Capitulo 28: ¿tanto se puede cambiar en una semana?(T2)


{pov: Escritora}

(este capitulo esta vuelto a publicar ya que por algún motivo se me elimino el capitulo, una disculpa, y muchas gracias)

-¡¿Una semana?!- dijo Roland parándose de su propio trono mirándola molesto.

-Si, Rey Roland, le doy una semana para que deje ir a Sofía a cumplir con sus labores, ella es más que capaz de afrontar cualquier cosa, así que queda en sus manos si dejarla en paz, o yo misma la sacaré de aquí y los protectores no tendremos otra opción más que darle cobijo permanente a una de las mejores entre nosotros- su voz sonaba imponente y sería y con el mismo heroísmo de siempre.

-Les recuerdo que es mi hija- menciono aún enojado, como se atrevía a decir ese tipo de cosas.

-Le recuerdo que no lo es, pareciera que le temiera a algo más... Pero no le preguntaré, así que queda advertido su majestad- menciono dándole una última mirada y se retiró caminando hasta las puertas dónde salió sin importar que sucedía detrás.

Roland se sentó en su trono completamente rendido, genial, más cosas con las cuales lidiar

Ahora debía lidiar con eso.

***

Sofía se levantó contenta, hoy verían los tipos de tenedores, el día anterior fue un martirio completo pero al menos pudo pasarla bien con sus amigas, hoy solo serían Amber y ella por las obligaciones de cada una, pero más adelante se seguirían viendo, aún seguía preocupada por no poder salir del castillo pero hoy en particular, tenía planes.

Salió de su habitación contenta, el invierno se acercaba cada vez más y con ella el solsticio de invierno y Wassalia.

Tomo rumbo a un pequeño cuarto del castillo, cerca a las cocinas, tocó un par de veces y una dulce voz femenina le respondió con un "pase"

Tenía una canasta con comida caliente, y siguió ante la indicación.

-¿Princesa Sofía? ¿Qué hace aquí?- pregunto una chica acostada en su cama, tenía un prominente vientre con el cual mostraba que no faltaba mucho tiempo para que un bebé naciera.

-Hola Violette, ¿Cómo estás?- saludo contenta y con una sonrisa a una de las empleadas que vivan en el castillo, ella estaba casada con uno de los cocineros del lugar y cuando volvieron de unas vacaciones volvió con la noticia de que serían padres, todos se alegraron mucho y Roland los felicito ambos, algunos de los trabajadores más jóvenes nacieron en el castillo y crecieron ahí ayudando en pequeñas cosas, al fin y al cabo todos eran como una gran familia.

Se sentó a su lado y puso la canasta en una mesa de noche como un regalo a lo que la chica solo sonrió con ternura.

-no debió molestarse-

-¿Cómo no Violette? Debes comer bien por los dos- dijo feliz mirándola.

-Oh eso es muy- se quedó callada como si se diera cuenta de algo- está pateando - río con ternura mientras posaba su mano en dónde seguro sentía aquel sentimiento- siempre lo hace cuando la escucha-

Ahora la miraba, Sofía observaba curiosa, no era que hubiera conocido a muchas embarazadas, pero tener a una cerca la alegraba mucho.

-venga, sienta- tomo la mano de la princesa con suavidad y la puso en su vientre en una zona en específico- dígale algo-

-eeeh yo... Hola bebé- menciono feliz e infantil y casi al instante sintió un pequeño golpe en la palma de su mano sobresaltando la, se preguntaba cómo debía de sentir se esa sensación siendo la madre- ¿No le duele?-

-oh claro que no- volvió a reír ante la inocencia de la joven- mira lo que pasa cuando tarareo- empezó a tararear una dulce canción, a ella no le importaba ni incomodaba que la princesa se viera tan curiosa con ella, normalmente la visitaba de vez en cuando para hacerle preguntas que le parecían muy tiernas.

Y sintiendo como era que el bebé pateaba, A Sofía se le dibujo una sonrisa, se imaginaba como debió sentirse su propia madre cuando ella ni siquiera había nacido

Le llenaba de una emoción indescriptible el pecho.

-Veo que se están divirtiendo sin mi- la voz masculina hizo que Sofía mirara al marco de la puerta, dónde el padre del futuro bebé estaba apoyado con una dulce sonrisa.

-oh querido, vino otra vez la princesa Sofia a visitarnos-

-Muchas gracias princesa, la verdad apreciamos mucho que quiera estar en la vida de nuestro bebé, ¿Sabia que no falta nada para que Nazca?-

-¿De verdad?- pregunto Sofía.

-si, se nos haría muy especial que pudiera ser una de las primeras personas en sostenerlo- decía la mujer con una evidente sonrisa

-Oh de verdad muchas gracias, la verdad me gustaría poder conocerlo cuánto antes-

-también nosotros princesa, también nosotros- dijo el cocinero y Sofía se despidió de ambos para salir de esa pequeña habitación

Se sentía feliz de al menos poder ayudar a algunas personas, y así se pasó toda la mañana ayudando a varias personas del castillo con sus quehaceres.

***

Seguía rodeada de papeles pero no le importaba, se había quedado dormida escogiendo los últimos detalles de las cucharas, y se dio cuenta de que le faltaba lo más importante, la lista de invitados, se quedó contando y escribiendo nombres hasta tarde.

 ¿Cómo sabrían, Cuántas mesas, cuántas cucharas y cubiertos si no sabía cuántas personas irían?, sabía que serían muchas, y mejor empezar con la lista cuánto antes, invitaciones y demás, no le importo su desastroso cabello ni la saliva que amenazaba con correr la tinta del papel, en cuanto se levantó releyó la lista y siguió anotando cosas.

El mayordomo entro en la habitación mirándola, había pasado los últimos cuatro días planeando cosas y se veía cansada pero decidida a qué sería una buena boda de la que las personas seguirían hablando o comparándola con las siguientes, o al menos eso le dijo su propia abuela cuando regresaban.

Solo se limito a dejar una taza de café caliente al lado de ella y se retiró, de nada serviría decirle que bajara a desayunar no lo haría de todas formas y solo buscaría su plato cuando estuviera menos ocupada.

Solo dijo un gracias cuando la tomo sin estar consiente de si el mayordomo la escucho o no, y tomo un sorbo cuando casi se atraganta al recordar a alguien, a quien más quería cerca y por quien se puso a planear desde antes, su propia hermana.

Dejo la taza en su plato con algo de fuerza, se paró rápido pegando con sus manos en la mesa de madera y algunas hojas salieron volando, respiro hondo, se intento arreglar el cabello sin éxito y salió de su habitación encaminada a la de su hermana menor.

Entro pero ella no estaba ya, bajo las escaleras buscándola, no pudo haber ido tan lejos, y escuchando risas cerca del comedor se dirigió a las cocinas dónde pudo presenciar una Sofía riendo y bailando con una escoba encantada mientras varias empleadas se reía de lo graciosa que se veía ya que tenía una barba hecha de espuma.

Todo el lugar estaba en un ambiente alegre, y le impresionó ver a Cedric sin su bata y con su varita haciendo varios hechizos para hacer que varias cosas cobraran vida y empezarán a hacer el desayuno por las empleadas que solo estaban llevando platos.

En un momento para el otro, Sofía soltó la escoba y tomo a Cedric para que bailará junto con ella, lo cual solo causo risa en las demás y empezarán a aplaudir al ritmo de la divertida canción que tocaban en armonía los cubiertos brillantes y demás.

Él se reía con ella, y se veían muy felices ambos de estar junto al otro por al menos un momento tan simple como ese, algo...muy distinto a lo que ella tenía con Dinamonic, que era de alguna extraña manera más oficial y burocrático que una bonita pareja de cuento que era lo que ellos reflejaban ese momento.

Sofía la noto y le sonrió con pena, al parecer a las demás chicas no le parecía raro lo amistoso que estaba Cedric con Sofía, ya que desde hace años ellos eran cercanos.

Pero cuando los demás la notaron todo se paró de momento al verla, Cedric solo giro la mirada a otro lado dejado un poco de lado a Sofía y las chicas volvieron a sus respectivas labores con algo de pena, ¿Qué pensaría la princesa Amber de unas holgazanas?

-Amber, buenos días- menciono una Sofía que se comenzaba a limpiar su vestido y acercarse a su hermana mayor con una sonrisa.

-Buenos días, veo que se estaban divirtiendo aquí- menciono contenta haciendo que los demás le devolvieran la sonrisa- no tienen que parar por mi, pero creo que no se si Sofía quiera venir conmigo o seguir haciéndoles compañía- dijo mirando directo a Cedric, ya que era raro ver al hechicero por esos lares, sabía que era una manera de pasar tiempo con Sofía.

-¿Por qué paro la música? ¿Ocurrió algo?- pregunto una mujer embarazada que llegaba desde una puerta a la cocina llamando la atención de todos

-Violette no, no, solo que llegó Amber, pero si quieres seguir escuchando la podemos pedirle a Cedric que la vuelva hacer ¿no? - pregunto mirándolo contenta.

-Cla-claro princesa- sonrió nervioso, pero intrigado, ¿desde cuándo había una mujer esperando un bebé en el castillo? No le prestaba mucha atención a las personas que lo rodeaban ya que no era muy cercano a ellos y era mas cercano a la familia real.

Amber también tenía la misma incertidumbre, no se había dado el tiempo de conocer más a la futura madre y eso la hizo sentir algo mal.

- oh buenos días princesa Amber, es bueno verla- le sonrió contenta

-Buenos días...- saludo algo callada.

-Entonces creo que, debemos seguir con nuestros asuntos, perdón chicas creo que las ayudaré más tarde, ¿hoy toca sábanas no?-

Habían pasado al menos unos 5 días desde la visita de Crista, de la cual nunca se enteró Sofía, el tiempo le hacía presión a Roland, solo dos días, de mientras Sofía estuvo ayudando a las empleadas ya que no tenía más que hacer, y Cedric se había ofrecido ayudar para poder estar cerca de ella y pasar algo desapercibido.

Ellas solo asintieron y se despidió de Cedric con una sonrisa y emprendieron camino a quien sabe dónde para la joven castaña en su mente el primer lugar era un baño ya que Amber no se veía bien, y no lo decía por un aspecto desagradable si no más bien uno enfermo, no había podido dormir bien esos últimos días.

-Amber, ¿no quieres darte una ducha?, Podría ayudarte- menciono Sofía poniendo una de sus manos en su hombro.

-¿umm? Bueno, quizás pueda ayudarme la verdad me siento muy cansada-

-si, la verdad creo que sí podría ayudarte mucho-

-oye, se veían muy tiernos tu y Cedric, cuando estaban bailando- menciono Amber de la nada.

- eh bueno, gracias - río nerviosa y algo apenada era algo raro que su hermana ahora supiera todo.

Así el par de hermanas se dirigieron a la habitación de la rubia donde la mayor se metió a duchar y atender mejor su higiene.

***

En la cocina el de nuevo joven hechicero, carraspeó su garganta, ya que últimamente Roland lo había dejado de lado, como si no lo quisiera cerca, así que al igual que la princesa por fin estaba libre de responsabilidades, por lo cual al igual que su actual novia, le había colaborado a las chicas del castillo, lo cual lo ponía incómodo ahora estar a solas con ellas, ya que nunca tuvo ese tipo de cercanía que ellas o parecido.

-Entonces... Tengo entendido que aún quieren que haga mover las cosas ¿no?- dijo intentando no mostrar su incomodidad y cruzaba sus brazos, las demás solo lo miraban sonrientes.

-la verdad si, caballero Cedric, si no es mucha molestia claro- dijo una de las chicas con una sonrisa de pena, lo conocían de cierta manera pero veían que realmente había cambiado.

-¡si por favor!, es que Violette no vio la magia- menciono otra de cabello extremadamente corto.

-Pero estén consientes de que es un favor, pero la magia no está hecha para este tipo de cos...- se giró para verlas, aún le molestaba un poco ese tipo de pedidos pero si hacía feliz a alguien quizás valía la pena, se interrumpió al girarse y mirar cómo todas las presentes lo miraban apoyadas en el mesón al frente de él mirándolo directamente.

-¿Que pasa señor mágico?- pregunto con una extraña sonrisa la de cabello oscuro corto- nos ibas a regañar ¿No?-

-Vamos, déjalo en paz - río una de ellas que tenía impresionantemente brazos muy fuertes para una dama.

-Bueno está bien, ya lo haré, por las barbas de Merlín - dijo ya por fin un poco más calmado y murmurando lo último para si mismo

Y otra vez como antes todo volvió a moverse de divertidas y diversas formas y el ambiente volvió a un tono alegre para las chicas que volvieron a hacer compañía con un coro de voces.

A veces el hechicero se preguntaba cómo es que pareciera aunque absurdo todos sabían cantar y muy bien al parecer, quizás alguna cualidad de las personas del reino.

Se sintió extrañamente satisfecho con lo que había hecho, ver a esas jóvenes reír y divertirse con algo realizado por él, lo llenaba de alguna forma y que lo atesoraran de esa forma también lo alegraba.

El hechizo acabaría cuando ellas lo sintieran necesario, así lo había diseñado, ya planeaba retirarse cuando delante de él estaba la chica de cabello rojo con su prominente vientre.

-Señor Cedric, muchas gracias, ¿No quiere un bocadillo?- pregunto con una sonrisa.

-Eeeh yo, no gracias, pero ya me iba-

-oh vamos solo unas galletas, por favor- tomo su brazo y lo sentó en una de las mesas a la mala, no quería hacer mucha fuerza contra ella por su condición -De verdad gracias por esto, me imagino que las chicas estaban aburridas por qué los demás no estaban- menciono poniendo delante de él un plato con galletas de mantequilla y una tetera con dos tasas .

-No es mucho a decir verdad, pero la verdad me sorprende que algo así les guste mucho- se sentía aún incómodo por entablar conversación con alguien a quien ni tenía su nombre presente.

-Si, la verdad es que desde que me enteré que hoy estarían los cocineros mayores con el rey hablando acerca del banquete que habrá en el día de la boda sabia que ella estarían algo aburridas- menciono sirviendo té sentada al frente de él, Cedric le quiso ayudar pero ella no lo dejo

-Si...- no sabía que decir pero aún así no la dejaría con las palabras en la boca - han de trabajar mucho-

-Ni que lo dudes, es muy bueno verlo por aquí, fuera de su torre, creo que son cosas que tenemos que agradecerle a la señorita Sofía- tomaba tranquila de su té mientras miraba su contenido cada  que paraba para tomar un poco.

Cedric la acompañaba en silencio, no era que el té le gustará pero este tenía un sabor algo agradable.

-Si...ella es capaz de hacer esas cosas- decía mientras tomaba una galleta y sonreía inconscientemente.

-Gracias a ella estoy casada por si no sabía, ella hizo que me hiciera amiga de mi esposo ya que no nos llevábamos bien y bueno al final terminamos juntos, como usted y ella- menciono completamente tranquila.

Cedric estaba escuchando esa pequeña historia pensando cómo es que Sofía lograba cosas tan increíbles hasta lo último que casi lo hace escupir el té por la impresión.

-Que-

-Lo vi en sus ojos, Jamás en todas las veces que tuve la oportunidad de verlo lo había visto tan feliz, tranquilo no lo he comentado con nadie y no creo que ella nos estén escuchando- miro al lado como las chicas bailaban con las escobas y se reían

Cedric agradeció internamente por eso, terminando su tasa y unas cuantas galletas, se levantó y le agradeció el momento tan ameno, y se retiró.

Ahora se cuestionaba, ¿Cuántas personas se habían dado cuenta o quiénes debían saber?

Estaba consciente de que los hermanos lo sabían, ya que Sofía le comento que hablo con Amber, una cosa menos a su lista.

La actitud de Roland

Se mostraba hostil no solo con él, si no con su propia esposa.

Lo cual resultaba muy extraño, intentaba no pensar mucho en ello, solo era lo que sucediera por su mente con lo que realmente están ocurriendo, quizás se estaba sintiendo culpable

Los pasillos...

Pasillos por los que ya había caminado cientos de veces casi toda su vida, no conocía mucho más allá de ese castillo y su escuela o donde vivían sus padres actualmente.

Siempre quiso aspirar a más, y el pedestal más grande que conocía era o ser como su padre o una figura como un rey. Al no poder igualar la grandeza de su padre quizás podría ser como Roland o mejor que él en lo único para lo que había nacido, el reinar parecía una buena opción.

Las cosas que hizo, algunas debieron haberse visto demasiado ridículas desde una tercera vista, un hombre adulto detrás del collar de una pequeña niña que apenas y conocía.

Pero a pesar de ello, esa niña quería conocerlo, y desde el primer momento en que lo conoció, lo admiro y le expreso lo mucho que le asombraba su persona.

Aunque en esos momentos no se encontraba realmente dispuesto a conocer a quien "le daría órdenes nuevamente" si recordaba el brillo de esos bonitos ojos llenos de ilusión por lo que él llamaba "un truco mal hecho"

Le sorprendía el hecho de que aquella niña con bonitas mejillas sonrojadas, se convirtiera en una dama tan brillante y tan hermosa, no solo eso, si no también quien lo volvió una mejor persona, quien le dio la oportunidad de valorar y amar la clase de vida que tenía, que era perfecto tal y como era.

Era por esas razones y miles más que no dejaría que se la arrebataran, menos por una razón tan egoísta

Se devolvía a su torre cuando vio varios meseros de regreso a la cocina.

-Vino la Duquesa Matilda, y la ex reina, así de imprevisto, que bueno que el rey ya no le gusta mostrar tanto protocolo como antes- menciono uno de ellos en una conversación con uno de sus compañeros que el hechicero alcanzó a escuchar

-Si eso está excelente, tenemos menos trabajo al menos por ahora, nos espera mucho dentro de unos meses que se realice la boda- seguía con la conversación, caminaban muy lento por lo que Cedric pudo escuchar todo mientras pasaba caminando tranquilo en una dirección opuesta, no lo notaron lo cual no le importo mucho.

***

Una habitación tan amplia y oscura, tocaban un manos enguantadas el dichoso órgano de su familia, lo tocaba con tonos tan crueles que parecía imposible no sentirse deprimido escuchando lo que ella tocaba, pero por alguna extraña razón la joven parecía disfrutarlo.

Las puertas se abrieron en par dejando entrar al tipo alto con cara sería.

Le dirigió una mirada y camino hacia ella con las manos en su espalda.

-Mi querida hermana, me alegra saber que ya estás de tan humor como para tocar el instrumento de nuestra difunta madre -dijo aún siguiendo con su postura regía pero con una sonrisa algo diabólica en su cara.

-¿Cómo no estarlo después de la maravillosa noticia que me diste?- decía ella sonriéndole de vuelta- saber que cumplirás otro de mis caprichos me llena de mucha dicha-

-No solo por qué es uno de tus caprichitos mi querida princesa- dijo apretando le la mejilla con su mano haciéndola sonreír más ampliamente- Si no, también porque fue uno de los de nuestro querido tío hermana, aún no hay que olvidar lo que le prometimos- decía mirando su reloj de bolsillo un regalo muy peculiar que tenía desde hace varios años

-¡NI LO MENCIONES!- exaltó con un tono de total tragedia exagerada- ¡El pensar lo que le hicieron a nuestro tío es horrible! ¿Por qué todo tiene que ser tan injusto?- pareciera que fuera a llorar pero sus expresiones eran tan exageradas que eran ridículas.

-Calma hermana, no importa lo que esos bonachones le hicieron a su maravilloso plan y a la orden de la varita, lo pagarán caro cada uno de esos inútiles que no cumplieron con la única misión que él les encomendó- decía acariciando la espalda de su hermana pero de una manera algo antipática y sin demostrar verdadero interés además de decir su monólogo ...misterioso.

-El que lo convirtieran en piedra y le quitarán el derecho de seguir en la escuela fue demasiado, en cambio el resto no tuvieron el mismo castigo- decía mientras destapaba su cara de sus brazos dónde había ocultado su cabeza momentos antes haciendo que el instrumento sonará por el peso en las teclas.

-Y conozco que el responsable del destino de nuestro tío ni siquiera tuvo uno... -menciono con total desagrado, pero sin arrugar mucho su expresión sería-Pero no debes preocuparte hermana mía, tu capricho y los planes de nuestro tío se juntan de una manera tan acogedora que no hay margen de error, convencer al rey Roland fue más sencillo de lo que imaginé, ¿Qué pésimo rey prefiere sacrificar a una persona por no ir a una opción violenta? Cualquier rey lo haría.- decía arrogante mirando dentro de su saco sacando un trozo de papel.

-Seguro uno tonto- se rio de imaginarse la desesperación del pobre hombre al no tener más elección- o uno con mucha humanidad-

-Y gracias a eso obtendrás lo que tanto deseas hermanita, conseguiremos nuestra promesa con el tío de venganza, expandiremos el reino y yo...conseguiré una linda y cariñosa esposa- decía acariciando la mejilla de la chica en el retrato mirando los ojos azules en ellos y fantaseando con esa pequeña imagen.

-puag a veces te pones de meloso, eso no te va- decía acomodándose su peinado- PERO ESPERES QUE PUEDAS CONSEGUIRME ESE COLLAR!!! ES LO QUE MAS DESEO Y LO SABES - a pesar de lucir mayor su rabieta la hacía ver el triple de ridícula que cuando se las presente en un principio.

-Calma, calma, ahora solo queda esperar, y el collar será tuyo, la princesa mía y la venganza será nuestra- decía con una cara de malicia mientras la chica empezaba a reír histérica mente, sinceramente que ocurre con la cabeza de este par

***

Al llegar a la sala real por ser llamadas las hermanas contemplaron a su tía y a su abuela sorpresivamente las cuales saludaron contentas.

-chicas, vinimos a ayudarte Amber, ya sabes con todo para que todo sea más fácil para ti- decía Matilda tomando las manos de su sobrina- te prometemos que todo será Wiswang-

Esta solo se rio de ver tan feliz a su tía.

Mientras que Sofía estaba al lado de su abuela después de haberla saludado.

Se iban a otro lado a pedido de su padre, a quien le dio una mirada y este al encontrar sus ojos la miro de una manera extraña, como triste y desvió su cara para no seguirla viendo, algo que le pareció muy raro a la castaña

Amber y su tía discutan las cosas que ya había elegido y queriendo saber su opinión, claro como siempre los guardias seguían de lejos a las mujeres para custodiar a la menor entre ellas, hasta cierto punto era muy molesto.

-Espero y que la boda de tu hermana sea tan hermosa como la mía o la de Rolie- menciono su abuela para iniciar una conversación con Sofía.

-De seguro así será, pero, ¿Cómo que la boda de papá?-

-oh, cierto, la boda con tu madre fue muy hermosa también pero fue más simple a comparación de su primer matrimonio, la madre de tus hermanos-

-Ya veo, casi nunca me hablan de ella, la he visto en retratos solamente, ¿usted la conoció?- pregunto mientras el grupo se dirigía al jardín.

-Por su puesto que si, todos aquí la conocieron al menos un poco, incluso Cedric, todo el mundo la recuerda, claro exceptuando a ti y tus hermanos - menciono tranquila, no lo había pensado pero era cierto, puede que incluso Cedric la conociera, si tenía la oportunidad le gustaría preguntarle.

- La verdad adoro a tu madre Sofía es la madre que les hizo falta a ellos y la esposa para mí Roland además de tener una hija tan maravillosa, pero a veces si extraño a Elea, creo que de todas formas se hubieran llevado excelente entre las dos- menciono sonriendo.

-¿Pero como la hubiera conocido si no tenía contacto con la realeza antes de que mis padres se casarán?- pregunto algo confundida.

-Bueno, tienes razón en eso, Roland llegó a amar a Elea, pero fue con el tiempo ya que su matrimonio fue arreglado por mi esposo, el primer Roland, en cambio con tu madre fue como si siempre hubieran destinado a estar juntos, por lo que si Roland no se hubiera casado con Elea con el tiempo conocería a Miranda y quizás serías hija de Roland o tus hermanos serían hijos de Miranda, ahora que me lo preguntó ¿Cómo se vería un bebé entre ese par?- decía divagando en su explicación como cualquier persona de su edad haría.

Sofía en cambio se quedó callada, pensando en lo que le dijo su abuela, así que el primer matrimonio de su padre fue arreglado, no se imaginaba lo horrible que debía ser que te obligarán a querer a alguien, simplemente eso le abrió más la curiosidad y le dio más motivos para querer hablar más sobre la difunta ex reina de esa generación.

Había pasado la hora del almuerzo y sorpresivamente Roland solicito a Sofía en su presencia con otro conjunto de personas.

Con el doble de guardias custodiando todo.

Cedric quien también había Sido llamado, al parecer Roland tenía muchas cosas que hacer y pospuso hablar con mucha gente por qué, ahora se estaba desatrazando pero claro no pudo evitar sentirse nervioso al ver a Roland tan serio y ver a Sofía también presente.

Pero lo calmó el hecho de que no estaban solos, si no que también el comisionado Miles, la tía y abuela de Sofía, Amber y...!?

-¡TIO CEDI!!!!- corrió contenta la joven quien se chocó con la espalda de su tío, la chica aún conservaba el cabello de igual forma que su tío pero aún más largo, no lo había visto desde su cumpleaños hace meses así que estaba feliz de verlo antes de las festividades que se organizaban en otoño y en invierno.

-¿CALISTA?- Pregunto anonadado por la presencia de su sobrina en el lugar.

En otras circunstancias Roland se hubiera reído de la escena y decirle al hechicero y su amigo que se alegrará de ver a su sobrina, pero su semblante seguía serio.

-Bueno llamé algunos aquí por qué necesito decirles algo importante, primero, Cedric- dijo serio haciendo que todos los mirarán.

-¿si su majestad?- decía mientras ignoraba el agarre de su sobrina en su cintura a pesar de que había crecido aún seguía siendo muy bajita, y eso por qué aún era una adolescente que ni se graduaba aún de la Hexley Hall

-Como verás tu sobrina Calista nos acompaña hoy, después del  fin del otoño quiero que comiences a capacitarla para que tome el puesto de hechicera y relevar te, ya sabes que tu padre hizo lo mismo antes de que te graduaras tu también y al ver que aún no tienes hijos, me gustaría seguir con la tradición de que tu familia sirva a la mía- mencionaba imponente y la chica con un pequeño oso de rubí en el hombro solamente sonreía más ampliamente.

-Ah... Claro, relevar me...-menciono pensativo, eso era cierto desde su bisabuelo su familia servía a Enchanthia, y como lo había mencionado el rey, el aún no tenía descendencia pero al ya estar tantos años en servicio, Calista ya estaba a tiempo de poder tomar su lugar.

La joven de ojos azules miro algo preocupada al hechicero, eso significaba que quizás él ya no podría vivir en el castillo y demás cosas, lo cual parecía estar ignorando su sobrina al estar sonriendo como si nada

-Bueno perfecto ya tenemos eso acordado, segundo, Sofía, te debo una disculpa, las medidas que tome últimamente en contra de tus responsabilidades no fueron las mejores, y no debería impedir te hacer tus cosas a pesar de que soy...tu padre- mencionaba serio pero hizo una pausa antes de mencionar lo último por lo que lo hizo sonar raro- por eso, me gustaría decirte que tomarás el siguiente barco para llegar al puerto de Winghorse y hacer...lo que tengas que hacer- dijo serio pero preocupado a la vez, Sofía solo sonrió ya que aunque no lo demostrará eso la estaba atormentando al saber lo que estaba pasando

-¡Muchas gracias! Momento ¿barco?- Pregunto

-si, es imposible llegar por carruaje volador y por tierra tardarás más, mientras que si rodeas el reino en barco llegarás antes, pero mi única condición es que, no vayas sola, puedes escoger con quien ir, es solo...por seguridad-

La sonrisa de antes se borró en Sofía y se puso a pensar, pero alguien en mitad del salón que se había acercado alzó la mano para que la mirarán.

-papi, si me dejas opinar, ¿por qué no va con Cedric?- menciono la rubia tomando por los hombros a su hermanita quien se sobresalto por el tacto y la propuesta de su hermana.

Los demás se quedaron callados y Calista sin querer se callo al estar dando vueltas persiguiendo a su osito de cristal.

Provocando que su varita cayera y provocará que una de las ventanas se rompiera.

-¿Cedric?- pregunto Roland no tan confundido el mayordomo a su lado solo le dio una mirada severa a la rubia, aunque inconscientemente sabía que la princesa no estaba enterada de que el también sabía.

-¿Yo su majestad?- dijo mirando crédulo a Amber quien sonreía con malicia, y él sacaba su varita para reparar el vidrio roto sin siquiera mirar la ventana, estaba más concentrado con lo que estaba pasando y aprovechando que había logrado dominar la magia muda con la cual no tenía que decir un hechizo.

(Este tipo de magia no se ve en la serie tanto pero me da pereza inventar hechizos de los múltiples que pongo hacer a Cedric o demás)

Aquello impresionó a varios presentes ya que no sabían el cuánto había avanzado el hechicero con su magia.

-Si, es la mejor opción ¿no creen?, Ya ha viajado con Sofía antes y la ayudo con el problema en Estela por lo que considero que él podría completamente ayudarla- decía con total confianza y la verdad si tenía un buen punto

James solo miraba a su hermana algo preocupado mientras sostenía a su prima pequeña.

Amber quería darles más momentos a solas, si Mitny y su hermano habían contribuido en eso, ella lo haría también.

Que mejor que un viaje a un pueblo recóndito del reino dónde pudieran estar solos los dos.

-Bueno Amber, si es lo que consideras creo que está bien, pero me gustaría saber que opina Sofía-

-S-si padre, la verdad creo que me sentiría más cómoda yendo con Cedric que con alguien a quien apenas conozco- menciono algo apenada ya que miraba la cara de su hermana y sabía lo que estaba haciendo y eso la ponía muy avergonzada.

-¿Y Cedric?- pregunto el rey mirándolo, Cedric no se intimido ni un poco por la mirada que le daba, Incluso entre cerro los ojos de una manera retadora y sería, lo cual puso nervioso al rey.

-No podría estar más que feliz y dispuesto en acompañar a nuestra querida princesa- dijo serio y caminando cerca de la joven para poner una de sus manos en su cabeza sin dejar de mirar a Roland- siempre y cuando no me necesite para otros asuntos su majestad-

Se sentía la tensión en toda la sala del trono cuyo solo quienes sabían el por qué, era el mayordomo y los que no perdían contacto visual.

-Por el momento no requerimos de tus servicios "Cedric"- resaltó la última palabra devolviendo la actitud pesada- pero si necesitamos algo podremos contar con tu sobrina Calista aprovechando que estará aquí-

-Bien entonces está decidido, que bueno que podrán ir juntos- interrumpió Miranda quien quiso aligerar la tensión notoria entre ambas personas.

-Si... Entonces partirán mañana en la noche, ya arregle todo lo del viaje, dónde se quedarán, y el barco que los traerá de regreso, espero a que empaquen lo suficiente para al menos cinco días, no creo que lo resuelvas tan fácil Sofía así que te daré ese tiempo, si no lo logras me dejaras encargarme ¿está bien?- dijo mirándola con ambos brazos en su espalda

-Si, papá, gracias, no te fallaré- le sonrió con total cariño al ver que por fin confiaba en ella y no tendría que desobedecer lo como había pensado antes

Esa acción le dio un hueco en el pecho a Roland quien con mucho esfuerzo le devolvió el gesto.

Amber se sentía victoriosa por todo, mientras que su abuela y tía no entendía muy bien que pasaba ni por que Roland tenía esa actitud tan diferente a la de costumbre

Mientras Sofía se rascaba insistentemente detrás de su cuello pero los demás lo miraban como si estuviera pensando.

Y así se embarcarían en una nueva aventura, dónde el pasado podría doler más que nada en el mundo y la vida de Sofía cambiará tanto en una semana.

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Hola gente, pido disculpas de ante mano, yo juraba que había subido este capitulo en su momento, y cuando estaba buscando información para escribir el que esta pendiente y me di cuenta de que no estaba, en fin, lo vuelvo a publicar y pido mil disculpas, pero bueno, estos errores se corregirán a futuro cuando se edite la historia .

sigan votando, comentando y leyendo.

Palabras: 5500

fecha de re publicación: 21/01/2022

fecha de escritura: 6/9/2021-24/9/2021 

~Sunflower

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