Capitulo 32:Sueños y pesadillas.(T2)
Se sentía totalmente perdido, desorientado, a decir verdad, pero era consecuencia del endurecimiento, pero estaba mas que convencido que quienes lo habían traído de vuelta no eran otros que sus sobrinos, después de todo el mismo los crío.
Todo ese tiempo en ese sueño interminable se lleno de un odio profundo, odio que lo enveneno hasta la sangre, no podía simplemente olvidar la cara de justicia que le dio el tarado ese en ese tiempo y como protegía a esa insufrible niña que siempre se salía con la suya.
Si, la despreciaba, con toda su alma si es que realmente tuviera una.
pero mas era su odio al del cabello bicolor, lo traiciono cuando simplemente quería ayudarlo, ayudar a quien en algún tiempo fue uno de sus alumnos, aunque demasiado torpe siempre le tuvo estima y creyó en que podría hacer algo mas grande que lo que esperaban todos de él.
Juro venganza.
Estiro sus músculos para tener mas movilidad, realmente había pasado mucho tiempo, al ver al par frente a él mucho mayores de como los recordaba la ultima vez que los vio se lo confirmo.
-Se tardaron bastante, Mis queridos sobrinos, Nicomedes y Candidiana- Sonrió con arrogancia mientras veía como con cautela se acercaba el par, noto como también una joven castaña con una rata en su hombro lo miraba algo confusa- ¿Cuánto tiempo paso?-
bajo del podio donde estaba para que su sobrina intentara salir corriendo hacia él pero su hermano mayor la detuvo tomándola por el cuello de su vestido color negro.
-Es un placer volver a verlo tío- Menciono el joven avanzando con altives y de darle unas palmaditas en la cabeza a su hermana mientras esta lo miraba mal y se acariciaba el cuello.
-Querido sobrino, ¿Cuánto tiempo paso?- pregunto con manos en su espalda
-Cinco años, seis meses, tres semanas, cuatro días y diez horas con quince minutos, querido tío Grim- dijo mirando su reloj de bolsillo.
-Que preciso, me agrada-
-Tío, tío, tío, ¡te extrañe mucho!- dijo por fin la pelirroja acercándose.
-Yo también mi querida belladona- dijo acariciando su cabeza tal como niña pequeña, seguía siendo la misma chica con actitud revoltosa y destructiva.
-Es un gusto conocerlo señor...-Dijo por fin la castaña.
-Grimtrix Relish señorita- le extendió la mano amanera de saludo cordial- ¿y usted es?-
-Prisma- Le devolvió el saludo cordial, le sonaba el nombre pero no sabia de que- Es un placer conocer a quien me han dicho es un Hechicero poderoso-
-Gracias señorita, igualmente el conocer una dama como usted-
-Tío, hicimos lo que nos pediste- menciono el joven.
-¡Si, Si!- detrás de él la pelirroja hablo
-Esta claro que si, la presencia de ella no es mas que prueba de ello- dijo señalando a Prisma- Además...¿Dónde esta mi querida-
-No pudimos localizarla tío, perdón- dijo en un deje de decepción al explicarle que no tenían idea de donde se encontraba la comadreja de su tío.
-¿PERO COMO NO SUPIERON ENCONTAR- se vio interrumpido por un grupo de personas encapuchadas con mascaras blancas que entraron por la puerta, rodearon el lugar y se arrodillaron ante ellos.
-Mi señor, tenemos noticias de que la princesa salió de viaje, vuelve en una semana- menciono uno en especifico que se acerco a Nicomedes mientras se arrodillaba.
-Perfecto, vuelve justo a tiempo para nuestro plan- dijo mirando su tan preciado reloj de bolsillo.
se retiraron todos en muchedumbre para dejar a los cuatro de nuevo solos.
-Tío, Ellos son el orden de los sueños, ayudantes de nuestra causa, espías, guerreros y demás, dispuestos a acatar cualquiera de nuestras ordenes- dijo con un gesto invitando a su tío a salir de dicha habitación.
siguiéndole el paso todos salieron de la habitación, Prisma callada al igual que Twich, quien no decía palabra por miedo del resto, podría ser alguien malo que apareció de la nada para ofrecer sus servicios como un relleno de guion, pero sabía con quienes meterse, ellos no eran personas que con simples adulaciones le seguirían la corriente y le darían beneficios solo por ser un cómplice, no... ellos realmente eran personas crueles a niveles como lo de los 9 malvados o incluso Vor, por suerte hace alrededor de seis años que ocurrió todo y aprendió de sus errores y si alguien como Vor se dejo llevar por ambiciones, ellos eran demasiado centrados en sus objetivos como para no repetir ese mismo error.
-¿De que princesa hablaban Nicomedes?- pregunto Grimtrix al ver el castillo tal y como lo recordaba, desde el momento en que sus sobrinos se volvieron huérfanos él se encargo de ellos, le alegraba saber que nada realmente había cambiado en su ausencia.
-De...la princesa Sofía, Tío, Sofía de Enchanthia-
~🌻~
Era un joven apasionado como lo recordaba, con un sueño por el cual cumplir y vivir, adoraba la vida en un barco y la fresca brisa costera con toque salado, desde pequeño su padre lo llevaba a pescar junto a su hermano mayor, jugaban a los piratas y el como encontraban miles de tesoros, joyas, secretos, islas perdidas y en como tendrían la admiración de su familia y los del pueblo... ¡No! Si no, ¡De todo el Reino!
Si, eran soñadores, pero pronto su hermano encontró su pasión por la tala de madera y la construcción y desde joven se dedico a esa profesión, así que como su madre decía, "Toda persona esta destinada a algo mi niño"
Todos en Wing Horse decían: "Débora era una trabajadora nata y nadie lo niega, así que tienes que ser como tu madre, padre o hermanos"
al ser el menor la presión siempre estuvo, y desde la desaparición de su padre Peter, la casa quedo a cargo de ambos hermanos; se educo en lo que mas amaba y se enlisto a la capital en busca de un objetivo.
llegó como cualquier campesino viendo un pueblo muy bonito, llamado Dunwiddie, hogareño, un hermoso lugar para echar raíces, y siendo contratado como asistente de tripulación comenzó su aventura.
Viendo a su alrededor, las casa, las personas que lo saludaban amablemente, se dirigía a una posada mientras encontraba un lugar en el cual vivir.
cuando de pronto, la vio...
la joven mas bella que sus ojos pudieran ver, una tierna sonrisa, cabello algo desalineado castaño oscuro, mejillas rojas, piel algo tostada, un lindo broche de girasol, unos ojos que ahh~ cualquiera daría lo que fuera por tener el corazón de dicha dama.
sin saber realmente que ocurría en su mundo o alrededor se acerco al patio de una casa, arranco una pequeña flor de una maceta y se acerco a la joven que entregaba un paquete con un par de zapatos nuevos recién terminados.
-Hola señorita- escucho detrás de ella y se volteo curiosa, viendo frente suya a un joven de ropas algo elegantes, y un gran maletín a sus espaldas que le extendía una pequeña florecita de pétalos blancos y corola amarilla.
-Oh... gracias- estaba acostumbrada a este tipo de tratos, según muchas personas ella era una de las bellezas del pueblo y una de las mas codiciadas, por lo que no le molestaba, pero este joven no la miraba como el resto de hombres que había conocido antes, la miraba con una emoción contagiosa y una sonrisa socarrona, de seguro para ocultar sus nervios, además de una pose totalmente caballerosa que lo hacía ver gracioso.
No pudo evitar contener una pequeña risa al contemplarlo mejor, e intento tomar la pequeña flor, pero al rozar sus dedos el joven de los nervios la dejo caer.
Ella rio por lo sucedido y él también pero lleno de unos adorables nervios, no iba a comérselo, ¿Por qué estaba tan asustado entonces?
ella se agacho para tomar la flor a la vez que él, mirándose el uno al otro hubo un silencio mutuo cuando sus manos de nuevo casi se rozan entre si.
-Perdón, no se suponía que la recogerías en primer lugar- dijo con la mirada apartada y con la mano encima de la flor.
-No te disculpes- le parecía simpático, quizás podría presentárselo a su amiga Helen, también tenía su mano encima de la flor riendo de manera amable.
cuando dentro de su casa una voz gritona la llamo.
-¡MIRANDA! VEN AHORA- dijo la voz de una anciana desde el interior de la zapatería, esta solo resoplo con algo de enfado, expresión que cautivo mas al joven.
-Miranda ¿eh?- Pregunto un poco mas relajado ya que por la distracción tomo la flor y ambos de levantaron.
-Si, ¿eres nuevo no?- pregunto peinando su castaño cabello detrás de su oreja mirándolo.
-Si... yo-
-¡MIRANDA!- grito de nuevo la voz.
ella tomó rápidamente la flor de sus manos y se la puso en el cabello.
-¡Ya voy! oye, si quieres te enseño el pueblo mas tarde que mi abuela no me necesite, ¿te parece a la seis?- menciono rápido la chica a lo que el joven confundido sin saber porque la prisa le asentía con rapidez- Perfecto, nos vemos en la plaza central- y salió disparada para su casa donde la anciana seguía llamándola.
con un rubor en su rostro celebró de manera silenciosa, no podía tener mejor bienvenida que el de una linda chica y además tan amable y dulce.
su voz, su voz era como la melodía de una orquesta con la que te recibían en el paraíso o al menos el pensaba así, y con una sonrisa de triunfo se fue para la posada.
~🌻~
Toda la tarde hablando con sus colegas, le jugaron una mala pasada y le dieron una dirección equivocada llegando tarde cuando por fin una amable señora le dijo por donde ir. no sabía si se tardo unos 15 minutos o mas, buscando el lugar, solo deseaba que la muchacha siguiera ahí.
transpirado y cansado miro delante suyo a la joven, aún tenía la flor en su cabello y miraba para todos lados buscando a alguien y con una expresión triste, preguntándose si el lindo joven se abría arrepentido al ver que era una zapatera.
vio como el joven corrió hacía ella y cansado casi se cae, ella se carcajeo por eso y se miraron sonriendo.
así mismo corrió para su segunda salida, quinta, decima, e incluso cuando ella en la lluvia se resbalo y se torció el tobillo y la llevo en su espalda para que la atendiera un medico, no era chica fácil, tantas veces que tubo que correr para que aceptara salir con él y formalizar algo.
corrió para el día de su boda, fue tan espectacular verla con ese vestido aunque un simple color verde claro se veía hermosa con las flores en sus manos, fueron pocas personas pero presenciaron una de las cosas mas bonitas en su vida, corrió de vuelta al puerto después de estar meses fuera y que una carta le diera la noticia mas feliz de su vida, la levanto en el aire al verla con su pequeño aun no nacido dentro suyo y con un beso la saludo, corrió de nuevo por un medico la tarde en que nació su pequeña y de nuevo cada vez que volvía para abrazarlas a ambas, se suponía que aquella vez también sería así, y podrían ver juntos como su niña crecía.
Ahora pasado los años corrió, pero solo para volver abrazar a la niña que había dejado de 4 años ahora vuelta casi una adulta, habían sido unos largos 15 años en los que no pudo verla y ahora, tan grande, igual a su madre, y con la misma dulzura en su cara la abrazo tan fuerte que no quería soltarla, simplemente quería llorar y pedirle disculpas.
-¿Como estas vivo?- le preguntó Sofía entre lagrimas aferrándose a la espalda de su aparente padre.
-¿Tú por qué estas aquí? - pregunto el hombre aferrándose mas a su espalda.
fue un silencio algo incomodo entre los dos esos segundos y empezaron a hablar al tiempo sin darse cuenta.
-Habla tú...- dijo Sofía
-Esta bien- se separo de ella para mirarla de cerca y acariciar su cara- eres igual a tu madre- mientras le acariciaba la mejilla Sofia tomo esta y lo miraba con dolor- te juró que jamás quise dejarlas, jamás me iría del lado de tu madre ni del tuyo-
-¿Entonces por qué?-
-Días antes de volver hubo una tormenta que casi destroza el barco en el que volvía, uno de mis compañeros salió por la borda y yo lo ayude, pero a cambio salí disparado hacía el mar, perdido e inconsciente termine en la orilla de un lugar perdido, sin saber a donde ir termine mas lejos de lo pensado, tarde mas de cuatro años en volver y-
-Papá, ¿Quién es ella?- menciono confundida la niña del cabello negro con la que el hombre había vuelto.
-Oh, André ella es Sofía tu-
-¿Papá?- La castaña lo miro confundida dando algunos pasos hacía atrás mirándolo desconcertada, su padre no se había ido por un accidente ni menos, se fue he hizo una vida nueva lejos de ella y su madre, tanto que lloró y la vio llorar por él y él...
-No Sofía no es lo que piensas, esto-
Cedric se paro detrás de Sofía para tomarla por los hombros, el contexto que él había entendido era el mismo que el de la ojiazul.
-Bueno ahora que estamos todos, ¿por qué no vamos a merendar ya? después de todo tenemos invitados muy especiales.- interrumpió de nuevo Julia con la esperanza de que las cosas se aligeraran.
todos en silencio volvieron al comedor donde se sentaron a comer.
en el silencio una duda carcomía a Sofía por dentro, ¿por qué...?
-¿Por qué no volviste si estuviste vivo todo este tiempo?- todos miraron a Sofía y luego hacia el hombre
Tragó el pedazo de pan de maíz que traía en manos y pensó un momento.
-Lo que te conté hace rato es cierto, pase tres años y medio varado en una isla en la cual sus políticas no me dejaban salir hasta pasar un periodo máximo de dos años, tuve que pasar el resto de año y medio tratando de conseguir la manera de volver a Enchathia, y después de seis meses de arduo recorrido volví ... pero cuando lo hice, tu madre ya era la reina- dijo algo incomodo y con gran arrepentimiento.
-¿PERO?- alzo la voz, pero se calmó al ver como todos la miraban- ¿por qué no volviste, al menos a verte, hacer acto de presencia?-
-Lo hice, pero no me dejaron acércame a tu madre o a ti de ninguna forma, una carta, una audiencia con la reina, ¡nada! no tuve otra opción mas que seguir con que estaba muerto y volver aquí, Sofía de verdad cada día pensé en ti, en tu madre, en volver a verlas, en ver como crecías, todos tus cumpleaños, tus logros, quería verte crecer y siempre estuve al tanto de todas las cosas que hiciste todo este tiempo, y eres alguien tan maravillosa, perdóname por no haber podido compartir todas esas cosas contigo- menciono el hombre con algo de desespero el ambiente si que era tenso.
-Yo... realmente te extrañe, te extrañamos, mucho, no se porque motivos no podías vernos pero no he dejado de quererte, y nunca pensé en la posibilidad de volver a verte y hace mucho hubiera dado lo que fuera por verte solo unos minutos y yo- al borde de llorar de nuevo su padre tomó su mano de manera cariñosa para mirarla a los ojos con ojos húmedos en lagrimas, una señal de que todo estaba bien y que no tenía porque llorar, ella se limpio las lagrimas y le sonrió, al menos de todo, salía algo bueno.
-¿O sea que Sofía no sabía que el tío vivía aquí? ya no entiendo nada- Dijo el niño de cabello castaño y ojos grises mirando la escena haciendo que la mayoría riera
-Je... ha pasado mucho ¿No crees Sofí?- menciono el hombre sin mirar en un punto fijo.
-Si...-menciono de una misma manera reflexiva.
el silencio volvió a reinar en la mesa, cuando unas preguntas debían ser respondidas.
-¿Quien es ella?-
-¿Quien es él?-
preguntaron al tiempo la niña de cabello negro y Sofía, al parecer ella ya la conocía, haciendo que se miraran directamente a ambos ojos azules.
°~°
Hola gente, ¿Cómo están?, sip aquí esta un nuevo capítulo, estoy tan emocionada de llegar a esta parte ya que muchas cosas se revelan de aquí en adelante, pido comprensión por el tiempo, me enferme y no podía sentarme por un quiste que me salió pero ya estoy mejor.
Bueno ya saben, Comenten, voten y sigan leyendo~
Palabras: 2642
Fecha: 15/03/2022- 11:05 a.m.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top