capitulo 26:¿Acaso es un sueño? (Final de la primera Temporada)


(créditos de la imagen a su autor, no es mía)

{POV: Autora}

No sabía en que estaba pensando en esos momentos, simplemente tenía la cabeza en las nubes, no tenía conciencia de si misma, ¿Quién podría culparla? A pesar de haber crecido su inocencia y ternura se notó más, más su pena con ciertos temas en los que jamás se había visto involucrada en sus planes, simplemente... No era algo para ella, aunque de un tiempo para acá había nacido una pequeña ilusión, al principio lo tomo como nada, porque no sabía mucho del tema, pero al momento de esto ir creciendo, se dio cuenta de que era algo mucho más importante y sin saber cómo afrontarlo, se negó a hacer algo o reprimirlo... Pero ahora se sentía que estaba incumpliendo a su palabra, a sus principios, valores, se sentía mal consigo misma, al dejarse cautivar por aquel extraño si se suponía que quien ella amaba era otro.

Y como si el tiempo se parará estaba ella alejada de las demás parejas con aquel hombre, indecisa, ¿No haría daño bailar otra canción con él no? ¿Sería grosero de su parte el dejarlo de lado?

Al momento de sentir otra vez su mano enguantada, vio por segundo cómo el hombre misterioso tomo su mano con fuerza pero no la suficiente como para lastimar la.

Y sin previo aviso empezó a correr sin más hacia uno de los pasillos de aquel extraño castillo.

Casi sin poder reaccionar sintió como había sido jalada con un poco de fuerza.

¿Qué estaba pasando? ¿Qué estaba haciendo? Se llenó de dudas y nerviosismo al respecto de cómo las cosas habían cambiado drásticamente en cuestión de segundos.

Los pasillos estaban oscuros y no había nadie, solo decorativos en mesas de maderas y cuadros en las paredes, ¿A dónde la estaba llevando? Tenía miedo si la respuesta a esa incógnita era un desenlace malo.

Simplemente no se soltó o paro en el acto, ¿Qué le pasaba?.

Empezaron a bajar  la velocidad hasta llegar a... ¿Dónde específicamente? Parecía que aquel tipo simplemente había actuado por impulso y ni él sabía dónde estaba, Sofía no reconocía tampoco por lo que estaba muy oscuro, incluso si se trataba de algún pasillo que ya habría recorrido antes en una de sus visitas.

Contempló ante ella, una ventana abierta de la cual estaba entrando el frío tan cruel de afuera, ¿Qué hacía esto abierto?

Él la soltó, quizás si había sido un impulso y se puso a pensar en silencio, mientras que ella se asomo por aquella ventana, o ventanal debido al tamaño, arrepintiendo se en el acto al no ver nada más que oscuridad y copos cayendo, además de un inminente frío que se apoderó de ella, que por mero reflejo se abrazo a si misma.

Él la miro cuando se percató de su acción, se acercó despacio hacia ella quitándose su saco y poniéndose lo en los hombros, ella recibió aquel acto dulce.

Ambos estaban mirando el vacío en silencio.

Se preguntaba, ¿Ahora él no sentiría frío?, Lo miro de reojo para ver cómo este miraba al vacío, ¿Acaso no diría nada? Aparto la vista de nuevo.

- Perdón si la asusté- aquella voz la saco de sus pensamientos haciéndolo mirar de nuevo a sus ojos, la miraba con una sonrisa nerviosa.

- No...no ocurre nada, no se preocupe - le devolvió la sonrisa con algo de timidez, era la primera vez que ella le dirigía la palabra, que descortés de su parte.

Mirando de nuevo en silencio, ¿Qué tan lejos estaban del salón para que no se escuchara nada?

Su nariz se empezaba a sentir fría a pesar del cálido saco que tenía en sus hombros que empezó a acomodarse abrazándolo.

- me gusta el brillo de tus ojos - menciono aquel extraño haciendo exaltar a la chica, claro su rostro empezó a tornarse de un color rojo, no esperaba aquellas palabras, lo miro con los ojos abiertos ¿Cómo debía tomarse eso?

Creo que aquel silencio significaba más que un simple gracias, no tenía el como contestar, y él simplemente miraba la expresión de su cara que para sus adentros le daba mucha ternura.

- Sabe, Jamás en mi vida me hubiera tomado algo tan en serio, y si no fuera por estás circunstancias, no me atrevería a hacer algo como esto...- menciono aquel extraño mirando hacia arriba como si de ahí viniera el valor que mencionaba o la inspiración de sus palabras, estaba tan sereno, como si esas palabras ya se las hubiera repetido en su mente muchas veces

Sofía asintió, ¿por qué no decía nada? seguro eran los nervios que sentía.

- Me gustaría hablar con usted, pero... No aquí, no parece ser un lugar cómodo con el frío. - le dijo ya girando se completo y mirándola tranquilo, le extendió su mano estaba temblando un poco, ¿era el frío o nervios?

¿Debía tomar de nuevo su mano? Se pregunto a sus adentros, quería confiar ... Pero si era una trampa, ha vivido tanto como para saber que los problemas siempre estaban presentes en su vida desde que se volvió princesa, pero miro aquellos ojos, no pudo resistir y tomo de nuevo su mano, él la tomo con delicadeza, estaban yendo a una puerta en ese mismo pasillo.

¿De dónde salió? No la había visto antes, su cabeza se llenaba cada vez más de dudas sin respuesta pero ahora la más importante para ella ¿A dónde llevaba?

Él la abrió con la mano libre que tenía y dejo que ella pasará primero, claro con algo de pena.

Era un pequeño cuarto, más que todo un pequeño estudio, no parecía ser una habitación importante, tenía estantes con libros en la pared del fondo, que a pesar de que seguro limpiaban para que no se llenará de polvo, lo más seguro era que esos libros no fueron tomados desde hace mucho para su verdadero propósito de existir, poso su mano en aquel estante de madera y mientras iba caminando deslizaba las yemas de sus dedos con esos guantes por la madera mientras miraba los títulos de los libros, parecía que estaba dividido ese cuarto, la parte en la que ella se encontraba las tres paredes del fondo eran de estantes y en el medio de estás un gran escritorio con una silla de cuero, todo estaba en orden, las plumas en sus tinteros, libros acomodados y todo, mirando toda la habitación desde ese punto, la parte delantera frente a la puerta.

Consistía en una chimenea que ya estaba previamente encendida más leña a su costado, un sillón elegante al frente del fuego que era la única luz en el lugar, habían cuadros y algunas cosas encima de la chimenea nada en lo que poner verdadero interés, miraba todo en silencio, mientras aquel extraño la miraba desde al lado de la puerta que estaba otra vez cerrada.

Se sentó en silencio en el sillón delante del cálido fuego.

Ella se acercó tímida y se sentó a su lado, esperando a que hablara lo que quería hablar con ella.

-¿Le importa si me quito los guantes? - pregunto Sofía realmente ya le incomodaban, estaban algo ajustados, el simplemente asintió y ella lentamente empezó a descubrir sus brazos, él la miro de reojo.

Al terminar lo miro directamente, no soportaba ya ese incómodo silencio dónde solo lo que se escuchaba era la leña quemándose con la llama.

Estaba nerviosa.

-Puede que ahora no me reconozca pero, usted ya me conoce - eso dejo desconcertada a la princesa, seguro le daría un dolor de cabeza tratando de adivinar quién era - y por eso es que tengo el valor de decirle que ... Desde hace mucho que la conozco, yo... - estaba nervioso eso era evidente, ella lo miraba con total atención - No sé si esto está bien o el que pensará usted, pero permítame decirle que... Mi corazón le pertenece a usted completamente desde hace mucho, su sonrisa, sus ojos, su todo, me ha arrebatado noches en los que no puedo dormir por pensar en ti- había acabado el tuteo sin querer, la chica a su lado estaba tan asombrada y claro su cara se empezó a colorear de un color por su pena en su mente solo aparecía la pregunta de ¡¿Que esta pasando?!

- Seguramente pensará que esto está mal, pero cada día que la veo no pienso en otra cosa que no sea el tenerla cerca, el querer que esto que siento sea correspondido a pesar de que se que es difícil, y me es difícil admitirlo, pero quiero decirle que me enamore de usted- dijo lo último por fin mirándola de frente, se formó un silencio de lo más incómodo para ambos, pero la expresión de Sofía se torno a una sería, una cara que no expresaba nada, eso puso más incómodo al contrario.

-Quiero que te quites el antifaz por favor ...- fue lo único que dijo con seriedad, desconcertando al sujeto a su lado.

- ¿En serio quieres saber quién soy? - dijo alejándose un poco

-Si - dijo casi en un susurro pero decidida mirándolo directamente, él solo intentaba seguir el contacto visual pero le era imposible al ver que ella se acercaba cada vez más con una de sus manos levantadas, hacia su rostro, como si, él se llegaba a negar, ella lo vería sin el antifaz de todas formas.

Así era la princesa, esa perseverancia y terquedad en sus decisiones esa era la Sofía que todos conocían.

Llenándose de nervios él solo retrocedía un poco lento.

*-*-*

Mientras que en el salón donde todos festejaban, un rey se había sentado en una de las mesas, con la excusa de que estaba cansado más el chiste de que los años por fin le estaban pasando factura, su amada esposa a su lado le miraba divertida mientras le decía que iría a buscar algo de tomar.

Poniendo sus codos en la mesa mientras juntaba sus manos y miraba serio hacía el frente se encontraba perdido entre pensamientos.

Su carisma característico de toda la vida se veía totalmente perdido ante tal semblante que presentaba en esos momentos, Su mente totalmente divagaba y no era por el hecho del compromiso de su hija mayor y heredera al trono, él sabía las intenciones de su ahora consuegro desde incluso antes de que la misma Amber le digiera a todos que tenía un pretendiente, de todas maneras eran cosas políticas las que estaban tratando.

Podría ser que todo se pudieran contemplar de una manera fantástica pero las decisiones difíciles se debían de tomar, estaba de acuerdo con el compromiso más lo que sacrificaba.

Si no fuera por el "pequeño" inconveniente que presentó en la última visita de la nueva amiga de su hija, la princesa " Mitny de Estela" esa pequeña piedra en el zapato que se presentó tan imprevisto hace solo un par de semanas.

Recordaba la expresión sería con la que ella le hablo aquel día, la sonrisa con la que la había recibido desapareció al notar el cambio total de su semblante imperativo e infantil.

Diciéndole algo que le saco de sus cabales más no lo demostró en frente de la joven, la noticia del compromiso más la implementación de magia en él y mas la segunda sorpresa, eran más razones que suficientes para estallar en cólera dentro de si mismo, sus planes, planes que no le había dicho a nadie  excepto al "señor del castillo", se habían ido por la borda por ello, ella lo comprendía, ella lo analizaba, cada movimiento mínimo, expresión, ella sabía que aquello no era de su total agrado, sin espera de respuesta,  salió diciendo por la puerta la frase de "No espero su bendición" retirándose sin decir más, en asuntos políticos de su reino aún la noticia no se haría pública pero el daño ya estaba hecho y la negociación ya no era una opción tras la evidente amenaza de la muerte de ambos jóvenes al intentar romper tal compromiso mas manchar el honor de la familia con lo segundo... todo eso no era algo que hubiera sido un error.

Cuando ella salió y no había nadie más que Baileywick, arrojo con total cólera su tintero con pluma y todo hacia el suelo en un movimiento de ira.

Baileywick simplemente lo recogió en silencio serio también, comprendía todo, se había dado cuanta de los planes que tenía, pero en sí era su más grande confidente en todo esto y aunque no estaba de acuerdo en mucha de ellas no le quedaba mas que serle fiel a la corona a la que servía desde hace ya varios años.

La pesadilla para él se volvía cada vez más verdadera y eso era un fuego que lo consumía desde adentro.

Siempre procuro que sus hijos, su familia, fuera lo más feliz posible, pero al ver el terrible decaimiento de su hija menor tras la perdida de la última de sus mascotas de infancia pudo por fin notar en ella esa tristeza profunda.

No quería causarle más dolores así a ella, a su niña, se lamentaba el no haber conocido antes a su querida Miranda y no haberle dado una vida sin tanto esfuerzo desde sus 4 años en los que había quedado huérfana y su amada una viuda.

Analizando sus opciones la decisión ya estaba tomada, ya estaba dicha y firmada, no había tiempo para lamentarse, ahora veía que verdaderamente el dejarle el reino a su hija Amber hubiera sido un gran problema que se evito, no desconfiaba de las capacidades de su hija para gobernar pero lo que era el reino hoy en día, la verdadera cara de este, sabía que le hubiera complicado demasiado las cosas, y con lo terca que era a veces hubiera negado todo con tal de ayudar a la menor de ellos.

Agradecía que las paredes elegantes en las que vivía sus hijos les impedía ver el estado de todo, aunque Sofía saliera estaba incluso por fuera de Enchanthia y no sé esmeraba más allá de problemas locales.

No importaba si todos lo odiaban, debía mantener su cabeza en alto sin importar que, no le importaba quedar mal ante todo su reino con tal de mantener todo bien y a todos a salvo.

Era tan fácil mantener a la gente del pueblo feliz, cultivos sanos, casas nuevas, una escuela, juegos y demás o al menos en el pueblo de Wonwidi.

Los problemas que normalmente se veían o los que más resaltaban no pasaban más allá de unas pequeñas criaturas causando estragos en una panadería y transeúntes.

Pero...¿Qué ocurría con los demás pueblos restantes?, grandes, pequeños, su gente, salía mucho pero al ser un gran imperio no tenía el tiempo suficiente de mirar todo y solucionar todo, a demás de decretos o mandar personas a encargarse.

Volviéndose a sus recuerdos más profundo por la presente situación en su cabeza.

Recordó cuando era joven, alguien que veía de la misma forma el próspero reino que su padre el anterior rey con total orgullo le mostraba enalteciendo su grandeza.

Lo admiraba mucho, también recordó su última petición antes de morir en cama tras enfermar de gravedad, la única y última vez que Goodwin el grande no pudo salvarlo ni nadie más tampoco.

Su petición, que su hijo desposara a la hija menor de un viejo amigo rey suyo, de un pequeño reino que se había quedado sin riquezas en comparación a lo grande que era Enchanthia en esos tiempos, que al no mucho fue consumido por otras dos grandes naciones al no poder defenderse.

De toda su familia solo quedaba ella.

Recordó a su primer compromiso, a quien se suponía que debía ser el amor de su vida, su primer amor, la que criara a sus hijos y la que gobernaría junto a él.

Elea de Tranesku, la cual hacía mucha alusión a su nombre, sus cabellos dorados la hacían brillar igual que un sol.

Recordando la primera vez que aquellos ojos marrones encendidos lo miraron.

Accedió al trono que creyó que por derecho al haber nacido varón merecía, tras ocultarle la verdad de que su hermana mayor había negado rotundamente al llegar a la edad adecuada, su padre siempre detesto esa actitud inmadura y rebelde de Matilda, el que no se comportará como la hereda al trono que debía ser, le causaba muchos dolores al primer Roland, le alegraba saber que al menos su hijo menor, que con todo orgullo portaba su mismo nombre, pudiera ser más importante en la línea de gobernantes, y no se equivocó, Roland era considerado entre la mayoría del reino como el mejor de todos los gobernantes que había tenido Enchanthia.

Recordaba también el como a ella le encantaban las flores y decía que los niños eran igual a ellas, no poco después de haberse casado soñaban con darle al reino herederos, pero tras el tiempo transcurrido el joven Roland había acudido algo abatido aquel poso, se arrepintió en el momento en el que Elea, su querido rayo de sol había caído enferma pereciendo al final.

Al poco tiempo en que conoció a Miranda, ellos también quisieron tener sus propios hijos, un castillo tan grande, y bajo la idea de que un nuevo bebe fruto del amor de ambos uniría más a los hijos de ambas partes por tener un hermano en común, consideraron la idea tras ver también a aquellos reinos que tenían muchos niños.

Su padre se lo había confesado en aquellas pláticas que serían algo incómodas para cualquier joven, que si no fuera por qué su madre enfermo horriblemente tras el nacimiento de él, no hubieran sido solamente dos, Matilda y él.

Pero tras pasar lo mismo con Elea desistieron de la idea, y el miedo de volver a recurrir a la magia era un temor constante en Roland, no quería perder a la mujer que al ahora sí había escogido para forjar una vida juntos.

Y con suerte ya llevaban años juntos criando a sus hijos.

Estaba consiente de lo que arriesgaba, pero los problemas que ahora tocaban a la puerta, era más complicado, el irse por la opción violenta, aquel gran imperio que amenazaba con opacar al reino de buenas relaciones de una familia noble que en serio beneficiaba a su pueblo, no pudo más que desistir y tener que acceder a tal petición fría y sin consentimiento de muchos por el capricho del próximo en su línea de gobernantes.

Que su otra vez mejor amigo de infancia descubriera eso por error también era otra piedra en el camino, en serio, en su momento lo asusto un poco su reacción y la mirada llena de odio que le dio, se debatía internamente la lealtad que le tenía a su otra vez amistad a pesar de todo o la evidente confidencialidad que se tenían él y su hija pequeña, él sabía lo que mejor le convenía, y más le valía, no tenía el porque arruinar sus planes por mas que fuera un buen amigo de su pequeña Sofia.

Sin darse cuenta en qué momento volvió su esposa, salió de sus pensamientos para dedicarle una sonrisa preguntándose si su hija podría ser incluso tan feliz como su madre quien le sonríe con el mismo cariño de cuando se casaron con la dura decisión que había tomado.

*-*-*

Estaba nervioso, ¿Qué pasaría?

Ella seguía acercándose.

- Temo que si le muestro quien soy vaya a odiarme, por confundir las cosas - dijo a modo defensivo al ver si se detenía pero fue en vano la joven ahora envuelta en curiosidad.

- No me importa - mencionaba ella aún con esa expresión analítica.

- En serio insisto - su faceta de valentía se había ido hace mucho y ahora solo estaba hecho un manojo de nervios en su interior sintiendo como se le hacía un nudo en la boca del estómago y el evidente vértigo que sentía a pesar de estar sentado en lugar tan... "Cómodo".

La chica al acercarse lo suficiente, logro arrebatarle de un tirón el antifaz de color negro, para la sorpresa de él la cara de ella no cambio mucho de expresión, solo una de desconcierto y un pequeño puchero algo analítico.

Aún no sabía quién era él.

- aún no...puedo reconocerlo - dijo algo pensativa pero mirándolo aún de la misma forma.

Él iba a hablar hasta que de pronto un brillo azul salió del amuleto de la princesa, iluminando con un fulgor sus ojos.

Eso sólo significaba una cosa, la biblioteca la necesitaba, se paró en un instante y se disponía a salir, el como llegaría no le importaba.

Él la paro de que se fuera en un movimiento rápido tomando su mano, preocupado.

- Disculpe me de verdad ... Pero tengo que irme, y puede que esto sea muy importante si no llego a tiempo, espero y comprenda - decía mientras miraba la puerta detrás de ella y a su "captor" de momento.

- N-no te vayas aún, por favor, se que ahora no podrás reconocerme, pero es por este broche - dijo aún sosteniendo su mano, la valentía le había vuelto al cuerpo al ver que su esfuerzo podría verse perdido, abriendo un poco un bolsillo que tenía la camisa estaba oculto un broche dorado.

Ella lo miraba con algo de pena, no fue hasta que él sacó el broche y lo dejo aun costado que la cara de la joven cambio completamente de una insistencia silenciosa de que la dejara ir a una completamente perpleja mirándolo directamente

Él tenía nervios pero ya no se iba a dejar doblegar de nadie, la miraba directo a los ojos con decisión, ella solo los mantenía muy abiertos ante la sorpresa.

Contemplaba como ella volvía a sentarse perpleja aún mirándole la cara, se sentía algo tonto pero no dejaba de mirarla..

Abrió un poco su boca y solo dijo la palabra "tu..." Casi como un susurro.

- L-lo sabía, sabía que te ibas a quedar así - dijo por fin rompiendo un poco el contacto visual admitiendo su evidente "derrota" algo decepcionado, se pensaba "¿cómo pude pensar en tener una oportunidad?"

Pero ella lo interrumpió

- ¿Es verdad lo que dijiste? - dijo mirándolo sería con total concentración.

- ¿Eh? ¡Por supuesto que s-si! - No quería alterarse tan fácil como otras veces pero a sus adentro solo se repetía la frase de " por las barbas de Merlín"

- ¿De verdad, verdad? - dijo la joven mientras lo miraba más atenta, a él le pareció ver por un momento un brillo especial en sus ojos.

Sin más la chica, cansada del brillo azulado irritante paso sus manos detrás de su cuello y se quitó el amuleto sin más, cosa que desconcertó por completo al sujeto.

En serio había roto la promesa más problemática y más arraigada que tenía...¡¿Por él?!

Asintió un tanto dudoso, seguro ella ya estaba pensando en él como una persona  mala, por el hecho de que él era aún mayor que ella o solo por qué la conocía desde que era una niña, se miraba otra vez como un tonto de verdad, más no un cobarde, le había dado cara a aquello que lo carcomía desde hace mucho, más bajo la presión de lo que había visto, escuchado y comprobado, más aún sentía que podía hacer algo.

La chica empezó a respirar rápido mientras lo miraba y su cara se enrojecía.

- ¿De verdad... Me amas? - esta vez su cara reflejaba ilusión total, el brillo en sus ojos se hizo más que notorio mientras lo contemplaba.

-S-si...- no tenía mucho que decir le era demasiado raro el hacer este tipo de cosas.

Sin más ella se acercó demasiado a él y a su cara mirándolo aún con aquella expresión embobada.

-¿No es otro sueño verdad? - dijo posando una de sus delicadas manos de piel de durazno en su mejilla mientras lo miraba, como si quisiera comprobar que todo era real.

-No lo es - se apresuro a decir mientras aún la miraba directamente al par de diamantes azules que tenía por ojos.

- ¿En serio me amas tanto como yo siempre lo he hecho?- dijo mirándolo, por un segundo vio como sus ojos se desviaron hacia abajo mirando sus labios y mirarlo de nuevo a sus ojos, ahora era él, el que se preguntaba si no era un sueño, dejando un poco el miedo dejo de apoyarse y puso ambas manos en los costados de su cabeza delicadamente.

- ¿En verdad tú me amas también? - preguntó él en un susurro solo para que ella lo escuchará, ella solo asintió con emoción mientras le sonreía con total alegría.

- ¿No es mentira no?- volvió a preguntar, en respuesta ella solo negó con la misma emoción, los  ojos de ella se habían cristalizados de la emoción que sentía.

Sintiendo se fuera del mundo se miraban mutuamente, él bajo su mirada a esos labios, labios rosados, se veían dulces, prohibidos, tan deseables, tan delicados, tan... Perfectos toda ella era perfecta ante sus ojos, centímetros los separaban, sus alientos obviamente tibios se sentían entre sí.

Cerrando mutuamente sus ojos y cortando total las distancias, sintieron el rose de los labios del otro encima de los suyos.

Una sensación indescriptible para ambos novatos en todo esto que era amor, pero en ese tierno beso se reflejaban el cuánto tiempo que se habían anhelado el uno al otro, cuánto tiempo se habían callado todo entre ellos, todos esos sentimientos en un beso.

Él la tomaba con total delicadeza como si quisiera que jamás se despegará de él, ella hacia lo mismo al abrazarse a su cuello con ambos brazos.

Al separar se para mirar de nuevo la cara del otro tomando aliento y totalmente rojos, se habían dado su primer beso.

Ni todas las cosas favoritas juntas del hechicero podrían comparar la alegría que sentía en su pecho, aquella persona que lo había sacado de ese agujero de odio, hacía todo y hacia si mismo, su primera amiga, su confidente, la persona que lo hizo desistir de todas aquellas cosas malas que tenía en mente con solo mirarlo, en ese momento ¡Todos podían odiarlo cuánto quisieran! Subestimarlo, decir que solo era un mediocre o inútil, no le importaría en lo más mínimo al tener al que denominaba el amor de su vida entre sus brazos en aquel casi oscuro cuarto, solo ellos dos el silencio lo hacia aún más conmovedor.

Ella solo embozo una sonrisa de extrema alegría y salto hacia él  para darle un beso más alegre y de confirmación de lo que estaba pasando.

Él gustoso correspondió con la misma emoción que sentía por todo.

después de dicho segundo preciado y lindo beso  se miraron.

Se abrazaron, como aquellos abrazos que parecían que nunca querían acabarse, el sentimiento tan dulce que compartían ahora más las palpitaciones en carrera de ambos, ella solo soltó una dulce risa mientras tomaba aire de lo emocionada que estaba.

Eso mismo se cuestionaban ambos

¿Qué estaba pasando?

Tenerla así de cerca, se preguntaba que seguiría de aquí en adelante, sintiendo el como no pensó las cosas recordó el porque de sus acciones.

Su alegría y emoción descendió ante ese recuerdo.

Cómo era que él, hubiera tomado esa decisión, sin comentar con nadie ni mucho menos la implicada, a excepción de ese mayordomo, notaba que desde aquello se veía más distante con la menor de la familia, como si sintiera culpa, ante sus ojos debía, debía sentirse culpable y como lo peor por apoyar aquello.

No dejaría ahora que se la llevarán, que la apartará de él, de una manera injusta y le agradecía a quien quisiera que estuviera mirando desde allá arriba el haber descubierto aquello por "error" en esos papeles confundidos, aquel sucio trato que le dio el valor de hacer todo lo que estaba haciendo ahora.

Los planes de Roland y lo que él era no volverían a interferir en su felicidad de nuevo.

La abrazo con más fuerza como si fuera la última vez que lo fuera hacer  y a su nariz llegó el suave aroma que siempre ella llevaba consigo, cuánto le encantaba, más la calidez que ella siempre desprendía.

-Deberíamos volver a la fiesta, el efecto de la pócima pasará y sabrán que no estamos - dijo Sofia con un evidente tono demasiado feliz.

Se sentía algo rara por todas las emociones que había sentido en un mismo día, desde tristeza hasta infinita alegría pero se sentía muy dichosa, el como resultaron las cosas eran mejores de lo esperado.

-Si, tienes razón Sofía - Cedric le hablaba con total calma.

Se separaron del abrazo pero él la tomo de los hombros y la miro con cierto cariño.

-Pero primero debemos hablar de algo - dijo intentando sonar serio pero más bien le estaba hablando con infinita amabilidad y suavidad.

- ¿Sobre que?

-Sobre esto, ahora que sabemos que... Bueno tu sabes, lo mejor sería que por ahora solo lo supiéramos nosotros dos, ¿Comprendes? - pregunto mirándola algo preocupado tanto en su mirada como sus palabras.

Ella lo miro algo confundida.

-Creo saber el porque... Pero Cedric, no pasa nada, créeme no pienses en eso y-

-De verdad Sofía por favor, no quiero mentirte y mucho menos ahora, pero simplemente no puedo decirte el porque, solo créeme que es lo mejor por ahora ¿sí? - la interrumpió algo desesperado, no quería que esa sonrisa se fuera aún así que solo se limito a con una mano acariciarle la cara.

Ella tomó esa mano y lo miro algo seria, y asintió en silencio comprensiva.

La vista del peli azabache con blanco bajo un poco, más preciso dónde ella había dejado su preciado amuleto, aún no se creía que por él y su intento de confesión hubiera hecho eso.

Tomo con ambas manos el amuleto y se lo coloco en el cuello, ella solo lo miraba sonriendo, apreciando lo por un momento se pregunto ¿Por qué sintió tanta obsesión por esa cosa, y no veía la felicidad que tenía delante suyo?

Se arrepentía de las cosas que hubiera hecho en el pasado que la pudieron haber lastimado, si él pudiera lograr que ella siempre sonriera lo conseguiría.

Le sonrió con dulzura, y se levantó, ella le devolvió su saco, aunque él se negó por qué afuera hacia frío y no quería que se enfermara, ella alegó que si querían mostrar un bajo perfil como el decía debían de mostrarse como si nunca hubieran dejado el salón y así accedió a volverse a vestir con antifaz y todo(que de milagro no se rompió con el jaloneo que le dio la princesa).

Extendió su mano y ella gustosa la aceptó ayudándole a pararse, no podían dejar de mirarse era como si el mundo hubiera desaparecido.

Saliendo de ese cuarto estudio, corriendo con algo de prisa entre risas, mientras se acercaban se escuchaba ahora una nueva canción aún movida por lo que a sus sospechas contemplaron que aún las personas bailaban animadamente.

Ella lo miro, él entendía a qué se refería y tomándola rápidamente de su mano y cintura se incorporaron lleno de risas con los demás, giraron por un minuto y la única que no podía contener su risa fue Sofía, se sentía muy feliz mientras que Cedric reía algo bajo adoraba verla así y más que el causante de su alegría fuera él.

Acabando la última canción de la noche, todo el mundo paro y empezaron a aplaudir con suma emoción más reían con un tono cansado por haber bailado al menos la última hora sin descanso.

Ella se lanzó a sus brazos contenta, riendo él le devolvió el abrazo tranquila.

Pero tuvieron que separarse rápido aunque ninguno de los dos quisiera.

Cuando los aplausos cesaron, las miradas de todos se devolvían hacia donde estaban los tronos de la familia de la fiesta.

Roland se había parado de su mesa, y acercándose al otro rey subió junto a él.

El rey Antonio tenía una sonrisa enorme en su cara, ya que con ese compromiso por fin podría dejar libre el trono a su único hijo varón, y más el reforzar alianzas con una potencia como lo era Enchanthia a pesar de los problemas internos que estaban teniendo actualmente.

Saludo a su compañero monarca con un apretón de manos que hizo que la gente festejará.

Hablando de un discurso de como está clase de relaciones empezarían una nueva era para ambos reinos, a pesar de no poder unificar tierras por la lejanía de distancia entre estás estaban contentos respecto a cómo crecería la economía fortaleciendo su todo.

La verdad Sofía jamás de pequeña le había puesto atención a este tipo de cosas relacionadas con la política, simplemente miraba que eran amistades de su padre como ella con los demás en las escuelas pero al crecer se dio cuenta de que implicaba más allá de intereses personales y también se velaba por qué fuera beneficioso aquellas relaciones para el reino.

Credic estaba más que acostumbrado a dichas platicas, y sobre relaciones entre monarcas, su padre siempre le decía que todo era importante y estar al tanto de todo lo hacía un buen hechicero real, aunque ya no tanto al demostrarle su verdadero potencial.

Sofía seguía a su lado y podía ver las ansias que ella contenía de querer abrazarlo, no la culpaba él también quería hacerlo, pero en una parte del discurso ambas familia tuvieron que subir al lugar elevado para que todos los vieran, despidiéndose sin querer irse, Sofía subió Junto a su familia en lo alto.

Saludando todos con alegría al parar en el centro de ambas familias a Dinamonic y a Amber, todos gritaban emocionados, pero Sofía solo miraba entre la multitud a Cedric, a pesar de tener aquel objeto mágico ella ya lo tenía identificado.

La fiesta acabo y todos empezaron a marcharse no sin antes el despedirse y felicitar a la joven pareja, haciendo comentarios como: "ojalá y su reinado juntos sea próspero" "su reino será uno de los más grandes" "ojalá y sus hijos nazcan grandes y fuertes y llenos de mucha salud"

Los que más resaltaban eran los comentarios sobre los futuros hijos que tendrían la pareja haciendo incomodar un poco a los jóvenes, se los esperaban pero no que fuera uno de lo temas más importantes entre los invitados.

Las familias dormirían juntas esa noche, separando cuartos para los invitados, ya que no los harían viajar tan tarde.

Fue una graciosa situación cuando les preguntaron a los futuros reyes si querían dormir juntos, a lo que ambos no pudieron evitar un sonrojo más incomodidad, Roland se rio por aquel chiste más internamente le pareció algo de muy mal gusto.

James se fue en silencio a su recamara, extrañando a todos ya que lo más normal sería que hiciera alguna broma y más la situación alguna subida de tono pero le resto total importancia a la broma.

Por otra parte Sofía se rio sin entender el contexto, su mente estaba en otra parte y miraba de reojo a Cedric que hacía lo mismo después de haberse ido a cambiar y ponerse la misma ropa con la que habían llegado, así cumpliendo con lo de bajo perfil.

Este simplemente le sonreía tiernamente por ciertos ratos en que sus miradas chocaban, no paso desapercibido para Amber aquella actitud.

Al final decidieron que dormirían juntos los recién comprometidos afirmando que deberían empezar a hacerlo ya que en algún momento tendrían que hacerlo y para que fuera más fácil para ambos desenvolverse con el otro si querían herederos rápido.

Todo esto fue dicho por Antonio quien le parecía cómica la reacción de ambos jóvenes ya que él fue criado con una perspectiva diferente, Roland simplemente intentaba acoplarse a su mal humor y pésimo chiste, simplemente tenía que contener su enojo al ser un invitado y no pudo decir nada para negar aquella idea.

Sofía se iba a su habitación asignada con una sonrisa boba ya que Cedric le dijo en un susurro que iría más tarde a despedirse de ella, cuando una mano la tomo de la muñeca y la metió a un cuarto.

Asustada por lo repentino miro en todas direcciones encontrando se a su hermano en ropas ya de dormir y una mirada algo cansada pero sería puesta sobre ella.

La habitación no tenía luz, la única luz era la que entraba por la gran ventana en la pared y se veía como caían aún la nieve.

-¿Ja-james? ¿Qué pasa? Casi me matas del susto- dijo sosteniéndose en pecho con una mano iba tan distraída que ni siquiera vio como la puerta estaba entre abierta esperando a que ella pasará.

- Perdón, ¿Cómo estás? ¿Te encuentras bien? - se acercó rápido a ella y tomándola por los hombros su expresión cambio a una analítica, mirándole la cara - ¿Cómo te trato? ¿Qué paso entre los dos? ¿No sé sobre paso contigo no? - preguntaba con bastante velocidad y la revisaba girando su cara y mirando por alguna extraña razón para la joven su cuello como si buscará algo.

-¿Qu-que? ¿James a qué te refieres? - dijo confundida mientras sus mejillas eran presionadas por las manos de su hermano algo alterado mientras la seguía revisando.

Y además ¿sobrepasarse en que? Si, ella seguía siendo muy inocente en ciertos sentidos.

- Vimos como te fuiste con Cedric apenas iniciar la segunda canción ¿A dónde y que pasó?- dijo serio ahora mirándola, si comprendía que su hermanita merecía ser feliz pero aún así estaba preocupado por ella.

Sofía no pudo evitar el brillo escarlata en su rostro, ¿¡COMO ERA QUE ÉL SABIA ESO!? ¿y como que...vimos?

-¿Cómo sabes que...-

-No te enojes conmigo ni con Mitny ella me lo comentó y solo quería ayudar, además eres demasiado obvia - recapacitando en sus recuerdos vio todas las señales y se sintió tonto por el hecho de no ver lo antes, si algo había surgido como lo decía como un libro abierto la cara de su hermanita, tendría que hablar con Cedric después seriamente.

Y también su prometida, en cuanto se esperaba que todo estaba pasando como lo habían planeado vio como su semblante cambio a uno cansado como si algo abrumara la mente de la joven a la que el ahora amaba.

Dejándolo de lado ahora su mente necesitaba respuestas para sentirse tranquilo.

-Comprendo... ¿Desde cuan-

-Desde hace un tiempo, no lo habría notado si no fuera por el mismo Cedric me lo confirmo, ahora primero yo te pregunté algo...¿Qué ocurrió?- la seriedad que mostraba el rubio mostaza era raro a los ojos de la joven, se puso algo nerviosa.- respóndeme y yo te responderé después ¿Si?.

-Eh... Bueno- trago saliva, estaba nerviosa, y sin mirar a la cara de su hermano se armó de valor, las únicas que sabían de su secreto eran Crista y Mitny pero ahora que su hermano lo supiera lo hacía algo incómodo- él... Se me confesó, yo también lo hice y...- suma pena miro hacía abajo como si hubiera ocurrido algo malo - nos... Besamos... - el tono de su voz bajo mucho más su cara se sonrojaba mucho más.

Él la miro por unos segundos serio.

-¿Nada más?- pregunto con la miraba entre cerrada demostrando cierta desconfianza.

-Me pidió que tuviéramos un perfil bajo ambos con eso... - lo miraba por fin algo apenada.

-...- suspiro agotado y se sobó la cara - bien, voy a confiar en ti Sofía, comprendo más o menos el porque de su petición, quédate tranquila solo yo lo sé por ahora además de Mitny y Mimi claro.

- Gracias James, ¿No estás enojado?- pregunto

-¿Que? No, no, para nada, si esto te hace feliz estoy más que dispuesto a apoyarte en todo- dijo tomando de nuevo sus hombros para que mirara su cara- ¿ En qué momento creciste tanto? ¿Tan tonto he Sido que te he descuidado tanto? - la abrazo mientras preguntaba con un aire melancólico.

Sofía le devolvió el gesto, estaba confundida pero agradecía en silencio de que la apoyará en su "relación" aún no habían formalizado algo como tal pero se sentía bien que alguien realmente le importaba que fuera feliz en ese ámbito.

-Siento que nos están ocultando algo Sofí ... Pero no te preocupes, estoy seguro de que no será nada importante - menciono James aún abrazado a ella, se sentía impotente al darse cuenta de lo inmaduro que había sido todo ese tiempo, sus hermanas ya no eran niñas, su hermana estaba por casarse, y la segunda estaba experimentando su primer amor, ¿tanto en su mundo de "hombre" se había quedado?

Sofía paso de largo eso, se sentía algo extraña pero feliz al fin y al cabo.

Lo que no sabía es que había alguien escuchando, una rubia que había ido para saludar a sus hermanos antes de irse a dormir, al escuchar los murmullos en la puerta se quedó a escuchar detrás.

Quedando anonadada detrás de la puerta manteniendo la respiración, se sentía de alguna manera derrotada... No quería llorar pero se sentía tan fuera de ese momento que su respiración se entre corto, se suponía que también era hermana de Sofía, ¿por qué no le confío algo como aquello?, ella también habría podido apoyar a la causa de la alegría de Sofía.

Se sentía impotente, ¿Acaso su propia alegría la hizo olvidarse de su hermana? ¿Había sido tan odiosa y distante?, tendría que hablar con Sofía si había sido tan mala hermana, aquello la hizo analizar el como toda la familia había dejado de lado a la menor, sus padres por alguna razón estaban más ocupados que antes, James se empezó a relacionar más con aquella chica pelinegra de actitud alegre y ella... Ella, ¿Cuándo era la última vez que hablo con su hermana algo que no fuera relacionado con su prometido? Si quiera sabía si su hermana se encontraba mejor de la perdida de su conejo.

La alegría que había sentido antes se había esfumado por la situación presente, ya no le importaba quien fuera el hombre que ahora le robaba el sueño a su pequeña hermana, simplemente importaba el tan mala hermana que había sido con la castaña.

Desesperada se encaminó a paso rápido a la habitación que ahora compartiría con Dinamo, cierto nerviosismo con aquello no le importo.

Recordando lo que vio en el baile...¿Así que era Cedric eh? Se veía tan feliz ella al final de la fiesta, habrá Sido por eso ¿No?

Entro rápido y se sentó en la cama, Dinamo quien estaba sentado al lado de la cama esperando a que llegara, de algo que le pareció tierno de su parte, la miro preocupado al ver la expresión que tenía en la cara, esa no era la cara con la que se había ido ¿Qué había sucedido?

- Amber ¿estas bien?- pregunto viendo como la respiración de la rubia se volvía algo acelerado era como si se intentará controlar de querer llorar.

- He Sido una mala hermana Din....no puedo creer lo tanto que descuide a Sofía, lo sola que se habrá sentido con todo yo... -Sin aguantarlo más lágrimas salían de sus avellanados ojos.

- ¡Ey! ¿Pero que pasó? Esta todo bien no te preocupes, ¿Por qué eres una mala hermana? - decía poniendo sus brazos alrededor de ella a manera de consuelo y se preocupo mucho por verla así

- No tome en cuenta a... Sofía... Ni a sus sentimientos...solo le he hablado de mi y no he estado apoyándola realmente, ¿Sabes lo mal que está eso?- decía entre sollozos pesados, se sentía horrible.

- Awww no Amber no es así, querida... Mírame a veces ocurre, si paso algo importante que pasaste de largo esta bien, podrás hablar con ella después más tranquila ¿si? No te preocupes si peleaste con ella o algo - se sentía raro diciendo que Sofía hubiera podido ofender se con ella al punto de hacerla llorar por lo que dedujo que  habría sido por otros motivos.

Ella solo lo abrazo intentado tranquilizarse un poco acostándose juntos mientras él la mimaba acariciando su cabello.

No tenían verdaderos planes de hacer algo más que dormir, sentían que aún no era momento para algo así como se lo había insinuado su padre, para ser cierto ellos ya habían dormido juntos antes, ahora menos con Amber en ese estado tan frágil.

Se quedó dormida rápido se veía que había tenido un día largo, la carga emocional como todo debió a verla a abrumado mucho.

Dándole un beso cuando su respiración se regulo la abrazo y se acomodo para empezar a dormir cómodo a su lado, de todas maneras de aquí en adelante sería así para toda su vida y la idea le parecía más que maravillosa.

Sofía se despidió de James y este le dijo una pequeña broma para aligerar el ambiente.

Se sentó en su cama tranquila respirando pensando en como había sido su día, podría perder contacto con Amber pero al menos no se quedaría sola como pensaba, esa idea la hacía sentir una cálida sensación en su pecho, y volvió a sentir en sus labios como una sensación fantasma aquel beso que se dieron, poniendo sus manos en sus labios como si así conservaría aquella emoción del momento.

No sabía que pasaría a futuro, y claro que no sabía lo que se avecinaba.

Pensó en las palabras de "consuelo" de su tía Tilly, el "que no se casará pronto también", sin querer su mente empezó a crear ideas de ella vestida de blanco más un escenario de ensueño, ¿podría llegar a ese punto con él? eso la emocionó mientras abrazaba una almohada, y si fuera así ¿Qué ocurriría después con ellos juntos? ¿Tendrían hijos? ¿Envejecerían juntos?

Cada pregunta que se venía a su cabeza la llenaba de una notoria emoción, antes estaba estancada bajo de su enamoramiento con él pero no se ponía a pensar más allá, por lo que pensaba que jamás llegaría a ocurrir, ¿Él habría pensado en esas cosas también con ella?

A su mente volvió la idea de niños, ¿Sería conveniente con su trabajo de guardiana y protectora? ¿Tendría tiempo? ¿Cómo se verían sus hijos con él?

El pensar como ambos cargaban un bebé la hizo pegar la cara a su almohada para dar un pequeño grito de emoción ¿Él si estaría dispuesto a eso? No conocía ciertos intereses en Cedric como el de formar un hogar.

Sus tiernos pensamientos fueron interrumpidos por el toque de su puerta.

Volviendo a recordar lo que le había dicho el hechicero se emocionó más al recordar en lo que estaba pensando, se levantó lento ya estaba en pijama así que se arregló un poco, si que ese vestido le fue muy incómodo de utilizar ya que para la joven no paso desapercibida la mirada de ciertos varones en la fiesta de como se enfocaban en su escote más que en su cara o las miradas clavadas a la parte baja de su espalda, no decía que le incomodaba si no que lo dejaba pasar, pero él... Jamás la veía de esa forma tan lasciva y irrespetuosa, él la amaba de verdad.

Habiendo la puerta tímidamente se encontró con la mirada que tanto la tenía embobada.

Era él.

Con una sonrisa en su cara no aguanto más y lo abrazo con fuerza.

El simplemente se río y le devolvió el abrazo, jamás se cansaría de hacerlo, nunca de los nunca.

- Me hiciste falta - menciono mientras mantenía el abrazo.

-Pero si solo no nos vimos hace como una hora - Cedric había esperado a que todos estuvieran acostados para poder pasar sin ser visto entre las sombras de los pasillos.

- lo sé, pero quiero tenerte siempre cerca- decía mientras lo miraba contenta, y con un par de mejillas sonrojadas.

- Yo también - la miro tierno mientras que sus manos las volvía a colocar en su pelo acariciándolo dándole a la joven una extraña sensación y un poco de escalofríos.

Entraron más a las habitación, su cara reflejaba una expresión boba, se sentía como toda una joven enamorada, por fin podría expresar todos esos sentimientos que tenía hacía él.

-Además de venir a desearte buenas noches quería hablar contigo Sofía.- decía mientras ambos se sentaban en el borde de la amplia cama.

Ella simplemente lo miraba con total atención.

- De acuerdo, ¿Sobre que?-

-¿Tu de verdad quieres formalizar algo conmigo? ¿Ser pareja?- decía nervioso sin mirarla aún quería confirmar que lo que había pasado era real, en cuanto llego a su cuarto a cambiarse le tuvo que responder muchas preguntas a su ayudante cuervo, la cual no paraba de emocionarse por lo que le contaba y le deseaba lo mejor en adelante, Winix realmente estaba feliz por él, algo que seguro el otro pajarraco traidor no haría.

Sofía se levantó emocionada, y lo miraba con una sonrisa que abrazaba casi toda su cara.

-¡claro que si! - el ahora se había levantado - ¿Por qué me negaría a- fue interrumpida por las manos de Cedric quien en un movimiento rápido la alzó en el aire y empezó a dar vueltas con ella, la verdad quería hacer aquello con ella desde que vio que ese príncipe lo había hecho hace un tiempo atrás.

Ella se reían lo más bajo que podía y cuando pararon se miraron.

-Gracias - menciono en voz baja Cedric mirándola.

-¿Por? - pregunto ella con su cabello algo desaliñado.

- Por hacer mi vida maravillosa - respondió viendo el brillo que se creaba en la cara de la chica mientras su sonrojo se intensificaba, si todo esto era un sueño del que jamás desearía despertar, ahora el tener en su mente una vida donde no estuviera ella sería totalmente agónica.

- A ti también te lo agradezco - por Dios la chica era tan dulce con todo lo que hacía y su empeño en hacerlo sentir feliz con su mera presencia hacía que su día se iluminaba.

Aún abrazados, como estaban se miraban en silencio, un silencio que decía más que cualquier palabra, él se acercó al rostro de ella, y plantó un dulce beso en sus labios, la verdad solamente los dos anteriores no fueron suficientes para él, todo lo que ansiaba de ella Era tan grande que solamente besos no serían suficientes pero él sería paciente a cuando ella estuviera lista para estar junto a él.

Cedric tenía claro eso, su amor y respeto hacia ella eran más grande que todo.

Aquel beso dulce empezó a volverse uno mas recargado de sentimientos, Cedric intensificó su abrazo con ella, mientras sentía que el aire les empezó a faltar a ambos pero no quería separarse.

Volvieron a separarse para mirarse la cara de Sofía no podía ser más roja mientras lo miraba tomando aire.

Él acariciaba su rostro con dulzura mientras la miraba parados en aquella habitación.

- Te amo- canturreo mientras plantaba un beso en la frente de la chica.

- Yo también te amo - decía abrazándolo.

Se despidieron y salió de la habitación aunque ninguno de los dos quisieras quedarse sin el otro.

Ella cerró su puerta y se acostó en su cama, estaba demasiado feliz y nerviosa, tenía miedo de cerrar los ojos y que todo no fuera solo un sueño.

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BUENAS GENTE!!! QUE PASO MIS MASTERS!!! ¿LES GUSTO EL CAPITULO?

sip, por fin JAJAJAJA se me olvido mencionar que en Julio o en Junio fue el primer aniversario del libro, o Dios Gracias de verdad.

perdón por tardar en traerles un nuevo capitulo, ya lo tenía listo pero por alguna razón no tenía el tiempo para subirlo, ¿pero se los compense no?

espero que les haya gustado esta parte de verdad.

No saben lo que se viene.

¿Qué será lo que oculta Roland?

¿Qué es lo que sabe Mitny y Cedric?

¿Cuál era la Historia a la que debía atender Sofía?

todas estas preguntas y mas se resolverán en ¡LA SEGUNDA TEMPORADA!

SIP aquí terminare la primera temporada, tranquilos los capítulos seguirán siendo subidos aquí así que tranquilos.

ya saben mis estrellas y abejas, comenten, voten y sigan leyendo.

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Palabras: 8663

Fecha de publicación:  28/08/2021

fecha de inicio de escritura del capitulo:8/7/2021

ATTE: Sunflower🌻🦝


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