La evaluación
Antes de comenzar, ustedes saben que no soy experta, a pesar de que leo bastantes cosas de psicología y psiquiatría, no soy experta. Ya mencioné antes y quiero repetir que me basaré mucho en series como "Lay Ley y el Orden UVE" y gran parte también será mi imaginación o un poco de lo que he leído.
Advertencia: ataques de ansiedad, menciones de la madre de Marc, escenas ligeramente angustiantes y tensas.
Ya había llegado el día en que Marc debería ser evaluado por un psiquiatra, al igual que tú. Matt había dicho que sería bueno ya que podría mostrar cooperación y eso les beneficiaría mucho durante el juicio.
–En estos momentos me encuentro hablando con Marc, ¿eso es correcto?–Le preguntó la psiquiatra donde ambas estaban en una sala los dos solos.
–Sí, así es.
–¿Alguna vez había recibido tratamiento psiquiátrico o había sido evaluado por algún especialista para determinar y diagnosticar de manera apropiada su posible trastorno de identidad disociativo?
–No, nunca.–Le respondió él viéndole de brazos cruzados como anotaba en su libreta.
–¿Por qué razón?
–Nunca lo creí necesario.
–¿No creyó necesario acudir con un terapeuta sabiendo acerca de sus episodios de disociación de los cuales no recordaba nada?
–No lo creí necesario porque lo tenía bajo control.
–¿A qué se refiere?
Marc rodó los ojos y soltó un suspiro.
–Steven no sabía que era una identidad creada por mi.
–¿Qué hay de Jake?–Le preguntó viéndole fijamente.
–Un par de meses después de que Steven se enterara de toda la verdad y comenzáramos a convivir, nos enteramos de la existencia de Jake. Yo tenía mis sospechas de que podría haber una tercera identidad, pero no lo tenía claro.
–¿Entonces no tenía las cosas bajo control como usted creía? Porque por lo que tengo entendido, no fue mucho tiempo después de su descubrimiento acerca de ésta nueva identidad—
–Jake. Su nombre es Jake, no "la otra identidad".–Le corrigió con un tono de voz molesto.
–Me disculpo. No fue mucho tiempo después de que Steven y usted se enteraran acerca de la existencia de Jake que su ex esposa Layla y usted se divorciaran, ¿correcto?
–Sí.–Respondió rodando los ojos.
–¿Y aún así ella es la madre adoptiva de su hija?
–Disculpe, ¿vamos a hablar de los otros dos y de mi, o de mi separación?–Le preguntó inclinándose en la mesa.
–Bien. Marc, ¿por qué no me habla de su infancia? Específicamente del porqué su trastorno de identidad disociativo se desarrolló y cuándo.
Marc le quedó viendo con el ceño fruncido, cruzándose de brazos y apoyando la espalda en la silla.
–No quiero hablar de eso.
–Su padre declaró que comenzó a notar cambios en sus comportamientos después de la muerte de su hermano, en conjunto de maltratos por parte de su madre Wend—
–No diga ese nombre. Y ya le dije que no quiero hablar del tema.–Le dijo con los dientes apretados.
–Lo lamento Marc, pero esto no se trata de lo que usted quiera o no. Usted de niño solía dejar a Steven tomar el control producto de los malos tratos de su madre...
–Ya basta.–Dijo casi como una súplica.
–...y también para alejarse de ella y dejarle a Steven vivir la vida que usted siempre quiso tener...
–Le dije que ya basta...
–...dejándole creer que su madre realmente le quería y no era abusiva con usted—
–¡YA BASTA! ¡BASTA! ¡BASTA! ¡NO QUIERO VOLVER A ESO! ¡NO QUIERO! ¡NO QUIERO! ¡NO QUIERO!–Comenzó a gritar dándose golpes en los oídos y mejillas, sacudiendo la cabeza.
En un momento sus ojos de volvieron blancos y apoyó ambas manos en la mesa, agarrándose con fuerza antes de apoyar la espalda en la silla y ver a la Doctora seriamente ya más calmado.
–Le dijo que se detuviera.–Dijo Jake cruzándose de brazos y viéndola con el ceño fruncido.
–Jake Lockley, asumo.–Le dijo ella muy calmada y tranquila.–¿Es usted el protector del sistema?
–Por personas como usted debo serlo. ¿Por qué siguió insistiendo? Hablar de esa mujer no es un tema muy dichoso para Marc.
–Pude notarlo, pero es algo que debo hacer. Y por lo que pude apreciar, cuando Marc se encuentra bajo mucha presión con temas sensibles como éste, suele perder el control de sus emociones volviéndolo una persona violenta, y es usted quien se ve obligado de tomar las riendas del cuerpo.
–Eso no es verdad. Marc no es una persona violenta, fue USTED quien lo forzó a pasar por un tema que normalmente no le supone problema alguno, ni si quiera cuando está con T/N.–Le dijo inclinándose hacia adelante.
–¿Y usted Jake? ¿Es usted una persona violenta?
–¿Acaso está insinuando que alguna vez he maltratado a mi hija?
–Nunca dije eso.–Le dijo ella apoyando la espalda en la silla.
Jake la quedó viendo por unos segundos, y luego desvió la mirada para cruzarse de brazos otra vez y apoyarse en la silla, y luego ver a la Doctora.
–No. No soy una persona violenta ni tampoco jamás me atrevería levantarle la mano a mi mini dama. Los tres creemos que golpear y usar la violencia para enseñar no es correcto. Lo único que se consigue es que el niño o la niña le tenga miedo al adulto, y eso no es lo que queremos con nuestra hija, y creo que hemos hecho un excelente trabajo en eso.
–Es bastante autorreferente, Jake. ¿Usted se considera un buen padre?
–Claro que me considero un buen padre, ¿qué clase de pregunta es esa?–Le dijo ofendido.
–Lo digo porque hace algún tiempo su hija le rompió la nariz a un compañero de su clase con un tren de juguete. Esos son comportamientos violentos que generalmente se aprenden en casa.
–A ver escúcheme tantito. Uste' no sabe la historia completa, mi hija no es una niña violenta. Ese pend— ese niño estaba molestando a mi hija, T/N le pidió en repetidas ocasiones que le dejara en paz y el chamaco no le hizo caso, así que ella se defendió.
–Okey...–Dijo anotando algo en su libreta, para después volver a levantar la vista.–¿Algo más que agregar?
–No.
–Muy bien, ¿me haría el favor de permitirme hablar con Steven?
Jake rodó los ojos y luego le cedió el control a Steven.
–Gusto de conocerlo, Steven.
–Vi lo que le hizo a Marc, y déjeme decirle que él no es una persona violenta ni mucho menos un peligro para T/N. Siempre ha sido un gran padre y ha estado ahí para ella cuando lo ha necesitado, y jamas, JAMÁS ha hecho algo para lastimarla.–Le dijo él viéndola con algo de rechazo.
–Correcto... ustedes se protegen muy bien, eso es lindo.–Le dijo ella con una sonrisa.–Tengo entendido que fue usted quien encontró a T/N en la puerta de su edificio, ¿cierto?
–Sí. Estaba en una caja con solo una manta y una carta después de que... de que esa mujer la dejara ahí. Tuvo suerte de que ya veníamos cerca y la encontramos, no quiero ni pensar qué sería de ella si alguien más se la llevaba.
–¿Cómo es su relación con su hija?
–Linda, T/N confía mucho en los tres y nosotros nos encargamos de siempre darle el apoyo que necesita.
–¿Cómo era su relación con su madre, Steven?
–¿De verdad importa? Mis recuerdos no son los mismos de Marc, ni si quiera sé si son reales.
–¿Eso le hace sentir resentimiento hacia Marc? Porque me imagino que enterarse de que no es la identidad única y dueña del cuerpo, y que además debe compartirlo con otros dos hombres más fue difícil.
–¡¿Qué?! ¡No! ¡No claro que no! Al principio fue difícil, si... pero jamás he sentido algo así en contra de Marc. Él sólo lo hizo para protegerme y que no viera ese lado de ella.
–¿Fue para protegerlo a usted... o para protegerse a sí mismo de su madre?–Le preguntó ella provocando que Steven frunciera el ceño confundido, jugando con sus manos.–Ya terminamos aquí, Steven. Puede irse.
Steven se levantó aún desconcertado, caminando hacia la puerta para salir de la sala.
(.....)
–Hola linda, ¿cómo estás?–Te saludó la Doctora sentándose frente a ti en una de las pequeñas sillas de la sala infantil donde tu estabas sentada dibujando.
–Mis papás dicen que no debo hablar con desconocidos. Además, usted me quiere separar de ellos.–Le dijiste viéndola por un segundo antes de volver a tu dibujo.
–Estos dibujos son muy hermosos, ¿por qué hay tres iguales?–Le respondiste dibujando la boina de Jake en el papel que tenías frente a ti, mientras que los otros dos eran de Steven, y otro de Marc contigo.
–No es de su incumbencia.
–¿Tú sabes que tus tres papás viven en un mismo cuerpo?
–Sí... ¿por qué pregunta eso? No es difícil diferenciarlos.
–¿Cómo es eso?
–Cada uno tiene su propia forma de ser, de caminar, de hablar. Y ya le dije que no puedo hablar con desconocidos, es malo.–Le dijiste dejando el dibujo a un lado, para tomar otra hoja y comenzar otro, notándote algo más tensa que antes.
–¿Qué pasa si lo haces? ¿Qué pasa si hablas con extraños? ¿Acaso ellos... tus papás te hacen daño?
–¡¿Qué está diciendo?!–Exclamaste levantando la vista para verla molesta, azotando ambas manos en la mesa.
–Oh disculpa, linda. No quería ofenderte...–Te dijo la Doctora soltando una pequeña risita.
–Mis papás nunca han sido así conmigo. Ellos son los mejores papás del mundo, los tres. Yo no soy tonta como ustedes piensan, yo sé que quieren alejarme de ellos porque la mujer del parque se los pidió, pero yo no me quiero ir. No me quiero ir sin ellos y tampoco quiero alejarme de mi mamá Layla.–Le dijiste hablando cada vez más rápido y con la respiración agitada mientras comenzabas a llorar y golpeabas las manos en la mesa repetidas veces.–¡Ustedes son malos! ¡Ustedes no quieren que esté con mis papás! ¡Ustedes quieren alejarme de mis papás!
–No preciosa, eso no es—. Te iba diciendo la Doctora tratando de calmarte, cuando la puerta de la sala se abrió y Steven entró por ella junto con Matt detrás y Layla a su lado.
Corriste hacia él y Steven se agachó para tomarte en sus brazos y abrazarte, acariciando tú espalda, mientras te aferrabas a él con fuerza.
–Tranquila princesa, aquí estamos...–Te dijo con voz suave, y Layla pasó su mano por tú cabeza con delicadeza antes de acercarse a la mesa y recoger tus dibujos para luego irse con ustedes dos.
–Aún no termino de hablar con ella.–Le dijo la Doctora a Matt que se acercó junto con la abogada Danvers.
–Oh si, claro que lo hizo, Doctora. Su entrevista con la menor ya terminó, y no hablará con ella, ninguna de ustedes dos de no ser necesario.–Les dijo evidentemente molesto.–La condición era no poner a T/N bajo ninguna situación de estrés como ésta, y fue lo primero que hizo.
–¿Ponerla bajo estrés? Eso no es así, estaba haciendo una evaluación psiquiátrica dictada por el juez.–Le respondió ligeramente ofendida.
–La Doctora tiene razón, Matt.–Le dijo Danvers.–Tendrá que subir al estrado, si no puede con una simple evaluación, entonces no será de mucha ayuda en el juicio.
–¿Oh si? Entonces Doctora, díganos, ¿cual es su diagnóstico?–Le preguntó desafiante y molesto.
–La niña está mostrando señales de una posible ansiedad, en conjunto de severos ataques de ésta misma.
–Comportamientos que antes de ser sometida a todo éste estrés y presión que se está ejerciendo en ella no existían. T/N siempre ha sido una niña tranquila, jamás ha sufrido ningún ataque o desestabilización como la que acaba de sufrir, ¿y ustedes insisten en hacerla pasar nuevamente por eso al obligarla a subir al estrado? Absolutamente no.
–No es algo que tu puedas decidir, Matt. Lo sabes.–Le dijo la abogada molesta.
–Entonces ve y habla con sus padres y pregúntales qué les parece que su hija deba subir a testificar acerca de si quiere quedarse con ellos o no, cuando claramente acaba de gritarles de que es lo único que que desea, y que pueda sufrir otro posible ataque de ansiedad y desestabilizar su salud mental que ellos llevan años protegiendo y cuidando, para que ustedes lo destruyan en un solo día.–Les dijo molesto.–Es todo por hoy. Nos vemos en el juicio en un par de días.
Marc se dio media vuelta y caminó hacia la puerta, dejando a ambas detrás.
Una vez salió, Layla se le acercó y lo guió hasta unas sillas donde Steven te tenía dormida en sus brazos, sujetando su chaqueta alrededor de tus hombros.
–¿Cómo se encuentra?–Le preguntó a pesar de que podía oír los tranquilos latidos de tu corazón y tu respiración más calmada.
–Ahora mucho mejor, pero nos tomó tiempo poder calmarla. Luego se durmió, esa crisis debió dejarla agotada.–Le explicó desde donde estaba sentado en una silla contigo en su regazo y tu rostro escondido en su cuello.
–¿Qué fue lo que pasó ahí?–Le preguntó Layla preocupada.
–Ambas insisten en subirla al estrado, pero haré hasta lo imposible por evitar eso. La Doctora dio un diagnóstico de posible ansiedad, así que apelaré a eso ante el juez y que subiéndola al estrado puede desestabilizarla.–Les dijo con voz suave.
–Gracias, Matt.–Le dijo Steven con una pequeña sonrisa, poniéndose de pie.
–No me agradezcan. Solo llevenla a casa y traten de mantenerla distraída, le hará bien. Y lamento que hayan tenido que pasar por esto, los cuatro.
–No te preocupes.–Le dijo antes de darse media vuelta y caminar hacia la salida.
Layla le dio un abrazo de despedida y tomó tu mochila para seguir a Steven.
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