Cap. 10

Había días en lo que Alexis deseaba encerrarse en su cuarto mientras comía una bolsa grande de papas y veía películas noventeras sin tener que preocuparse de si trabajo, su esposo o sus hijos. Y es que aún si tenía una vida "acomodada", tanta responsabilidad podía ser agotadora.

Por suerte, hoy no era un día así. Fue un día tranquilo en el museo, solo estuvo medio tiempo como todos los sabados y luego recogió a sus hijos en la escuela. No eran clases, solo actividades como juegos, deportes y música.

Darcy estaba tan emocionada al salir, pidió permiso para una noche de chicas. Tendría una pijamada con sus amigas, definitivamente ella era la más social de la familia.

Por otro lado, Tulip parecía haber hecho un amigo, por fin, los niños siempre solían molestarlo porque era más pequeño que los demás, y solía hablar poco, en esta ocasión salió de su edificio bastante emocionado hablando de un niño nuevo. Los mellizos eran como el ying y el yang, pero por sí mismos eran únicos, y si bien no sabía lo que hacía como su madre la mitad del tiempo, algo iba por buen camino al ver esas sonrisas en sus rostros.

-Y luego Leo dijo que no sabía que era un hiperpropulsor, y creí que tal vez ya no debía hablar, pero luego le expliqué que era, y tampoco me entendió... Y entonces...

-Amigo, tranquilo, respira un poco al hablar. Prometo que te estoy escuchando. -comentó el mayor entre risas mientras por el retrovisor observaba a su hijo todo rojo recobrando el aire.

Tulip era una combinación muy... Perfecta de sus padres. Se parecía a su madre físicamente, excepto por los ojos, igual que su hermana melliza. Adicionalmente, en personalidad heredó toda la parte introvertida de Ale, más exagerado, se veía de lejos, ¿La compensación? Era muy listo, igual que su padre a su edad, más que su hermano mayor y claro que más que Darcy. Pero habían acordado no adelantarlo como a su padre, tendría una infancia lo más normal posible, de a poco, rendía sus frutos.

-Yo... -dijo que pequeño al fin recuperando el aliento. -Lo invite a jugar, preguntará a sus padres, si le dan permiso, ¿Puede venir?

-Uhmm... No lo sé, es un niño desconocido. -sostuvo su mentón adquiriendo un tono serio, lo cual puso angustiado al pequeño. -ya sabes, él podría ser... ¡Un espía!

Tulip abrió sus ojos muy sorprendido, puso una cara pensativa causando ternura en su madre que solo sonreía mientras atravesaba el portón para al fin llegar a la escuela de Dennis. Luego de meditarlo el pequeño juntó las cejas con determinación.

-¡No! ¡Leo no podría! ¡Él es muy bueno! ¡Le gustan las galletas y la pizza!

-Ese no es un argumento. -respondió estacionándose. -Pero está bien, confiaré en ti, soldado Tulip. Hablaré con sus padres mañana a la salida para que puedan jugar juntos.

-¡Gracias, mamá! ¡Te va a caer muy bien!

-Ya lo creo que sí. -después de todo, alguien que sacaba sonrisas tan puras de su pequeño no podía ser malo. -Iré a esperar a tu hermano, espérame aquí, te dejaré la radio.

Bajó del auto y camino hacia la entrada junto con otros padres y tutores para esperar al mayor de sus hijos, no era que estudiarán en escuelas diferentes, era la misma escuela, solo que inmensa, como un campus universitario, para Alexis era algo exagerado, mientras Dereck insistía en que tenían buenos equipos deportivos para Darcy (y aún así también iba un club deportivo entre semana), un excelente programa de química para Tulip y... Un buen lo que sea para lo que quisiera hacer el mayor, Dennis siempre estaba feliz después de un largo día de actividades, sus mejores amigos también solían ir, los deportes no eran lo suyo, dejó la defensa personal luego de solo dos meses, de ahí en fuera le gustaba saber un poco de cada cosa, vaya que se entretenía.

Mientras esperaba, su teléfono vibró, era Jason, curioso, no había hablado con él en un rato.

-Paternidad planeada, lo atiende Chayanne ¿Con quién hablo? -bromeó Alexis al contestar.

-Jaja, muy buena, wey.

-Oh, el gran abogado Masner, lo siento señor, pero creo que usted nos consulta seis meses tarde. -eso último ya no le hizo tanta gracia a Jas, respondiendo con un bufido, cosa que le importó nada a Ale, le encantaba molestarlo. -¿Que pasa?

-Ahm... Quisiera saber si podrías hacerme un favor.

-¿Un favor? Estoy decepcionado, creí que nuestra amistad era sincera y no una excusa para que obtengas favores de tu amigo más rico que tú. -dijo fingiendo sentirse dolido.

-Ahí te corrijo, tu esposo es rico, tú eres un maestro de museos. -era un buen puntos. -Si lo haces yo te debo un favor, ese es el secreto de nuestra amistad, es equitativa. -como había sido por años.

-Bien, ¿De que se trata?

-No es gran cosa, solo si puedes llevar a Anthon de ida y vuelta a su cita médica, es en una hora y media, te mandaré la dirección por mensaje...

-Espera. -Interrumpió. -Anthon, la mamá de tu bebé.

-Sí.

-Tiene cita médica.

-Así es.

-Y tú, el señor "horario bien organizado" ¿No puedes llevarlo?

Siendo objetivos, si fuera cualquier otro favor, no preguntaría de más, lo ayudaría y fin de la historia, de hecho era lo que Jason esperaba. Sin embargo, Alexis guardaba un pequeño problema si debía de lidiar con el doncel embarazado, el cual no iba a compartirle por teléfono, por lo que sí podía averiguar alguna forma de zafarse, lo haría.

-Bueno... ¿Te acuerdas de Brandon y Noah? ¿Mis amigos de la secundaria?

-Si, me habías dicho que uno se iba a casar.

-Si... Olvidé que la despedida de soltero es hoy.

Y vaya que le estaba dando una mala excusa, por un momento Alexis olvidó cualquier temor que implicará hacer esa tarea y se molestó de inmediato.

-No mames, Jason. ¿Cómo vas a irte de fiesta? Tienes que acompañarlo, es su bebé.

-Lo sé pero ya me comprometí...

-Esto es más importante.

-Mira, él y yo no nos estamos llevando bien desde hace días, seguro no me necesita en esa consulta. Pero yo a tí sí, no solo por transporte, quiero que escuches las indicaciones de la doctora y me las digas después, no me desligo de la responsabilidad, solo trato de llevar la fiesta en paz y al mismo tiempo estar pendiente.

Ni por un segundo Alexis se creyó eso, podía usar ese discurso de caballero de buenas intenciones en cualquier lado, mas con él no. En casi once años de amistad había aprendido a leerlo, desafortunadamente, Jason era terco, y se molestaba si las cosas no eran a su modo. Tendría que llevar a Anthon.

-Será la única vez, y más te vale que disfrutes esa salida, porque ya no las tendrás tan seguido. -le advirtió.

-No tienes que advertirme, lo sé muy bien. En fin, te agradezco, nos vemos otro día. -y cortó la llamada.

El pelinegro suspiró pesadamente, rogando que esto solo fuera un pequeño momento de inmadurez y no un ejemplo de la futura paternidad del abogado.

Poco tiempo después, los niños empezaron a salir del edificio. Esperaba que ver a Dennis emocionado por las cosas nuevas que aprendió ese día le hicieran olvidar esa sensación preocupante.

Cuando salió su pequeño, su sonrisa fue desapareciendo al notar la cara que traía, veía hacia abajo, y podía distinguir un pequeño puchero, no parecía llorar, ya lo comprobaría cuando estuviera más cerca.

-¿Cómo te fue, campeón? -preguntó quitándole la mochila y poniendosela sobre la espalda, Dennis no sostuvo su mano para ir al coche como otros días. No diría nada al respecto.

-Bien, creo. Quiero ir a casa. -Okey, era más claro que el agua que algo había pasado.

-¿En serio? ¿Aprendiste cosas nu...? -se cayó cuando el menor se apresuró a negar con fuerza.

-Ya vámonos.

Entendió el mensaje, y no insistió más.

No sin antes preguntarse si hacía lo correcto al darle ese espacio.







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Durante todo el camino Dennis no dijo ni una palabra, su madre no lo iba obligar así que lo único que llenaba el silencioso era la radio. Tulip se quedó dormido, con frecuencia se marea a en los autos así que todos preferían que fuera así.

Al fin llegaron a casa, mientras Ale cargaba en sus manos a su pequeño Dexter científico, Dennis bajó sus cosas. Al acercarse a la puerta se percató de que las luces estaban prendidas, se le hizo un poco extraño, la puerta tampoco tenía cerrojo. Antes de entrar en pánico simplemente la abrió y vió allí a su guapo y adorable esposo, viendo la televisión ya sin saco ni corbata.

-¡Hey, mis muchachos! -los recibió con entusiasmo.

Esa cálida bienvenida era el confort que Alexis buscaba hace rato.

Su voz fue suficiente para despertar al pequeño y no lo necesario para asustarlo. Se talló un ojo, alzó la cabeza y extendió los brazos buscando pasar de un padre a otro.

-¡Papi!

-Ven aquí, dormilón, ¿Te mareaste en el auto otra vez? -Dijo elevándolo en lo alto.

-Un poco... ¡Oh! ¡Tengo un nuevo amigo!

-¿En serio? ¡Eso es súper!

-¡Si! ¡Y no es un espía!

-¿Espía? -preguntó alzando una ceja. Alexis soltó una pequeña risa yendo a plantar un beso en los labios de marido.

-Ya sabes, como eres un Tony Stark podrían venir espías a robar información. -le guiñó el ojo para que entendiera el juego.

-oh... Eso tiene mucho sentido. Me alegra saber que tengas un amigo tan confiable.

Mientras todos hablaban, el mayor de los niños se dirigía silenciosamente al pasillo, directo a su habitación, misión que se vió interrumpida cuando su padre lo notó.

-Hey, Dionisio, ¿A dónde vas? ¿No saludarás a tu padre? -exclamó con mucho anime, Dennis hizo una pequeña mueca de incomodidad, se giró aunque no fue hacia él.

-Disculpa, papá, quiero dejar mi mochila, en un segundo te saludo bien.

No hubo tiempo de oponerse, el pequeño de ojos azules se escabulló inmediatamente. Dereck se quedó tan extrañado como su esposo en la salida, se miraron el uno al otro, el varón no tuvo que preguntar nada, con solo la vista le preguntó a Alexis sobre el comportamiento de su hijo.

-No sé que le pasa, no quiso hablar en todo el camino.

-Mmm... -mucitó, bajando a Tulip. -Hey, amigo, ¿Que te parece si también dejas tus cosas y luego te doy unos dulces que encontré de camino a casa?

-¡Dulces! -llevando su mochila en la cabeza, el pequeño desapareció en el pasillo, de la forma más adorable posible.

-¿Saliste del trabajo para comprar dulces?

-Era una sorpresa, creí que podríamos pasar tiempo en familia, claro, se que Darcy no está pero tú y los niños podríamos ver algo.

Alexis estaba muy feliz de escuchar eso, Dereck no descuidaba a su familia, nunca. No era el típico padre que pone los negocios sobre la sangre, siempre los llamaba por video cuando se quedaba lejos, tres días a la semana no trabajaba para poder estar en casa, y si uno de los pequeños caía enfermo, faltaría hasta que se recuperará. Y claro, de vez en cuando tenía esos gestos como salir repentinamente de sus labores para hacer un maratón de películas de Steven Spielberg.

Lastima que hoy no era el día adecuado.

Con ternura, Ale tomó en manos las mejillas bien afeitadas de su marido, dedicándole una sonrisa de colegial enamorado. Que luego torció en un pequeño puchero para darle las malas noticias.

-Quedé en hacerle un favor a Jason, tengo que irme, ahora que estás aquí no debo llamar a la niñera.

Su esposo hizo un pequeño gesto de decepción, mas se mostró comprensivo, luego de diez años había aprendido que Alexis y Jason como amigos siempre tendrían sus acuerdos, y no siempre le gustarían.

-Habla con Dennis, ¿Sí? Parece que tuvo un mal día.

-Si, se notó, no te preocupes, lo tendré bajo control. -ambos se dieron un pequeño beso de despedida, antes de separarse, el más bajo aprovechó para abrazar a su pareja por el cuello, dedicandole una pequeña sonrisa traviesa.

-Si regreso antes, te acompañaré en el maratón de películas, si no... Tú y yo tendremos otro tipo de actividad. -Dereck se sonrojó de solo pensar en eso, la excusa perfecta para que Alexis le dieran ganas de darle un pequeño beso en el cuello, tentandolo aún más.

-Suerte afuera, tardate todo lo que necesites. -el contrario solo soltó una risa antes de separarse, tomar sus cosas e irse.

Después de todo, él pasaba mucho tiempo con los pequeños, esos tres eran muy demandantes, por lo que a veces... Los adultos necesitaban un tiempos a solas.

Ya vería películas con ellos otra noche.







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En sus casi veintisiete años, Alexis no conocía muchos donceles como él. El más cercano era su hijo, claramente, a veces llegaba a ver a algunos en las salas de ginecología cuando tenía que hacerse una revisión, no muchos, las mujeres seguían siendo mayoría. ¿La razón principal? La población de virmus aumentaba cada que otra generación se reproducía, el rango de veinte a treinta años como Alexis, que ya era adulta y estaba planteándose tener hijos (no como él que se adelantó), mientras que de Dennis a Anthon estaban estudiando aún (o así debería ser) por lo menos sabía que su pequeño tenía unos tres o cuatro compañeros igual a él en su aula, por otro lado, en los últimos tres años, se reportó que los nacimientos de niñas estaban peligrosamente bajos y los de tercer género los rebasaban. Alexis era un doncel adulto con tres hijos, algo poco o nada común de ver, él siempre debía aclarar que era la madre de los pequeños, no el padre, mientras la mayor parte de las personas como él ni siquiera había tenido su primer periodo, menos su primer embarazo, solo eran hombres a la vista de todos.

Esto nos lleva a entender su sentir de incomodidad pura cuando estuvo en el auto con Anthon. Nunca tuvo a un doncel que no fuera su hijo tan cerca suyo. Él no decía nada y el menor tampoco, solo escuchaban la radio para llenar el silencio.

Si Ale no estuviera tan entretenido tratando de mantener la vista en el camino para no desviarse a observar el redondo vientre de Anthon de reojo, habría notado que este último se encontraba muy decaído. ¿Cómo no estarlo? Primero el padre de su hijo le grita y luego lo hace sentir como un estorbo, y posteriormente se desliga por completo de llevarle a su revisión mensual. Cada día sentía más que nadie en el mundo querría a su bebé ni se pondría feliz por ello más que él. No quería deprimirse con esas ideas de nuevo, así que tomó el suficiente valor para hablar con el conductor.

-¿Conoces a Jason hace mucho tiempo? -algo simple, para empezar.

El de ojos azules se sintió ligeramente desencajado por la repentina pregunta, sin embargo respondió con naturalidad.

-Nos conocimos en el último año de secundaria, me forzó a ser su amigo. -Bueno, así había sido.

En su mente dió una pequeña sonrisa al recordar la vez que lo obligó a invitarlo a su casa, en ese momento lo vió como un fastidio, hoy en día, le causaba una sensación placentera y nostálgica.

-¿Lo forzó? Oh, espera... Secundaria, entonces tienen la misma edad. -señaló el chico como si acabará de descubrir algo impactante, era bastante expresivo cuando se lo proponía. -Y... Los niños del parque...

-Muchas horas de parto y luego solo dos minutos de diferencia entre cada uno. -Se apresuró a decir. -Si, fuí madre joven.

No le gustaba hablar mucho de ello, pero era lo que era, no lo iba a negar tampoco. Anthon no notó ni un poquito el tono sarcástico de Alexis, siguiendo con sus dudas, y es que el más bajito acababa de entrar en cuenta que tenía una persona que había pasado por lo mismo que él, quizás no tendría la oportunidad para hacer ese tipo de preguntas en otra ocasión.

-¿A qué edad los tuviste? -el mayor había aceptado su destino, ahora tendría que responder a todo el interrogatorio.

-A esos pequeños a los veintidos, al mayor lo tuve a los diecinueve, igual que tú.

La mandíbula de Anthon casi da al piso. Él era conciente de que los cuerpos de los donceles eran más fuertes y mejor desarrollados para llevar un embarazo, aún a temprano edad. Sin embargo, nunca supo de alguien con tantos hijos a esa corta edad. Se sentía bobo por asustarse con solo un bebé, este sujeto se notaba que había tenido éxito, seguro a él le iría igual de bien.

-Vaya... Debe ser fantástico, Nunca te debes sentir solo en tu casa.

A Alexis le sorprendió esa afirmación, y no estaba muy seguro de cómo responder a eso. Si era afortunado y se sentía muy feliz por tener tal familia. Aunque... Considerarlo algo fantástico... Quizás no.

-Es difícil. -Anthon alzó la cara en dirección al mayor. -Puede ser lindo, cálido y una buena experiencia, pero me perdí de muchas cosas por asumir la responsabilidad de mis acciones.

El joven de flequillo azul empezó a perder la felicidad y tranquilidad que había conseguido hace poco. Con tristeza miró su vientre, que enseguida le dió confort al sentir los movimientos de su pequeña, aún no sabía el género, pero en su mente siempre era una princesa... Una princesa guerrera, como Xena. Lo acarició con ternura y dirigió una mirada molesta a su compañero.

-¿Jason te mandó para darme un sermón de lo dificil que es ser padre adolescente?

-¿Disculpa?

-Hace una semana llegó molesto de una cita, a decirme que soy un mini y una carga, que solo soy un niño y otras cosas. -Alexis sin apartar la vista del camino abrió los ojos muy sorprendido. Sabía que Jason era algo intenso cuando no tenía lo que quería aunque eso... -Después empezó a hablar de responsabilidades y... Sonaste como él...

Bien, a la siguiente ocasión pediría más detalles antes de hacerle un favor al estúpido plantman. No era lo suficientemente trabajolico para olvidarse de una cita médica, por otro lado, era experto en evadir cosas cuando no estaba cómodo, aún si no era conciente. Luego hablaría largo y tendido con él sobre la responsabilidad afectiva. Quizás no debió apoyarlo con su petición de dejarlo tirado.

Tenía buenas intenciones, quería advertirle a este chico sobre las consecuencias del una maternidad precoz, y la regó. Soltó un suspiro cargado de culpa, ¿Qué podría decir para remediarlo? En aquel momento, ya no había tiempo de decir mucho, estaban a punto de llegar a su destino.

-No sabía lo que sucedió entre los dos. No pretendo juzgarte o regañarte, solo... Hablaba desde mi experiencia, lamento si te confundí.

Anthon lo pensó un par de minutos, no valía la pena hacer todo tan incómodo como la primera mitad del viaje, solo lo dejaría pasar.

-Está bien... Gracias por traerme, puedes dejarme aquí. -Ale rio un poco.

-Ni creas, es el primer sobrino que tengo, y quiero verlo.

Anthon no dijo nada, solo puso una pequeña expresión de sorpresa para después sonreír ampliamente y asentir. Para llevar un embarazo de casi seis meses, si que era rápido cuando algo lo ilusionaba. Alexis se quedó un par de segundos viendo al muchacho a lo lejos, sin duda era dulce y quería bastante a su bebé.

Esto le hizo hacer conciencia de dos cosas:

1. Jason era muy idiota. Le ocultó la gravedad de la pelea con este niño, y a pesar de que le contó sobre su extraño acuerdo de "roomies", Ale nunca vió ni una ecografía del bebé, ni en las pocas ocasiones que hablaba con él en esas semanas fue para informarle algo sobre ellos. Cómo si lo quisiera mantener oculto de todos, obvio, no porque fueran los mejores amigos se hablaban a diario ¡Pero por favor! ¡Iba a ser padre!

2. Anthon tenía una actitud tan optimista y brillante frente a lo que le estaba pasando. Verlo le provocaba cierta... Envidia. Luego de diez años conocía a otra persona con una situación similar a la de él: embarazado, viviendo con un nerd rico y siendo muy joven. Y este chico... Estaba feliz, genuinamente. Ale no podía evitar preguntarse si esta era la forma en que el universo le echaba en cara todo lo que pensó cuando esperaba a Dennis.

No había un solo día en que Alexis no se autocastigara recordando los cobardes pensamientos que tuvo en el pasado.









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Ya en la visita todo fue muy mecánico para Anthon, responder preguntas de su dieta, los ejercicios que realizaba y de allí a pesarse y medir tanto su estatura como su barriga. Ya estaba acostumbrado, la única diferencia es que era la primera vez que hacía todo completamente solo. En sus primeras citas fue acompañado por su madre, que si bien no brillaba de alegría, era la primera vez en bastante que se sentía visto por ella; cuando era un "niño bueno" lo ocupaba como un trofeo más a presumir, en su etapa rebelde al fin se sentía como un adolescente normal con una madre normal... Que siempre lo regañaba y castigaba, no era una relación de ensueño, pero era más auténtico que esa propaganda política en la que vivían; Después, al conocer a Richie, toda esa furia y necesidad de atención ya no estaban presentes, o al menos el primer punto, su pareja solía calmarlo siempre y consentirlo, aquello compensaba lo segundo, se relajó demostrando que seguía siendo un alumno brillante, sin embargo en esta ocasión su madre pasaba de él por completo, ya no era su niño dorado, ni su joven rebelde, solo una pertenencia más en su casa, así se sentía.

Al huir de casa dejó de ir al médico, no fue la mejor idea, debió regresar inmediatamente al ser abandonado por Richie, nunca lo comprendió mejor en su cita acompañada por Jason, a partir de entonces hizo todo en sus manos para que su bebé estuviera bien. Y tener al padre a su lado, le daba mucha seguridad... Hasta su última pelea.

Anthon estaba más arrepentido que nunca de haberse embarazado, de no medir las consecuencias de sus actos. Y era horrible, porque a pesar de eso amaba a ese pequeño o pequeña más que a nada en el mundo.

-¿Está frío? -Preguntó su doctora sacándolo de sus pensamientos. Comprendió que el chico no le prestaba atención con solo verle la cara. -El gel.

-Oh, no, está bien esta vez...

-Así que el señor Masner no pudo venir hoy... ¿Usted es...?

-Alexis, soy un amigo, solo lo acompaño...

-Entiendo, es reconfortante saber que entre virmus se apoyen. -Comentó sin apartar la vista del monitor. Los donceles se vieron el uno al oto, era extraño, Ale no se había presentado como tal. Ignoraron eso dirigiendo su vista a la pantalla. -Disculpa, asumí tu género sin preguntar. -dijo con una media sonrisa entendiendo que incomodó al acompañante.

-¿Cómo supo que lo soy? -La mujer hizo a un lado el control y se dirigió a él con una sonrisa.

-Bueno, eres alto para ser uno, pero tú contextura física es una muy buena pista. -Maldijo sus caderas. -Y... La forma en que observas todo, cuando un doncel viene, en la mayoría de los casos ponen esa expresión de nostalgia.

El mayor tenía una mezcla rara de sentimientos, le emocionaba conocer a su futuro sobrino, pero esas máquinas le traían cierta sensación de amargura. Recordaba con culpa la primera vez que vió a sus hijos así, como sintió que se le venía el mundo encima al oír el pequeño corazón de Dennis, como casi se le sale el suyo al descubrir que tenía mellizos tan solo un par de años después. Cada que pisaba un consultorio ginecológico sudaba frío por esas memorias.

-¿Ha atendido muchos como nosotros? -preguntó Anthon limpiandose el gel del vientre.

-Ultimamente más. Siempre hay donceles y chicas en esa sala de espera... Solo que ellos vienen a sus chequeos, y ellas por sus tratamientos de fertilidad.

El de cabello azul arqueó una ceja confundido, ese era un tema del que seguramente no estaba muy enterado por su edad. Pero que Alexis ya conocía, debido a que presenció un caso muy cerca de él.

-Desde hace diez años no solo bajaron los nacimientos de niñas, también la menopausia temprana. -Anthon abrió los ojos con sorpresa, empezando a procesar la nueva información que aún no terminaba de recibir. -Las mujeres arriba de los veintitrés comienzan con los síntomas, ya se tenían datos de esto pero... Ha incrementado mucho en la última década.

No solo la menopausia, preclamsia, ovario Poliquístico, cáncer de útero, todos esos padecimientos habían crecido. Casi como si la madre naturaleza estuviera desesperada por acabar con ellas. Un secreto a voces, los gobiernos trataban de mantenerlo como algo irrelevante, sin importancia, después de todo, allí estaban los virmus para suplir esa necesidad reproductiva.

La razón por la que Ale nunca tuvo hermanos es por lo dañado que había quedado el cuerpo de su mamá luego del embarazo. También... Hace poco su querida prima Nat había llegado a lo menopausia. Ese era el motivo por el que empezaron a haber más adopciones, ante la temprana infertilidad y lo costoso de una inseminación in-vitro, era más fácil pasar los procesos de adopción, los cuales, por eso mismo, fueron ajustados para no hacer las listas de espera tan largas como antes.

Saber todo esto, le aclaró varias cosas al chico... Pero también le preocupaba.

-Doctora... ¿A mí bebé le pasará eso? Es una niña también. -La doctora le hizo una seña para que se bajara de la camilla, invitando a ambos a sentarse.

En todo momento mantuvo un semblante sereno, y antes de poner la ecografía en un sobre cómo era el protocolo, se la dió directamente. Al ver a su pequeñita tan tranquila en aquella foto, sintió que podía relajarse un poco. Ale la observó de reojo, enterneciendose por dentro al ver a esa pequeña, esperaba que heredará el cabello de Jason, era lo mejor que podría heredarle.

-Ella va a estar bien si tú te preocupas por ella, quien sabe que avances médicos tengamos en el futuro, o que tan diferente es el desarrollo de una pequeña nacida de un tercer género, todo podría ir mejor para ella. -Anthon solo podía sonreír acariciando la imagen de su princesa con el pulgar.

Consiguió la paz que necesitaba. La mujer le dió sus prescripciones y una nueva dieta, Alexis, quien durante toda la segunda mitad de la charla se mantuvo en silencio, guardó muy bien las instrucciones que después mandaría a su amigo. Se despidieron de la doctora, y finalmente se fueron.







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Ya era lo hora de la cena cuando salieron, y los tres morían de hambre. Alexis conocía un buen sitio de hamburguesas al cual sus pequeños adoraban ir, seguro sería genial almorzar algo con su compañero y además se ahorraría tener que hacer el desayuno para el día siguiente. Sí, nada como una gigantesca hamburguesa de res y papas para desayunar, y cenar, claro. Dereck podía esperar a la diversión nocturna, el estómago siempre iría antes que el sexo... Aunque que estuvieran juntos tampoco sonaba tan mal...

Ale alejó esos pecaminosos pensamientos y siguió comiendo.

El lugar estaba algo lleno, pero lograron conseguir una pequeña mesa. Todo estaba ambientado con Rock & Roll: discos de vinil en las paredes junto a pósters de Elvis y Queen, instrumentos como guitarras convertidas en percheros, autos viejos convertidos en mesas. Sin duda todo era muy llamativo, si bien Anthon prefería la electrónica, un poco de su padre (el señor que mandó a instalar una rockola en la sala) si que tenía, estaba completamente maravillado con el sitio.

-Este sitio es increíble... Gracias por traerme. -dijo metiendo dos papas a su boca, había que aprovechar antes de empezar aquella nueva dieta.

-Jason me lo mostró, vengo con mi familia desde hace unos tres años. -Anthon torció la boca desanimado al oír al mencionado. -Disculpa... Lo olvidé.

-No te preocupes... Mejor... ¡Dime sobre tus hijos! ¿Cómo se llaman?

-Bueno... Dennis es el mayor, los mellizos son Tulip y Darcei, la llamamos Darcy.

-¿Tulip?

-Me gustan los tulipanes. Es un niño.

De esa manera se les fue casi una hora hablando, más por insistencia del peliazul que por la madre de los niños, los amaba, por supuesto. Sin embargo, nunca se había encontrado con alguien que estuviera tan interesado en su familia. Anthon solo buscaba desesperadamente a alguien que lo pudiera orientar con el embarazo, ya fuera con su consentimiento o no, Ale se había convertido en esa persona.

-¿Y... Duele?

-A las mujeres sí, por lo que oí. Para mi fue... -se sonrojo de solo pensarlo. -Con mis bebés algo natural... Pero...

-¿Pero?

-Ah, no sé porque te cuento esto. -seguro porque nunca lo habló con nadie y en su subconsciente quería expresarlo. -Si mi esposo lo hacía llegaba a ser... Placentero. -oh no... Regresaban esas lujuriosas ideas. Lo bueno que hace años que había parado de dar pecho.

-¡No inventes! -El contrario le hizo un gesto para que bajara el tono, más de una persona volteó a verlos. -¿En serio el te...?

-Era más cómodo que un saca leche, ¿A ti no te molesta?

-A-Aún no me sale. -se sonrojo. -Se oscurecieron pero hasta ahí.

-¿De verdad? Ah... Que suerte, yo entré al segundo trimestre y pup empezaron a gotear. -recuerdos vergonzosos de su boda llegaron a él mientras tomaba su malteada de chicle.

-Cielos... Y... ¿El parto? -Ale dejó a un lado su bebida y respondió, eso era un punto bastante importante.

-Me desmayé en el primero.

-¿Eh?

-Tranquilo, no soy un zombie resucitado. -Anthon contuvo una carcajada haciendo sonreír al más alto. -Solo me cansé mucho, antes de ese momento fuí a esos cursos prenatales, seguro sin ellos la hubiera pasado peor.

-Vaya...

-A veces puede tardar horas o días, y vaya que duele. Sin embargo, no es para siempre, eso lo debes recordar muy bien.-Anthon asintió, atento a todo lo que decía su mentor. -Nos recuperamos más rápido, no sufrimos al orinar, y después de un mes puedes volver a tener sexo, en medio año, tener otro bebé, si seguimos con lo físico, no te lo recomendaría si lo vez por tus horas de sueño.

"Como si tuviera con quién" pensó.

-¿Y tú tendrías otro?

-Nop. -respondió rápido, demasiado directo, incluso para el entrevistador. -Mi pareja se hizo la vasectomía, en cuanto nació el par... Y... Mis dos experiencias... No fueron las mejores.

-Creí que era menos complicado que para... Ellas. -Ale negó con la cabeza.

-Que seamos bendecidos con la evolución para tener menos problemas físicos al crear humanos, no significa que sea lo mismo a nivel psicoemocional... -confesó con un tono triste.

Anthon reflexiono sobre esas palabras, mordiendo su labio inferior comprendió que la persona frente a él no era solo una amorosa madre con la vida resuelta.

-Cuando te dije lo del auto... No pretendía regañarte, sino advertirte. Ambos embarazos fueron una montaña rusa, a la que no estaba preparado para subirme, incluso cuando Dereck tiene la vasectomía, me da miedo si llego a tener un retraso. -Aún más desde que se demostró que conforme crecían los virmus dejaban de tener el periodo pese a seguir ovulando. Posiblemente en algún punto las nuevas generaciones ni siquiera necesitaran tampones, toallas y copas. Solo píldoras anticonceptivas y condones. -Se que dicen que nunca se está listo para ser padre, pero yo en serio no estaba listo... -Un pequeño flash vino a su memoria, se aquella noche en que casi lo deja todo, por miedo. Sacudió la cabeza para alejarlo y regresar la vista a Anthon. -Cualquier madre que ame a sus hijos te dirá que haría exactamente todo como sucedió si regresará en el tiempo.

-si... Por qué aman su vida. -Ale observó el fondo de su copa de malteada, dando un profundo suspiro.

-Yo no. -Declaró comiéndose la cereza, siempre dejándola al final. -Si pudiera volver a cuando tenía dieciséis, pondría un condón en buenas condiciones en mi esposo, o solo no bebería tanto. Haría mi examen a la preparatoria sin náuseas matutinas esperando quedarme, y la cursaría con normalidad... E intentaría ser un poco más sociable. -Tenía que admitirlo, siempre fue muy introvertido. -quizá también hubiera tomado terapia antes. -eso último sacó una carcajada del bajito.

-Y... ¿Tu familia?

Ale siguió mirando el fondo de la copa con una sonrisa melancólica, había pensado ese escenario muchas veces, una y otra vez, incluso compartió ese escenario con Dereck y él aportaba a su visión.

-Esperaría no haber viajado en el tiempo solo, para que él no me dejara solo en la cama después del sexo.

-¿De verdad hizo eso? ¡Que hijo de pu...!

-Público. -le recordó, causando que el chico se encogiera en su asiento, divirtiéndolo. -Mi esposo es muy listo, pero era muy torpe cuando tenía que relacionarse con otros, más si se trataba de mí. -Aunque en ese entonces le fastidiaba, ahora la idea de un Dereck entrando en pánico interno solo porque estaba a su lado le daba mucha dulzura. -Esperaría que él se quedará a mi lado, y buscara una mejor forma de demostrarme que le gusto, hasta que le hiciera caso. Y después de los estudios lo clásico, matrimonio e hijos.

-Suena más... Apropiado... -Dijo con tristeza recargandose en su mano.

Ale pudo leer fácilmente aquel gesto, no se resistió a acercar la mano y despeinar a Anthon, quien terminó con rubor en sus mejillas ante la inesperada acción.

-Ante todo amo la familia que tengo, si pudiera haber hecho algo para ser una mejor madre lo haría, empezando por estar emocionalmente más capacitado. Te veo y... Me da envidia.

-¿Yo? ¿Por qué? O sea... Fui un vagabundo en cierto punto y... El padre de mi hijo no me quiere como el tuyo a ti. Decepcione a mi familia. -Ale soltó una sonora risa.

-Bueno, eso último también lo hice yo. Lo que me faltó fue... Valentia. -Admitió al momento en que su acompañante puso cara de no entender. Prosiguió a explicarlo. -Me daba miedo ver a mi bebé con amor, le tenía miedo a amarlo, y a cuidarlo. Tu sabes que quieres protegerlo sobre todo, a mí me asustaba ser la razón por la que necesitara protección.

Anthon no sabía que responder a eso. Claro que estaba asustado, y a menudo se preguntaba si lo que hacía le haría más mal que buena su bebé, como... Vivir en auto. Sin embargo para él siempre fue obvio una cosa: su hija sería amada siempre.

-Gracias...

-¿Por la hamburguesa o por llevarte a tu cita?

-Por todo. -otro momento más lo tomó desprevenido cuando ese niño se aferró a su cuerpo para abrazarlo.

No estaba del todo acostumbrado a alguien que apenas conocía... Sin embargo ya se habían hablado con confianza ¿Que más da? Así que correspondió el abrazo.

Nadie de las personas chismosas del restaurante, sobretodo meseros, logró entender al cien porciento la conversación, sin embargo, si terminaron abrazados, siempre era una buena señal.

Quizás... Una pequeña complicidad se había formado esa tarde.

Lo cual era muy bueno, considerando que Alexis aún debía hablar con su mejor amigo.











Ocho-Ocho-Ocho-Ocho-Ocho-Ocho-Ocho


Wow, tres actualizaciones en menos de un mes, estoy impresionada de mí misma(?)

Este capítulo hubiera salido antes pero se alargó más de lo esperado, creo que extrañaba escribir a Ale, así como noté que muchos lo echaban de menos en la votación del cap pasado 💖

Espero hayan disfrutado el capítulo, nos vemos en el siguiente que espero acabar para la próxima semana ✨

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