin embargo no pude evitar sentir culpa, Jas no parecía nada conmovido por eso, por un momento temí que realmente lo mandara a otra parte. Le di un codazo y le pedí con la mirada que lo dejara quedarse, al menos hoy. Jas entendió, y luego regresó con su hermano.

-Puedes quedarte, digo, Anthon está usando la recamara, pero esta noche compartiremos el sofá-cama, y mañana compraré un colchón inflable. -Charly sonrió, creí que le agradecería a Jason, pero no fue así.

-Perfecto, Anthon, espero que al bebé le encanten las crepas, porque son mi especialidad. -Abrí los ojos con sorpresa, ya que incluyó a Serpi con facilidad.

-Tiene una dieta estricta. -comentó Jas con los brazos cruzados.

-Hay crepas integrales, solo tienen que darme su programa de comidas y yo me adapto.

-Nuestra estufa es electrica, no es como la que sueñes usar con mamá.

-Resulta que mamá remodeló toda la cocina hace meses, incluyendo esa parte. Lo sabrías si los visitaras de vez en cuando. -El mayor lo miró como si quisiera incinerarlo con la mente.

En ese momento entendí que ellos tenían una fuerte rivalidad.

Y ahora estoy atrapado con ellos durante un mes.









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La primera semana fue... Rara, por decirlo menos.

Comenzaba normal, con Serpi dando pataditas y primer Ministro pegado a mi cuerpo, me bañaba, me secaba, me miraba al espejo en boxers observando si notaba algún cambio en comparación del día anterior. Mis pezones seguían igual, algo obscuros e hinchados, pero están así hace un mes (aún me arden), aún tenía el mismo número de estrías en ambos costados, la crema que me compró Jason parece funcionar, no hay nuevas, y mi pancita no luce más grande, aún así, le tomé una foto para comparar después.

Terminé de vestirme, y ahora había dos escenarios, o los hermanos se hacían la ley del hielo, o se hacían comentarios pasivo agresivos.

Estábamos en el primer escenario. Jas miraba su teléfono mientras tomaba un café, Charly estaba en la cocina, me había robado el puesto.

-¡Anthi! -Sonrió al verme, admito que sonríe bonito. -Me alegra que despiertes, te hice avena con fresa, un licuado de nuez y algo de pan francés, integral, claro.

-N-no debías molestarte.

-Se molesta por todo. -Susurró Jason, no sé si su hermano lo escuchó, pero si fue el caso Charly no dejó de sonreír.

-Quería hacerlo, además, está dentro de las calorías que debes consumir por la mañana.

No sé si fue el hambre, o que se veía guapo en delantal, o que se preocupara por mi plan de comidas, pero sentí un poco de felicidad mezclado con timidez.

Tomé asiento, ya estaba todo casi servido, solo se acercó a llenar mi vaso con licuado de nuez. Luego se sentó a mi lado, y antes de que el diera un bocado a su propio desayuno, me miró fijamente.

-¿Otra vez?

-Solo quiero asegurarme de que te guste. -Me hizo otra vez esa sonrisa.

Me gustaba la avena, pero no creo que sea la gran cosa, digo, ha hecho la comida increíble los últimos días, solo que este "platillo" no tiene tanta ciencia. Aún así, la probé como él tanto quería, igual los últimos días.

Me tragué mis pensamientos.

Solo era avena con fresa, no debería saber tan bien, la textura no era tan viscosa como la que prepara a la chica de casa, ni tan dulce como la que hacía mamá antes de ser alcaldesa. Estaba perfecta.

-Wow... Charly, ¡Esto es increíble! -se rio cuando dije eso, y al fin pudo comer satisfecho consigo mismo. -¿Cómo lo haces?

-Mucha práctica.

-Si es bueno. -Por un momento creí que sería lo más amable que Jason le diría. -Si aplicaras tu dedicación por la cocina a tus estudios, quizá te iría mejor.

Carlos fue paciente, se limitó a comer, no hizo nada para confrontarlo. Pero yo sí.

-Creo que es increíble, ¿Has pensado en estudiar gastronomía? -Eso llamó la atención de ambos. -¿Dije algo malo?

-Oh... No, en realidad voy a aplicar el examen sobre esa carrera, de hecho estoy en el curso que da la escuela.

-Me voy a trabajar. -Se levantó Jason interrumpiendo abruptamente, su plato no estaba ni a la mitad.

-¿No es algo temprano?

-Mientras más pronto empiece, más pronto saldré. -Llevaba un mes conviviendo con Jason como para saber que eso era mentira.

Tomó las llaves y solo se fue. Charles solo se encogió de hombros, tomó el plato de Jas y repartió entre los dos.

-¿Siempre es así contigo?

-No somos los hermanos cariñosos que dicen las redes sociales. -comentó. -Desde que tengo memoria me critica y se enoja por todo.

-¿Y alguna vez te dijo por qué? -volví a mi plato.

-Una vez dijo algo sobre que siempre hago desastres, y aún así mis padres me perdonaban todo. Supongo que le enojaba ser responsable de mí, admito que él era más firme conmigo que mamá y papá. -Me suena a que era más que firme. -Y yo era un niño, ¿sabes? No sabía cómo manejarme, tampoco ayuda tener TDAH, así que me empeñaba por ser el doble de fastidioso.

Esa explicación no me convencía del todo, mi hermana y yo nos llevamos bien, tampoco le hizo feliz mi etapa de rebeldía ni mi embarazo, pero me siguió queriendo. No le dije a Jason, pero antes de que me encontrara pensé en llamarle, rogandole que no me devolviera con mamá y me dejara quedarme con ella y Noel, su prometido. Aunque ahora no es necesario, y de todas formas no creo que Noel estuviera de acuerdo, digo nos llevamos relativamente bien, pero él es bastante recto, el tipo de hombre que mamá quiere como yerno de una politica.

-Aun así quisiste quedarte con él.

-Si, bueno, apenas hemos hablado en los últimos ocho años, aún menos desde que Cristal enfermó y luego murió. -Eso último lo dijo entre dientes.

-¿La querías? -Soltó un resoplido mezclado con una carcajada.

-Hubiera dado cualquier cosa porque ella hubiera sido mi hermana, y no mi cuñada. ¿Sabes? Mi hermano tiene un don para hacer amigos increíbles, y todos y cada uno se han portado mejor conmigo que él en toda mi vida.

-Todo el mundo dice que somos uno en casa, y otro fuera de ella. -En mi caso no aplicaba tanto, cuando decidí ser yo mismo fuí irreverente con mamá a más no poder. -Tal vez ocurrió algo así. -Charly se encogió de hombros.

-Me hubiera gustado que la diferencia con él no fuera tan marcada. -Quise decir algo, pero se apresuró a cambiar de tema. -Bueno, tengo que apresurarme para ir a la escuela.

-Oh, entonces yo recojo, no te preocupes.

-¿Seguro que puedes? -Me reí.

-Serpi aún me deja moverme, tranquilo.

No parecía muy seguro, pero al ver el reloj decidió que estaba bien.

Y de todos modos se le hizo tarde, nunca me explicaré como logra eso.











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Así empezó mi rutina diaria, limpiar, ver televisión, estudiar, pintar y hacer estimulación prenatal con Serpi.

Esto último era sencillo, solo hacía pequeñas presiones en mi vientre y dejaba que Serpi las repitiera hasta hacer la siguiente. Me encantaba ver esas pequeñas desnivelaciones. Cada día pensaba en como sería mi pequeñita, si se parecería a mí, o a Jason.

Luego me pregunté si se parecería a Charly, según me explicaron, son medios hermanos así que era poco probable. Aunque tenían rasgos en común, la nariz y la forma de ojos de ambos eran muy similares, asumo que venía de la madre de ambos.

Debía ser bonita, porque ambos tenías ojos y narices bonitas. Fue algo que me atrajo de Jason cuando nos vimos, no solo porque su cabello es igual al de Richie. Sabía que tendría un bebé bonito con él.














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Estaba cubierto de pañuelos, y quería seguir llorando, pero la cabeza me dolía, y mi nariz estaba bastante irritada. Mi madre estaba furiosa porque no fuí a apoyarla al comunicado de prensa, por mí podía irse a la mierda, estaba demasiado deprimido para jugar a la familia perfecta.

Aunque también dolió que mi mamá no estuviera para mí, que no viera que estoy roto. Que mi corazón se rompió y no sé cómo juntarlo de nuevo.

Llegó un mensaje a mi teléfono, era Sofi.

Sofi💖: Bebé, estoy fuera de tu casa, me abres?

De dónde pude agarre fuerza para levantarme. Bajé las escaleras hasta la puerta.

Cuando la abrí, allí estaba Sofie, con dos trenzas con mechones púrpuras y un labial y sombras a juego, le encantaba el maquillaje con brillitos y colores. Otro día le hubiera dicho que se veía hermosa, porque lo era. Pero hoy no, me sentía horrible.

En cuanto me vió, me abrazó y solo me hizo querer llorar de nuevo, solo que estaba muy deshidratado para hacerlo.

-¿Quieres decirme que pasó?

Nos separamos y cerré la puerta.

-Dijo algo sobre que ya no sentía lo mismo, que me quería mucho pero no era justo para ambos. -Me recosté en el sofá.

-Pero son... Anthon y Richie, ¡no tiene sentido! -exclamó sacando una bolsa grande de Takis morados, me la ofreció

-Supongo que ahora soy solo Anthon. -dije llevándome uno a la boca, picaba, eran mis favoritos. -Lo peor es que no puedo odiarlo, fue muy lindo ¿Sabes?

-Entonces lo odiare por ti. -fue la primera vez que me reí en horas, fue seco y raro. -Pero bueno, ahora somos dos amigos, solteros, iremos a esos clubes, ligarás chicos guapos...

-No quiero un chico guapo, quiero a Richie.

-Bebé, vamos, no es el único que-

-Fue el único que no le ha importado lo que tengo allá abajo.

Sofi guardó silencio, ella me conoció en mi peor momento, cuando me acostaba con media prepa, solo para quitarle la curiosidad a los chicos. Incluso hubo un par de chicas. Aún así, me sigo declarando bastante gay.

Luego llegó un chico, increíble, atento, detallista, que me invitó a salir, a salir de verdad, que me propuso ser novios antes de intentar cualquier cosa sexual. La primera persona que amé de forma romántica, y ahora ya no me quiere.

-Hey. -se acercó a mí y peinó mi cabello castaño. -Escucha, entiendo que estás triste, y tienes derecho a estarlo, pero eres muy joven para echarte a la mierda por un chico.

-Sof...

-No, escucha, te adoro, wey. Y me duele que estés aquí tan triste. Así que me vas a acompañar a una despedida de noviazgo.

-¿Una que?

-Tú y yo vamos a salir, iremos al estilista, y luego a un bar, y vamos a beber hasta que olvidemos nuestros nombres.

Era una locura, era estúpido, solo quería subir y ahogarme en mi miseria. Pero ella puso esos ojos de cachorro, y solo no pude negarme.

Y fué el principio de mi aventura.












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Había un problema, era lunes. Porque Richie no me pudo romper el corazón un viernes para ser miserable en fin de semana, o tener una despedida de noviazgo en un club decente.

Sof y yo nos las arreglamos, luego de ponerme lo más sexy de mi armario, fuimos al estilista, Sofi pagó por todo mi cambio.

Ahora mi pelo era negro azabache, en lugar de mi castaño claro natural, y tenía un flequillo azul eléctrico. Me gustaba, creo, no lo odiaba al menos, le preguntaría a mi yo normal, ahora el despechado tomaba el control.

Más tarde, tratamos de ir a varios clubes, todo cerrado.

Terminamos en un bar, no de mala muerte, pero si uno deportivo, estaba lleno de gente, aparentemente había un juego importante. Sofie estaba fascinada, de algún modo se interesó por el juego, y los hombres fuertes se interesaron por ella. No niego que uno que otro se me acercó también, pero mi mente solo decía "no es Richie", y los rechazaba cortésmente.

Luego de ahuyentar al último, Sofi se molestó.

-Anthon, vamos, es tu despedida, al menos intenta pescar algo.

-No tengo muchas ganas de "pescar", gracias. -Le si un sorbo a mi piña colada.

-No tienes que acostarte con nadie, pero quizás puedas conseguir un par de teléfonos y labios. -Rodeé los ojos. -Al menos hecha un ojo, apuesto a que conseguirás a alguien que te guste.

-Yo no lo creo. -Mi amiga suspiró y regresó su atención al juego.

Cuando se me acabó la piña colada y al ver que los camareros estaban muy concentrados en el juego, preferí levantarme directo a la barra para pedir otra.

Y entonces...

Creí que era Richie, cabello rubio obscuro, y unos pómulos similares. Luego ví de nuevo, no lo era. Pero se parecía, y era bastante guapo. No estaba embobado con el juego, ni traía una camiseta aluciva al equipo, solo veía su teléfono.

Me acerqué un poco, su aura y su ropa gritaban "hetero" por todos lados. No dejé que eso me intimidara, después de todo, no sería el primer chico hetero con el que he estado. Me armé de valor, y me acerqué. Solo unos pasos, él no me vio, hasta que estuve lo suficientemente cerca.

El primer acercamiento fue sutil, no me vió, hasta que llamé su atención.

Dije: "¿Disfrutando?"

Y respondió que ni siquiera sabía que deporte estaban jugando.

Respondía que yo tampoco, que estaba acompañando a una amiga, que era cierto. Le pedí permiso para sentarme, y él me dejó.

Hablamos un poco, le dije mi nombre, no completo, claro, no quería que hiciera un chiste sobre estar enamorado, justo cuando mi corazón está roto.

Él se llamaba Jason, y era lindo, simpático y no tenía idea sobre mí.

No era el hijo de la alcaldesa.

No era un chico con el corazón roto.

No era un doncel estereotipico.

Era un no fanático del hockey, y ya. Y me fascinaba.

No tardó en darse cuenta de que estaba coqueteando. Le pregunté si estaba ebrio, hizo un alarde sobre tener buen aguante, eso no debería parecerme atractivo.

-Bueno, nunca se me ha insinuado un hombre, pero las señas son casi iguales.

Hombre. Me dijo hombre, así es como me ve. Y eso me gusta.

-Ya veo, entonces ¿Tienes algún problema con eso? -Tomó un breve sorbo antes de responder.

-Así que lo admites. -me encogí de hombros algo avergonzado, ya habíamos llegado algo lejos, me sentiría patético si esto terminara aquí. -No en realidad, aunque he de decirte que no me siento atraído por...

Y fue interrumpido por gritos de vitoreo. Debió ser un buen tiro, porque este se alargó.

Agradecí la interrupción, porque había tenido un horrible día, y está conversación había sido lo mejor del mismo, aún con los intentos del estilista de Sofi por "chismear" conmigo. Me sentía cómodo, bastante, y no quería que acabará.

Así que me arriesgué.

Y me incliné para juntar sus labios con los míos. Al principio fue como cualquier otro beso, solo labios contra labios. Y cuando me correspondió... Dios, definitivamente estaba entre los mejores besos de mi vida, asumí que era la experiencia de un hombre mayor. Fue suficiente para sentirme un poco mareado. Duramos así hasta que terminó el ruido.

Al separarnos le sonreí a Jason de la misma forma coqueta, esperando que no quisiera irse. Sin embargo, tampoco esperaba lo siguiente.

-¿Quieres venir a mi casa?













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No fuí tan estúpido para irme sin avisarle a Sofi, le di mi ubicación para que rastreara mi paradero en las siguientes veinticuatro horas.

Jason no vivía tan lejos del bar, no tuvimos que ir en auto, solo caminamos.

Acepto que tomé un poco, pero no estoy ebrio, no me estoy tropezando al caminar ni arrastrando palabras. Por el contrario, camino perfectamente, aun cuando Jason es rápido, me lleva casi medio metro de altura.

Me lleva de la mano, hasta que llegamos a un gran edificio, y luego a un elevador, y al final a su puerta, dónde finalmente volvemos a besarnos.

-Este lugar es increíble. -Admití mientras el besaba mi cuello.

-Gracias. -gruñó dándome un chupetón, reprimí un gemido ante eso. -Trabajo para mantenerlo.

-No me imagino como será tu cuarto. -Reí antes de girarme y aproveché que su cara estaba lo suficientemente cerca para besarlo nuevamente.

Sin nada de trabajo, él me cargó por la cintura, enrosqué mis piernas en la suya sosteniendome de sus hombros para no caer. No sé si fue porque él conoce muy bien su departamento o pura suerte, pero no nos caímos.

Llegamos a su cuarto, pude separarme para observar todo y darle otro cumplido por la decoración, solo que no me interesaba el color de las paredes en este momento.

Me recostó en la cama, y ambos nos desnudamos de arriba. Solo pude admirar su físico, no solo era alto, estaba muy bien trabajado... Eran años de entrenamiento, podía verlo. Definitivamente era muy diferente a los otros chicos con los que me acosté.

Se puso sobre mí con su gran cuerpo, jamás me había sentido tan diminuto, ¿Me molestó? Para nada, siempre me gustó sentirme así. Tal vez la diferencia de tómalo debía intimidarme, pero por el contrario, me entusiasmaba más.

Él me acariciaba por todos lados, pero pude notar que solo de la parte superior, ir más abajo le daba algo de miedo, lo sabía porque no era el primero.

Intentaré hacer que se sienta comodo.

-Dime, ¿Que te gustaría hacer? -pregunté pasando las manos por su cabello.

-Hmm... Realmente no estoy seguro, ¿Que es lo que te gusta? -eso me daba una idea.

Si el problema era animarlo, solo tenía que fingir estar con alguien más.

-Bueno... Siempre tuve la curiosidad de estar con alguien que no pudiera verme. -Se separó un poco confundido. -Tranquilo, no te robaré nada, solo es la venda, no pienso atarte, o algo así. -La última vez que intenté algo así mis muñecas dolieron una semana.

-¿No crees que eso me limitará a tocarte? -Sonreí, era demás tierno preocupándose por mi placer.

-Bueno... -Me estiré para alcanzar mi sudadera, tenía la banda para el pelo de Sofi, debía servir. -Será muy emocionante hasta donde puedes llegar sin ver. -Se la mostré.

Se tomó un segundo para pensar, miró la banda y luego a mí, después se encogió de hombros y sonrió ligeramente.

-Supongo que no pierdo nada con intentarlo.

Y dicho y hecho, la puse sobre esos bonitos ojos que tiene. Luego cambiamos de posición y me puse sobre él.

Desde este ángulo podía darme el gusto de tocar su abdomen, era firme, marcado, me gustaba. Hasta que tuve un flashazo de la última vez que hice esto con Richie. Él no tiene un físico parecido, ni en broma, es del taller de arte, como yo, es delgado, solo con la musculatura normal que le da la adolescencia a los varones, también tenía una manta de vello que comenzada en su ombligo y terminaba en su entrepierna, no era tan grueso, solo bastante notable, me daban ganas de acariciarlo.

Tal vez los comentarios de la escuela tienen razón, soy una zorra. Mi novio me termina y lo primero que hago es acostarme con un extraño.

Hice a un lado esos pensamientos, y mejor me concentré en terminar de desnudarme. Le avisé a Jason que le quitaría los pantalones, porque ante todo, el consentimiento era necesario.

Su polla era grande, pero no al grado en que pudiera lastimarme, bastante adecuado. Estaba duro, así que asumí que la venda estaba funcionando.

-¿Está bien si...?

-Mientras no me muerdas, puedes hacer lo que te plazca. -Bien, eso ayudó a sentirme mejor.

Lo acaricié de arriba a abajo, estaba bastante caliente, soltaba líquido preseminal en la punta que usé para humedecer el resto. Empezó a soltar gemidos graves, eso me sorprendió, todos los chicos con los que he estado suelen retenerlos, incluso Richie. Y ahora que sé lo sexy que se escucha, puedo decir que los hombres se preocupan por cosas estúpidas.

Otra vez, recordé la última vez estuve con mi novio... Corrección, exnovio, fue hace dos semanas, ¿Ya pensaba en terminar conmigo en ese momento? ¿Puede el enamoramiento de dos años desaparecer en solo dos semanas? No tenía sentido.

Basta, esto no me ayudará en nada.

Me agaché, un poco y capturé el miembro de Jason en mi boca, era salado, y no se sentía mal, incluso disfruté de ello. Me pasé mi cabello por detrás de la oreja, y fuí aumentando la velocidad poco a poco. Decidí que no era justo que solo él recibiera placer.

Llevé mi mano a mi propio miembro, solo un poco antes de bajar hasta mi abertura, ya estaba húmeda, así que me dedique a prepararme lo suficiente, definitivamente lo iba a hacer por delante, los chicos hetero no suelen tener lubricante. Espero que tenga condones...

Aunque...

"No, Anthon ¿Que crees que estás pensando?"

Era una tontería, sin embargo... Podía tener sentido, es decir... Hace un año tuvimos un susto, y él no paraba de decir que me iba a apoyar en todo, en cualquier decisión que tomara. Esa vez, fue solo mi desarrollo concluyendo con la desaparición de mi periodo, como le pasa a la mitad de los donceles. Ahora podía ser verdad, podía, después de todo, Richie y yo no usamos condón, solo tomo píldoras... Hoy no me la tomé por obvias razones.

-M-Me voy a correr... -Me separé, por qué no quería que lo hiciera en mi boca.

Seguí jugando con la punta, hasta que finalmente me manchó en torso y parte del cuello, necesitaría pedirle su ducha al terminar. Cuando bajé la vista de vuelta a su pene, este seguía erecto, me impresioné, francamente yo no había tenido suficiente, quería sentirlo dentro...

-¿Tienes preservativo?

Hice una apuesta conmigo mismo, yo no traigo, si él si, entonces era una señal de que no debo estar con Richi, si no tiene, entonces... Debo intentarlo.

Siempre he querido hijos, esto solo adelantaría las cosas.

-El... Cajón... -dijo con voz agotada.

Me estiré un poco, allí había una caja, no sentí decepción, ni tampoco alivio. Pero cuando la tomé, estaba vacía, quizás alguno se cayó así que busqué en el fondo del cajón. Fue un fracaso.

-Ahm... Creo que se agotaron...

-¿De verdad? Cielos... -No sabía cómo interpretar su tono. -Yo... Estoy limpio.

Esas palabras, mi lado racional me decía que eso lo podía decir cualquier persona que estaba pensando con la entrepierna, y que tal vez solo quería sexo fácil. Sin embargo, la parte dolida, demandaba cumplir con la apuesta.

-Yo también.

-Entonces... ¿Tú...? -Y lo besé, antes de que dijera algo que me haría echarme para atrás.

Su aliento era menta, aún después de tantos besos, se sentían muy bien frente a los míos, deseaba que lo disfrutara tanto como yo, le dí permiso para entrar a mi boca.

Mientras nuestras lenguas se tocaban, acomodé mis caderas, hasta que su miembro rozó mi entrada. Sus manos fueron a mí cintura, temí que fuera para quitarme, no fue así, por el contrario, estaba acariciandolas, sentí mi piel erizarse, de forma agradable.

Era sexo casual, pero se preocupaba por lo que yo pudiera sentir, era dulce, como cuando estaba con Richie. Lo extrañaba, lo quería de vuelta, lo necesitaba porque sé que nadie más me querría por lo que soy. Nadie.

Nos separamos una vez más, porque seguía necesitando su permiso.

-No te preocupes, no notarás la diferencia con una chica. -Realmente no era una mentira, sin embargo, decirlo se sintió tan desagradable como una. -¿Quieres seguir?

Jason asintió con la cabeza, y eso fue todo lo que necesité.

Bajé poco a poco, haciendo que abriera paso en mi interior. Tal cual como creí, tenía un buen tamaño y grosor, no me lastimaba, me sentía maravillosamente lleno. Gracias a que me había preparado, no requerí mucho para acostumbrarme, puse mis manos en los pectorales de mi acompañante, y empecé a moverme de atrás a delante.

Ambos soltamos gemidos mientras buscábamos más contacto. La verdad... Jason sabía exactamente donde golpear, ninguna experiencia previa se sentía así...

Tomó mi cintura, y fue mi perdición, estaría adolorido mañana pero no podía importarme menos, quería sentir más a este desconocido.

Me agaché a repartir besos y mordiscos igual a las marcas que él me dejó hace rato.

Pasó el tiempo, incluso se puso sobre mí, aún con la venda provisional puesta. Estar debajo de él me gustaba, incluso si no podía cruzar mis tobillos detrás de él por la diferencia de altura.

Desde aquí, se veía muy atractivo, sudaba, gruñía, lo hacía por mí. Busqué sus labios, solo para disfrutar la sensación de tenerlos conmigo antes de correrme. Nunca antes lo había hecho sin tocar mi polla.

No quería admitir que fue el mejor sexo de mi vida pero... Hasta ahora lo era.

Luego de eso, duramos un par de minutos más, hasta que sentí una contracción dentro.

Lo hizo, se corrió. En mí.

En ese momento me dí cuenta de lo estúpido que estaba siendo.

Finalmente, se retiró, y se hizo a un lado. Resistí el impulso de acurrucarme. Mientras aún pudiera moverme, lo haría.

-Debo... ¿Puedo usar tu baño?

-Si, claro. -Comentó quitándose la venda, tomé mi ropa y me cubrí abajo con ella. -hay jabones nuevos en el mueble del lavabo.

-Gracias...

Me encerré en el baño.














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Luego de la ducha, me puse la misma ropa con la que llegué. Jason se había dormido, así que era mi oportunidad de irme. Pedí un Uber desde mi teléfono, era imposible tomar transporte público a esta hora. Además, apenas podía caminar, incluso con el alivio del agua caliente.

Obviamente, mis padres me estaban esperando al volver. Luego de una ruptura y el mejor sexo de mi vida, admito que eso fue lo de menos.

Ahora tenía otro problema.

Al día siguiente, me compré una pastilla del día después en un momento de lucidez. Y rogué porque funcionará. También unos analgésicos porque vaya que me dolía de la cintura para abajo.

Le conté a Sofi, excepto por la parte en que pensé en embarazarme de un extraño solo porque se parece a mi ex. Creí que se alegraría, ya que ella quería que me divirtiera anoche. Pero en su lugar... Estaba consternada, al parecer ella pensaba en solo una noche de besos y ligues, no pensó que de verdad haría algo con alguien. Me molesté con ella por unas horas, y al rato estábamos bromeando al respecto.

No me quité su mirada de preocupación en todo el día.

Seis semanas después, estaba en mi baño viendo una prueba de embarazo positiva.

-Mierda...













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-Tienes una madre muy idiota. -Le dije a mi vientre mientras daba pequeñas caricias. -Prometo que voy a mejorar, por ti...

Y lo decía en serio.

Por eso, anoche tomé una decisión, y dejaré que el beso del otro día se quede en el pasado. Mi hija es todo para mí, y no voy a dejar que mis estúpidos impulsos arruinen mi relación con su padre. Sé que Jason estará de acuerdo, después de todo... Si hubiera significado algo, hubiéramos encontrado un momento para hablarlo, incluso con Carlos aquí.

-Bueno, hora de seguir con la rutina, bebé.

Así fue como empecé a recoger la casa, había un poco más con Charly aquí, a cada rato tomaba vasos de agua, leche o jugo de la cocina, también otros trastes, o dejaba cosas de la escuela regadas...

Cómo su ensayo de historia en el que se desveló anoche...

-Oh no...

Miré la hora, tengo entendido que estaba por iniciar su descanso, duraba una hora y no tardaría mucho en llegar en un taxi. Con suerte, aún no había pasado su clase, quizás su calificación no estaba perdida...

Pero... Podría encontrarme a alguien familiar.

Cómo Richie... O Sofi...

Extrañaba a Sofi.

Y... Charly ha sido bueno conmigo, quizá le debo esto. Suspiré antes de tomar mi mochila.













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La prepa se veía igual, la pintura seguía brillante, y aún se podían ver las canchas tras los barrotes.

En la entrada, siempre había chicos, nos permitían salir a los alrededores de la escuela en nuestro descanso, le escribí a Carlos para que viniera por su proyecto.

CharlyNoChaplin: Dioses! Gracias, ya no tendré que trabajar en un local de hamburguesas 😭😭

Me reí al leer eso, me quedé afuera a esperarlo, ya no tengo mi credencial, no puedo entrar así que solo lo esperé.

Presioné el chat con Sofie, había muchos mensajes allí, pero yo tenía desactivado el visto y el "en línea", había mucha preocupación, y muchos insultos. Ya no eran tan seguidos, antes eran como cien al día, ahora solo en uno por semana. Pidiéndome que dé alguna señal de vida. Aún se preocupa por mí, aún me quiere.

Podía escribirle podía...

-¿Anthon? -En eso, alguien me llamó.

Pero no era Charly.

Tampoco Sofi.

Era Richie.

Y venía de la mano de mi primer ex novio.

Ryan.

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